INTENTANDO
CONVENCER CON RAZONES.
El pasado viernes, en la plaza, a
propósito del libro “Quien ve su villa,…”, conversé con un jubilado de FASA,
creo, retornado a su aldea de origen. Lo consideraba un hombre juicioso,
receptivo. No me pesa haber conversado con él. Fue sincero. Junto a sus ideas
sanchistas, al final confesadas, me mostró su preocupación, su disgusto por
todo cuanto está ocurriendo.
-“Veremos
si esta polarización no nos lleva a otra guerra civil”.” Si no se pueden ver
los telediarios”. “Hasta con familiares me he disgustado por culpa de la
política”. “Si es que los ¡otros? no paran de meterse con Sánchez”. “Todos los
bulos quedarán en nada”. Me da miedo Madrid (se refería al típico tópico,
¡que viene la derecha!). “Sánchez es el
pilar en que descansan las pensiones y la sanidad…”
Había estado intentando
tranquilizarle en cuanto a lo de la polarización, nada que ver con las
tensiones sociales, en aquella tan distinta sociedad, que dieron lugar al enfrentamiento del
“treinta y seis”. Le informé de que siempre he estado a favor de la justicia
social y de la honradez; que he peleado contra la corrupción sin importarme
siglas; que incluso Pedro Sánchez, al principio no me disgustaba. Yo entonces
estaba con Ciudadanos, pero que lo de
ahora “no se pué aguantá”.
Ingresado Celdrán en chirona, a éste
y los demás miembros de la secta, ¿no se les caerá la venda?
El posicionamiento político de estos
rojillos desteñidos no se basa en una doctrina ideológica ilusionante, sino en
el discurso del odio. Forma parte de la personalidad de un sector de nuestra
sociedad, en la que campan los frustados, resentidos, envidiosos... Debería ser
la honradez la virtud de los autodenominados “progres”, como lo era para los
socialistas fetén de hace un siglo.
¡Qué va! ¡Qué va!: aunque mermando,
los inmorales sanchistas no acaban de desaparecer, a pesar de todo lo gordo
cuanto está ocurriendo. Pobres de las sociedades donde no imperen los valores
morales. Pobres de las democracias donde los autócratas no respeten la
separación de poderes.
A pesar de su intento, el Sánchez no
ha conseguido silenciar al sector judicial mayoritario y justo. Lo está
intentando, a la desesperada, con una ley para nombrar jueces y juezas cuya
afinidad sea el mérito principal.
Los jueces y fiscales, que lo son
por el mérito de superar unas muy difíciles oposiciones, están, por primera vez
en la historia de España, en huelga contra ese intento de aniquilar a la
justicia.
Aunque lo de Celdrán acapara todos
las noticias quiero reseñar lo ocurrido en Extremadura: el Tribunal Superior de
Justicia de esa comunidad ha anulado el nombramiento como Procurador de las
Cortes Regionales del Presidente de la Diputación de Badajoz, un tal Gallardo,
investigado por el enchufe del hermano
músico del ínclito.
Era un nombramiento “ad hoc” para
aforarle, y con ello retrasar el procedimiento judicial.
Siendo sorprendente como un
autócrata inmoral, a base de escalar, entre otros, sobre hombros tan fuertes
como los del aizcolari, llegue a la cúspide del poder en una nación, lo es más
el servilismo perruno de los lacayos.
Para que el Gallardo ocupe escaño,
hubo de dimitir una procuradora o diputada y renunciar otros-otras cuatro que
le seguían en la lista… Si los sanchistas odian el caudillismo de Franco, ¿qué
opinan de la incesante actitud caudillista de Pedrito, cuya muestra obscena es
lo de Extremadura?
No deseo que haya moción de censura,
ni que dimita Pedro Sánchez, prefiero siga actuando la justicia… La prensa de
hoy informa de la querella de VOX por tres presuntos delitos: “revelación de
secretos, encubrimiento y destrucción de pruebas”.
El cerco se va cerrando. Es todo tan
gordo todo cuanto está ocurriendo (algo desconocido en país alguno civilizado)
que por mucho que agite el titere de que viene la “derechona” (la misma en
gobierna en toda la Europa democrática), le va a resultar difícil sostenerse.
Me parece que a los jueces ya no se
atreve a llamarles “fascistas con toga”.