martes, 24 de junio de 2008

UN MINISTRO EN MI PUEBLO.

UN MINISTRO EN MI PUEBLO.

Y el de Justicia, nada menos, D. Mariano Fernández Bermejo, tío majo, como luego veremos.
Pero esto de la visita de Jerarquías ha perdido mucho. Uno recuerda de niño y joven cuando venía el Exc. Gobernador Civil de la Provincia y Jefe Provincial del Movimiento. ¡Qué acontecimiento en la vida del pueblo!. Lo anunciaba el pregonero días antes para que se limpiaran las calles y encalaran las fachadas de por donde pasaría la comitiva. La víspera nuevos pregones exhortando a todo el pueblo a salir al recibimiento. Se levantaba un arco en medio del “Paseo de Venus”, bajo el cual todos pasaban.
Venía el Gobernador en coche oficial, banderín en ristre, uniformado con impoluto traje crema, fajín, camisa azul y corbata negra. ¡Si es que imponía!.
No les digo nada cuando, por la Coronación de la Virgen, vino el Nuncio de S. S. Monseñor Antoniutti, y no sé cuantos Obispos y Gobernadores, una Centuria del Frente de Juventudes,....y un montón de Guardias Civiles . ¡La primera vez, y única, que se ha llenado la plaza!. Según cálculo del alguacil Rupidera, catalán experto en multitudes, ¡doce mil personas....!.
Esto del voto ha dado mucho de sí. En una de las conmemoraciones, en el 67, vino la “Franca”. ¡Si señor!, Doña Carmen Polo. ¡Pobre mujer!. ¡Menudo marrón le cayó!. Aguantando con traje negro, mantilla y tacones la recepción , la pesada ceremonia, el banquete, en un día tórrido y lluvioso.
Hace no muchos años, cuando el régimen local estaba en su apogeo de despotismo y corrupción, quisieron traer al Papa Juan Pablo II. Contaban con la mediación de dos Curas de la Curia Romana, de los que consiguen anulaciones de matrimonios eclesiásticos para los ricos, naturales de Villanueva del Campo. Incluso acordaron un viaje a Roma los trece alcaldes del rollo, “a gastos pagos”, por el erario público, para llevarle la invitación. ¡Menos mal que Oscar Reguera desbarató el plan.....!.
Ahora viene un Ministro y casi ¡como si nada!. ¡Bueno!, como si nada en farándula y paripé, pero mucho de cercanía al pueblo, de libertad, de verdad democrática.
Doce familias de la villa, afectadas por una cacicada municipal, llevan tres años fuera de sus casas. El edificio, construido sin ninguna garantía arquitectónica, durante el régimen, no el de Franco, presentaba serias deficiencias. Una obra en los bajos, para la que no se debió dar licencia municipal, incluso por el bien de los propietarios, aceleró el deterioro. Los vecinos, al ver aparecer grietas por todos los sitios, llaman a un arquitecto de fuera. El del Ayuntamiento, el mismo que poco antes habría informado positivamente tal obra, al ver las grietas, se asusta y ordena el desalojo. Tres años ha de esto. Desde el 91 venían pleiteando los vecinos contra las empresas constructoras, arquitectos, aparejadores. Después de penoso periplo: Juzgado de 1ª Instancia, Audiencia Provincial, Tribunal Supremo, dando todos la razón a los afectados, regresan “los autos” al Juzgado matriz, con orden de ejecución de sentencia, obligando a reparar o reedificar, a dar sus dueños el habitable piso que pagaron. Creo que ya hace dos años de esto. El Juzgado, dormido en los laureles.
Los propietarios, incluidos los del negocio del bajo, bastantes matrimonios jóvenes, que han comprado los pisos o el local recientemente, sin saber “la caca” que el edificio tenía, que están pagando hipoteca por el piso que no habitan y renta por el en el que viven, han aprovechado la visita para coger la pancarta con tanta educación como razón suplicando al Ministro interceda.
D. Mariano, al bajarse del coche, se ha dirigido al grupo rompiendo el protocolo, los ha saludado antes que a las autoridades. Acabado el acto de inauguración, ha recibido en privado, acompañado del Juez y el Alcalde a dos jóvenes madres afectadas, representantes de los demás. Ha exhortado al ejecutor a agilizar el trámite (Ningún asunto de mayor importancia hay en este Juzgado de pueblo). Les ha dado un teléfono de contacto para ayudar a desatascar el carro.
Ahora viene un Ministro y, junto con el nuevo edificio, puede inaugurar un nuevo estilo de Justicia en antañón juzgado, donde las presuntas connivencias con el poder político caciquil destronado eran evidentes, donde se condena a un inocente de insulto a hija de política a pagar el triple de multa que a un político agresor de inocente, donde, no sabemos por qué, se duerme una ejecución de sentencia vital en la vida de unas pobres familias.
Prefiero las visitas de ahora.

lunes, 23 de junio de 2008

NOTICIARIO VILLALPANDINO.

Rematadas, ¡por fin!, las obras de la plaza, ésta ha vuelto a ser el corazón de la vida en el pueblo, aunque, también como siempre, otras actividades se han realizado fuera de ella.

-OVICAMPOS: la Fería exposición de ganado ovino. Se llenaron los compartimentos instalados en el mercado con lo mejor de la ganadería comarcal: ovejas productoras, cancinas, machos, tanto carneros como cancines, de las cuatro razas por aquí criadas, que son, por orden de importancia:

HAWASSI: Denominada también judía, por ser este su origen. Se caracterizan por tener, a ambos lados del rabo grandes bolsas de sebo, que les cuelgan. Originaria del desierto, en esas bolsas acumulan un reservorio de grasa del que poder tirar en epoca de escasez de alimentos. Es raza de gran porte. Los carneros poseen grandes y retorcidos cuernos. Son de color blanco amarronado. Bien alimentada produce mucha leche.

ASSAF: Descendiente de la anterior, ha perdido las bolsas de sebo. Son de color completamente blanco. Es la raza más productora de leche, y que mejor se adapta al ordeño mecánico, si bien es muy señorita. Le gusta más la estabulación, bien comida y bien bebida que salir a pastar al campo.

CHURRA: Son ovejitas de menor porte y las más bonitas. Su lana lacia y colguda. De color blanco, el morro, las ojeras, la punta de las orejas y las patas, son de color negro. Es oveja muy rústica, adaptada al pastoreo. No produce tanta leche como las anteriores, pero es de mucha mayor calidad, y la más eficiente en la transformación alimento-leche.
Además el cordero lechal churro es la élite de las carnes. Nada que ver con los grasientos judios.
En la carnicería más grande del pueblo es el único que sacrifican y venden.

CASTELLANA. Es la oveja autóctona. Puede ser blanca o negra y de parecidas características a la churra, si bien puede que menor productora de leche. Es la más indicada en explotaciones orientadas a la producción de corderos en exclusividad, sin ordeñar.

Además de ovejas, a la entrada del recinto, nos sorprendió una muestra de caballos "Poney", en especial uno, propiedad de Paula Gallego, nieta de Marcial, tan pequeñito que no es mayor que un perro mastín.

Una cuadrilla de esquiladores, montañeses de León, compuesta también por polacos, ofreció una demostración de esquileo mecánico, con un lote de ovejas propiedad de Esteban Martínez. No necesitan atarlas. Rapan a cada una en 70, 80 segundos. Las maquinillas, hidraulicas, son parecidas a las utilizadas por los barberos de antes para cortarnos el pelo a los muchachos a "rapaterrón", si bien mucho mayores y sin fuerza motriz manual. ¡Si los esquiladores de antes a tijera, levantaran la cabeza....!.

Al mediodía se sirvió un guiso de lechazo, que algunos ganaderos regalan. Muy bien cocinado por Alejos de la Puente, "Palomo", hubo suficientes platos gratis, incluso de asadurilla, para quien al reparto nos acercamos.

Bonita mañana de convivencia entre labradores, pastores y gente de los pueblos en general. ¡Lástima que la leche y los lechazos valgan tan poco..!. Y el queso y la carne tan caros. La lana no paga el esquileo. Aun así, la mayoría de las explotaciones de ovino, las más eficientes y dimensionadas, las que poseen pastos y no deudas, las familiares tradicionales, adaptadas al pastoreo, están aguantando la crísis. La oveja seguirá siendo la base de la economía productiva de "Tierrra de Campos".

Mañana, s. D. q., continuaremos relatando más cosas de la fería de la "ex-madera".

lunes, 16 de junio de 2008

Publicado en La Voz de Benavente, sábado 14.

LA INMIGRACIÓN: NUEVA SAVIA PARA LOS PUEBLOS.

Anteayer, sábado, íbamos desde casa, “tapando la calle, que no pase nadie,.....” tres nenas de guardería, Inés, Asia y Maire, agarraditas entre sí de la mano, y en los extremos, el abuelo de la primera, servidor, y su papá, mi hijo. Detrás las tres madres.
Los papás de Asia son asturianos, y se han afincado en la villa. Maire es la indita “Pelusillo” de quien ya les he hablado. Llegó de Buenos Aires en noviembre con su mamá, al calor de la abuelita instalada aquí dos años antes, quien ahora cuida a un matrimonio anciano, él dependiente. Mamá trabaja en “La Cañada Real”, en la cocina. Es indita porque los abuelos son Paraguayos y Bolivianos, aborígenes.
Llegamos a la plaza. Un triciclo descabalgado fue la excusa para juntarse con otras dos amiguitas: María, la más moza, de 3 años, y Jimena de uno y medio. De madre mulata dominicana y padre solariego, han heredado un precioso mestizaje: tez blanca, ojazos negros, pelo ensortijado. Las cuidaba, es un decir, el hermano mayor, Víctor. Andará por los nueve años. Preciosos negrito de vivos ojos como platos, y caracolillos, más listo que el hambre. Jugaba al fútbol con un gitanillo adolescente. En las fiestas de agosto ganó el premio a la mejor faena con la vaquilla infantil. Duda entre ser figura del toro o del balompié. ¡Mira que si de pueblo tan antiguo saliera un torero negro!. (Aclaración: lo de negro, gitano, india no posee ningún matiz peyorativo, sino mi afán de, como diría Julián Cachón, dejándonos de coñas marineras, llamar a las cosas por su precioso y preciso nombre).
Correteaban alegres estrenando las nuevas losas de plaza vieja, siete niños de tan distintas procedencias, razas, colores. Teniendo mucho que ver con el asentamiento de algunos, al ver ese embrión de “alianza de civilizaciones”, ZP dixit, me sentí feliz.
En la cafetería de la plaza, el Bar “Torti”, o Ideal, de toda la vida, tras la barra pone “cortos”, “cañas”, “cubatas” y simpatía, con su acento criollo, escapado de tango de Gardel, Carolina, preciosa Paraguayo-Argentina de 22 años, acogida e integrada en el pueblo, y en la familia de los dueños como una hija más. Hace un mes ha llegado su hermano mocetón afable, educado, trabajador, y cualificado. Algunos días nos ayuda en el trabajo de casa, Certifico sus buenas cualidades. Tiene todos los carnés de conducir. Llama a todos los anuncios. Estaría ya trabajando si “tuviera papeles”.
En el pueblo hay una colonia de unos sesenta búlgaros, rumanos, algún boliviano. Están consiguiendo que haya aumentado el depauperado censo, y la matrícula en Primaria y Secundaria.
Hace años que lo venimos advirtiendo: la despoblación rural sólo se puede mitigar con inmigrantes, gente joven, nueva savia que regenere el añoso tronco de la envejecida población.
En estos momentos, inmersos en la comenzada crisis, en las oficinas de extranjería es casi imposible conseguir permisos de residencia. Se están adoptando medidas para que los inmigrantes en paro, lo cobren todo de golpe y regresen a su país.
Mi grito ahora es: DIFERENCIEMOS LA INMIGRACIÓN URBANA Y LA RURAL. En las ciudades puede que sobren, EN LOS PUEBLOS SIGUEN HACIENDO FALTA.
Otro desajuste quiero señalar. La desventaja entre los europeos comunitarios y los hispano-americanos.. Los primeros pueden llegar libremente y quedarse sin imperiosa fecha de regreso. A los Argentinos los obligan a sacar billete de venida y vuelta. A otros hispanos, si no es con permiso de residencia, ya ni los dejan llegar.
Puestos a escoger mejor sería repoblar con centro-sudamericanos o, al menos, tuvieran las mismas facilidades. Los “papeles” comienzan por una solicitud de permiso de residencia y una oferta de empleo, ambos presentados por el empleador. ¡Pues bien!: ¿Quién se va a comprometer a ofertar trabajo a un desconocido/a?. Otra cosa cuando están acá, los ven, conocen, prueban. Pero tienen otro inconveniente: han de regresar a su país a por el visado.
Conclusión: se debería facilitar el asentamiento de inmigrantes en los pueblos, mejor los de nuestra lengua y costumbres. Que bastara una oferta de empleo para concederles el permiso de residencia.
Mi amigo Moncho tiene el billete de vuelta para dentro de poco más de un mes, para quedarse allá, teniendo trabajo acá si tuviera papeles. Tentado está con ese cuerpazo a “trabajar” en el oficio más nuevo del mundo, donde ningún inspector le iba a pillar. ¡Una pena perder a un muchacho de 25 años, lleno de vitalidad, vida y proyectos...!.

lunes, 9 de junio de 2008

RECORDANDO.

LAS FERIAS Y FIESTAS DE LA MADERA.
En el límite entre la primavera alta y el verano, cuando ya se habían cogido las algarrobas, las cebadas “pa segarse, y los trigos cereños, esquiladas que habían sido las ovejas, llegaban todos los años las “Ferias y Fiestas de la madera”.
Para los niños de antes, deseosos de tantas cosas, este acontecimiento anual nos llenaba de alegría. Era su preludio la llegada de “las barcas”. Nunca faltaba, desde Toro, aquella familia del Sr. Luis. Un hijo, clavadito al padre, menudo y hebrudo, quien ya venía de niño, sigue acudiendo en San Roque con su pista de coches de choque.
¡Qué ya ha venido las “barcas”!, (barquitos bipersonales de movimiento pendular, colgadas por varillas de una viga tranversal. ¿cuántas eran, cinco, seis?). Y la caseta de tiro al blanco, que también servía de vivienda a los barqueros: el abuelo, dos matrimonios y tres o cuatro chiquillos. Todos los muchachos corríamos a la plaza.
En aquella sociedad rural agrícola, las Ferias de la Madera, el 21 y 22 de junio, antes de la mecanización, de la masiva emigración, cubrían una necesidad: los pueblos tan poblados, llena de labradores la comarca, en esos días, previos a la recolección, se compraban las herramientas, los aperos, los útiles que, de puro viejos, se habrían de reponer.
Por eso venían con sus carros, al final pequeñas camionetas, los trilleros de Cantalejo. Llenaban de trillos la plazuela de las Angustias y el tramo entre ésta y la plaza. Trillos de gruesas tablas de pino, curvadas en la delantera, olorosas a resina, con sus incrustadas y cortantes piedrecitas, esquirlas de duro pedernal.
Llegaban arrieros de la próxima montaña leonesa con las tornaderas, rastros, bieldos y bieldas. Se instalaban en la plazuela de San Nicolás. Los que traían vigas, machones, puertas, lo hacían en la calle del Condado y de la Feria.
La plaza mayor, un hervidero: los toresanos con las guindas garrafales, los primeros perucos; puestos de venta de ajos, de hoces, guadañas, redes para los armajes de acarrear, sogas, trallas, varas de fresno,.... .
Venían los retratistas. ¿Quién no tiene una foto infantil montado en el caballo de cartón, con aquel decorado seudo-versallesco al fondo?. ¿Quién no posó, un poco temeroso, ante aquellas cajas de madera, sobre un trípode, esperando a que saliera “el pajarito”?.
Bajo los soportales del Ayuntamiento se instalaban los puestos de baratijas, repletos de brillante bisutería. También puestos de venta de gorros, sobreros mejicanos, de paja, chiflas, confetis,.... .
No podían faltar las casetas de tiro al blanco: humildes feriantes de la legua de sobadas y descentradas escopetas. Las tómbolas en las que los charlatanes organizaban subasta de papeletas para la rifa de la “cachaba” gigante de caramelo
Los dos días por la mañana había ferial de ganados, para vender o comprar la mula necesaria para la siega, la trilla y el acarreo.
Los carreteros sacaban a “exposición” los repintados y lucientes carros recién terminados, y los guarnicioneros los lustrosos arreos.
Las actividades mercantiles por las mañanas, las lúdicas y festivas por la tarde y primeras horas de la noche. Así el día 20, que había sido día de trabajo, puesto el sol la plaza se animaba, incluso podía haber “verbena” en El Paseo, hasta la una de la mañana, como mucho.
La novillada seria, en la “Plaza de Toros”, principal ingrediente del día grande, en la que eran lidiados, banderilleados y muertos a estoque, cuatro bravos novillos: despeje plaza, paseíllo, corrida de llaves, trajes de luces, cuadrillas, palco, barreras, sombra, sol, mulillas para el arrastre, manejadas por Riñones. No faltaba de nada, sólo que los trajes, alquilados; el ruedo no circular; los asientos de barrera, tablones sobre soportes de adobe, y el palco, para orquesta y autoridades, un tablado de madera con bancos y la bandera nacional festoneándolo. Pero era tan peculiar, tan distinta, tan entrañable aquella placita de toros del “Cubo el Palacio”.
Ni un año faltaba la vallisoletana compañía de comedias de Ángel Velasco en el teatro de “Los Mantecas”. Aquí actuó, siendo jovencita, Lola Herrera.
¡Los bailes!, el no va más de la fiesta: tres sesiones con entrada, cada día. Sesión “vermú”, a la hora que su nombre indica, la de antes, y la de después de cenar. En la pista de Torti, para mitigar el sol del mediodía, además de las enredaderas, ponían unas lonas de camión. En el baile de “Los Mantecas”, suprimían la sesión última para el teatro.
Los “señoritos” de la “Sociedad del Cine”, siendo aún nosotros niños, algunos años, traían orquesta hasta con “animadora”. ¡Tela!.
¡Qué buen recuerdo guardamos de los días de la feria!. El 22 por la noche terminaba la fiesta con la quema de fuegos artificiales. Cuando a las dos de la mañana, salíamos del teatro, y los feriantes ya estaban recogiendo sus bártulos, un sentimiento de tristeza nos invadía, pero nos quedaban la esperanza del año siguiente.
Un mal día ya no hubo más año siguiente. De ahí un acierto recuperar esas fiestas, en las que si no trillos y tornaderas, otras muchas cosas puede haber, incluida, si la huelga del transporte no lo impide, una charlotada.