sábado, 26 de diciembre de 2020

EL FUEGO DEL HOGAR.

 

Apagada.

Encendida


Uno de los tapices que trajo mi tío Agapito de Larache, cuando hizo la mili, en el año "treinta y tres".  A su lado Gracia en su brillante licenciatura en farmacia.


Una de las vistas desde el salón.


Parte de la mesa y sillas en que cenamos y comimos.

Uno de los rincones de fotos: Nacho de bebé, David, placa de un premio y Álvaro. Abajo Sara Belén y Ángel, el día de su boda.


Otra vista desde el ventanal del salón



Los sillones de pitiminí, y más fotos al fondo.



      El sofá heredero del otro, donde Belenita, arrullada por la chimenea, durmiendo descansaba de sus fatigas estudiantiles.

 
            Licenciada "cum laude" en Medicina por la Universidad de Salamanca.

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      El día 22 por la tarde noche, llegó Gracia con sus hijos. Es un eficaz torbellino. A la mañana siguiente veo que está "volviendo para atrás" el salón de los recuerdos: arriba persianas, fuera algunos objetos almacenados, limpieza de la chimenea; la carga, llena el leñero; limpieza general..; y, hace ya años, lo veo lleno de hijos, de amigos, de canciones y guitarras, de alegría.  Tenemos fotos. Salgo para que no me vean llorar. Ese salón, esa chimenea los asocio con Sara Belén. Llegaban de sus estudios, o de sus trabajos, un año Belén desde Roma, curso Erasmus en la clínica Iemeli; llenaba el jardín de lucecitas, en la casa sonaban villancicos... ¡Aquellas Navidades llenas de canciones, en casa, en las misas de las monjas..! Y el fuego en la chimenea...

    En los últimos años, cuando nos reunimos todos, (sanroques, Navidades...) es en el salón de la casa del jardín. Tiene una mesa extensible, sacada del comedor chulo de la vieja casa de los Modroños. Además le añaden otra. Diecisiete algún año hemos llegado a juntarnos. Éste,  teníamos que repartirnos. Hasta este pueblo, desde tan lejos, ha llegado el bicho. Unos con niños en casa de Jesús, y otros, con "mayores" en la casa "vieja", que, tan cuidada, no lo es tanto.

    Reformamos en 1978 la casa de los aguardienteros en la calle Silera, añadiéndole un buen trozo, para tener dos viviendas; una para tía abajo, y otra para el matrimonio y los niños, arriba: dos cuartos de aseo, la cocina, la galería y el salón, con la chimenea.
 
     No, no era el salón de enseñar o de cuatro días al año, como ahora, si acaso, sino el de batalla, donde estaba al tele, donde hacía calorcito; apenas si había calefacción en el resto de la casa; un calentador eléctrico portatil en los aseos y un brasero eléctrico en la cocina, bajo la camilla en que los ocho comíamos. Tía siguió viviendo con nosotros. Después de comer, después de la escuela, a encender la chimenea, y todos al salón.

    Entones, en lugar de esa mesa de comedor pija que se ve en la foto, había una camilla con faldas y dos sillones; y un tresillo de mucha más batalla.

    La chimenea, es la de la foto, pero sin la "casette" empotrada. Esa tardó unos años en llegar. La del primer año era abierta, ya tipo francés, no como las lumbres, las hornaces de la casas de antes, tan humiferas (para curar la matanza)  y grandonas; dos talegas de estiércol, granzones y medio manojo o unas ramicas de encina, necesitaban para llenarse; aquello, en plan borrajo, duraba todo el día. Por la noche, para hacer la cena, algo frito, normalmente (huevos, tortilla, pescado) se hacía otra hoguerita, cogiendo, con las tenazas, un poco de borrajo y poniéndole encima nuevos palos de manojo (sarmiento, vides, de los majuelos) o unos palicos de encina con su hojarasca. Las sartenes tenían patas.

     A pesar de que a aquella chimenea del principio, le habíamos puesto un chapón de fondo, la mayoría del calor se escapaba por el humero. Recurrimos a un truco. Cuando ya la madera eran brasas, las sacábamos para el brasero puesto en la camilla de faldas. Les confieso una cosa: con buen brasero, buenas faldas (era todo lo que teníamos antes, y no todos), aunque se queden las orejas frías, yo aguanto.

    Al año siguiente colocamos, ya empotrado pero abierto por delante, un sistema de recuperación del calor, un aparato metálico que cubría el piso del hogar, con una entrada de aire desde el techo del piso inferior; la parte frontal, con doble pared, hasta por encima de la hornaz, del que partían gruesos tubos que atravesaban el humero, y vertían el aire caliente por una ventana ovoidal abierta en la pared frontal de la chimenea.

    Aquellos fue ya un gran adelanto. Había que  llenar bien el hogar de leña seca que diera mucha llama. El pino era la ideal, pero había que estar arrosiando cada poco. Al tiempo que echaba una bocanada de aire caliente, renovaba el de la habitación, pues ese lo había tomado del exterior, una dependencia de abajo. El problema es que cuando dejaba de haber llamas, aquello dejaba de soplar caliente. La tuvimos, al menos, dos temporadas. Ahora está en la caseta de Valdeconejo.

     Por fin, a la tercera o cuarta temporada, dimos con la solución definitiva: una como la que ven en la foto, una Hergon empotrable. A esa le metimos tanta caña, encendida a diario, doce o catorce años, que acabó por rajarse. La sustituimos por la actual que, como mucho, la encendemos alguna Navidad. El salón familiar, de batalla ha pasado a ser un salón pijo, cerrado y triste. En la cena de Nochebuena y la comida de ayer, volvió a lucir sus galas, a estar entrañable.

   ¡Claro!, sí, sí. La chimenea muy bonita, entrañable, confortable, y, el ¿alimentarla?. ¡Bueno!: la perfección técnica de éstas, suponen un enorme aprovechamiento del calor. Un ventilador, silencioso, se encarga de expeler aire caliente por hendiduras frontales; además la combustión es regulable cerrando o abriendo, más o menos, el tiro; aún así el leñero lleno lo ventilaba en tres días. El sistema anterior se jalaba uno entero. Mejor dicho. Todos los sábados hacía un montón grande de leña, ramaje seco de pino, en la galería. Todas las mañanas, antes de ir a la escuela (En Villanueva, Alija del Infantado y Villalpando) había de limpiarla, subir leña, cargarla de nuevo. Medía hora si me llevaba.

    El ser consecuente con mis principios me ha traído, sobre todo  últimamente, algunos inconvenientes. Uno de esos principios ha sido, es mi compromiso con el medio ambiente. Quién lo iba a decir, pero hace veinte, treinta años, más que ahora, quemar combustibles fósiles para calentarnos, me parecía un delito. Me negué a instalar calefacción con gasóleo. Y no me importaba, porque tenía fuerzas, apañar y preparar madera de todos los sitios. Empecé arrancando viejas cepas en Valdeconejo, (las de los majuelos de los Modroños, también arrancadas por mí con el Barreiros, y mi padre enganchando la cadena, se quemaron en los últimos años de la aguardientería), compré, para ello, por 120.000 pts las seis Has. del majuelo de los Oleas. Jesús, con doce años, conducía el tractor; yo ponía la cadena. Daban trabajo las cepas. Habían, primero que esmochar todas las viejas vides, el arranque y cargue. Ya era basculante el remolque. Preparaba unos buenos montones en el corral. Antes de que se secaran, troceaba los cepos con el hacha. Normalmente cortarlos al medio.

     Cuando se acabaron las cepas empecé a traer ramaje de los pinos del Raso; escogía lo más gordo, y más hacha en el corral. A veces Ramón el gallego, tan buen amigo, me daba troncos pelados, de cuando un fuego. Entonces fue cuando me animé a comprar una motosierra eléctrica. Me duro poco. Después una nueva de gasolina, pero pequeña. Valían muy caras. Por último tuve una usada, pero flamante, más grande. Con esa corté ni sé la cantidad de vigas y cuartones de madera de derribos. Ese fue el abundante combustible de los últimos años. Ahora Jesús, que tiene otras cuatro, de todos los tamaños, herramientas y taller para ponerlas a punto (llevan mucho mantenimiento, sobre todo el afilado de cadenas), se ha hecho dueño de mi vieja motosierra, que es buenona, pero ya no puedo con ella.
     
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      Aunque siento un poco de pudor, me permitan mostrar esa foto de la madre que, no muchos años después, en la cama de un hospital, la agarraba de la mano, pero ni aun así pudo retenerla, ni aún así Belenita, consiguió quedarse.



jueves, 24 de diciembre de 2020

MIS ABUELOS PATERNOS.


 



     Como de su biografía, sobre todo en el aspecto político, he escrito casi todo, tanto aquí como en mis libros, ahora me limito a comentar la foto y su circunstancia de emigrante.

      Gregorio Modroño Maestre había nacido en Castronuño, (Provincia de Valladolid) en 1880, hijo de Agapito Modroño González y de Agapita Maestre Fernández, quienes con los tres o cuatro primeros hijos (aquí ya nacerían otros tres o cuatro) llegaron a Villalpando, sobre el 1.888 para establecerse como aguardienteros en vieja casa, en la carretera de Madrid, esquina al camino de La Fuente. Dicha casa fue comprada sobre 1918 por mi otro abuelo, el materno,  Eustaquio Alonso Redondo, quien la derribo y construyó, para posada, otra casa grande de adobe, con cuadras, pajares, panera, pozo, corral también grande. En la actualidad en dicho lugar hay un moderno chalet propiedad de Felipe Vega y Angelines Casado.

    La foto, como ven, está hecha en Mendoza (Argentina), pienso que al llegar, sobre 1.908, en cuya provincia, municipio de San Rafael, lugar de Cañadaseca, distrito de Ramacaída, como a trescientos kilómetros de la capital de provincia, se estableció. El gobierno de la Argentina había emprendido un programa de repoblación del inmenso territorio. Daba terrenos a quienes quisieran en ellos establecerse.

   En la foto de abajo está mi abuela María Chimeno Luna. Los dos niños son Petra, pelo rizado, como de tres añicos, y sobre la silla, Mateo, mi padre, como de un añico. Por lo tanto la foto está hecha en 1909; en La Bañeza. Como pueden observar  todos visten sus ropas de gala, que nos indican que su situación económica no era miserable. El hecho de emigrar en tan largo viaje, suponía disponer de dinero para ello.

    ¿Por qué en La Bañeza? Pues seguro que en el viaje en tren desde Benavente a Vigo, donde embarcarían rumbo a la Argentina, harían escala en ese pueblo. Primero marchó mi abuelo. Como al año siguiente su mujer con los dos niños. 

    Estuvieron allá como seis años. A mi abuela María le pudo la añoranza: el recuerdo de sus padres, de sus hermanas. Allá quedaron, y para siempre el otro matrimonio de hermanos cruzados: Primitivo Chimeno y María Modroño. Sé exacta la fecha de entrada, de regreso al pueblo, desde Benavente, donde habían hecho noche, en el carro del "Carruchero": 7 de diciembre de 1915,  al mediodía, cuando tañían a vísperas de La Purísima, las campanas de las cinco iglesia supervivientes del pueblo en aquel momento. Para llegar sobre lasa doce de entonces, al pueblo, hubieron de salir de noche de Benavente. Traían otros tres niños: Gil-Agapito de cuatro años, Antonio de dos, y David "niño de pecho" (no digo bebé) de cinco meses. Petra de nueve añicos, todos entre mantas, sentados en costales de paja, que había llenado el abuelo, junto a su madre, acochaba a sus hermanicos. 

     Traían una máquina de coser, marca White,  y un lazo de cuero que conservamos en casa. Creo que unas perricas con las que compraron casa en la calle Limpia, vendida años después a "La Patatera" y ésta a "Chanchullo". En ella, además de cobijarse, montaron una zapatillería. Sí: confeccionaban zapatillas de esparto y lienzo fuerte. Y, así que pudieron compraron carro, mula, unas pipas, todo para acarrear hasta casa las "madres" de las cubas, tizos de la dehesa;  y la alquitara . Reeemprendieron el viejo oficio de aguardienteros, el cual, con muy distintas circunstancias, llegó hasta 1970, en que fui el último aguardientero.

     En el corral de esta casa, sobre 1945. Tendrían sobre 65 y 64 años, respectivamente.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

UN POCO DE HISTORIA FAMILIAR.

 Acabado de leer "Línea de fuego", de lo que di cuenta, me puse a revolver cajones para encontrar las cartas de mis tíos en la guerra. Encontré unas pocas, que transcribí y comenté. También encontré testamentos, escrituras y, patinadas en sepia, viejas fotos.



      Estos son Pedro Chimeno Margallo, natural de Villárdiga, nacido hacia 1840. Ella, algún año más joven,  Narcisa Luna Alonso, nacida en Villalpando, plaza de Santo Domingo, en vieja casa, solar ocupado por la de don Luis Delgado, el Notario. La foto está hecha en el corral de su casa, donde hoy está ésta, hacia 1923.

    Leyendo el relato de "Azorín", "La vida de un labrantín", veo en él reflejada de la vida de este bisabuelo.

"Si se muere su mujer la primera, él se quedará también solo; su bella resignación, su bella serenidad, no se apartarán de él. Un suspiro vendrá de tarde en tarde a sus labios, y luego él exclamará: "¡Ea! ¿Qué le vamos a hacer? Todo sea por Dios.”

   Pedro, "El Carruchero", murió antes que su mujer, pero no estuvieron solos, su hija María, mi abuela, y su nieta Patro, la madre de don Primitivo los cuidaron. Estaban también pendientes de él las otras dos hijas que vivían en el pueblo, Canuta (madre de los Camilos) y Josefa, madre de los Espinacos. La otra hija, Eugenia, vivía en Zamora, iba en el burro a verla de vez en cuando, y le llevaba alguna vianda. En lo demás, el trabajar de sol a sol, hasta ya viejico, como vemos por el tostado de su piel, en la frugalidad de sus comidas, en su bella resignación, en su bella serenidad, en su fe es igual al que don José nos describe.

  Compruebo en el testamento que sus únicas propiedades eran la vieja casa en la Calle Silera, lindando a la derecha, según se entra, con la de David Curto, "El burrero", donde hoy está el jardín de la nuestra y la casa interior de Gracia, ya que en 1947 los Modroños se la compraron, medio en ruinas, a las hijas de David, Máxima e Isabel Curto; por la izquierda con la de la señora Petra Prieto, hoy de Jaime Rubio,; al fondo con corralón de los herederos de don Teodoro Núñez, comprado por mi abuelo en 1937 a los hijos de aquel, Cesar, Manolo y Adela Núñez Nájera. Creo, por tanto, que el pequeño corral del Carruchero no tenía salida para la actual calle de "Los Corralones".

    Sus únicas propiedades, ya digo, la casa, y un cacho de majuelo de tres cuartas a "La Portilla". Lo conocí, el majuelo de mi abuelo, decía mi padre, entre los pinos de Quesada. Hoy queda dentro de nuestra parcela entre el de dicha Portilla y el Camino de Valladolid.

   Y era labrador. Sí, como tantos otros, de tierras en renta, en colonía, se decía entonces. Parece ser que tenía una tierra propia, al "Corpus", que se la tuvo que dar al al gallego don Ramón Álvarez, secretario del Ayuntamiento y poderoso cacique local en aquel momento, para librar a su único, hijo, (el otro, Mateo, había muerto de tisis en el seminario de Valderas) el mayor, para librarlo, digo, del servicio militar, de la guerra de Cuba.

    Las tierras que labraba eran propiedad de la "Palmera" de Villamayor de Campos, creo doña Concha Palmero, casada después con un Nájera, por lo que a esa heredad y familia se les conoció después como los Nájera. Hoy se los conoce como los Vázquez de Prada Nájera.

    Mi tía Petra recordaba con cierta frecuencia de ir a coger algarrobas a una tierra grande que labraba su abuelo a la izquierda de la carretera de Quintanilla, donde estuvo el "Campo de Fútbol", hoy ángulo entre dicha carretera y el camino donde está el mercado, Lesa, etc. En la actualidad, a partir de ahí, tienen los de "La Nájera" un parcela muy grande.  De aquel campo de fútbol del Frente de Juventudes, queda un montón de tierra, casi ya inapreciable, donde estuvo la caseta vestuario, de tapial. La Nájera habia prestado ese terreno en la posguerra, para el chinacoso y sin cesped,"campo de fútbol".

   También sé que Pedro Chimeno tenía un majuelo en Valdeconejo, por encima del de los Oleas. Por lo tanto hoy pinar de nuestra propiedad.

   Leyendo la descripción de una tierra de Luis Mazo, en el Raso, a la Senda Marbana, la del pleito con Cobera por arar los pinos, dice: "al este con tierra de Pedro Chimeno" . Es fácil deducir que, siendo de Villárdiga, aunque trasladado a Villalpando, labrara también, además de lo de en renta de la Palmera, algunas viesas en el Raso. Mi tía Petra recordaba de ir a vendimiar majuelos y a atropar gavillas al Raso.

    Cuánto no trabajaría aquel hombre, cuán austera había de ser la vida de toda la familia, dos hijos y cuatro hijas. Dudo llegara a segar a máquina. Alguna cuadrilla de gallegos, a hoz, lo ayudaría. Seguro que tampoco tuvo aventadora... Limpiaban a bieldo y a cribo de piel. Pues cogía trigo para sembrar, para la ración y algo para vender. Me contaba mi abuela que su padre llevaba los doce costales de trigo en el carro a vender a Rioseco, donde se embarcaba en la dársena del canal para el Norte, o para exportar. 

    También cogía algarrobas, que vendería a pastores, garbanzos para los cocidos, cebada para mulas y dos marranos, guisantes también para éstos... Vino para el gasto, al menos, había un bodegón en casa.

    De todo cuatro saquicos. Lo suficiente para subsistir con austeridad pero sin miseria como los jornaleros. Vemos por las fotos, que seguiremos poniendo, que vestían con decencia. Eran muy Cristianos, Católicos practicantes, de inocente fe. Me lo contaba la bisnieta mayor, Carmen, quien se acordaba de él, que murió, sentado en la cama, con plácida serenidad.

    Todavía, por Villalpando, y por el mundo, quedamos bisnietos. Al menos que esto sirva para recordar de dónde venimos. Y si mantuviéramos algún contacto con los de la Argentina y con los de aquí, sería mejor.

    

jueves, 17 de diciembre de 2020

AYER DOS FUNERALES.


      Por la mañana, fallecida el día anterior, el de Josefina López.  Natural de Prado, fue la esposa de Eustaquio García Pérez, con quien tuvo cinco hijos, tres hombres, Diego, Usta, Jesús, y dos mujeres: Josefina y Monserrat..

      Es de esas esquelas que a uno le sorprenden, pues no teníamos noticia de su enfermedad. Además era relativamente joven, 75 años. Sentimos su pérdida.

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         Por la tarde fue el de Clarita Cepeda Lucas de 92 años, quien había sido esposa del famoso Luis Cepeda Lucas, Luis "el Currero". En la biografía de Andrés Vázquez aparece su foto, delante de la imagen del Nazareno que portan Andrés, sus dos hermanos Antonio,  Juanito, "Jabonero", y Ofo. 

        La voy a colgar. Espero que a sus hijos Teresa, Luis Miguel y Adolfo les guste contemplarla.


   En cuanto al "bicho". Dice el periódico que en Villalpando seguimos libres de contagios. Posiblemente se refiera a la localidad sin meter a la Zona Básica de Salud, pues en la Residencia de Cañizo están infestados todos los residentes menos dos, Anuncia, una señora de Villárdiga, y otro hombre, de Castroverde; de ellos hay seis ingresados.

  Y frío: No levanta la niebla. En el termómetro de la Farmacia, CERO grados.


 

miércoles, 16 de diciembre de 2020

VISITA DE UN TÉCNICO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL.



     Ayer, sobre la una, en flamante "todo terreno" mono volumen blanco, vino un técnico de la Diputación Provincial a ver los daños producidos en la "limpieza" de cunetas de la carretera de Quintanilla del Monte en nuestras parcelas (todas en una pieza) lindantes con dicha carretera.

Ahí va la primera foto, para empezar:

 



Ese es el corte del acceso desde la carretera al camino de servidumbre que va hasta la laguna del Barrero. Ahora ha salido mejor que en la foto anterior. Cierto que no había alcantarilla, sino un vado. Como tanto la carretera como el camino son públicos, son las administraciones competentes quienes deberían y deben construir la correspondiente alcantarilla de entrada.

El técnico me dijo que eso era competencia del Ayuntamiento. Que lo solicitara. Como ya lo tengo solicitado ante la Diputación, si de ella no es la competencia, que se lo ordene al Ayuntamiento. 

Sacó algunas fotos de arbolitos tronchados y de los montones de tierra dentro de nuestra parcela. Pocas y con desgana. Por eso repito aquí las más significativas para comparar.



Ese es el mazacote de hormigón que sustentaba a una señal de tráfico, arrancado de su sitio, en el borde exterior de la cuneta, y dejado en nuestra parcela. El ribazo de tierra que ven está sobre el interior de la lindera.

Insistió que, según las normas de la Diputación, en todas las fincas, debe quedar un ancho de tres metros, a contar desde el borde de la cuneta, sin ocupar ni por árboles ni por construcciones. Le respondí que, según la normativa del MOPT son DOS METROS, desde el borde del arcén.

-Mi re usted, como ya he mandado escrito a la Diputación con las normas, no vamos a discutirlo usted y yo ahora.
-De todos los modos vayamos al comienzo de esta carretera, cuando parte de la general vieja y verá usted la distancia a la calzada que hay en todas las fincas, solares, (antiguas eras) construcciones (verjas, viviendas y naves). A ver dónde están los tres metros que usted dice desde el borde exterior de la cuneta, donde existe; ya desaparecida en lo construido.

Conocí esa carretera de cantos y tierra, cuando iba totalmente por fuera del pueblo: eras a un lado y al otro, el tejar de Cipriano Hernando, la laguna del Palomar de frente,  y un herrenal de "Timba" antes del cruce con San Francisco, donde ahora hay una nave  de cerdos desocupada hace muchos años. Dejada atrás la laguna "Redonda a la izquierda giraba, y gira a la derecha, con más eras al lado izquierdo, hasta donde está ahora el polideportivo. A la derecha, desde donde partía la calle de San Francisco, eran ya herrenales. En el del cruce, propiedad de Luis Mazo, había estado el convento de San Francisco, citado en las actas del juicio del comunero villalpandino Bernardino de Valbuena. Mediado el siglo XX, el señorito con más sentido de lo social que había en el pueblo, Luis Mazo, construyó viviendas, tan escasas y pobres en la villa, para obreros.

De todo lo construido las edificaciones que a mayor distancia están de la calzada son las naves de Cándido Sánchez Vega y el edifico del Atlanta. Todo lo demás construido posteriormente, se ajusta más o menos a la legalidad, entonces vigente, pero nada de a tres metros desde el borde de la cuneta, salvo los modernos chalets que esos sí que están a la distancia como Dios manda.

La cuneta tiene distinto ancho a lo largo del recorrido de dicha carretera, pero, sin duda, donde más ancha, es en el tramo final de la linde con nuestro terreno, como muestro en la foto. Ahí ha sido, precisamente donde han tronchado los arbolitos y metido la tierra en la parcela. Vean si no.


 
Ahí los árboles están, no a dos metros del arcén, como marca la ley,  (se supone que en carreteras donde no exista cuneta, como vemos en la "Vuelta" por zonas boscosas, donde están al borde de la calzada, y esas carreteras locales como ésta, son un túnel entre la vegetación),están digo, a seis metros del borde del arcén, sin peligro alguno para el tráfico.

Comparecen la distancia entre arcén y finca nuestra, con la de la siguiente foto:




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Ahora les muestro la limpieza hecha también, sobre el comienzo del camino transversal desde su entronque con la carretera, en el ángulo de nuestro terreno.




A pesar de que, como me dijo el técnico, las limpiezas de las cunetas de los caminos, que son municipales, es competencia del Ayuntamiento,  la limpieza que ven, en unos diez metros (otra cosa son los montones de tierra en la parcela) por la Diputación, me parece bien. ¡Que no hicieron la del otro lado? Allá cada cual. Eso lleva muchos años así y todo el mundo lo sabe. Tampoco  corre tanta agua por ahí,  ni quiero causar perjuicios ni disgustos a nadie.

Sí, en cambio, dada la buena labor de limpieza y arreglo de caminos agrícolas que está realizando el Ayuntamiento, debería exigir a los dueños de las parcelas, sobre todo en cunetas por las que  corre mucha agua, como las del Camino de la Casa, antes de llegar a la dehesa, que las entradas a las parcelas sin alcantarilla, y que hacen de presa en la cuneta, haciendo que el agua salte y erosione el camino donde hace cuesta, como en el que cito de la Casa, debería exigir, digo, que construyeran alcantarillas. Pueden observar las construidas por nuestros hijos de acceso a la parcela de la granja siniestrada, (esperemos pronto reconstruida)  tanto desde el camino agrícola, como desde el de orilla  a la autovía: tubos, hormigón, rebordes en un ancho de veinte metros.

¡Bueno!: pues que el técnico me dijo, aunque en principio echó la culpa a la empresa que ha realizado la obra, que informaría a la Diputación por si procedía indemnización.

Le respondí no busco dinero, sino que construyan el acceso al camino de servidumbre, y que me den, del vivero, tantos arbolitos como han tronchado.  

Hace cuatro días, en el ribazo dejado dentro de nuestra parcela, ya he sembrado veinte almendras, en diez hoyitos. Parece que, todavía, algo puedo, así, que si Dios quiere, seguiré con la labor a raticos.  Ahora ya con almendra, no plantón, las cuales no necesitan hoyas tan grandes. Los tronchados nacieron así, de una almendra.

     Ya he puesto  hinchar, en remojo, un kilo de "marconas" que le he comprado a A.A.E., la empresa en la que participa Jesús Toranzo. Esas plantaciones de pistacheros y almendros, los dichos de los Toranzos, los de Dani (farmacéutico don Danial Arranz) y los de los Fernández Vega, son una hermosura. Empiezan ya a cambiar el paisaje. A ver si mañana, aunque no sea ahora el momento más bonito, son árboles de hoja caduca, les cuelgo una foto.





lunes, 14 de diciembre de 2020

MERECE LA PENA

     Les copio el titular de la entrevista que La Opinión de hoy publica de una misionera zamorana en Togo. María Escarda. Merece la pena que la lean.

     Resulta que es una de los cinco hijos de Cesáreo Escarda y de Purina. Su abuelo ya era el encargado de la ermita del Cristo, en Villanueva del Campo. Ahora es su padre quien desempeña tal cometido.  Ejemplar familia cristiana la de estos villanovanos, probada en la adversidad.

     A María, y a sus hermanos,  los recuerdo de niña ejemplar en el CEIP "Gabriel y Galán". Merece la pena que vean su foto y lean la entrevista. Sus padres y nuestro grupo de matrimonios, a través de don Nemesio, fuimos muy amigos.

MISIONERA ZAMORANA DE TOGO (ÁFRICA)

María Escarda: “No podemos robar a África y prohibir a los emigrantes venir”

“Aún tenemos una Iglesia muy de vela y abuela, yo creo en la que camina en la calle, más aperturista”

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    También dice lo siguiente María Escarda.


 La Iglesia es Cáritas, el Banco de Alimentos, Proyecto Hombre, muchas organizaciones, hacen una labor muy buena.


sábado, 12 de diciembre de 2020

BUENAS NOTICIAS.

  


Galende y Villalpando son las únicas localidades de más de mil habitantes que están libres de enfermedad.

    Lo acabo de copiar de La Opinión. Si esto sigue así en dos semanas podrán venir los que están, los que están fuera: "vuelve a casa vuelve, por Navidad"; pero mejor si vienen con pruebas negativas.

                           

                                                  MÁS BUENAS NOTICIAS.

     Las cosechas de remolacha de los Mazariegos, "Mois", Cotanes-Villalpando, y de los Modroños, Villalpando. Vean fotos.



      Impresionante parvón, en "Los Quince Puentes", todo el cual no cabe en la foto.




    La cesta de 18 Tm. se llenaba en cada vuelta.



Próxima a la lindera ya venía la cesta llena.




     Roderones en algunos bajos. El metro de ancho de las ruedas y lo compactado del suelo, evita se tollen hasta abajo. Había que sacarla. Si la pilla todo lo que está cayendo hoy, sabe Dios cuando se podría entrar.

    La parva más pequeña entre la caseta y la carretera.


    Gracias a estos modernos agricultores que invierten, arriesgan y trabajan, producimos en España azúcar, alimento básico, muy barato.

    El cultivo de la raíz sacarósica es el que, desde sus comienzos, allá a finales de los cuarenta del XX, más se ha tecnificado.

    De la semilla poligermen, sembrada con una maquinita de la que tiraba una persona y otra conducía,  que hacía imprescindible el entresaque, del escabucheo manual; el trasplante con plantón (iban a buscar con el carro a las vegas de Benavente el que quitaban del entresaque), el riego por regaderas y surcos, la nula o casi fertilización, hemos pasado a la semilla pildorada monogermen, la abundante fertilización, el deshierbe químico, sembradoras de precisión de doce surcos guiadas por GPS; los sistemas de riego con pivot o coberturas automatizadas...

    Del arranque, ni les cuento: de ir sacando a base de zacho, pelando y quintando el barro una a una; hemos pasado a estos enormes maquinones.

    Aquellas pobres gentes con mucho esfuerzo, pasando calores y fríos, en la hectárea que sembraba quien más, podían coger veinte toneladas. Pero valía 500 pelas. Luego el azucar, un precio inasequible para los pobres. Era producto racionado. Un caramelo nos sabía a gloria. Nuestra ingesta de azúcares (ni galletas, magadalenas, natillas, flanes, bollería, pasteles, helados, tartas etc., si no en las bodas o una vez al año: rosquillas por Semana Santa y oreja en Carnavales) era muy escasa. ¡Obesidad infantil..? Ni a un quinto gordo conocí.

    Ahora bien: que no nos toque las narices el Garzón, Que el azúcar no mata, como el tabaco, el alcohol y las drogas. Que es necesaria para el cerebro. Se nota él ingiere poca, por eso el caletre no le da para más.

     Pues claro que no se debe abusar de la bollería industrial, ni de las bebidas azucaradas; eso ya casi todo el mundo lo va sabiendo, pero unas galletas, o mejor una magdalena (que no tiene aceite de palma) en el desayuno, un terrón en el café , un refresco de vez en cuando en el verano y unos pastelitos de higos a brevas, a nadie le hacen daño.

    De aquella veinte toneladas estamos cada año (con nuevas variedades, la más moderna una resistente a alta dosis de herbicida, con lo que se pasa de cuatro o cinco tratamientos a uno solo), estamos llegando a unas producciones impensables. Veremos si los Mois no llegan a las 150 Tm/ en cada Ha. de las catorce. Veremos si los Modroños no llegan a las 140. Veremos riqueza y descuento. Hace no tantos años el tope solía andar por las 100 Tm/Ha.

   No es sólo mérito del agricultor. La azucarera de Toro ahora mima a los remolacheros. Sonia, la mocetona técnico, vigilia los cultivos, al menos semanalmente, sobre todo al principio, aconsejando sobre laboreo, sobre abonado,  dándole al suelo lo que necesita según los análisis previos; sobre el riego,  la vigilancia y tratamiento contra plagas (oidio, mildiu, cercospora), inevitables a finales de verano dado el follaje, la humedad y el calor.

    Pues eso: disfrutemos con el turrón que el azúcar es sano.
    

viernes, 11 de diciembre de 2020

RECLAMANDO A LA DIPUTACIÓN.

    Copio a continuación la carta que les he mandado. Cuelgo más fotos intentando ver si quieren arreglar todo lo que han desarreglado.





Villalpando, para Zamora, 10 de Diciembre de 2.020.

Srs. Jefes del Servicio de Carreteras y de Medio Ambiente y Sostenibilidad.

Diputación Provincial.

ZAMORA.

      Respetados señores:

     El motivo de la presente es poner en conocimiento de ustedes los daños ocasionados por la motoniveladora propiedad de esa institución, o trabajando para la misma, “limpiando” cunetas, en las parcelas de nuestra propiedad nºs 872, 873, 874 y 851, en término municipal de Villalpando, y colindantes, a lo largo de unos 1.400 metros, con la carretera local 2325 que une la localidad dicha con Quintanilla del Monte.

     Dicha máquina, como puede apreciares en las fotografías que acompaño, ha invadido totalmente nuestro terreno, para repartir por el mismo, en una anchura en algunos sitios de tres metros, la tierra robada a la “caja” de la carretera,  dejando montones que tapan el cultivo de cebada.

     Con ser ese un daño importante es menor comparado con el arrasado de pinos y almendros jóvenes, que se ha llevado para adelante, y quedado tapados con tierra los más pequeños.

    Dado que soy persona amante de la naturaleza, del medio ambiente, durante ocho inviernos empleaba mis ya escasas fuerzas, en cavar hoyas, comprar y plantar arbolitos, pinos y almendros principalmente; también planté olivos, de los que sólo uno había agarrado; cerezos, dos; nogales, ninguno; por eso, cada año había de ir replantando. Cuando ya había conseguido almendritos para echar flor la próxima primavera, llega la cuchilla feroz de la Diputación y los arrasa.

    Puesto en contacto ayer con un responsable del  Área de Carreteras, me indicó que vendría a verlo, pero que, no obstante, los propietarios de parcelas colindantes con carreteras, habían de dejar un espacio de tres metros por dentro de la lindera de “libre disposición”, sin plantar árboles ni realizar obras. Dos cuestiones que son distintas.

     Para empezar: en esa carretera, tanto en su discurrir por las afueras de Villalpando, como  en  fincas  próximas a la misma localidad, existen cerramientos de viviendas y solares, vallados o con tapias, colocados justo sobre la misma linde con cuneta estrecha, y muy cerca de la calzada. Si hay vallas, ¿por qué no puede haber árboles a mucha mayor distancia de la calzada por ser la cuneta mucho más ancha?

   Dudando de esa afirmación oral, y con cierta prepotencia, del responsable interlocutor, me puse a buscar normativa por internet, y llegué al “Manual de plantaciones en el entorno de carreteras”  promulgado por el MOPT. Acompaño copia de la norma a aplicar en este caso de carretera local, y croquis de dicha norma. Según la cual (distancia mínima de 2 metros desde el borde del arcén) nuestros árboles plantados dentro de nuestra propiedad, están a mucha mayor distancia, por lo tanto de acuerdo con la ley.

    Apelo  también al responsable del Área de Medio Ambiente porque talar arbolitos en este secarral de Tierra de Campos debería, incluso, de ser considerado como delito ecológico, máxime cuando en nada perjudican al muy escaso tráfico de una carretera local.

    El daño a esa carretera es haber rebanado, hecho desaparecer en unos cuantos tramos, el ya escaso arcén de tierra, y quedado la calzada al borde del precipicio, (han profundizado  un montón la cuneta) cuando deberían haber hecho lo contrario: aportar más tierra para ensanchar, aunque fuera un poco, carretera tan estrecha. Veremos si en algún cruce, o adelantamiento, de noche, no se sale algún vehículo de la carretera.

     Además de acompañar dos fotos, les sugiero entre en el blog, “Sobre Villalpando y Comarca”, donde pueden ver amplio reportaje del atropello.

      No pretendo por los daños, tipo alguno de recompensa económica, sino que la Diputación ponga a mi disposición plantas para reponer en todos los claros de esa línea de árboles que festonea, alegra y mejora el medio ambiente de la estepa a lo largo de más de un kilómetro, sin que supongan peligro alguno para el tráfico rodado de esa carretera, la cual discurre en casi la totalidad de la linde, en una cota superficial mucho más baja que la parcela. Quien se salga de la carretera, imposible pueda chocar con alguno de nuestros árboles.

   Del hecho he dado cuenta en el Puesto de la Guardia Civil de Villalpando, el pasado día cuatro. A las dieciséis horas, dos agentes, realizaron inspección “in situ”, tomaron notas y fotografías. Me comunican que si el organismo a quien me dirijo se lo solicitara, podrían enviarle el correspondiente informe.

      Deseo este conflicto se resuelva de forma pacífica y justa.

      Espero noticias de ustedes.

 

      Firmado Agapito Modroño Alonso.

 

 

      Eso es un croquis copiado del Ministerio de Obras Públicas y Transportes. En resumen ordena que en las carreteras locales, como es el caso de ésta, la distancia desde el borde del arcén al lugar donde se pueden plantar árboles, o levantar vallas, es de DOS METROS. O sea: mucho menos que la anchura de la cuneta entre nuestra finca y la carretera.



       Foto de finca cercada y vallada en la carretera de Quintanilla, que cumple la normativa. Para levantarla habrán obtenido licencia de la Diputación o del Ayuntamiento, que les han indicado ha de estar a DOS METROS del borde del arcén, aunque aquí éste, al rebajarlo, no se distingue bien. Aquí no han podido hacer cunetón porque no tenían dónde echar la tierra.



    Aunque apenas se ve la valla (deficiencias de mi móvil), por un poste que sí apreciamos, se ve como mi hijo Álvaro ha colocado su valla, no en el borde de la parcela (es donde está su nave agrícola en la misma carretera), sino todavía UN METRO por dentro (ese espacio es el que está lleno de broza), y por lo tanto a MUCHO MÁS DE DOS METROS del borde del arcén.


Miren a qué distancia está ese almendro, de los primeros que agarraron, del borde de LA CALZADA. Como ven el arcén ha desaparecido. Observen la huella de la motoniveladora, y observen el muro que han preparado sobre la linde de nuestra parcela. Debe ser por si se sale algún coche que no choque con el árbol.




       Más distancia de otro árbol a la carretera. Miren si no lo pude plantar en el faldeo. La calzada, que ni se ve en la foto, está a cinco o seis metros del árbol.



   Las ruedas derechas del coche están, todavía, sobre asfalto. A partir de ahí, rebanado, y la carretera más peligrosa. Para adelantar a un tractor uno se juega el tipo.

   Y, todavía puede que alguien diga que siempre me ando metiendo en líos. Me meten. En toda la denuncia de anteriores páginas, queda demostrado tengo más razón que un santo.

     La tala de mis arbolitos me ha hecho daño, me "ha mancao", como diría mi amigo Angelito el de Marcos. Si bien me consuela la esperanza de reponerlos.

    

   

 

 











jueves, 10 de diciembre de 2020

UNA CARTA DE PABLO ROMÁN ALLENDE.

 


 

Agapito: Mira qué documento más curioso. Y de muestra lo antiguo de nuestra devoción a la Purísima.

 

Por otra parte, al final del documento número 107-1940 del Legajo 8

de la Parroquia de Santa María la Antigua - Parroquia de la Inmaculada

(Legajo 1º de La Purísima), y sin conocer exactamente los motivos,

el entonces Secretario del Ayuntamiento certifica que la costumbre de encender

la hoguera, poner luminarias en la víspera de la Purísima y hacer procesión

el mismo día 8, se remontan a muy antiguo

(hacia el año 1200, es decir, muchísimo antes del Voto de Villa).

El escrito oficial que expide el Secretario Municipal y que pretenden

magnificar dándole la forma de certificado, dice textualmente:

 

 

 

Don Mariano Huerga Cadenas, Secretario del Ayuntamiento de esta Villa de Villalpando, del que es Alcalde-Presidente, don Pablo Riaño Riaño.

 

CERTIFICO:

 

Que en el archivo de esta Corporación Municipal existe un legajo, libro de acuerdos tomados por la Corporación Municipal de esta Villa, que da principio en el año 1616 y termina en el de 1628, entre cuyos acuerdos se halla el tomado en la sala del Ayuntamiento el día siete de diciembre de mil seiscientos veintidós que dice así:

Al margen – Fiesta de María Concepción – Dentro - Item: Acordaron que se pregone y que esta noche “agan” “ogueras” y pongan luminarias a la fiesta de la Inmaculada Concepción por ser fiesta tan antigua de “a más” de cuatrocientos años que se guarda en esta Villa, y de mañana “bayan” a la procesión y limpien las calles so pena de ser multados”.

Concuerda con su original al que me remito. Y para que así conste a petición del señor Cura Ecónomo de la iglesia Parroquial de esta Villa y de orden del Señor Alcalde, pongo la presente que firmo y sello con el del Ayuntamiento en Villalpando a siete de octubre de mil novecientos cuarenta. Vº Bº El Alcalde – El Secretario – Es copia literal.

 

 

El comentario primero es mío.

Una abrazo Pablo.

 


Amigo Pablo:  ¡Cuántas añoranzas! Lástima que no ponga quién era el Cura Ecónomo. Posiblemente, un tal don Laurentino, a quien no conocí, que sustituyó a tu tío don Luis Calvo, muerto creo, el día de Nochebuena de 1939, según tengo escuchado a mi suegro. 

 

¡Cuántas añoranzas de la tradición pura, tal cual, de mi infancia y juventud!


Este año, entre la pandemia y la despoblación, (¿Quién iba a venir de Tapioles, si quedan cuatro? Concretamente, ahora en San Martín, quedan 17 personas. Por el estilo en Quintanilla y Prado) ni novena solemne, ni hoguera, ni procesión... Salí a la plaza por eso de ser el día de La Purísima. Podría haber entre las cuatro terrazas treinta o cuarenta personas.


Ni Reyes y tú, ni Félix y mi prima Pilar, ni Guelín, Chitín y Cael y sus respectivas. Y, para qué me voy a remontar más lejos: ni Angelines "la Tinaja"; ni Conchi, su sobrina, y el marido; ni Carmen la de Silvano, Ni mis cuñadas Carmela y Rosi, ni Cesáreo, ni sus hijas y nietos, ni mi cuñada Maruja Blanco..., ni don Tomás Osorio, ni don Primitivo y Nana,..; ni, ni, ni. Ya ves que voy mezclando. Estaban no hace tanto. Todos, y muchos más (nuestra hija en cabecera) están en mi recuerdo. Esto corre que se mata, de ahí lo bueno de recordar, que es revivir.


Tú ya no conociste, eras muy niño, cuando la hoguera era en la empedrada plaza. último año 1956.  Para aquellos niños de alrededor del cincuenta, tan carentes de sensaciones, salir a esperar a los tres carros que traían la leña de la dehesa, descargarla en la plaza, frente al Ayuntamiento, era una fiesta. Y allí pasábamos la tarde, trepando sobre los carrascos, disfrutando de los faroles que ponían en los balcones del Ayuntamiento... A cenar y a la hoguera...

 

Y ya el crepitar de los palos, el chisporroteo de la hojarasca, cuando Rupi y Miguel conseguían que aquello empezara a arder. Siempre la misma manía de traer la leña verde... Y los mozos saltaban la hoguera, cuando ya en brasas.


En los, por lo menos, veinte años siguientes, hasta que la asfaltaron, la hoguera se trasladó a San Nicolás, entre tú casa y la de Vicente, el herrero, más cerca de la de éste. Fui entonces de los mozos que la saltaban,...


Lo dejo, lo dejo, estoy llorando: que cada cual disfrute, o sufra, con sus recuerdos.


Me pongo en la mecedora  a escuchar música. ¡Lástima no esté en youtube el "Villalpando y su tierra gloriosa". Ya ni las monjas lo ponen por el altavoz, ya ni tocan la campana. Me consuelo con "Salve Madre". Con qué emoción lo cantaba en la Iglesia de las monjas.

lunes, 7 de diciembre de 2020

DIFERENCIAS.

      En un pueblo de tan glorioso pasado cómo no conservar gloriosos vestigios. Uno de ellos, que se ha mantenido, es la observancia de diferencias, de privilegios,  entre los  ciudadanos.

      En las fotos siguientes pueden observarlo ustedes. Es como para sentirnos orgullosos.




   Ahí, en lo que se ve en la foto, estaba la entrada desde la carretera de Quintanilla a un camino de servidumbre, cuyo comienzo se distingue un poco, por donde accedíamos a la mitad de acá de mentada parcela, tiene unos 1.400 metros de longitud; y por donde se accede a otra parcela a la derecha, y a otro del fondo, junto a la laguna del Barrero. ¡Pues ya lo ven!: desaparecida la entrada. Aclaro que ese acceso desde la carretera a un camino es competencia o de la Diputación o del Ayuntamiento. Si pasado un tiempo no ponen una alcantarilla como Dios manda, entraremos en helicóptero.



 

    Ese es el cunetón que han dejado, achaflanando la esquina de nuestra parcela, entre la carretera y el camino transversal, al otro extremo de las fotos anteriores, y echando la tierra dentro, como se ve  en las fotos de ayer, en el ángulo entre la susodicha carretera y el camino transversal, limpiando la cuneta del camino como en  cinco o seis metros.





      
     Pero miren en el ángulo contrario: entrada directa  desde el comienzo del camino a la parcela ganadera: CUNETA TAPADAENTRADA  sin alcantarilla ni nada. Vienen los de la "Dipu" y eso, ni tocarlo.

     

                  
   Otro plano de la misma entrada: camino real.

    


     Como a ciento cincuenta metros del inicio del camino, visto en las fotos anteriores, para entrar en esas parcelas del "majuelo de Cobera" (aunque ahora es solo una pieza, de nuestra familia eran tres parcelas, más otras tres compradas a Amparo de Anta), para entrar, digo, por la parte de allá, nuestro familiar, cultivador anterior, construyó, con tubos, una entrada de seis metros, cuyo inicio se aprecia en la foto. La maleza medio oculta el agujero. Cuando llueve mucho y es necesario, lo limpiamos. 

     Nada me estoy inventando. Ahí están las fotos.  Pueden ir a verlo "in situ" o fijarse si pasan por allí. Desde hace años, de la entrada tapando la cuneta nada había dicho, pero es que con el daño que nos han hecho los de la "Dipu", las diferencias (aunque sean vestigios del pasado) ofenden.