martes, 30 de septiembre de 2008

O NO SEMBRAR.

¡O NO SEMBRAR!.

La sementera está encima y, por “estos campos de la estepa castellana”, el acojone es total: la cebada a 25’50, el “mineral” más corriente un N-P-K, 10-20-10, a 102 pts..
Ponte a echar cuentas. De este diez-veinte-diez has de echar, al menos, 350 kilos ha.. Añade otros 150 de Nitrato en cobertera, herbicida, cosechadora, labores, ¡y si has hecho barbecho ni te cuento!........ No se molesten: se lo resumo: lo que valen DOS MIL SETECIENTOS KILOS DE CEBADA.
Luego, ¡que no llueva, que han venido dos años muy lluviosos en otoño-primavera, y lo mismo este toca seco!. ¿Qué hacer?. Creo lo primero no tirar ni un tito del mineral tradicional. Por si en algo puedo ayudar, les cuento el plan de nuestra explotación familiar.
Lo primero: esperar a que llueva. No tenemos barbecho, salvo una parcela que tiene el ecológico, o sea: está sin arar. El resto donde vamos a sembrar cereal, son rastrojos de girasol, aún no cosechado. Las leguminosas grano, veza , guisantes y algarrobas, irán sobre el rastrojo de cereal.
Practicamos la siembra directa con alternancia de cultivo. Sólo aramos, con chisel bien profundo, para el girasol Podríamos empezar a sembrar ¡ya!, por seco, cambiando un juego de rejitas cada jornada. ¡Dios nos libre!, ¡qué locura!. ¿Para que al llover, con el cereal o las legumbres, naciera toda la broza del mundo....?.
¡No!: ¡que llueva y se purgue el terreno!. Cuando esté bien purgado, el herbicida total; si así ocurriere, sobre todo en las legumbres, nos vamos a ahorrar el herbicida selectivo, y, con el tempero adecuado, que garantice la nascencia, ¡a sembrar!. ¡Anda que con la Solá del socio de 6 metros de corte y tolva para semilla de 4000 kilos, vamos a tarde buena cosa...!.
En los cereales hay que tirar abono, sino es mejor no sembrar, pero no necesariamente en sementera. Quien es agricultor ya conoce las opciones. Por ej., los de liberación lenta aplicados en el ahijado, dan buen resultado.
Otra opción, cuando se ha dejado la paja picada en el rastrojo, mejor cuantos más años, con el aporte correspondiente, sobre todo de potasio, y menos de fósforo, es utilizar urea con el cereal ya nacido, en enero, por ej.,. Con 100 kilos urea ha. en terreno pobre, hemos obtenido 4.000 kilos de trigo, sobre rastrojo de girasol.
Este año vamos a utilizar un abono, no sé si micro o macrogranulado, incorporado con la semilla, al mismo tiempo de la siembra. Ya nos han traído la tolva para instalar en la sembradora. Puede ser un 18-46-0, con el fósforo soluble en su totalidad. Nos recomiendan 40 kilos ha.. El precio por idem sensiblemente inferior, aunque alto, asequible
Alguien me dirá: -¡y si tarda en llover!, ¡que muchas veces se han hecho sementeras por seco!. ¡Ya lo sé!, los que tienen barbecho tradicional empezarán ya a levantar polvo cuando salga este art.. ¡Allá ellos!, ¡que sigan arriesgando!, si les parece poco el coste de riebla con vertedera, bina con cultivador, otro pase de rastra, el rulo, etc.....!. ¡Si hasta que no llueva nada va a nacer!.
Nosotros, tranquilos, ¡anda que hasta mayo, girasoles, no hay tiempo de sembrar!. Las legumbres grano es mediados noviembre el buen momento, incluso enero los guisantes. Y si se retrasa el agua y se hace tarde para sembrar cebada, trigo o avena: ¡pues no sembramos!. Si con forestar, tirar purines o estiércol, segar alfalfa, estamos entretenidos,...¡Además para trabajar sembrando con un coste de 2.700 kilos de cebada, es mejor estar parado!. “Para ser puta y no ganar nada......”.
¡Qué no nos asusta dejar de sembrar cereal un año; puede que así lo de la PAC nos quede limpio sin tener que detraer para la perdida del cultivo!. ¡y qué bien si todos lo hiciéramos...!: ¡ni un tito de abono, ni un grano de cebada!. A lo mejor alguien aprendía la lección.

martes, 23 de septiembre de 2008

¡QUÉ COSAS!: ¡LA PURA PREDICANDO CASTIDAD!.

Publicado en La Voz de Benavente, 20 septiembre 2008.

No conocí personalmente a esta popular meretriz de mis años mozos, sino por referencias. Regentaba una de las “casas” de “la muralla” en el barrio de La Lana. Aunque íbamos con frecuencia a la capital a competiciones deportivas con la OJE, ¿cómo, siendo de la villa “Mariana”, manchar nuestros orígenes visitando esos lugares?.
En una ocasión estuvimos muchachos de toda la provincia, acampados, en tiendas de campaña, tres días, en el antiguo Pantoja. Los de Benavente, por la noche, capitaneados por quién, ya por entonces, en su perilla, aspecto ascético y aptitudes pictóricas, demostraba indicios de bohemia, saltaron la tapia .
Pues, en aquellos tiempos, si alguien hubiera visto a “La Pura”, ( a quién otro del pueblo, medio tonto, trataba de usted, y le decía, al dirigirse a ella: - “señá puta, ¿cuánto cobra”?) apoyá en el quicio de la mancebía”, ensalzando la doncellez de “María Goretti”, hubiera sentido la misma perplejidad que servidor esta mañana, escuchando la radio.
Iba al melonar en la furgoneta. Sintonicé una emisora provincial, la única que se oía. Un comentarista idem, con voz meliflua y quejumbrosa se quejaba de la soledad en que quedan los pueblos al llegar el mes de septiembre.
Desgranaba una serie de manidas obviedades: “que no quedan niños”, “que las antiguas escuelas se han convertido en el teleclub de jubilados”, “que los políticos sólo los visitan en campaña electoral o para presidir procesiones y banquetes el día de la fiesta”.”que los cerealistas, jubilados y terratenientes, recogida la cosecha en cuatro días, han regresado a la capital”, “que volverán otros cuatro en la sementera y otro para solicitar la PAC”, todo lo cual le causaba mucha tristeza.
Medio reconocí su voz. Me lo confirmó la locutora al leer el nombre del susodicho comentarista. Mi primera reacción fue: ¡Será geta!
Es de pueblo de la comarca. A trompicones obtuvo una licenciatura, que le sirvió para enchufarse en la capital. Podría muy bien vivir en el pueblo labrando las tierras de la familia. Poseen un regular patrimonio, que han ido aumentando a base de “cazar primas”, de lo que es experto: las del lino que nunca segaron, del girasol, sin coger una pipa, de forestaciones, sin plantar un pino.,...
“No quedan niños” en los pueblos, pero los suyos irán a un colegio privado de la capital.
“Que los políticos.....”. Y él fue político cunero, aunque de ese momio, al no conseguir ser Diputado Provincial, poco chupó. Ahora, cuando le han “dao la patada”, se mete con los políticos.
Contribuye al despoblamiento rural, a que no se fijen algunas familias jóvenes en los pueblos para no dejarlos morir del todo, la nefasta política agraria de la UE. Si sus ayudas, las de la famosa PAC, fueran, en exclusiva, para los que siembran, ordeñan y viven en los pueblos, si se acabara con lo del trapicheo de la compra-venta de los “Derechos de Pago Único”,¡otro gallo nos cantara!.
Igual lo de forestación de tierras agrícolas: se lo mandan hacer a una empresa, que no deja ni un salario en el pueblo, y ellos a poner el cazo de las primas compensatorias. Como el negocio es rentable, han comprado de esas pobres tierras lejanas, triplicando el precio de mercado.
Y, a base de ese dinero que debiera ser para los campesinos, viven con holganza en la capital. ¡Y se duelen de la despoblación rural!.

Vivimos tiempos de hipocresía e incoherencias: ecologistas, consumistas; socialistas, especuladores; ruralistas, urbanitas.
No sé si por admirar a Larra, a Quevedo, a Unamuno,... o porque me parieron así, ciertas actitudes, del “no es lo mismo predicar que dar trigo”, me revuelven el estómago. ¡Menos mal a la “Sal de Frutas Heno” de “La Voz”!.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Publicado en La Voz de Benavente, sábado 13 de septiembre.

EL HABLA DE ANTES.

“En cuanti que me peta”, saco a colación los dichos de antes. Sé que llevo las de perder, que preciosidades como orear, yera, renacero, riebla, holgantío, están siendo barridas por “cuad”, “spa”, “e-mail”, spot, blog, megas, pero al menos los entrañables vocablos quedarán en mis relatos, y en compendios de los estudiosos, como el realizado por el filólogo Luciano López Gutierrez, “Vocabulario de la Tierra de Campos Zamorana”, doscientas y pico voces, autorizadas por servidor en tanto por ciento muy elevado.
Además es que muchas veces no encuentro la forma mejor de expresarme para nombrar o adjetivar a personas y situaciones.
Por ejemplo: Una de mis hijas (la otra tiene un jato que come de todo) y nuera gastan muchas contemplaciones en dar de comer a sus hijos: no les gusta esto, no les gusta lo otro. ¡Años cuarenta y primeros cincuenta les daba, y ya verían!. (¡qué delicia un rebojico huntado con el cacho de tocino, sobrante de la comida, que nos daba la abuela!). Con aquello tan presente a veces me cabreo y les digo: -"¡andanda!, ¡deja de cloquear tanto el crío, que mucha hambre no tendrá!". Procede de la actitud de la clueca, con sus polluelos, si bien éstos, cuando les llama, no desprecian la lombriz que les ofrece.
¡Sustantivos que nombraban tantos utensilios desaparecidos, ("aparvador, bieldo, tornadera, sisa, carral, pipa, pejos, trillo, collera, retranca, tentemezo, escriño, troje, barril, trébede",.....) adjetivos llenos de matices, ("entortumido, descontrabillao, abentón, abrebocas, alabanero, cereño, cochero, danzante") verbos que indicaban tantas faenas......!("atropar, acarrear, abantarse, acerandar , enratarse, esfardar, esturarse"); interjecciones propias de cada pueblo: los de Villalpando empleamos mucho el "¡arrea!", los de Cerecinos, ¡"madre, madre"!, los de Toro, ¡!to!, creo que en Benavente nació lo “de p. madre”, algo mucho más moderno.
Otras interjecciones eran de suma utilidad en el trato con el ganado: los conocidos ¡"arre! y ¡so"!. Los burros obedecían mucho mejor la segunda orden. El chasquido c2h,ch,ch" para animarles a caminar más prisa. La orden al perro para que se marche; ¡"chito"!, al gato, "¡sape!", a las gallinas "¡os!". Para llamar al perro, "¡toba, toba ca!, al esquivo gato había que decirle; ¡mis, mis, mis!, muy suave, y a las gallinas, "¡tes, tes, tes!" o "¡pita, pita pita!", haciendo sonar el grano en la lata.
En las costumbres y relaciones de pareja, que tanto han cambiado, antes las situaciones estaban muy claras: cuando un muchacho pretendía a una moza, se decía:-" fulanito anda detrás de fulana". Cuando ya le hacía caso, se decía: "fulanito habla con fulana". Como si no había boda no había coyunda, el mocerío se casaba joven. Entonces "fulanito y fulanita estaban casados". Durante la republica hubo matrimonios civiles, incluso, los más atrevidos, vivían juntos sin casorio, en reivindicación de su izquierdismo, y para escándalo y provocación de la puritana derecha. En ese caso se decía que "fulanito y menganita estaban amontonados".
Entonces los estados civiles del hombre y mujer eran escasos: " solteros, casados, viudos, cura, monja", y ¡se acabó!.
Ahora además de aquellos, salvo curas, frailes y monjas, que ya, por desgracia, casi no quedan, hay "casados por la iglesia", "por lo civil", "separados", "divorciados"," juntados", "vueltos a separar", "vueltos a juntar", "compañeros", "mi pareja",.etc..... Me pierdo: cuando un conocido me presenta a su parienta, no me atrevo a preguntar porque no sé si es su mujer, su novia, su compañera, su pareja, la que fue su mujer, la que vive con su hijo, con su hermano,...... y al revés, respectivamente.
¡Bueno!, que me espera mi mujer, la de to la vida, "pa ir a encetar al melonar". Luego me ha dicho que mate un pollo que anda un poco "mantudo", antes de que se ponga más "entortumido".

sábado, 6 de septiembre de 2008

Publicado hoy 6 sep.2008 en VOZ BENAVENTE.

GAMBERROS A TODA PASTILLA.

El pasado fin de semana ha habido en mi pueblo una concentración motera. Las impresionantes máquinas, y sus rugidos comenzaron a llegar el viernes al atardecer al polideportivo de la villa, lugar del asentamiento. Entre los actos programados habría, el sábado por la tarde, una reunión de todas las motos en la plaza mayor.
Serían poco más de las diez de la noche del viernes. Un grupo de familiares y amigos disfrutábamos, sentados en una terraza, de la paz de dicha plaza, casi desierta: alguna mesa más ocupada, y algunos niños que correteaban por allí. Es peatonal, de momento, y no entran coches.
De pronto, cinco enormes y ruidosas motos irrumpieron. Uno de ellos, paró a dos metros de nuestra mesa. El tubo de escape libre, sin silenciador. Se puso a pegar tales acelerones que sus bramidos de acero dañaban nuestros tímpanos. Le hicimos un gesto con la mano, y aumentó la potencia al límite. Con la máquina suspendida sobre las patas de apoyo, él, el monstruo, de pie, embragó el motor, freno la rueda delantera, para que le rueda de atrás friccionara sobre el pavimento, (parece que a esa machada le llaman quemar rueda). Entre el humo de motor ahogado que soltaba el escape, y el que la cubierta desprendía, se formó una asquerosa humareda que nos envolvía. Nos echó de allí. Al vernos levantar paró riéndose de su hazaña. No tenía casco, por eso vimos su pelo blanco, el de un macarra cincuentón. A pesar de mis años le increpé su “valentía”, y me enfrenté a la cuadrilla de gamberros, más jóvenes que le coreaban.
Nos marchamos mientras nos insultaban. Justamente indignado recurrí a la Guardia Civil. Me indicaron que tomara la matrícula, para lo que volví a la plaza. Al día siguiente pusimos la correspondiente denuncia ante tráfico.
Con nosotros la cosa terminó ahí. ¡Menos mal nuestra calle es silenciosa por poco transitada...!. Pobres los de las calles céntricas, y más los pocos vecinos de la del Olivo, la de la “movida”. Es estrecha, como casi todas las del pueblo. En esta no sólo fue que no pudieran pegar ojo, es que no podían respirar dentro de sus casas, que se llenaron de humo. Una señora hubo de recibir asistencia sanitaria.
Allí, no todos los moteros, sino un grupo pequeño de los doscientos acampados, se dedicaron, durante toda la noche a beber y a sus exhibiciones: trompos, caballitos, frenadas, quemar y quemar ruedas. Allí están las marcas en el asfalto ennegrecido.
Más o menos ocurrió en la calle Zarandona, junto a la discoteca.
La Guardia Civil intervino, pero estaba desbordada. Bastantes particulares han puesto denuncias, también los guardias por ese escándalo nocturno, y por elevadas tasas de alcoholemia.
Sin que me entusiasme, (no comparto ese dispendio, ni ese contaminar la atmósfera) no estoy en contra de la fiesta motera. Era bonito el ambiente de la plaza repleta de motos el sábado por la tarde. Aquello estaba lleno. No había opción a los derrapes, la mayoría demostraba civilización. Maquinonas enormes, llenas de níqueles y brillos se deslizaban despacio, suaves, silenciosas. Parece ser que todos los demás actos resultaron bien.
Mi crítica es contra esos asociales, (no todos los moteros, ni mucho menos) especimen abundante en nuestros días, alimentados por la impunidad de unas leyes y una justicia tan lasas. Son seres de baja estofa, llenos de carencias culturales, morales, cívicas.
Frustrados y resentidos se enfundan el mono, las botas, el casco, cabalgando moto vieja, o nueva, pero ruidosa se creen los reyes del “mambo”. Por el tubo de escape intentan soltar toda la mala baba que llevan dentro, o, con sus “exhibiciones”, demostrar “su poderío”. Y, si molestan y joden, ¡mucho mejor!.
¡Pobres!. Por mucha mala baba que suelten, les queda más dentro. Desprovistos de sus cueros y metales son inmundicia. Y si, además, les llega de Tráfico una buena receta, les hará un bien, a ver si aprenden.

COMENTARIO A CUENTA DEL PEQUEÑO INCIDENTE NARRADO.

Anoche, en el bar de Pedro, me disponía a leer el periódico. Llegó Julio, uno de los organizadores de la Concentración. Sonriente, me preguntó por el incidente. Se lo conté tal cual, y me ofreció todo el apoyo del motoclub, por la valentía de enfrentarme a unos gamberros, una minoría, en el total de los más de cuatrocientos asistentes. Estaban muy en desacuerdo con la que organizaron toda la noche del viernes al sábado.
Luego llegó el Presidente del motoclub, e igual. Me contaron quiénes habían sido los gamberros, que ellos tuvieron algún enfrentamiento, que él fregó "las quemadas de la plaza", a base de gasolina y legía; que ya le habían propuesto al alcalde poner vallas, en el próximo año, para evitar el acceso de los vándalos a las zonas conflictivas, etc.
Que el grupo al que yo me enfrenté, de Salamanca, habían colgado en su "foro" que vendrían a "quemar el pueblo", etc. También hablamos que una pena estos incidentes, ¡con lo que bien que resulto la concentración...!.
La conversación en la barra, en la que participaba también otro amigo, fue de lo más cordial y agradable. Así es mi relación con la inmensa mayoría del pueblo y comarca. Hay mañanas en las que salgo a gestiones, y me lío un montón con unos y otros. Y "vinos" que duran hasta las tres y media, o incluso cuatro, cuando no está mi esposa.
Pero el hecho de ocupar un lugar de cierta visibilidad en "el campanario" del pueblo, hace que "algún cuervo revolotee a mi alrededor".
Anoche me topé con uno de estos "cuervos", en desagradable sorpresa. Es un individuo cuarenton, mal encarado. Pertenece a una familia numerosa de gente muy honrada y trabajadora, a la que me une gran amistad. Así como con el más laborioso de sus hermanos converso a menudo de su negocio, etc., con éste nunca había hablado. Ni siquiera sé muy bien su nombre.
De antes, notaba le costaba trabajo decirme "adios". No sé el porqué, ni de la animosidad que anoche demostró contra mí.
Ya salía para casa, cuando, al pasar junto a su grupo, me preguntó "qué (tercera vez que me lo preguntaban en media hora, por lo que supongo ha corrido por ahí, no sé si en el cerrado foro, la tergiversación correspondiente) me había pasado con los de las motos", "que, servidor, había llamado a la Guardia Civil, me habían acompañado a la plaza y les habían hecho fregar las huellas",.......¡¡¡,!!!!, y otras mentiras por el estilo. Intenté contarle la verdad de lo sucedido. ¡Pero no!. Él ya tenía una versión en la que insistía para zaherirme, pasando ya después a mayores acusaciones.
No quise entrar en su dinámica, le respondí de forma civilizada, y lo dejé.
Perdonen mis lectores si les canso con algo tan personal. Es la forma de desahogarme, de criticar actitudes lesivas que ya veo responden, a la frustración que da la incultura, al resentimiento, de, por el puesto de trabajo ocupado, sentirse inferior, en personas que no asumen que todo trabajo es digno.
Ciertos individuos no respetan la jerarquía moral. Esa que debería dar la edad, el nivel cultural, la dignidad. Y más en los pueblos, donde todos vamos a los mismos bares y lugares. Yo corro ese riesgo, (pequeño por tan buena relación como mantengo con "casi" todo el mundo) de que algún patanillo, quiera hacerse "el chulito", intentando menospreciarme. Eso fue lo ocurrido anoche. Abusan de mi bondad y de mi accesibilidad. ¡Si al menos leyeran y aprendieran....!