lunes, 30 de diciembre de 2024

CUENTO DE NAVIDAD.

 


 PIÍN, EL DE LA “MORRIÑA”.

            -¡Anda!: ¿no has visto lo gordica que se está poniendo la criada de los Álvarez?”

Como no se le conocía novio…, por ser de gente tan pobre, y la mayor de muchos hermanicos, lo poco que ganaba se lo daba a su madre, no tenía ni un triste vestido pa ir al baile; la otra comadre espetó:

            -Con lo abetón que es, veremos si no la ha preñao alguno de los señoritos”.

            -Lo difícil será saber cuál de ellos.

            A los cuatro meses del chismorreo de las vecinas, Remi “La Morriña”, se puso de parto; prematuro porque a pesar de su preñez, no dejó de ir a por agua al caño, de fregar los suelos, de poner lumbre, de lavar en la pila del corral, de planchar con la de carbón, de preparar comidas, fregar,... Dio a luz en el cuarto de las criadas. Lo mismo que cualquier hembra del campo, así que lo lavó el practicante, puso con ternura, al niño en su pecho y regazo.

            -¡Qué poco sentido..! ¿Quién es el padre? Como nadie lo va a reconocer, dentro de tres días, vas con Amalio  en la serret, y llevas a la criatura del hospicio”.

            -Señorita: lo voy a criar, cuando crezca a lo mejor usted le saca algo de parecido. He aprendido de mi madre el cariño por los hijos. Ella anda arrastro para darnos un cacho de pan. Como ya he perdido la vergüenza, si usted me echa a la calle, me marcho a la Muralla, y me pongo a la vida…

            Intervino Don Basilio, el viejo y bondadoso cura de la aldea, doña María Álvarez y Álvarez, aceptó al nuevo huésped en su casona, pero con una condición: -“Sólo mientras lo diera la teta”.

            Al día siguiente, el abuelo, en casa del cura, lo apuntó en el libro de bautizados, como hijo “ilegítimo” de Remigia Pérez. Le puso, Pío, como él.

            Remi le dio teta al crío hasta los dos años, cuando ya comía de las sobras de la comida de los amos.

            El tío Pío “Morriño”, andaba de cachicán y pastor de la vacada  en el Valle. Le daban casa, agua de la poza y harina “pa la hornada”; también media cuarta pa el cacho de huerta; su mujer, “La Morriña”, nadie sabía otro nombre, apañaba, según el tiempo lo que podía por el campo: cogido pa los conejos, respiga pa las gallinas, aternillos, cardillos,  espárragos trigueros, (para vender) y ababanjas para ellos.

            ¿Quién le iba a quitar a él de poner lazos a conejos y liebres, de coger nidos de curra entre las espadañas de Amaldos, y de ordeñar, pa el gasto, a cualquier recién parida? ¿Quién de apañar almendras de los linderones, y bellotas del monte, en las colinas que bordean la extensa hondonada de las praderas del Valle?

Con tantos majuelos alrededor no iban ellos a carecer de uvas… Ya tenía buen cuidado de no entrar en bacillar hasta que la arada no estuviera hollada por el amo; y de pisar en esas huellas, derechas a las cepas de albillo, con botas de la misma suela; ya tenía buen cuidado de ir al amanecer y coger unos pocos racimos de cada cepa.

            Así iban sacando a la rabizada de muchachos, todo niñas menos el mayor que mataron  cuando la guerra. Así que podían sostener a un niño en los brazos, las hijas de los “Morriños”, los del Valle, ya se ponían a servir, en cualquier pueblo cercano a la finca, de rollas por la comida. Cuando recogieron al niño de Remi ya sólo quedaban en casa las dos pequeñas, las que cuidarían a Piín.

            Éste, Piín, puede que por ser ochomesino, y por el padre, se crió enclenque, tardó mucho, y mal, en hablar. Todos decían: “si es igual que el zarabeto y patarrín de los Álvarez…”

            Eladia y Rosaura, de siete y nueve años, cuidaban del niño,  cuando salían los abuelos a buscarse la vida.

            Sobre todo en invierno, algún pastor con la telera próxima, se llegaba a la casa del Valle a matar el frío. No faltaban ni leña seca ni hojarasca en la tenada. Le llevaban a los niños acerolas en su tiempo, brunos, migajas del recio queso pastoril que se esbronaba…, y les contaban las historias y noticias de aquellos pueblos, distantes en la llanura.

            Remi, cada domingo por la tarde, le llevaba a su Piín y a sus hermanitas, los rebojos de pan sobrantes de la semana, unos pocos garbanzos de la sisa del cocido diario, trozos de tocino que, por rancio, ya no comían los amos. Era lo que más agradecían para, a falta de otras grasas, condimentar su dieta campestre. También los llevaba ropa que iban desechando los señoritos.

            A los dos años de llegar Piín, Rosaura se marchó de rolla an’cá los Concesos. Eladia, cariñosa y un poco alicorta, no quiso separarse ni de sus padres, ni del sobrino.

 Y así iban transcurriendo veranos, otoñadas, vendimias, sementeras. escarchas, deshielos;  sanmarcos, sanroques, los de las fiestas, los dos únicos días que iban al pueblo…

            Una tarde, por San Juan, paró, a la sombra de la encina grande de la portalada, una cuadrilla de segadores. Se llevaron con ellos a Piín, que ya tenía catorce años, de atropil. Desmedrado y poco hábil no daba a bondo de juntar en gavillas las manadas de dos segadores; en las vendimias casi no podía con las talegas; a los dieciocho, los amos de su madre, lo llevaron a arar, al rebezo,  con los mozos. No sujetaba la mancera. Además era zarabeto y casi no sabía hablar. Su vida, su destino, estaban en la casa, con la vacada del Valle. Además, sus abuelos, ya iban siendo viejos.

            Un mediodía, en automóvil, levantando polvo por la cañada, se presentaron los señoritos de Madrid, amos del Valle. Al ver al matrimonio “Morriños” ya viejicos, los quisieron llevar al asilo. Piín y Eladia se negaron: -“eeellos nooos cuiiidaron de niiiños, nooosotros looos vaaamos aaa cuiiidar de vieeejos”.

            Y los cuidaron, hasta que dejaron sus cuerpos, envueltos en sábanas viejas, en hoyas bajo la encina grande. Vino el cura a echarles un responso.

            Un mal día, ya andaría Piín por los sesenta, se presentaron dos coches. En uno, los hijos del amo primitivo; en otro una familia de La Bañeza, que había comprado el Valle. Iban a quitar las vacas y a roturar las praderas para sembrar remolacha. Le dieron una semana para llevarse los cuatro cacharros de la casa. Marchó llorando a Quintanilla. Vio, fuera del pueblo, medio abandona la caseta del hortelano. Al alcalde, Bernardo Áres,  le dio pena, y le colocó, a medio jornal, de ayudante del yegüaricero. Así  tiraría, hasta que los primeros tractores fueron echando a todas las mulas del campo. Él no iba a dejar morir a su tía de hambre. En su aldea no había Auxilio Social. Tuvo que ponerse a pedir.

            Venía a la villa, recorría casa por casa:  -¡Tan, tan!. -“¿Quién?”; -“Uuun pooobre, beeendita liiimosna”. Si tardaban algo en responder, buena señal. Alguien saldría con el rebojo o la perra gorda.  -“Dios se lo pague”, decía el pobre en tal caso.

            Cuando no había limosna una voz, desde dentro le contestaba con el cruel: -“¡Dios le ampare!”

            Se enteró Piín que a los “Cacalos” que también andaban pidiendo cuando ya no valían para ordeñar y cuidar la becera, les habían dado el subsidio.

            Un Abogado de la villa, don Manuel Cossio, era el bondadoso gestor. A él acudió llorando Piín.

            -“Mira a ver quién te firma estos papeles de que has trabajado para él”. Y se los firmó el patriarca del pueblo, Matías Áres”

            Marchó Cossio a Zamora,  al Instituto Nacional de Previsión. A la semana siguiente le llegó a Piín la primera carta de su vida. Se la leyó la vecina: -¡Que vayas mañana a Villalpando, a la Hermandad, que te van a pagar el subsidio!

            No había visto nunca juntos en su vida tres billetes de cien pesetas.

Llorando de agradecimiento se presentó en casa de Cossio.

            -Dooon Maaanuel, coooja, coooja, uuusted eeeste biiillete.

              -No Pío, que tu tía y tú lo necesitáis más.

            Le dejaron, ya en el pueblo, la pobre casa de un emigrado, con lumbre, dos camas, colchones de borra, mantas de campo; camilla, sillas, cuatro cacharros… Vino a casa de Demócrito. Llenó la aceitera de dos cuartillos; un papel de estraza de arroz, medio kilo de bacalao y otro medio de azúcar; donde el señor “Benino” compró dos panes de a kilo,…           

            Aquellas fueron las Navidades más felices de Piín “Morriño” y su tía Eladia.

           


sábado, 28 de diciembre de 2024

COFIDENCIAS NAVIDEÑAS.

 


                           

                                        CONFIDENCIAS NAVIDEÑAS.

             Amigos y amigas lectores: Escribo porque me gusta, siento esa necesidad, porque toda la vida he sido extravertido, un “pobrecito hablador”, que diría Larra. Me gustaría a cambio despertar en ustedes comprensión cuando me pongo en plan “desfacedor de entuertos”; no tengo inconveniente en admitir discrepancias y responderlas sin ira; me gustaría, sobre todo, despertar simpatía en ustedes, cierto afecto. Soy, como diría Valle Inclán, algo Católico y sentimental; llorón hasta dejarlo de sobra. Disfruto hasta con los detalles amigables más nimios, la simple sonrisa, el simple hola.

            ¡Bueno!: considerándolos amigos, les cuento una vivencia cercana, de hace unos días.

            Fue en el Centro de Salud. Salía un hombre, como de la edad de mis hijos menores. Se dirigió a mí, me saludo: -¿No me conoce? Soy hijo de su compañero Felipe Gago. Mi mujer fue compañera de Belén.

            Le respondí con cariño. Sale. En ese momento me dan el papel a por el que iba. Salgo casi tras de él. Se dirige a un coche azul aparcado. Veo se abre la puerta derecha, y una (voy a decir chica) se dirige a mí sonriente y emocionada.

 Resumo: Ana Nieto de Moralina de Sayago, nuera de Felipe Gago; médico en urgencias Virgen de la Concha. Compañera de curso en la facultad de Medicina, Universidad de Salamanca, de nuestra Sara-Belén. Vino a su entierro.

 Le digo: -Además de inteligente era bondadosa,…

-Mucho de ambas cosas. Le estaré agradecida mientras viva. A mí me ayudó muchísimo. Era, además, muy simpática, alegre, humilde, amiga de todo el mundo…

Llegué a casa emocionado. Le di unos besitos a Sara madre; junto a bendecir la mesa, villancicos y otras canciones religiosas, es el recuerdo más grato que conserva.                                                  




        Pinchen. La recién nacida, que su madre mostraba para la foto del Libro de Familia Numerosa, fue bautizada con el nombre de Sara-Belén Modroño Riaño. Faltaba Álvaro: entre "Ojino", Quico Argüello y la cigüeña de Santa María, (iba a decir, lo digo: gracias a Dios) la liaron.


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Otra confidencia:

Desde 2.021, para elogiar el comportamiento de todo el personal de la residencia por haber conseguido, con mucho esfuerzo y muchas precauciones, dejar fuera de sus paredes el coronavirus, y desde un año antes, en que hablé de los problemas económicos de la misma, no había vuelto a hablar de dicha Residencia de Mayores, “Fundación La Inmaculada”.

Tuve noticia directa de conflictos e injustos despidos cuando Sor Almudena-González. Lo callé.

 Al igual que todo el pueblo he venido sabiendo de los problemas laborales, de mala relación entre las trabajadoras, que desembocaron en la crisis de la pasada primavera, cuando por falta de personal, (unas cuantas se fueron por ese mal clima) el Patronato decidió externalizar el servicio de limpieza. La noticia del conflicto salió en la prensa. También guardé silencio. No quise echar más leña al fuego. Tampoco di noticia de la marcha de la Directora, parece ser que por mejora laboral. Creo sí di noticia del anuncio para buscar persona que se encargara de la Dirección.

Pasaría como un mes y me llega noticia de que ya han elegido persona para tal cargo: “Viene una chica de Salamanca que estuvo aquí hace unos años”.

Sentí mucha curiosidad e indagué su nombre: Raquel. Me pregunté: ¿No será la Licenciada en Terapia Ocupacional, a quien querían “casi” todas las trabajadoras y aquello marchaba como una balsa de aceite, puteada y, al cabo, injustamente despedida?

Por la mañana del pasado martes, día 17, anduve por la residencia, visitando y charlando con los de Villalpando. Estaban los niños de infantil cantando villancicos. Cuando me vio Danaé, la hondureñita que vivió en nuestra casa, corrió a abrazarme. Poco hube de esperar para saludar a la nueva Directora, incorporada a las ocho de la mañana.

Salió del despacho a recibirme, sonriente. Personalmente no recordaba haberla visto. Ella sí me conoció. Entre alegres sonrisas, le digo, gesticulando:

-¿O sea, tú, Raquel, de Salamanca, la misma que salió rebotada (esa fue mi expresión) ahora vienes de Directora?

-A veces las vueltas de la vida hacen justicia, -me dijo-, o algo así. -Desde que marché de aquí no he dejado de trabajar, y tenía un buen trabajo; he considerado que soy necesaria en esta casa.

Todo este diálogo entre sonrisas y alegría, repito.

-No quiero robarte tiempo. Es tu primer día. Te pongo un símil, simplemente: esta residencia navegaba como barco a la deriva, la pasada primavera a punto estuvo de encallar. Ahora acaba de encontrar un buen timonel. Tienes la experiencia de la vez anterior; te quedan antiguas compañeras de aquellas; demostraste tacto y experiencia profesional. Veo a esta casa navegar el barco “viento en popa a toda vela”….

-¡Muchas gracias! Eso espero con ayuda de todos.

ACLARACIONES:

Primera: Gracias a que la Junta de CyL, viene concediendo ayudas para, según el grado y la situación económica, a los ancianos dependientes, se ha nivelado el balance económico.

Segunda: La incorporación de trabajadoras/es inmigrantes ha evitado que la limpieza haya de hacerla una empresa.

Tercero: Carezco de noticia de que esa mala relación laboral repercutiera en el cuidado y atención de los residentes.

Cuarto: Felicito a los Patronos, o Junta Directiva de la Fundación. Creo que, sin favoritismos y desconociendo a otros/as aspirantes, han acertado en la elección.

¡Pues, ya está!: Paz y Bien.

 


miércoles, 25 de diciembre de 2024

HISTORIA DE LOS PINARES. LES EXPLICO.

 Es el término de Villalpando el pulmón de "Tierra de Campos".

Cuando yo era niño no existían más pinos que los de "Quesada", en el camino de Valladolid, más unos pocos piñoneros en "Los Campos"; en cambio teníamos más de ochocientas Has. de dehesa, con encinas, como la que ven en la foto de la entrada anterior. Detrás de ella la inmensidad pedregosa del Raso, pelada, sin un árbol, salvo las viñas en Valdeconejo y la Barciosa.

Decía el poeta local, Marcelino González Cifuentes: "La del Raso, campo extenso, que más que campo es cantera, y que, gracias a Falange, muy pronto será arboleda" .

Había dicho José-Antonio: "Es necesario devolver al monte lo que fue del monte". Todo el Raso, calculo unas diez mil Has., que se juntaba con el Monte Mata del Vázquez de Prada, con el Monte Coto, con la dehesa El Encinar, con las colinas de "Los Campos" y del "Valle, había sido monte bajo, carrascales de encina, la flora autóctona, en la que se alimentaban miles de ovejas, hasta sl siglo XIX. Durante más de una centuria los vecinos de los pueblos colindantes (unos cuantos apellidados del Monte, desde Quintanilla a Belver) lo fueron descuajando para dedicarlo al cultivo de cereales. La agricultura de la miseria. 

Así, miserablemente subsistían los labriegos de Villalpando, alguno citado, más otros pocos en Villárdiga, San Martín, Cotanes, Quintanilla.

Atendiendo a la consigna "joseantoniana",  todavía, en plena guerra civil, los labradores villalpandinos, con más entusiasmo que eficacia, intentaron plantar árboles.

Fue en el año 1948, creado en el Ministerio de Agricultura el Patrimonio Forestal del Estado, cuando convocados por el alcalde Pablo Riaño, los alcaldes de los otros doce pueblos de la "Tierra", aceptan la propuesta, y deciden comenzar a plantar pinos, en aquellos terrenos comunales. La decisión sentó mal a los labrantines del Raso; los jornaleros lo vieron bien. Fue la forma de mal matar el hambre durante unos cuantos inviernos. Caminatas, tarea, azada, callos en las manos, "perros" en los riñones...

El resultado de aquella Repoblación Forestal es el actual pinar de la Mancomunidad, los pinos del Raso.

Ya llevan muchos años haciendo aclareos y sacando madera. Como la mayoría de los pinos plantados son de la variedad Pinaster, cuyo ciclo de vida es de sesenta y setenta años, hace ya años que se vienen secando. Es por ello que, en el invierno pasado comenzó la tala total de los Pinaster.

Entre tanto, el carrasco, el soto bosque de encina, fue volviendo por sus fueros. En la zona de tras la dehesa, los carrascales lo llenan todo. "Ya es del monte lo que fue del monte".

¡Bien!: esa fue la primera gran masa, sobre unas 1.400 Has., reforestada.

A finales de 1992 salió una normativa europea de ayudas para la reforestación de tierras agrarias. Importantes ayudas de dos tipos: una para el laboreo, preparación del terreno y plantación de los arbolitos, cien por cien pino piñonero, con la opción de un 20 % entre encina y almendro.

Yo había comprado, para aprovechar sus cepos en la chimenea, (nuestra única calefacción) en 1981, el majuelo de los Oleas, 5'90 Has. por 24.000 pts.; así, medio regalados se fueron vendiendo casi todos los majuelos perdidos de los de Villárdiga y San Martín en Valdeconejo. Así que me enteré de las ayudas, papeles, vertedera, cuadro de ajedrez, gavia de un metro con un rejón del subsolador, viveros, furgonetadas de bandejas, envases forestales, plantaciones de miles de pinitos; mil trescientos por Ha.; seis mil quinientos en esa primera parcela, más en las 90 áreas, 700 almendros.

Enseguida surgieron empresas que se dedicaron a esos trabajos de plantación, incluida la compra de las plantitas, si bien a cambio de quedarse con toda la prima inicial, la de plantación.  Mi familia, servidor y mis hijos, ha sido la única en realizar trabajos y plantaciones, lo cual fue posible gracias a que adapté un apero de plantación hortícola para plantación forestal. Todos los demás, plantados por empresas, lo fueron por cuadrillas doblando el lomo. 

Animados por el éxito seguimos forestando, con intervalo de años, desde 1993 a 2.010, cuando se acabaron las ayudas: además del "majuelo de los Oleas, en Valdeconejo, otras 3'5 Has., "majuelo de Luis Mazo"; siete y media en Teso Mimbrero, dos en la "Bardada"; ocho en la Villalbina, de la familia y de Manolo Núñez; como otras dos en el camino Real, de Pilar Casado; 2'60 Has., también nuestros, en Taragudillo (pinos muy niscaleros); en una tarde, Jesús y yo, plantamos como una Ha. en camino de Valladolid, de Juan Carlos Boyano; planté tres Has. en Villalobos (yo solo, poco a poco; arena pura, terreno preparado, hacia un hoyo con el chuzo, y plantita dentro. 

La segunda prima en concepto de mantenimiento, laboreo, durante cinco años y la llamada compensatoria, al principio durante veinte años, después durante diez. Ahora, cuando ya han transcurrido esos años, se acabaron los ingresos (enormes para los terratenientes) por las tierras reforestadas.

Ahora voy a ir colgando fotos y sigo explicando.




      Vieron en la entrada anterior fotos del aclareo de pinos, es en Valdeconejo; de la enorme máquina que se autocarga y descarga. Pues miren una de las impresionantes medas que están preparando.

     Cuando pasen las fiestas, vendrá otro maquinón que engulle los pimpollos a manadas, los tritura y escupe al camión. No tarda más de quince o veinte minutos en llenar un trailer de esa picadura. La llevan a Tiedra, criban; se aprovecha la astilla, biomasa, para calefacción, incluso para pelets; la acícula machacada "no vale pa nada", si acaso para las plantas de biogás.




       Miren que tijerita: ¡zas!, y pino abajo; todos en la misma posición para facilitar la recogida con la máquina que, con cazada, en la entrada anterior.




                                               La maquinita que maneja la tijera.




           El refugio, de construcción casera, antiguo majuelo Oleas, en el que huyendo de los cohetes, antes de estar sordo, me he dado el gustazo de dormir, sin compañia por desgracia, alguna noche de verano.





Nuestro primer pinar en Valdeconejo. Le hicimos el primer aclareo, fila sí, fila no, hará como doce años. Bartolo me acopló una enorme pinza dentada, al marco para paquetones en la pala. Fue en invierno. Agarraba el pino, recogía subía el marco, pino fuera; marcha atrás y al remolque.
    Unos años después, Jesús, con motosierra y astilladora pequeñita, arrancó la mitad restante, y convirtió en combustible para la calefacción doméstica. Deberían estar dando piñas desde hace tiempo, pero, nada.




Otra vista de la caseta. La alquilo, sin cama, para cita romántica. Tiene una chimenea con sistema de recuperación del calor, la que usamos en casa durante años, que caldea todo el local.


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  Estas tres fotos, pínchelas para verlas en pantalla completa, son del refugio de la Guardería Forestal, en el pinar de la Mancomunidad, "los pinos", cerca de donde estuvo la casa y era de los Garibaldes; las otras del pozo y el estanque. Vean

Vean sobre el tejado del refugio los paneles fotovaltaicos de producen electricidad para el bombeo del agua al estanque. Cuando baja el nivel, una boya ordena el funcionamiento a la bomba.

La finalidad de ese estanque es para que carguen los helicópteros en caso de incendio.

 Observen también al fondo, la torreta vigía. Creo tiene 25 metros de altura. Ahora tiene una subida con escalera de caracol quita miedos.



   Otra caseta en Valdeconejo. La construyeron cuando la pandemia, por si acaso.




    No sólo tierras de labor en el horizonte villalpandino; hacia el Sur nuestros horizontes son verdes, como ven en la foto, por ello,

CONCLUYENDO: A la Repoblación Forestal del Estado del "cuarenta y ocho" hasta el "cincuenta y cinco (en los "sesenta fueron reponiendo faltas; a los obreros ya los llevábamos en el remolque con el tractorcillo sin cabina), se ha sumado, al calor del programa de ayudas silvícolas europeas, la Forestación de Tierras Agrarias realizadas, por encargo de particulares, salvo en nuestro caso, quienes hemos percibido, todos, durante veinte o diez años ayudas compensatorias importantes. Entre unos y otros podemos caminar kilómetros entre pinares.

SITUACIÓN ACTUAL: Transcurridos esos años, ya nada nos producen las tierras de pinos, si bien poco producirían con cultivos.
Teníamos la esperanza de que, una vez entresacados, hechos grandes, como ocurre con los nuestros de la foto, y con otros pinares tempranos en Valdeconejo, que tienen ya 31 años, empezaran a dar piñas. Unas pocas cortó nuestro hijo Jesús hace tres o cuatro años. Están preciosos, pero ni una piña. ¿Quién sabe? Puede que algún día den con el problema. Eso sería una riqueza inmensa para el pueblo. 
De todos los modos, cuando alguien me preguntó: -¿Qué dan los pinos, les respondí: -Oxígeno, ¿te parece poco?

LEÑA. Ahora le llaman biomasa. Pues ya lo ven en las fotos: enormes máquinas, talan, autocarga, pican, como el 60% de plantas, que pegan unas con otras, a fin queden unos trescientos y pico pinos por Ha.
Esas máquinas valen un dineral; seiscientos mil euros, por ej., la picadora. El valor de la astilla, sobre todo la de estos "pimpollos" del entresaque, que es casi todo acícula (hojilla) es escaso. De ahí que de los empresarios que empezaron hace ocho años, cuando llegaron al mercado esos maquinones, no fueron capaces de amortizar y desaparecieron.
Subsiste la empresa "Biomasas del Duero S.L.". Es la que está entresacando en Valdeconejo. Tiene su sede en Tiedra y 20 empleados. Allí criban lo picado. La astilla buena tiene demanda. Se emplea, sobre todo, en calefacción de granjas avícolas. Con todo y con eso, si ahora han emprendido el clareo, entresaque, de cientos de Has., es gracias a las nuevas subvenciones para ello; importe que percibe en su totalidad la empresa ejecutora. Los dueños han de conformarse con que les arreglen los pinares gratis.
     Nuestros hijos fueron pioneros en esos trabajos, si bien con un tractorillo pequeño y viejo, y una picadora como apero movida por éste a la que es necesario ir alimentando a mano. Tres horas llenar pequeño remolque. Antes la tala, y poda de los que quedan, a motosierra (¡menudo adelanto cuando pude tener la primera, con la que acopiaba leña para la chimenea). Estuvieron tres o cuatro años ganando el trabajo, que era mucho. Astillaba seco, caída la acícula, una astilla de calidad. Vendían, y alimentábamos la caldera que calentaba tres viviendas. Ahora sólo astillan (hay abundantes ramas cortadas secas, procedentes de podas) para la caldera de calefacción granja avícola.
    Pues encantado de contarles todas estas cosas que forman parte de mi vida.
    Me quedan noticias interesantes en el tintero, para mañana, s.D.q.












lunes, 23 de diciembre de 2024

SEGUIMOS CON LOS MAJUELOS, Y MÁS COSAS.

 



     Ese cacho de majuelo de la foto de la entrada anterior, unas trescientas y pico cepas, como mucho, es el último superviviente de todas las viñas que alegraban Valdeconejo. Pues esas y otros cuantos miles de cepas más, las plantó, ayudado por alguno de los hijos mayores, el campesino que ven en la foto, Esteban Martínez Alarma, y siguieron cuidando sus hijos. El mayor, Serapio, que se había casado en Castrogonzalo, y tenía allí labranza, unos cachos de huerta, venía, desde ese pueblo, con pareja de burros a atender el majuelo. Domingo siguió atendiendo la parte suya, hasta que ya no pudo más. El último año todavía lo alumbró, etc. Pasadas las vendimias me dijo: -No quiero verlo perdido, escepaló y pa ti los cepos, pa la chimenea.
   Esa foto es más elocuente que discurso alguno: al traje de pana no le cabían más remiendos. La abuela de luto, las niñas de luto. Se habían quedado sin mamá, de 33 años, cuando iban a tener el cuarto hermanito. Los abuelos maternos y el tío menor, que se quedó soltero para tirar de la casa, las cuidaron. No les faltó alimento. 
   Labranza primero con burros, majuelos y tierras en el Raso, veinte hectáreas, una barbaridad; setenta yeras, por "Majalasllanas y el Tesoro"; unas veintiuna yeras "campos" por Taragudillo; parcico de mulas más tarde; las cinco mil cepas dichas de Valdeconejo, más otros cachos de majuelo por el Valle, o por ahí.
    En una ventanuca, de arriba, en aquella casa, calle "Nueva", siempre el palo con un trapo rojo, equivalente a: "Se vende vino". De aquello conseguían las perricas más lucidas. El vino formaba parte de la alimentación; tres cuartillos diarios pedían los jornaleros en el ajuste, a mantenido, como segadores. Miles de horas doblando el lomo. ¿No ven la postura del cuerpo del hombrico, encorvado de tanta azada? 
    Aquellos terruñeros del Raso, capaces de subsistir sacándole unos saquicos de trigo (para siembra y la ración, por lo menos; si podían llevar algo a la Comarcal, menos mal), cebada para las mulas, dos marranos y las veinte gallinas, por lo menos; muelas para el cocido diario (los garbanzos un lujo, si tenían algún cacho fresco garbancero), a aquellos "rapucheros" (encima el apodo despectivo), antes de que desaparezcamos los últimos testigos, deberíamos hacerlos un homenaje.
     En uno de los refranes por San Antón, aludiendo al "metereólogo", Juan "el del Monte", decía Luci "el Tobo", que "Cosco" (Francisco Alonso) y "Mostaza" (Acacio Infestas) proponían "hacerle una estatua de piedra en la Bardada".
       Lo digo muy en serio: aquella lucha épica. gentes de otra pasta, merecían ser recordados con una estatua: "Pajalargas", "Castañonicos", "Gatos", "Garibaldes", "Tuertos", "Mecos", "Pucherero",  "Soberanos", "Marcos", "Tachuelero"; Regino Barrios (plantó él solo, perdiendo un ojo, catorce cuartas de majuelo); Macario Boyano (labraba con arado bisurco, de sol a sol, quiñones juntos, tras la casilla; cerca de un kilómetro en cada vuelta, sujetando con la mancera, a dos manos, los emburriones de los morrillos contra el dental; encima, los domingos, jugaba a la pelota ). 
    Esa estatua debería ser un calco de la menuda, hebruda figura del último "Mohicano", del último que anduvo con mulas (ya una pareja "con mucho poder" que había comprado a Cañibano). Con las tierras concentradas había que echarle mucho valor para arar con las mulas dos parcelas (Raso bueno y Raso malo) de diez hectáreas cada; más las otras dos de tres has., más los majuelos que hemos ido citando. Fue el último que "hizo veranos" a la antigua usanza, la última era. Resistió al tractor y a la cosechadora. ¡Qué hebras!

                            

                                  Típica cabaña de guardar majuelo, hecha por Peque.    

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      Seguimos en el nuevo Valdeconejo. Vean las fotos y les explico:

                                   

    





















sábado, 21 de diciembre de 2024

NOTICIARIO LOCAL.

 

    La primera es una triste noticia: ha fallecido, parece ser a causa de incendio, posiblemente en su dormitorio, MOISÉS REDONDO ALLENDE. Fue Guardia Municipal. Mantenía con él una buena relación. Le acompañé en los momentos peores. A cambio me daba su afecto y su amistad. Hace tres días tomó conmigo una cerveza en el bar Burgos. No quiso tapa porque me dijo tenía comida hecha.

    Descanse en paz.

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    Como ven en la foto están arrancando, las sesenta y tantas hectáreas de la viña en el Monte de las Pajas. Hace unos años habían ya arrancado doce o catorce.
    La plantaron, y nos hizo mucha ilusión a todo el pueblo, en el año 1989, unos vascos, parece ser que de origen riojano.
    El monte de las Pajas, o monte Alto, según don Luis,  tenía una superficie de 980 Has. Fue deforestado para dedicarlo al cultivo de cereales a mediados del siglo XIX. Lo conocimos ,todo en una pieza, propiedad, la mitad, de don Aquilino Gómez Estevez de Aspariegos, propietario también de terrenos, molino, "fábrica de luz" y de harinas, en dicho pueblo. Es un edificio de tres pisos, en ruinas, que vemos desde la carretera.
     El propietario de otra mitad fue don Arturo Chamorro Casaseca, de Zamora. Los herederos de este señor, sobre 1.990, o por ahí, lo fueron vendiendo en lotes: Teodora y Antonio Mazariegos Vázquez compraron sobre unas 70 Has. en el ángulo de la cañada del Teso Mimbrero y el camino Real; como otras 70 Has compró Marcial de Morales de Toro; los hermanos Álvarez, del Área 235, compraron todo lo situado a la izquierda de la A-VI, dirección Madrid, 66 Has. El resto de esa mitad, más de 200 Has. lo compró la familia dicha, plantadora del viñedo.
     Hace unos años vendieron la viña a la sociedad "Frutos Villar" de Cigales; el resto lo compró un empresario de Sahagún de Campos, llamado Alfonso Blanco, con quien tuve relación. Ayer supe, hombre joven relativamente, había fallecido.
     Moderna viña con parras en espaldera, riego por goteo, al parecer con buena producción y vendimia mecanizada, nos ha sorprendido su arranque. 
    Causas:
    a).- Sobra mucho vino en España y en el mundo. Ha disminuido mucho su consumo.
    b).- Por esta causa se vigila mucho que en las denominaciones de origen entren uvas no correspondientes a denominación, aunque "Frutos Villar" tenga bodega en Cigales, Ribera del Duero,... Las viñas de Villalpando no están acogidas a Denominación de Origen alguna.
    c).- Según me informan la producción no llegaba a la de otras comarcas.

    COMENTARIO: Si por algo se fueron abandonando todos los majuelos a partir de la guerra civil. ¡Cuánta compasión siento por aquellas pobres gentes que se deslomaban en los majuelos del Raso y aledaños! ¡Cuánto trabajo para tan poco fruto!
     En este majuelo del monte de las Pajas, a base de laboreo vertical desde que lo plantaron, todas las piedras están arriba. Hay zonas con el suelo cubierto de "morrillos". Labrarlo con mulas ahora sería imposible. Pues todo aquello así se labraba. El "Monte" dicho estaba repartido en quiñones de 10 yeras. Todos los labradores de Villalpando, salvo las cinco casas grandes, que también labraban viesas en el Raso,  ("la Viuda", "Gallegas", "Resgones", "Luis Mazo" y "Chicharros"), traían quiñones en renta.
   



    Este que ven es el último cacho de majuelo tradicional. Está en Valdeconejo, partija de otro de ocho cuartas, 57 áreas, que "escepé" yo, mandado por mi amigo Domingo "Pajalarga", y luego compré a su hermano Serapio.
    Esta familia, en la posguerra, desde críos con su padre, plantaron en Valdeconejo, cincuenta cuartas de majuelo,  cinco mil cepas, (hoyas, por debajo de la labor del arado, a base de azada) en viesas que otros iban dejando abandonadas. 
    En todos estos pueblos los majuelos, la planta de la vid, estaba en cepas, como ven en la foto. Iban podando las nuevas plantas de forma que se fuera formando la cepa, o cepo, compacto y a ras de suelo, lo que daba mucho más trabajo, como ven en la viña de la foto, que cuida "Peque".
     Ya, igual que se hacía antes,  está alumbrada, o sea, cavando alrededor del cepo echando tierra para fuera; después podar,   coger las vides y formar los manojos, todo en invierno. Sobre febrero se araban con una mula; por mayo se tapaban, operación contraría al alumbre: cavar echando tierra sobre el cepo.
    Estaban los viñedos sin evolucionar. No habían aprendido de zonas vinícolas no tan lejanas, Toro, por ej., donde las plantas de la vid estaban en "vaso": sobre el tronco principal tres fuertes ramas como de hasta 80 cmts., siendo así más productivas con menor trabajo. Cuando llegaron los herbicidas, se acabó el laboreo. En las modernas plantaciones en espaldera laboran, si bien todo mecánicamente.
   





sábado, 14 de diciembre de 2024

LOS TRISTES DATOS POBLACIONALES PROVINCIALES, y AGRINZA.

      

      Venían en La Opinión de ayer, y no nos sorprenden, pero me agarro a cierta esperanza.

    Primero: son datos referidos al 1º de enero del año que acaba, 2.024. Creo que en este momento, los referidos a Villalpando, son mejores.

    La provincia queda en 165.832 habitantes. Pierde 534.

    Ganan población 81 localidades, entre ellas, por vez primera desde hace un montón de años, Zamora capital. (De todos los modos una cuarta parte del total de habitantes perdidos por la provincia, desde los años de mayor población, lo son de la capital) También los pueblos del alfoz y Toro, ganan algo. No sé el motivo de ganancia de tantos pueblos. Si no sería por hinchar censos para las elecciones, puesto que son datos de 2.023, en que hubo municipales.

    Pierden, 155 idem, entre ellas Benavente., 15 habitante. Se queda en 17.246. 

    Quedan igual 12.

    Villalpando, insisto, a primero de enero pasado, tenía censados 1.399 habitantes. Con una pérdida de 18.

    Es muy posible que cuando den los datos actuales, volvamos a superar los 1.400. Lo digo así, a ojo, por la cantidad de inmigrantes que conozco que se han censado en el año que termina.

   Sin ánimo de crítica les digo que familias venidas de las aldeas vecinas, siguen censados en sus dichos pueblos. Cito, aunque son pocos; no sé si llegaran a veinte, en total, de San Martín, Villárdiga, Tapioles, puede que alguno de Villamayor, Cotanes...

    Por último; muy a tener en cuenta la población flotante puentes, fines de semana, y no les cuento agosto. Incluso a diario, de gente que anda trabajando por aquí, se llena el comedor del Arte, el Toreo, Atlanta (este también de la carretera). La Cañada Real y el Raso viven, y bien, de la carretera. La Posada de los Condestables también, a lo largo del año, tiene buen negocio.

    Si las viviendas, cerradas todo el año y puestas a la venta,  las dieran por un precio asequible, de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda, más personas, aunque fuera temporalmente, llegarían a los pueblos.

    Existe cierta demanda, si bien los demandantes son familias de recursos escasos, inmigrantes. Alguna transacción se ha realizado. Casitas curiosas recién reparadas, necesitadas, si acaso, de ligeros retoques. Una, calle la Parra, San Miguel, por 18.000 euros; otra Ronda de San Pedro, esquina a Once Casas por 24.000 euros.

   Las casonas antiguas, grandes, de techos altos, ocho dormitorios, galerías, etc., nadie las quiere, no tienen venta. Con obra enorme, divididas en apartamentos, éstos podrían venderse o alquilarse. Aunque en realidad, al seguir disminuyendo la población en toda la provincia, cada vez sobran más casas.

   Deben los ayuntamientos obligar al derribo de las, desde hace años, ruinosas. Como en la mayoría de los casos no está clara la propiedad por desacuerdos entre herederos (incluso en las aldeas hay ruinas de las que ya nadie paga el IBI), si los ayuntamientos no derriban y desescombran nadie lo va a hacer. Si alguien se llama a la propiedad, paga el derribo y punto. Otro solar más a la venta. Si no pasaría a ser propiedad municipal a ceder a quien desee construir o instalar casa prefabricada.


                                                  ----------------------

   Otra cosa: el pasado viernes se celebró la Asamblea anual de AGRINZA. Se ocuparon poco más de la mitad de los asientos del salón de los Templarios. Ello es buena señal.

    Cuando estábamos en CORECCAL se llenaban los bancos del Sindicato. Unos a protestar, otros, la mayoría, por el banquete que nos daban a continuación.

  La Cooperativa la componen 318 socios. Suponen la mayoría de las explotaciones de "Villalpando, su tierra", y algo más. Qué quedan pocos labradores. De ahí meritorio no descienda el número de socios, sino que se mantenga: una baja y un alza, en el pasado ejercicio.

   Su volumen de negocio, ingresos brutos totales, ascendió, cito de memoria, alrededor de    QUINCE MILLONES DE EUROS. Lo del combustible lo recuerdo, SIETE MILLONES DOSCIENTOS MIL EUROS.

   Alguien me ha preguntado: -¿De qué os sirve ser socios de la Cooperativa? 

    De mucho, de todo: comodidad, seguridad, beneficio económico. Cuando dejó de funcionar el SENPA, el cereal iba de la cosechadora a la era. Pocos labradores, que ya se iban haciendo grades, tenían donde almacenar. Quedaban a expensas de los intermediarios. Luego, cargar, barrer solares, dudas a veces, en el cobro, etc.

    Ahora es muy cómodo de la cosechadora a la Cooperativa; cierto existen otros almacenes. Como ya todos tienen grandes bañeras y la capacidad de las instalaciones es enormes, es llegar, pesar y descargar. Al principio de temporada se basculaba dentro de las naves. También mucho se descargó en la playa recién construida. No paraban los camiones de COBADU de transportar a Moraleja. Ni una cola .

    La leyenda de que quien almacena vende más caro, porque se guían por la lonja de Salamanca, quien marca un precio mayor que la de Zamora, donde, según dicen, lo marca COBADU, es mentira.

     La diferencia de precio entre dichas lonjas es lo que supone el transporte. La provincia de Salamanca, por su intensa cabaña, es más consumidora que productora, al revés que la de Zamora.

    Dada esa leyenda negra de la Lonja de Zamora,  desde que finalizó la pasada campaña, ha dejado de dar los precios de trigo, cebada, centeno, avena, guisantes, veza, girasol...    

    Cuando estábamos en CORECCAL, cobrábamos al final de la campaña, al precio medio que hubiera resultado. Cierto que casi siempre menor que el de mercado. Esa unión de diecisiete Cooperativas carecía de instalaciones que le dieran valor añadido. Era una mera intermediaria, con costes que recaían en el precio del cereal que cobraba el socio.

   Desde que estamos en COBADU, no cobramos menos los de AGRINZA que los que venden por fuera. LESA y los Suenas pagan como AGRINZA. Ésta comunica por Wassap a los socios el precio de cada semana, ya que cada uno da la orden de venta, y de cobro cuando  quiere a lo largo de la campaña, de septiembre a junio siguiente.

    Estos son los precios en la semana que termina:

    Trigo, 216 euros tonelada. Serían a 36 pts. kilo. Es que muchos seguimos pensando en pesetas.

    Cebada, 197 euros tonelada. Sería a 33 pts escasas.

    Avena, 184 euros tonelada. Sería a poco más de 30 pts. kilo.

    Girasol alto oléico, 500 euros tonelada, sería a 83 escasas pts kilo.

         "     normal, 435 euros tonelada. A  unas 62 pts. kilo.

     De los precios exactos del girasol no estoy tan seguro.

     No es sólo la seguridad de precios y cobros de cereales; es ir acumulando un capital social; un combustible, cierto, salvo el agrícola,  que igual  para socios y no socios, más barato.

     Además, a partir de esta campaña, del  importe del herbicida gastado a la Cooperativa, ésta devolverá al socio un retorno cooperativo importante. Creí entender a Vidal Gutiérrez, el Presidente que la partida asciende a un montante de CUARENTA Y PICO MIL EUROS. Admito correcciones.

   El actual año agrícola comienza bien. Buena otoñada y sementera, nacido el campo, ahora que hiele. Pero, en la arada de Adviento, con estas heladas, no metan las vertederas.

 

    


     El beneficioso cambio climático. Pinchen y verás grande una preciosa rosa, casi en Navidad, en el jardín de Silera.

jueves, 12 de diciembre de 2024

YA LO COMPRÉ

 

      Andrés con sus padres, hermanos y dos sobrinos. Está hecha el día que vino con el "Mercedaco", color crema. Lo bendijo el cura grandón,  don Isaías Gil Ortega, quien dejó gratos recuerdos en Cuenca de Campos.

       



    ayer, en el Arte. el libro MAESTRO.

    Acababa de ojearlo y hojearlo en la biblioteca. Iba a desnivelar mi asignación, mi presupuesto familiar de gastos de bolsillo, pero no pude ceder a la tentación de poseer algo tan valioso.

   Para empezar: el formato en cuanto al tamaño, pastas duras, calidad del papel, por tanto de las fotos..;

     Piqué: leí la INTRODUCCIÓN. Descubro que el autor, Alfonso Blanco Guaza no es sólo un empresario de éxito, sino también un hombre culto. Precisa y preciosa redacción, dominio ortográfico, todas las "comas" en su sitio...

    Por la tarde, de una sentada, casi lo ventilo. Cada relato me sabía a poco: Victorino Martín, hijo; Luciano López Gutiérrez, Paco Cañamero, Gonzalo Bienvenida; el fragmento de Joaquín Vidal..; así hasta veinte, apellidos de tanto prestigio como Sánchez Drago, Belmonte, Antonio Pedrero, etc.

    Entre los autores de los relatos, cuatro villalpandinos: el citado y altruista "Alfonsín", Luciano López Gutiérrez, Luis-Miguel Villalpando , el ex-Magistrado, Miguel Ángel Feliz y servidor. Para los viejos de fuera, "Alfonsín" de los Blancos, pastores de toda la vida (Alfonso, Matías, Vicente,  Antonino, Floreal, Adriana...) "Lucianin", hijo de "Luci el Tobo"; Luis-Miguel, el menor de los Guadillos; "Gelín", hijo de Luis "Melitón"; servidor de los Modroños, aguardienteros.

   Codearme con gente tan importante es un honor para mí. ¡Claro hombre! No poseo ni el conocimiento del léxico taurino, ni soy capaz de tan bellas figuras literarias, con las cuales me deleito. Mi lenguaje, hijo del adobe y el tapial, de charlas de fragua y solana,  es sencillo, sobrio, terruñero..; puede ser el acompañamiento, la guarnición de viandas literarias de más fuste.

     A veces, ese afán por la sobriedad, por la concisión, me lleva a omitir detalles esenciales para la claridad de lo expuesto. Así veo ha ocurrido cuando releo mi relato, "los Marcos". También ocurre que escribo pensando en la gente de Villalpando y de mi edad o poco menos. Doy por hecho que todos sabemos quiénes fueron los "Marcos" y las "Marcas": el padre, los tíos paternos de Andrés, incluso hermanos y primos. Siempre al referirnos a su padre, decíamos, Antonio "el Marcos"; Eleuterio, Segundo, Felisa, todos "Marcos"; incluso a Ángel Mazariegos, hijo de Eleuterio, primo querido de Andrés, le decíamos, "Angelito Marcos", antes de que, Teofilín,  le bautizara como "Torilero", que no le gustaba.

    Quien no fue nombrado con el genérico familiar, fue el menor de los Marcos, mi tío (por casado con Coral hermana de mi madre) José. Éste tuvo ya el honor de apodo propio, "China", heredado con orgullo por hijos, hijas y nietos, aunque uno lo escriba en vasco. Parece ser que en las bromas y piques entre labradores jóvenes, lo de China se lo puso Acacio el "Pintor".

   ¡Pues eso!: servidor, entre tanta literatura taurina, imprescindiblemente, había de poner la nota genealógica del torero. Marcos Mazariegos debió ser el nombre del bisabuelo paterno. El abuelo se llamó Miguel Mazariegos. 

    Es de justicia mencionar a los muñidores primeros del libro: Pablo Modroño, "Lucianín" y Jaime Rubio. Ahora un último esfuerzo por el "Nono". Compremos el libro.

    

lunes, 9 de diciembre de 2024

GÉNESIS DE UNAS MEMORIAS. 4ª Parte.

            Pinchen sobre la foto para verla en pantalla completa. Merece la pena. Es un estallido de júbilo colectivo. Junio 1960. Entrábamos con él a hombros, desde el Palacio, en la Plaza Mayor. Ahí estamos la muchachada de entonces. Somos reconocibles la mayoría. Veo de izquierda a derecha, algunos de perfil, otros de frente, más o menos mozos: Mariano "Raposo", mi primo Antonio Modroño, "Canene", Damasito Sampedro, Josico "Contreras"; Nanín Veledo, por debajo, con la boca abierta, Daniel "Tocinero"; mirando para atrás Santi "Castañonico, por encima Tomás Alejos "Tarzán"; a su lado, con gafas, Enrique, el mayor de los "Enriques"; más abajo al que se ve sólo la cabeza, creo es  "Rubito";  más a la derecha, con el poste al fondo, el de la camisa blanca creo es Argelio; yo aparezco detrás, de perfil con polo negro; a mi derecha, con gafas, "Mieja", en el borde derecho, también de perfil, "Tista".

               




 

                         GÉNESIS DE UNAS MEMORIAS, 4ª Parte.

            Enterado de lo ocurrido, en el homenaje narrado en la entrada anterior, ante tales desprecios, (¡qué raro!), me cabreé: ¡Se acabaron los libros!

            Fueron pasando meses, quizá años. Se vendían ya pocos. Producto de consumo interno, más bien, ya todos los de Villalpando lo habían comprado. Me quedaban unas treinta cajas. Entonces comencé a ayudar en reivindicaciones con el regalo de libros. Así lo hice en la marcha protesta organizada por el PSOE de Benavente a Valladolid para reclamar un nuevo hospital. A cada coche regalé un ejemplar. Lo mismo hice en otra marcha organizada por Asprosub del mismo lugar….

            Habrían pasado, no recuerdo los años, pasan tan de prisa, de su publicación. Había aficionados que le pedían libros a Andrés. Un entonces, si no amigo, tampoco enemigo de ambos, (omito citar su nombre porque puede le parezca mal que le miente en este blog) medió.

            -Joder, que debéis hacer las paces. Que Andrés necesita ayuda. ¿Por qué no le regalas libros?

            -Por mi parte no hay inconveniente. (Igual que soy presto al cabreo, lo soy al perdón). Para recuperar la amistad le voy a dar todos los libros que me quedan en casa. Un día te los llevo

            Interviene Sara y me dice: -Haces bien, pero que vengan ellos a buscarlos.

            Así ocurrió: Un buen día se presenta el mediador acompañado del torero y dos amigos. Me quedaban VEINTE  cajas “sin encetar”, y una encetada.

            Cargaron en el carro del coche, (no pongo la marca para no dar pistas)  las VEINTE cajas sin abrir, con cincuenta ejemplares cada una. MIL EJEMPLARES, en total. Me quedé con unos veinte o treinta en la encetada. Esas fueron mis ganancias. Hasta entonces por ahí habrían andado los ingresos con los gastos, recolectando con tiempo el dinero que yo había puesto de golpe.

            Hasta ese momento, todos los libros por mi vendidos, directamente, por Tachini o a través de librerías, lo fueron a DOCE EUROS ejemplar. Como habían pasado años con inflación, le recomendé los vendiera a QUINCE euros. No sé si vendería alguno a través de librerías, en cuyo caso percibiría diez euros por libro. Pero me temo que, con el paso del tiempo, desde el bar del Toreo, fue regalando la mayoría. De haberlos vendido, siquiera a doce euros, hubiera percibido mil doscientos euros; pero Andrés era así. Para él tenía mucho más valor la satisfacción de regalar.

            Iban pasando los años. Por el pueblo corría la opinión de que Andrés, en vida, se merecía un homenaje, por tanto como había pregonado el nombre de la Villa. Todavía por entonces, cuando alguien decía a uno de lejos, “soy de Villalpando”, siempre la misma respuesta: -Sí, el pueblo del torero.

            Legislatura 2.015-2.019, o la anterior, estoy citando de memoria, el grupo socialista en el Ayuntamiento presenta la propuesta de nombrar a Andrés Vázquez hijo predilecto de la villa. Los del PP, mayoría, la rechazan. Hubo una serie de litigios, a propósito de un homenaje, que no hacen al caso.

            Pasaría algún año. Entonces, creo recordar que con la mayoría justa, aprueban dedicar el antiguo tramo urbano de la carretera Madrid-Coruña al torero. Para ello esta vía pasaría a llamarse Avenida de Andrés Vázquez.

            La reacción de vecinos y negocios fue muy en contra. Alegaban perjuicios, que no detallo,  y entendí, y me pronuncié en su momento. Fue la entonces concejala Natalia Redondo quien, con buen criterio, dio el paso de rectificar. El acuerdo fue anulado.

            ¡Bueno! ¿Ahora qué?

            Pues ya lo ven: un aire fresco ha limpiado el alcanforado ambiente del anexo a la bailía templaria; ahora, sin prejuicios ni celos, el renovado concejo apoya la iniciativa de los “Amigos de Andrés Vázquez”.

            Los amigos del arte taurino de fuera y de dentro, los villalpandinos debemos comprar el libro MAESTRO, para costear la estatua del torero que, en algún lugar de la villa, se debe instalar.

            Puede que en cuanto a la ubicación haya controversia. Para mí no hay duda: el solar donde nació, donde estuvo la casa familiar. Ese lugar ajardinado y junto a la puerta de villa, tan visitada, es el marco idóneo.

            También sugiero: la Plaza de San Andrés, de tan escaso vecindario afectado, podría pasar a llamarse “Plaza de Andrés Vázquez”.