sábado, 30 de mayo de 2020

SE HA MUERTO MI PRIMA TERE, LA DE DEMÓCRITO, Y NO HEMOS PODIDO IR A SU FUNERAL.


      Hoy a las tres, cuando volvía a casa del paseo con la bici, en la Plaza de las Angustias, esquina a la calle Angosta, veo una esquela distinta de las habituales. Me acerco: "TERESA GARCÍA ALONSO, falleció ayer en Zamora, etc. El funeral será hoy a las siete y media en la Iglesia de las Monjas". Fue el tema de conversación con Sari en la comida. Recuerdos y más recuerdos. Le llamo a Pablo. Tenemos que ir.
     Y fuimos: las siete y media justas, la iglesia cerrada, nadie en la puerta. -¡A ver si están en el cementerio! Pa'llá los dos. Nada. Cerrado. Volvimos a las monjas. Nada. -Anda, acércate, con la bici, a ver la esquela: "Hoy viernes día 29" . Ayer pasé, por la mañana, veinte veces por allí y no había esquela. Ahora quiero aprovechar este medio para que alguien le haga llegar a Paco, su marido, a su cuñada Feli y a sus sobrinos nuestras condolencias, y la tristeza de no poderlos acompañar. Ahora me voy a desahogar trasladando aquí mis recuerdos, que sé que a la gente mayor del pueblo que está fuera le gusta.
      Mi tío Demócrito era hijo del Sr. Julián García, labrador mediano cuya casa estaba en la calle Claveles, con corral y cabañal de frente. Desde hace muchos años es de Fabiola Sampedro y hermanos. A esa numerosa familia pertenecían el Sr. Eustaquio, padre de los de la cerámica, la mujer del Sr. Tomás Allende, la de Faustino Allende "Brina", tía Inés, la mujer de mi tío Matías, (matrimonio de hermanos cruzados) y algunos más que no recuerdo. Como casi todos los Garcías, era pequeñajo, aunque listo, listo. Falleció joven, cuando yo era niño.
     Se casó con Josefa Alonso, la mayor de la dinastía de los maragatos, buena moza como todos.
     La tienda de mi tío Demócrito en la calle Amargura (actualmente propiedad y, muy remozada, donde vive Elicio, construida hará cien años por un barbero, Bernardino "el Seco", que se hizo rico con los naipes) era de las que más negocio tenía en aquel poblachón tan poblado, cuando las cartillas del racionamiento, y después. Vendía aceite a granel. Poseía un medidor envasador desde el que iba el  medio litrico de aceite a la zafra que las mujeres llevaban de casa; azúcar, arroz, escabeche de tino y latillas de sardinas...; siendo importante esta venta de "ultramarinos" lo fuerte suyo era la ferretería, herramientas y utillaje para la agricultora; puntas, dentales, rejas, vertederas para los arrados; tornaderas, purrideras, redes para el acarreo, sogas para ramales, trallas, varas de fresno. También, ¡cómo no!: caramelos.
    Su hijo Julián, el mayor, era mi padrino, y si estaba en la puerta cuando yo pasaba de la escuela de las Hermanas, siempre me daba un caramelico.
    Nuestros primos García Alonso, Julián, Mocri y Tere, emprendedores, fueron los ricos de la familia. Pioneros en la crianza de pollos, como tengo dicho al hablar de Eustaquio, En el año de 1962 construyeron la primera gasolinera que hubo en la comarca, cuando desde Tordesillas a Benavente, y desde Zamora a Rioseco, no había otra. Aquí, de toda la vida, existió el surtidor de la Cándida "la Zaurila", en el que sólo se despachaba gasolina.
    Aquellos fueron los años en los que España experimentó el mayor desarrollo conocido. El campo se mecanizaba al galope. Los cupos del gasóleo con cada tractor. El enorme aumento del transporte por carretera... Estaba abierta día y noche. En los turnos de día había tres despachando. Venían a por gasóleo  en bidones tractores desde Bustillo del Oro, por ej.
    Cuando comenzó la competencia con más gasolineras y se acercaba el final de la concesión, la vendieron a buen precio. Compraron una bodega en Zamora, pisos. Se habían casado con dos chicas de la capital. Para allá se fueron ya con los niños grandicos.
      Hoy, una hija de Mocri y Feli, Charo García, tan guapa como sus padres, farmacéutica, es titular de la farmacia de la calle Amargura en Zamora.
     Julián y Mocri se marcharon antes de la cuenta, después de pasar por la desgracia de perder hijo e hija cada uno.
     Tere, casada, algo mayor, con Paco, un tío simpático, ha disfrutado de placentera vida. No ha muchos meses le abordó a Pablo, mi hermano, en la cafetería del Hospital Provincial, donde iba con frecuencia:
     -Pablito, ¿no me conoces? Por la voz: -Sí, Tere. Lo típico, el abrazo, alguna lágrima y, sentados en una mesa, mucho rato de larga conversación: cosas del pueblo, de las familias, de antes...
      Los primos Alonso nos queremos mucho. Este cariño debe aumentar entre los que vamos quedando.




Tere es la que está entre los dos muchachos, a la salida de la misa de boda de Eloy "Barril" y Conchita Sánchez.
   
 
   
   
 
   
 

lunes, 25 de mayo de 2020

CARTA DIRIGIDA A DON CÉSAR LUMBRERAS, COPE, SOBRE AGRICULTURA ECOLÓGICA.



¿Estos ubérrímos campos son los que se quieren cargar? ¿Saben la toneladas de carbono que han atrapado de la atmósfera?


     Dedicado al agricultor de Cañizo, J.G.G., quien más sabe de hongos e insectos que atacan a los cereales, y del que aprendo.



   Como desde hace muchos años, el pasado sábado escuché su programa, y en él, una noticia que me inquieta: "que la intención de los burócratas de Bruselas para la futura  PAC es primar los aspectos de una agricultura más ecológica". 

    Para empezar le manifiesto que, de toda la vida, soy un ecologista práctico. Por ejemplo nuestra familia es la única de la comarca que ha forestado terrenos plantando ellos, con sus manos, los miles de arbolitos en parcelas propias y para terceros.  Así mismo, servidor, él solito, ha cavado hoyas y plantado almendros y pinos a lo largo de más de un kilómetro en parcela lindante con una carretera provincial. En nuestra agricultura familiar utilizamos los menos fitosanitarios posibles. Por ej., en el pasado otoño, dado que las tierras se purgaron, matamos el rebrote con mínimo laboreo, sin glifosato, y tampoco tuvimos necesidad, en algunas parcelas, de utilizar herbicidas selectivos en las siembras de cereales; practicamos la rotación de cultivos con leguminosas forrajeras fijadoras de nitrógeno, en lugar de hacer barbecho; en remolacha hemos empezado a sembrar una variedad que nos ahorra un montón de herbicídas, pero de eso a una agricultura sin fertilizantes y sin fitosanitarios cuando sean necesarios, queda un gran trecho.
   En este pueblo, desde hace bastantes años, sólo existe un "agricultor ecológico":  un absentista sin cargas familiares, quien con el importe de sus cosechas, apenas si cubre los gastos de semilla, gasóleo y cosechadora, pero se jacta  de la rentabilidad de su explotación: a él le pagan por no producir, y es cierto: sin nitrógeno, fósforo y potasio; sin herbicidas, insecticidas y fungicidas (éstos cuando sean necesarios), las cosechas son muy escasas, cuando no nulas. La excepción es en el cultivo de alfalfa secano, si no le entra el coco. A este cultivo, tradicionalmente, no le echamos abono, pero ocurre que no todas las tierras, ni mucho menos, son aptas para alfalfares.
   Esta es la cuestión: si dejamos de utilizar fertilizantes minerales (los mismos nitrógeno, fósforo y potasio que, en pequeñas cantidades, se encuentran de forma natural en los suelos agrícolas) reduciremos las cosechas en un 80%, al menos. Una catástrofe.
   Dejemos los europeos de producir alimentos y comprémoselos a USA, Brasil, Argentina..., transgénicos y llenos de pesticidas.
   No es la agricultura y ganadería quienes contaminas, sino los coches, los aviones, el consumismo egoísta. Durante el confinamiento la actividad agropecuaria se ha mantenido igual, y la naturaleza (en esta primavera lluviosa) ha reventado de esplendor. Casi todos los días echo algún bando de avutardas, se ven perdices, los conejos plaga..., las cunetas salvajes..; los campos de cereales, legumbres y forrajes, una bendición de Dios. ¿Cuántas toneladas de carbono de la atmósfera están atrapando nuestras inmensas besanas cerealistas, ubérrimas, gracias a las lluvias y al NPK? Eso es mucho más ecológico que las trigañas de los "ecologistas" subvencionados para no producir. ¡Con el alivio nacional que va a suponer la posible gran cosecha! ¡Con lo necesarios que son los alimentos en el mundo..!
    Pero, además hay otra: la gran crisis económica mundial en que estamos sumidos. Son justos y necesarios los millones de euros, en salario universal, para los millones de familias, tanto de asalariados en la calle, como pequeños autónomos en quiebra,  sin ingresos, sin dinero para la compra diaria. También piden los "pobrecitos" ganaderos de bravo Mihuras, Bohorquez, Victorino Martín, Cebada Gago, Pérez Tabernero, Boyanos.., con miles de hectáreas y ayudas PAC. ¿De dónde va a salir para tanto? 
   Me dan asco estos urbanitas "agricultores ecológistas", cuyos hábitos consumistas de vida, distan mucho de la ecológica austeridad que el planeta requiere.
   Yo conocí una agricultura totalmente ecológica, sin tractores, cosechadoras, fertilizantes minerales y fitosanitarios. Novecientos kilos/Ha. cuando llovía. Yo conocí un hambre muy ecológica.
    De acuerdo Sr. Lumbreras en utilizar los fitosanitarios lo menos posible, pero no en fomentar una improductiva y egoísta  agricultura de subvenciones "ecológicas" que sería pobreza para el país y la ruina para todo lo que se mueve alrededor del sector agropecuario.
    Espero, en breve resumen, se haga eco de esta carta en su programa.



    Suyo afectísimo, este que lo es.



     A. Modroño Alonso.

    
          

Forraje ensilado. Alimento muy barato para rumiantes.
                                                  --------------------------   


   



Esas dos fotos, "tan bonitas", son de una parcela sembrada de alfalfa ecológica. 
     Me las manda un bloguero que se identifica totalmente con mi crítica a esa agricultura de los "cazaprimas". Por más que busquen no encontrarán ni una mata de alfalfa. Gamaza es casi todo, que no la comen ni las ovejas, alguna amapola salteada, cuatro espìgas de cebada y amarillas. O sea: malas hierbas que ni para pasto sirven.
     La gamaza, magarza en otros sitios, "Matricaria Frutensis", o algo así, como nombre científico, tenía antiguamente, al secarse una utilidad: "GAMAZÓN" se recogía a finales del verano y se guardaba para chamuscar a los marranos. Le daba un gusto mucho más rico al tocino. Ahora es otra la "manteca" que produce el gamazón: las primas a la agricultura ecológica. ¡Manda nenes! Y encima esas flores al secarse producen semillas que infestas los campos vecinos de broza.

      Miren ahora lo que es un cultivo de alfalfa, riqueza para los dueños y para la nación:

martes, 19 de mayo de 2020

PRIMAVERA.

Puede que la más hermosa que jamás haya conocido. ·Es un deleite salir al campo. Me subo al tractor de acompañante, mientras Álvaro siega forraje de veza, salpicada de amapolas.


Esta fotografía es de una parcela en término de Cerecinos. Veza y alfalfa para forraje. Al fondo se ve la macrogranja de porcino.
Orilla del forraje, en la Carretera de Quintanilla, está esa impresionante parcela de cebada. Miren qué pared hace.
Si alguien quiere copiar este precioso cuadro, no le voy a cobrar derechos de autor. Es una foto.
Las amapolas alarman mucho, pero, proporcionalmente, no hay tantas. Una vez segado, lo que queda es un impresionante maraño de forraje de veza. Además son muy apetitosas para los rumiantes porque son opiáceas.

Las cigüeñas se han familiariazado tanto con los tractores, que cuando la vas a pillar, se aparta andando de mala gana. Entre tanta fronda hay insectos, lombrices, topillos,.. Además de las cigüeñas nos acompañan "gaviluchos" y otras rapaces. Salió de entre el forraje una pareja de sisones. No hemos visto el nido, sino hubiéramos dejado alrededor del mismo sin segar. También echamos dos gazapas, que frenamos para no pillarlas.

En la parcela de Cerecinos, en días anteriores, mientras la recorríamos, localizamos el nido de avutardas. Ayer, antes de comenzar la siega, conseguí viniera un Guarda Forestal y se llevó los dos huevos para seguir incubándolos en el centro de Villaralbo. Aunque hubiéramos dejado un trozo grande alrededor del nido sin segar, la avutarda lo hubiera aborrecido igual. Ayer, cuando la echamos, soltó excremento sobre los huevos. Esa es la señal de aborrecimiento.


Este  impresionante campo de guisantes, en flor de la segunda muda, está en el término de Cerecinos, rayando con el de Villalpando, en la Lomba. No sé de quién es. Se merece, por lo menos, dos fotos.

viernes, 15 de mayo de 2020

PROCESO CONTRA BERNARDINO DE VALBUENA, EL COMUNERO DE VILLALPANDO.


        Posiblemente en el verano del año pasado, Ángel Infestas Gil, me habló del hallazgo de importante documentación sobre un capitán comunero de Villalpando, Bernardino de Valbuena.
        Hará como un par de semanas, por aviso en mi correo, entré en Facebook, "Hablando en Villalpando", y me encuentro con un artículo de Ángel, trasladado desde su blog, "Memorias del Araduey", en el que resume la peripecia de este villalpandino comunero y da noticia de la publicación de un libro, escrito por el Profesor toledano Tomás López Muñoz, titulado así: "Proceso contra Bernardino de Valbuena, el comunero de Villalpando".
      Así que pude lo compré, y he dedicado unas cuantas horas, bastantes, a su estudio. Al abrirlo me encuentro que es el Vice-Rector, emérito, de la Universidad de Salamanca, paisano y amigo, quien escribe su prólogo.
      Ayer terminé su relectura, lo que me sugirió hacerle al prologuista algún comentario y preguntas en carta que copié en  "comentarios" de su blog, que conseguí encontrar. Me pareció que un asunto de tanta enjundia histórica debía plantearlo en esa bitácora, y no en ésta, pero ahora lo vuelvo a buscar y no lo encuentro. Hoy, cuando andaba por ahí, dos lectores, me han animado a que escriba aquí todos los días, de ahí que ahora les hable  de susodicho comunero.
       Les resumo de qué va la cosa:
       En el Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, este investigador ha encontrado las ACTAS del proceso judicial seguido, en rebeldía, en el año 1521, contra citado capitán comunero, alcaide de la fortaleza de la villa y gobernador de la misma y su tierra. Es un legajo de no sé cuántos folios en el que está escrito todo el proceso (juicio), todas las declaraciones de testigos, bandos, providencias, sentencias. Folios amarillentos sin tocar desde hace 500 años; caligrafía, morfología y  sintaxis de aquel castellano arcaico.
      Pues, basándose en esas actas, dicho profesor Tomás López Muñoz, ha escrito el libro en cuestión.
       Ahora transcribo la carta dirigida a Ángel Infestas Gil.


                                      -----------------------------------

             Amigo Ángel: Llevo varios días leyendo, releyendo, página adelante, página atrás, remarcando, tomando notas, como si fuera un estudiante de Bachillerato, (cómo no con tan buenos profesores) sobre el libro por ti prologado: “Bernardino de Valbuena, el comunero de Villalpando”, escrito por el profesor Tomás López Muñoz.
            Estoy deseando hacerte algunos comentarios y exponerte algunas dudas.
             El primero: nunca, hasta en este libro, se habían descrito hechos históricos tan importantes acaecidos en nuestra villa. Ahora es cuando queda claro el papel de nuestros antepasados en la guerra de las Comunidades; pero, además las descripciones de la entrada por la Puerta de San Andrés, tras el diálogo entre Girón y el Gobernador Bañuelos: -“¡Abrid ese postigo e sacá esa hacha acá e conocerme héis!” , la entrada y el desfile de esa facción del ejercito comunero, con mucha algarabía de trompetas  y atabales; el recibimiento entusiasta de las gentes de Villalpando, tanto de “labradores e como de gente de baxa e no de cuenta” , todo lo anterior, digo, es como estarlo viendo en una película.
            Efectivamente,  de los datos, transversales diríamos, que aporta el manuscrito de las actas del proceso seguido contra Bernardino de Valbuena,  conocemos aspectos sociales, económicos, incluso urbanísticos de la villa. Por ej.: todavía hasta en aquel momento del siglo XVI se conservaba intacta la cerca de la villa (muralla), tramos de canto rodado, cal y arena, tramos de terraplén de tierra, con sus cuatro puertas de entrada.
En la nomenclatura del callejero de Villalpando, sigue existiendo ese nombre: “Las Cercas”, si bien, por desconocimiento histórico de los munícipes, ponen en el letrero: “Calle Cercas de Santiago”. ¡Qué coño de “calle”: ¡Cercas de Santiago, San Pedro, Santa María y San Miguel!. Otro ejemplo de información: la importante industria de curtidos, de ahí la laguna de "Las Tenerías”;.la población, otro dato más para reafirmarnos contra lo erróneo de los diez mil habitantes: DOS MIL, lo que en aquellos tiempos, con DIEZ MILLONES en toda España, no era poco, más si tenemos en cuenta la amplia base y escasa altura de la pirámide poblacional.        
      Hasta ahora todo lo que sabíamos, al menos yo, de la participación de Villa el Pando en la “revolución Comunera”, es lo contado por don Luis. ¿Cómo este hombre, hace cien años, con aquella escasez de medios, pudo investigar todo aquello? Y es que acierta en lo fundamental: que los villalpandinos abrazaron la causa comunera, y que Pedro Girón de Velasco fue un traidor. De acuerdo con lo ahora publicado por Tomás López Muñoz, los errores de don Luis, son de matiz: “que Villalpando ya era Comunera antes de la llegada de don Pedro Girón de Velasco”, y los nombres de los miembros del Concejo Comunero que fueron “juzgados sumarísimamente y ejecutados en la Plaza del Templo”. Dice don Luis:
 Alcaide de la fortaleza: Diego de Valbuena.
Alcaldes: Hernando de Villalpando
                 ¿Juan?    Marbán.
Regidor: García de Arce.
    La relación completamente fiable de la composición del Concejo Comunero de la villa, con todos los cargos que habían de velar por el gobierno de la misma: Alcaldes, Regidores, Procurador, Alguaciles, Escribanos, Guardas de dehesas, etc. es la que aparece en el trabajo de Tomás López Muñoz, y no es coincidente con la anterior relación de don Luis.
   El alcaide de la fortaleza, además gobernador de villa y tierra, y capitán del Ejercito Comunero, es el protagonista del libro, Bernardino de Valbuena, que no Diego. Éste fue ajusticiado, Bernardino escapó.
   Sí son coincidentes los alcaldes: Hernando de Villalpando, puede ser Fernando de Villalpando, y “Marbán”, puede ser Juan Marbán. El regidor, García de Arce, no coincide con ninguno de los cuatro citados por Tomás López Muñoz.
 ¿Tú, aunque no tenga la mayor importancia, cómo lo ves? Mi curiosidad es por saber de dónde sacó don Luis esos datos.
    Sí considero importante saber las razones por las que el Ejercito Comunero acantonado en Villalpando, no tomó parte, (don Pedro Girón y Bernardino de Valbuena) en la batalla de Villalar.      
            No quiero distraer más de tu tiempo al encomiable esfuerzo de novelar sobre esos hechos.
            Un abrazo.       

          A. Modroño.              
                                           

                                                           ------------------------
               

RESPUESTA DE ÁNGEL INFESTAS GIL


  1. Amigo Agapito.
    Contesto a tus interesantes comentarios en los dos medios por donde me han llegado. Estoy de acuerdo contigo sobre la importancia del libro para la historia de nuestro pueblo tanto en referencia a su participación en las Comunidades de Castilla como en la enorme cantidad de datos que nos ofrece sobre la estructura urbana y las relaciones sociales existentes.
    Cuando recibí el primer manuscrito de Tomás López, comprobé que tenía en mis manos un documento excepcional y no paré hasta presentarlo en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca. Así lo consideraron también ahí y, tras someterlo a una evaluación rigurosa, decidieron publicarlo. Como esperamos presentar el libro en Villalpando, cuando la pandemia lo permita, habrá ocasión de comentar estas cosas y agradecer el trabajo y la generosidad de su autor.
    En cuanto a la obra de don Luis Calvo, con frecuencia siento envidia por los documentos del archivo municipal que manejó y cuya desgraciada pérdida no dejo de lamentar. Hubiera sido muy interesante y enriquecedor contrastar ambas fuentes (los documentos del archivo y las actas del proceso), pero de momento debemos sólo tenemos las segundas, que afortunadamente gozan de la fiabilidad de los documentos judiciales.
    Como detalle curioso, en el callejero de Urueña existe una Calle Marbana y la explica con estas palabras: “Marbán era apellido gallego que se asentó en Villalpando”. Según las actas del proceso también hubo Marbán en Tapioles.
    Llevo varios días indagando la posible traición de Pedro Girón de Velasco y creo que haberla la hubo, pero no como la contó Antonio de Guevara en sus Epístolas familiares y que luego siguieron muchos cronistas oficiales. Fue un comportamiento mucho más complejo.
    Sobre la ausencia de Bernardino de Valbuena en la batalla de Villalar, la única explicación que se me ocurre parte de las características de esa batalla. Al parecer, la situación de los comuneros en Torrelobatón se hacía insostenible y Padilla decidió trasladar el ejército a Toro. El ejército de los nobles estaba sobre aviso y, en cuanto los comuneros abandonaron ese castillo, les persiguieron con la caballería y les alcanzaron en Villalar… Bernardino y su gente debían permanecer en Villalpando pues había llegado el condestable a Medina de Rioseco con un ejército numeroso.
    Lo dejaremos por hoy, pues ya hemos pasado un buen rato disfrutando con la historia de nuestro pueblo.
    Un abrazo.
    Ángel Infestas
    Me gusta
  2. Agapito Modroño Alonso dice:
    Buenos días Ángel.16/05/2020 de 12:23
    Me alegra el día leer tu respuesta.
    Para empezar: con un poco de suerte a lo mejor para el próximo San Roque se podría presentar el libro en Villalpando, aunque fuera ocupando butaca sí, butaca no, y todos con mascarilla.
    Felicito tu actuación ante el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca,. El manuscrito merecía la pena.
    Es aclaratoria tu información respecto de la utilización por don Luis Calvo del archivo municipal. Creo no fue el único que tuvo acceso al mismo.
    Recuerdo, para nuestros posibles lectores, la solicitud que presentaron ante la Junta Gestora de Izquierdas, los vecinos de la Villalpando, Julio González García y Elías Sánchez Fernández. Tratado el asunto en el pleno celebrado el 21 de abril de 1936, la Junta acepta lo solicitado. Se trataba de cambiar el nombre de seis calles por el de otros tantos “hijos ilustres de la villa”: Francisco García de Villalpando, Luis de Villalpando, Diego de Valbuena, Hernándo de Villalpando. (A estos dos últimos los cita don Luis entre los comuneros ajusticiados). Luego nombran a otros dos, José Narván y García de Áres, los cuales no me suenan a comuneros. Será cuestión de buscarlos en las actas.
    Este hecho me da pìe a pensar que el Sr. Julio, padre de “Poldo”. abuelo de un actual dirigente de IU-Podemos en Valladolid, y Elías, tio de Manuel el de Chencho, tuvieron acceso al mismo archivo. Bebieron de la misma fuente que don Luis. En esa fecha el manuscrito (nunca mejor dicho) del Párroco era prácticamente desconocido. No se editó hasta el año 1981, gracias a Carmen Allende. A cada uno lo suyo. Dicho lo cual, de acuerdo contigo, en que el dato fiable son las actas judiciales transcritas por Tomás López.
    En cuanto a la posible traición de Pedro Girón de Velasco, Tomás lo analiza muy bien: en un primer momento el despecho de Girón motivaría su apoyo a la causa comunera. Pasados pocos meses, al comprobar como “la gente baxa” con su radicalidad, empezaba a ser el contingente más importante, diera marcha atrás, sobre todo después de lo de Villalar.
    Estoy de acuerdo con la razón de que Bernardino no tomara parte en la batalla de Villalar. Este suceso de la guerra de las Comunidades Castellanas no es tan lineal como aprendimos de niños: batalla de Villalar y ajusticiamiento de Padilla, Bravo y Maldonado. Como casi todos los hechos históricos está mucho más lleno de sucesos y de complejidades. La desgracia fue que perdieran “los buenos”. Aunque nunca se sabe porque entre los seres humanos existe mucha imperfección; pienso, no obstante, que de haber triunfado la revolución comunera hubiera sido mucho mejor, hubiera cambiando la historia de España y de Europa; se hubieran evitado todas las subsiguientes guerras del Emperador que esquilmaron a nuestra Castilla.
    Muchas gracias por tus aclaraciones.
    Un abrazo.
    A. Modroño.

SOBRE LAS MASCARILLAS.


 

        En las últimas 24 horas, 30 nuevos contagiados en la provincia de Zamora. En el conjunto de España también repuntan los contagios, hasta llegar a la cifra de 549 nuevos infectados. Además, Fernando Simón, "ve posible un rebrote con un impacto similar al sufrido".
        Salgo a la Farmacia y a la compra. A esa hora, media mañana, se encuentra uno con bastantes personas, la mayoría con mascarilla, (salvo uno de Villamayor, pequeño, con bigote y visera, que no la lleva porque "se ahoga" y con ella no puede fumar), pero tan heterogéneas que me incitan a buscar información. 
      Lola, en la Farmacia, me dice que las de tela para nada valen. Eso lo supe desde el primer momento que las repartió el Ayuntamiento, pero era tan loable la iniciativa de esas señoras confeccionándolas, que me quedé callado.
       Hoy abro el buzón, llevaba días sin hacerlo, y me encuentro con una bolsita de plástico que contiene esas que ven en la foto, también repartidas por el Ayuntamiento. Esas son mascarillas quirúrgicas. Eso es otro cantar.
      Busco información, primero en Internet; no aclaran mis dudas. Llamo al Centro de Salud, no me cogen el teléfono. Llamo, por fin, al Servicio Territorial de Sanidad. Lo típico: me van pasando, si bien con tan buen hacer que, al final se pone el Jefe del Servicio Provincial de Epidemiología, quien me atendió con amabilidad y eficacia. Y, por si fuera poco, acabo de hablar con mi hija Gracia. Les resumo la información:

-LAS DE TELA: ¡para nada sirven!

-LAS QUIRÚRGICAS: (las de la foto de arriba) protegen al otro, no a quien las lleva, pero si todos las lleváramos, todos estaríamos protegidos. 

    Son, o deberían ser, desechables. En la farmacia me informan que cada día utilizan unas nuevas. Apurando, pueden tener una vida útil de 24 horas. No se pueden lavar.

-LAS FFP2 HOMOLOGADAS POR LA UE, con válvula para expeler el aliento. Esas son las más eficientes en cuanto a la protección del usuario, de quien las lleva.

     Tiene una vida útil de 75 horas. Como me la pongo una hora al día, me podrá durar 75 días. Se pueden desinfectar con una pulverización de alcohol, incluso una colonia (70 º alcohólicos) o con disolución de lejía y agua. Eso después de utilizarlas, y ponerlas a secar al sol. La pulverizaciòn ha de ser muy ligera, y bastantes horas, incluso un día, antes de su uso, sobre todo si la pulverización es con disolución de lejía, de molesto olor.

     Al quitarlas y ponerlas es preciso no tocarlas con las manos, sino agarrarlas por la cuerda, o por lo menos, frotarse previamente con hidroalcohol. 

     ¡Bien!: Servidor, aquí, hace lo que puede, Aunque, dada la situación, veo imprescindible un bando municipal,  (ya que han repartido mascarillas; las de tela un peligro, y me calle; ¡para que luego digan!), aclarando y dando normas sobre su uso.
     
     
,

    
      

martes, 12 de mayo de 2020

NUESTROS CAMPOS.


      Este año da gusto salir al campo, y más después del confinamiento. Para quienes están fuera y para los de dentro que no salen cuelgo estas fotos.
      En el horizonte el Teso de San Marcos. A la izquierda árboles en la carretera de Quintanilla. La foto está hecha cerca de la laguna del Barrero. Nunca nada igual se había conocido: tal densidad de plantas, con 140 Kg/Ha. de semilla; la altura que nos da por el pecho; el tamaño de la espiga.        ¡Qué Dios, a todos, nos lo guarde de una mala nube...! 

EUSTAQUIO POLLERO Y LA COGIDA DE "JOSELE". Capítulo IV.



     En Avícola "Río", Eustaquio se hizo el jefe. Él daba las órdenes a las tres chicas. Empezó por separar, en jaulas aparte, a los heridos, y darles Zotal. Así evitó que todos los días sacaran algunos muertos. Él limpiaba a diario jaulas y suelo de la nave. Tarea que le llevaba la mañana.
     Una vez sacado el carné de conducir, como ya sabía todos los itinerarios, pues por la tardes, había estado acompañando al jefe, éste empezó a dejarle solo.
     Mil pollos de un día entraban a diario y mil salían, listos para cocinar.
      Como por entonces, en la entrada de las ciudades, estaba el "Fielato", donde los vehículos que llevaban mercancías habían de pagar un impuesto, Eustaquio comenzó a explorar itinerarios alternativos, y dejó de pagar ese impuesto que, naturalmente, sí le cobraba al jefe. Se las ingenió para conseguir los tiques de pago. Además conseguía alguna comisión en la compra de pollitos y propinas en la entrega de la mercancía.
    Encontró nueva pensión más cerca del trabajo, casa partícular de una viuda joven, Pili, que disponía de una habitación. Puso él el precio, 500 pts. a la semana, lavado de ropa, desayuno y cena. Se hicieron muy amigos. Celebraron juntos la Nochevieja de aquel año, que debió ser la de 1962. La Noche Buena la había pasado en Chinchón con los socios de la granja, don José Luis y doña Laura.
    Debió ser de cara al verano cuando los vecinos de la granja, que venían pleiteando desde hacía años, consiguieron al fin que ésta se cerrara. A Eustaquio le indemnizaron, pero se quedó en la calle. No habla de que le dieran el subsidio de desempleo. Lo cierto es que él encontró rápido un nuevo trabajo..
    Decía el anuncio: "Se necesitan repartidores con experiencia, conociendo bien Madrid. Calle de la Luna, nº 8"- Eso queda justo detrás de la Gran Vía. Él, previamente había vuelto a la primera pensión, la de la señora Mónica, en el Barrio de Salamanca, porque sabía que por allí sería más fácil encontrar un buen trabajo que en Carabanchel.
   Se presenta en el sitio. Resultó ser una "fábrica" en la que elaboraban leche condensada fría y horchata. Vio a cuatro o cinco muchachos haciendo, con sus bicis cola. Vio que otros iban saliendo con los transportines de la bicis, llenos de cántaros de la tal leche y botellas de horchata.
   Con la carta de recomendación que le habían dado en la pollería, el jefe, un tal Alfredo, rápido le dio el trabajo. El sueldo 800 pts. semanales, más 20 cts. por cada litro repartido. Echó cuentas y vio que para ganar tanto como en la pollería tendría que repartir 1000 litros diarios. Aún así, aceptó el trabajo. Luego vio como promocionarse.
   En lugar de quedarse parlando en la calle  con los otros repartidores, mientras esperaba el turno de recoger la mercancía para repartir, comenzó a observar cómo el jefe y una operaria elaboraban la tal leche.
    Cuando vio que aquello podía dominarlo le pidió una pala al jefe. Aquel día ya no siguió repartiendo, sino trabajando en la fábrica como "lechecondensador" y "horchatero".
   Acabado el verano, todos a la calle. Como él en su cartilla ya tenía 85.000 pts., decidió venir al pueblo a ver a sus padres y hermanas. Le dio a su madre 10.000 pts. Al poco, toda la familia, emigró a Valladolid.
   Y, ¿Qué pasó con Josele? Pues que don Pedro, socio de don José Luis Monterroso, le metió en un festejo en la plaza de Chinchón. Al toro, de salida, podrían cansarle los mozos del pueblo, recortando, sin capa. Luego el "mataor" habría de torearlo con todas las reglas del toreo.
   Dice Eustaquio que Josele apenas comió. Que antes del desfile no quería ni hablar con nadie. Que él iba en su cuadrilla, con un traje campero de alquiler que le quedaba grandón. La plaza hasta arriba. Se abre el chiquero y aparece un morlaco de 500 kilos. (Creo algo exagera). El gentío exclamó_ ¡HUUYY!
   Pegó el bicho dos vueltas al redondel rematando contra algún burladero; quedó la plaza limpia de mozos.
   -Josele, primo, no salgas que ese bicho está toreau, que te mata. Vamos a largarnos que como nada vas a cobrar, nada te pueden exigir.
   -¡Déjame Ustaquio! Me la tengo que jugar, ahora o nunca.
   El bicho se emplazó en el medio, escarbando con las pezuñas delanteras, en plan desafiante, como diciendo: "a ver quien se atreve".
    Y se atrevió Josele, en la plaza se mascaban el silencio y la tragedia, con lentitud, poco a poco, muy torero. El capote en las dos manos, mostrándoselo: ¡Eh, eh!
   Nada: el berrendo seguía escarbando, como diciendo: acércate más.
   Y se acercó. La tela por delante para recibirlo por verónicas. Sí, verónicas. Derecho al bulto sin hacer caso del engaño, se cargó a Josele en sus riñones.
   Había dos banderilleros profesionales que le salvaron la vida. Salieron al quite lanzándole la capa al suelo y librándose por los pelos saltando la barrera.
   -A Josele, inconsciente, lo metimos en la enfermería. Yo allí con él.
    -Primo: que me ha matao .
    -Si no tienes sangre.
    -Me ha reventao por dentro.
     Le había roto la clavícula y hundido una costilla.
     Don José Luis lo llevó a la clínica "Montilla", donde  lo enyesaron y tuvieron diez días ingresado. Yo, al acabar el trabajo, iba a verle todos los días.
     Le pusieron un "avión". Cabreao Josele decía: -Que yo quería ser torero, no aviador.
     Como el seguro del empresario tenía una clínica en Zamora le dijeron:
     -Anda, vete a tu casa que es donde mejor vas a estar. A los quince días vas a Cortinas de San Miguel para que te quiten la escayola.
     Josele siguió con sus pinitos toreros durante muchos años, incluso sacándole algún dinerillo a su arte. Figura del toreo no llegó a ser, pero figura en la vida si que ha sido.
    Eustaquio se quedó solo, sin amigos del pueblo, en Madrid.
 
 

     
 
 
 

domingo, 10 de mayo de 2020

ESUTAQUIO FERRALLISTA. (Capítulo III)


    Ese lunes, luego a primera hora, cogió el periódico de anuncios y se puso a llamar. Se ofrecía como peón en la construcción. Todos le decían: "¡Si fueras ferrallista..!"
    A Eustaquio esa palabra le sonaba a chino. Ni zorra idea qué era eso de ferrallista. Preguntó al tío del bar le dijo que eso era atar las barras de hierro para los emparrillados y los encofrados en la construcción. -
     -Mira, a dos manzanas están empezando un edificio grande de pisos.
     Se fue para allá y, como distraído empezó a observar. Por allí pasó la mañana. Le quedaba dinero para tres comidas.
     Por la tarde, a primera hora se presentó en la obra. Preguntó por el encargado.
     -Es que vengo por lo del anuncio de ferrallista.
     -¿Conoces el oficio?
     - He estado trabajando de ayudante en la obra de una gasolinera de unos primos míos en el pueblo. El de la ferralla venía, me dejaba los hierros, me decía cómo, y yo, con un peón, lo iba montando todo. Como ya se ha terminado he venido aquí a buscar trabajo.
     -¿Tenía pisos esa gasolinera?
     -No, pero sí una solera muy grande en la que hubo que meter mucho hierro y hormigón porque iban a entrar camiones. También montamos una visera sobre tres columnas.
     -Vale. Ven mañana a primera hora con ropa de trabajo. Los guantes y la herramienta te la damos aquí. Empezarás como oficial de tercera.
     Tuvo la suerte de que le adjudicaron como ayudante a un chaval, mayor que él, que conocía el oficio, que sabía interpretar los planos. Eustaquio, ante el otro, no demostró ignorancia, sino que le mostraba los planos. haciendo observaciones, como en plan de consulta.
     Tiró la semana mal comiendo, hasta que el sábado a mediodía, le pagaron el sueldo: 780 pts. Los otros de Villalpando, en un laboratorio, lavando envases ganaban 450 pts a la semana. Para la pensión y comer, malamente. Marino y Antón, varias semanas después, regresaron al pueblo. En Madrid quedaron los dos Mazariegos: Eustaquio porque fue mejorando de trabajo y Josele porque soñaba con ser torero.
   Mejorando de trabajo, ¡y de qué forma!
   Como en la obra se pasaba mucho frío, siguió leyendo anuncios: "Se necesita encargado para granja avícola".
   -Esto es lo mío.
   Se presentó en la granja, una nave grande que ocupaba todo el bajo de un bloque de pisos en Carabanchel Bajo. Nº  164.
   -Que  vengo por lo del anuncio.
   -Lo siento, pero acaba de marchar otro, que ya he quedado con él.
   -¡Bueno!: pero me deje usted ver la nave y los pollos.
    Estaban en jaulas corridas de tres pisos, unas sobre otras. Los excrementos caían en unas bandejas extraíbles. El agua corría por un pequeño canilillo exterior. Para la comida existía otro canal mayor y por debajo del bebedero, que se rellenaba manualmente.  Tres chicas se afanaban en limpiar, con espátulas las bandejas, dejando la basura sobre una estera grande. Se había marchado el encargado anterior y ellas habían pasado la mañana matando, desplumando y preparando pollos para servir a tiendas y a restaurantes.
    -¡Perdone don  José Luis! ( Ya le había dicho su nombre: José Luis Monterroso, natural de Chinchón), estos pollos están muy mal atendidos.
   -¿Pues?
   - Las bandejas están hasta arriba de gallinaza. Llevan por lo menos tres o cuatro días sin limpiar. ¿No nota usted el olor a fermentado? ¿No ve como andan los pollos metiendo el pico debajo de las alas? Es por el fermentado que cojan piojos los pollos y no engorden. Y además si alguno se hace sangre, los otros, como son carnívoros, le pican hasta matarlo.
    -Oye muchacho. ¿Por qué sabes tú tanto de esto?
    -Porque ese ha sido mi oficio en el pueblo. Mire mi tarjeta: (había encargado tres o cuatro cuando vio el anuncio) Eustaquio Mazariegos Alonso, sexólogo y castrador de pollos.
    El hombre se echó a reír. -Hombre, yo no necesito a un tan especialista
    -Pero sí a alguien que conozca el oficio. Mire usted: no ve manchas rojas y verdes en los excrementos. Pues eso es porque los pollos tienen "guitosis". Es urgente una limpieza y desinfección de esta nave.
    - Sí, pero son las siete, las chicas ya se tienen que marchar, y mañana es domingo y sólo van a venir a echarles agua y comida.. Con el otro no he quedado hasta el lunes.
   - Si usted quiere yo vengo mañana y se lo dejo todo en orden. Lo primero es ir a comprar a esa ferretería un recogedor de chapa de la anchura de las bandejas. Las apoyo sobre una tabla que pongo encima sobre esos baldes grandes de goma, y de una pasada, todo al balde. Luego a cada bandeja hay que pasarle un cepillo, que queden bien limpias y "echarlas" Zotal. Tiene usted que comprar una mochila para desinfectar toda la nave. Y el suelo hay lavarlo con agua a presión que quede completamente limpio, y más Zotal. 
    -¡Oye muchacho! Pareces muy espabilao.- ¿De qué pueblo eres?
    - De Villalpando que a uste ni siquiera le sonara.
    -¡Cómo no, si es el pueblo de Andrés Vázquez,
    -Pues Andrés es mi primo hermano; por ese estoy yo en Madrid, pa verle torear con otro primo que quiere ser torero.
    -¡Bueno, bueno! ¡Pero tú no te apellidas Vázquez!
    -Es que su padre, Antonio y el mío José, son hermanos. Nos apellidamos igual del primer apellido, Mazariegos, pero él se lo ha quitado porque es más artístico el Vázquez.
      -¡Bien, hombre bien! En este negocio tengo una socia, Laura. Su marido Pedro, es directivo de una gran empresa. Es el encargado de organizar los festejos taurinos en la Plaza Mayor de Chinchón. Somos muy amigos de Julio Aparecio y de Antonio Bienvenida. Así que a ese primo, que se entrena en la Casa de Campo,  le podríamos meter en una novillada para maletillas.
    -Mire don José Luis. A mí ahora lo que me interesa es el trabajo.
    -Seguro que quieres venir mañana?.
    -Dígales a las chicas que mañana, a las ocho de la mañana, aquí como clavos.
    Eustaquio empezó a sacar bandejas, rallarlas, mano de Zotal, vueltas a meter. Cuando llevaba llenos 25 de esos grandes cubos de goma gorda, apareció don José Luis.
     -Bien muchacho bien. Me parece que te vas a ganar el puesto. ¿Cuánto quieres ganar?
     -Pues mire usted, lo que ganaba en el otro trabajo. Mire la factura.
     Ahí empezó la ardua negociación. Cuando el encargado de la obra donde trabajaba de ferrallista, le dio la cuenta de la semana, le pidió pusiera en la factura, en lugar de las 825 pts. que ganaba, 950 Pts.
     Don José Luis se echó las manos a la cabeza.
     -Pero hombre, hombre. El que marchó ganaba 650 pts. y por ese dinero va a venir otro el lunes.
     -Usted deme lo que le pido, que le voy a salir más barato. Usté ha dicho que al de antes le llevaba todo el día limpiar las bandejas. Usté verá como esto lo tengo ya casi acabado, y estaban hasta'rriba. A mi no me va a llevar más que la mañana, y por la tarde puedo ayudarle a repartir pollos por Madrí.
     -¿Tienes carné de conducir? 
     -No, pero sé conducir, que en el pueblo andaba con la "cirila" de mis primos.
     -¡Bueno, bueno. Aquí hay mucho que hablar. Termina la limpieza que ahora van a venir Pedro y Laura, los otros socios. Tenemos que contar con ellos.
      Eustaquio siguió canino su trabajo. Cuando llegaron, con don José Luis de nuevo y los socios doña Laura y don Pedro (Eustaquio trataba a todo el mundo de don), estaban limpias todas las bandejas, el suelo, las paredes; todo limpio y desinfectado con un agradable olor a Zotal; apartados los pollos picados..., y 37 canastones  llenos de gallinaza, sacados con carretilla de dos ruedas a la puerta de la nave, donde pasaría a recogerlos un hortelano de Navalcarnero, padre de Jesús casado con una Sampedro de Villalpando.
      -¡Bien, bien!, nunca ha estado esto tan limpio, pero pides mucho dinero, dijeron los tres.
      Eustaquio volvió a repetir sus argumentos de que el podría también encargarse del reparto, y puso la condición de no trabajar el domingo, porque a él le gustaba descansar ese día e ir a Misa y al cine.
      -Como me imagino que estarás muerto de hambre -eran las dos y llevaba con un café, currando desde las ocho, ¿Qué te parece si te vienes a comer con nosotros y hablamos.
      ¡Hambre!: si tardan un poco más me aso un pollo de éstos.
       Rieron con ganas los patrones. Lo llevaron a un restaurante clientes de la pollería. Eustaquio pidió un primer plato de cuchara, alubias con chorizo, para irse entonando. De segundo un pollo tomatero que servían asado. Lo trinchó en un pis-pas. Le invitaron a café y a copa. -Puro no; no fumo.
       -¡Vaya hombre!: pues sí que nos está saliendo virtuoso este chico de Villalpando. Hace pocos días he pasado por tu pueblo. A ver cuando os arreglan el puente que se llevó la riada.
      -Pues pasaron ustedes por delante de mi casa. Se acordó de su madre y se le soltó una lágrima.
      -Vamos a aceptar  lo que pides,pero de eso hay que descontar la mitad de la cuota a la Seguridad Social. Vas a empezar, por las tardes-noches a ir a una Auto-escuela. Eso también lo vamos a pagar a medias. Y, mañana, a las ocho en la pollería.
      -Perdonen ustedes. En la obra no empiezan a trabajar hasta las nueve y quiero despedirme del encargado, don Alberto, que me dio la oportunidad de trabajar de ferrallista, viendo que no lo había hecho nunca, pero que aprendía muy rápido.
     -Vale hombre: nos parece bien el gesto.

     Eustaquio sacó al carné a la primera. El examen teórico era oral con un ingeniero, y el práctico, con dos clases, lo tenía chupao.
    En el siguiente capítulo contaremos las aventuras de Eustaquio con la DKW de la pollería repartiendo por Madrí.
     
     
       


 
 
   

viernes, 8 de mayo de 2020

SE HA MUERTO TÍA LOLA.


     Dolores Herrero Núñez había nacido en Villalpando el día 29 de enero de 1919. Había, por lo tanto, cumplido 101 años.
      Hará dos semanas que la llevaron muy malita al hospital de Benavente. Temimos, en un primer momento, que infectada por la COVID19. Posiblemente fuera hace dos años, o tres, cuando un San Roque la llevaron sus hijos a comer a la "Cañada Real". Desde entonces no había traspasado el umbral de su casa en la carretera de Madrid. Si estaba infectada sus cuidadoras lo habrían llevado. Eran los días álgidos. nos entró preocupación.  Pero no, todas negativo. Dos o tres días en la UCI y a planta.
      El pasado martes fui a visitarla. Sentía esa imperiosa necesidad. Nada más verme, con mascarilla, naturalmente, me hizo señas de que me marchara. Estuve un poco en la habitación mientras le tomaban  tensión, temperatura. Me dijo que ya quería ir con Dios. Llevaba muchos años siguiendo a diario la misa por televisión, rezando rosarios. Me consoló que su fe la confortara en esos momentos.
      Ella era la última superviviente de todos "los aguardienteros", aunque ella se consideraba, sobre todo, panadera, hija del Sr. Benigno; hermana de Benigno, Clemen, Melitón (hace poco ha fallecido su esposa Pepita Espinaco), Justo, Leoncio, Isabel. Era una testigo de otra época.
      En una de las cartas que tío David Modroño, todavía en el pueblo, no movilizado, le escribe a su hermano Antonio,  septiembre-octubre del año 1937,  le dice que han tenido noticias de él por su novia  Lola, que está muy guapa. ¡Cómo no, con 18 años!
     A tío Antonio le pilló la sublevación militar cumpliendo la mili en Zamora. Fue, por tanto, uno de aquellos primeros soldados que, junto a falangistas voluntarios, desde León y Castilla marcharon a tomar Madrid. Le tocó todo el tomate de la Casa de Campos. Cuando salió la orden de que si había tres hermanos combatiendo, uno podría ser licenciado, mis abuelos optaron por Antonio, por ser quien mayor peligro corría. Luego cayó Gil-Agapito.
    Los Modroños eran aguardienteros. En los años de la posguerra el negocio era próspero. Compraron una casa y un cubierto en Cerecinos. Allí montaron otra alquitara. En Cerecinos vivieron Antonio y Lola unos años. Posiblemente, estando allí, nacerían sus hijos Antonio y Gil. Recuerdo, muy niño, de ir a ese pueblo en el camión, y de pasar allí, días, en casa de tía Lola.
    Los Modroños compraron los majuelos de doña María, en el Camino de Valladolid. Compraron "La Jabonera". Era un solar, "herrenal" ,  con mucha fachada a la carretera de Madrid, que iba dando la vuelta por detrás de la casa y huerto de "La Botera", a salir a Berrabueyes. Ocupando una pequeña parte de dicho solar, existía el mayor cubierto que entonces había en el pueblo. Allí, el anterior propietario, un francés emprendedor, don Félix Donadeu, había instalado una fábrica de jabón. De ahí lo de jabonera. Había comprado la fábrica de la luz en Conejo y estaba construyendo una nave, mucho mayor aún, para ampliar la fábrica de jabón. El hombre se murió de repente, Todo quedó parado. Su viuda lo vendió todo.
    Hacía 1947 los Modroños, fachada a la carretera, construyeron dos casas. Una para mis padres (muy remozada y aumentada es donde viven Pablo y Maruja, mis hermanos), y en la otra, también muy arreglada, es donde ha pasado, felizmente, tía Lola los muchos últimos años de su vida. En el "sesenta y dos", cuando ya la aguardientería no daba para tres familias, ,tío Antonio, Lola y sus hijos, emigraron a Madrid. Al jubilarse volvieron. En ese corral tan enorme que, al repartir con mi padre a él le tocó, cultivaba toda clase de hortalizas. De la "Jabonera", y el resto del solar, heredados por mí de mi padre, prefiero no hablar.
    Cuando pasaba por casa de tía Lola, me consolaba mucho pensar: ahí sigue la superviviente, la memoria de la familia Modroño, quien, en cualquier momento, te podría contar entrañables recuerdos. Ha estado lúcida hasta el último momento. Y ha estado en su casa, en su cama, en su sillón, con su tele, con visitas cada poco, hablando a diario por teléfono con sus hijos; y con la suerte de tener a mi hermano al lado, y a una señora búlgara, Ani, (no todos los búlgaros son iguales) interna quien la ha cuidado con mucho cariño, incluso ha estado yendo horas diarias al Hospital de Benavente. Desde hace unos meses, otra compatriota iba a ayudarla para vestir, asear a Lola.
    Ha muerto feliz, charlando con su hijo Goyo hasta casi el último momento. Acordándose de todos, dándole recuerdos para todos.
    Que Dios la tenga en su gloria.


   
   
   

jueves, 7 de mayo de 2020

UNA BUENA NOTICIA QUE ALEGRA A TODO EL PUEBLO Y COMARCA.


     Y es que Miguel-Ángel Asensio, el del Raso es conocido en todos estos pueblos. Aunque natural de San Martín de Valderaduey, lleva, desde que se casó, viviendo con su mujer y sus hijos en Villalpando.
     Un gran profesional de la agricultura como demostró en la plantación de la viña en el Monte de las Pajas, se pasó a la hostelería. Son dueños y regentan los dos mesones llamados Raso I y Raso II, salida de Los Campos en la A-VI.
     Deseamos verlo de nuevo cuidando el césped, árboles, rosales de la preciosa explanada desde la que se divisa todo el pando.




EUSTAQUIO, CAPÍTULO (II)



Su madre, Coral Alonso Alonso.

      Instalados en Madrid, con la ayuda de Concha Boyano, tía de Antón, los tres escapados, pasado cierto tiempo, escribieron a Eustaquio, animándole y dándole la dirección de la pensión.
      Éste, esperó a que pasaran los carnavales y decidió marchar a Madrid. Carecía de dinero para el viaje, puede que ya hubiera dejado el trabajo de los pollos con los García Alonso. Entonces cogió, de "cañuela" (vayan al diccionario de Luciano López) medio costal de guisantes, unos 50 kilos, y se los vendió a un, entonces y por poco tiempo, "almacenista", Paquito Allende, con almacén en la carretera de Madrid, donde ahora tiene Filín el taller. Le dio 200 Pts.
     A los pocos días se encontró en el bar con tío José :
    -¡Anda!: Dame doscientas pesetas y vete a por los titos que me llevó el otro día el muchacho.
    A raíz de las inundaciones, que fueron noticia nacional, puesto que en Castroverde, Villamayor, Villárdiga, San Martín, Cañizo..., se arroñaron muchas casas al reblandecerse el tapial o el adobe de las paredes inundadas, llegaron cinco máquinas y otros tantos maquinistas del Ministerio de Obras Públicas, para dragar el río. A partir de Cañizo estaba sin encauzar, 
     Éstos maquinistas cogían un taxi para ir los sábados cada quince días a Madrid, donde vivían. Al lunes siguiente de aquel sábado, debió ser 21 de marzo de 1962, servidor habría de incorporarse, voluntario, al Servicio Militar, en Aviación. Se lo dije a Eustaquio y tomó la decisión de venir con nosotros. Siete cabíamos en aquel taxí Seat de "Los Petronilos", que conducía Ángel "Zampa".
     Fui a despedirme de mis tíos y primos, como se hacía entonces, y también de Eustaquio aunque ya sabía vendría conmigo. Él sólo se despidió de abuela Ana, quien le dio su bendición y le dijo: -"pero hijo, tú tan solico por esos mundos de Dios...  y de la hermana pequeña Mari Tere, a quien encontró en la cuesta de las monjas: -dile a mis padres que me marcho, que no me busquen.
      Él narra su peripecia cuando llegó a Madrid: a las once de la noche. El taxi le dejó en Cibeles. Recuerdo bajamos los dos juntos. Él llevaba la dirección de los otros, Calle Juan de la "Oz", número 8. Yo fui, en metro, según me habían explicado a casa de mi familiar Marcial Modroño Paniagua, en Gral Oraá, 78, casas para militares en el barrio de Salamanca.
      Eustaquio preguntó a dos taxistas por una pensión en dicha dirección. Ninguna conocía la tal.
     -Será pensión "El Cid" en la calle Juan de Herrera.
      -Pues me lleve usted allí.
     Enseguida se dio cuenta que era muy lujosa para que en ella estuvieran sus amigos, pero como era muy tarde decidió pasar allí la noche. Al levantarse, entre el taxi de Villalpando, cien pts., el de Madrid, ocho, y las quince de la pensión, su capital se había reducido a setenta y siete pts. Quitamos dos del desayuno, setenta y cinco.
     Salió a la calle y pregunto a otro taxista por la calle Juan de la Hoz. Éste si le dio bien la dirección, aunque le dijo: -está muy lejos para ir andando. 
        -Como pa más taxis estoy yo.
        Y es que en tal dirección no había pensión, sino una casa particular de la viuda señora Mónica que alquilaba dos habitaciones de dos camas cada una. Allá llegó con la maleta acuestas. Allí los tres amigos le recibieron con mucha alegría.
        La pensión costaba 300 pts a la semana, con derecho a lavar dos pantalones, dos camisas y la ropa interior. Otro problema: el pago era por adelantado. Ni los amigos, ni él tenían las 300 pts. La mujer, de la que con el tiempo se ganó su cariño, sintió compasión y  le admitió.
        Dice que, como era domingo, fueron a Misa. Creo que esto lo ha puesto para contentar a su hermana Sor Coral, que anduvieron por el Rastro y fueron a comer, a un restaurante zamorano, donde por 2'50 comían a "esgalla".
         El siguiente capítulo comenzará con su busqueda de trabajo al lunes siguiente.