Ya lo ven: en la base de la "Cruz a los Caídos", sobre la leyenda que reza "VILLALPANDO A SUS CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA", ha aparecido esa pintada. Me ha dado mucha pena.
Aquella tarde del domingo 19 de julio de 1936, cuando llegó un camión de sublevados pegando tiros al pueblo, pasado el susto, fue a recoger a Carmen, a consolar su llanto. Aunque se vea borrosa miren que cara de asesino tiene.
¿Asesino este muchacho, Maximiano, pastorcico de la calle Olleros, hermano de Dioniosio de la Puente; tío de Maxi, de Vidal, de Angelines, de Ester? Cayó en Brunete recién cumplidos los 22 años.
Así seguiría con Zósimo Núñez, con Teófilo Quesada, con Serapio Sampedro, con Fermín Mazariegos, con Eugenio Cepeda, de los Lizondos...; hijos todos de familias trabajadoras.
Los llevaron a la fuerza a una guerra que no querían y... perdieron la vida. En "La otra historia de la villa" están todas sus pequeñas biografías.
Pero incluso, los dos primeros muertos, habían ido voluntarios, con 21 años. No se habían quedado en el pueblo fusilando en la retaguardia. Uno estudiante de farmacia, "Alferez Provisional", "cadáver efectivo", dijo a su madre: -"Siento el deber de ir a defender mis principios familiares, religiosos, patrióticos, los principios de las sociedades occidentales".
Felipe González en sus trece años de mayorías absolutas, dejó todo como estaba. Hizo muy bien en reparar económicamente a quienes habían sufrido cárcel, por ideas políticas, y a sus familiares; y a las víctimas; pero no se empeñó en remover viejas heridas y, mucho menos en tergiversar la historia.
Los autores de las pintadas, posiblemente unos críos, estoy seguro son unos de tantos envenenados por la tergiversación histórica. Lo malo es que de la reacción a un sectarismo de extrema izquierda, surja el de extrema derecha, VOX.
Vayan a las hemerotecas de aquellos años, lean algunas de los millones de páginas (las imparciales) que se han escrito sobre la guerra civil; vean los gigantescos murales con la imagen de Stalín en la Gran Vía de Madrid... Sepan de una vez que los del bando republicano; huido el gobierno a Valencia, asumido todo el poder por Largo Caballero, Dolores Ibarruri Juan Negrín e Indalecio Prieto, y otros líderes anarquistas, no luchaban por restablecer una democracia "burguesa" (como ellos llamaban a la democracia de la II República), sino la revolución al estilo de la bolchevique. Se enteren como promotores de la llegada de la república, Marañón, Ortega y Gasset, Unamuno (éste con toda su protesta por las barbaries que los franquistas estaban cometiendo en Salamanca), sabían que de esa guerra saldría una dictadura o de izquierdas o de derechas, y se echaron a un lado.
Rescaté del olvido a las víctimas de la represión derechista en este pueblo, dos mujeres entre ellas; lo hice con mucha piedad, pero también recordé a los muertos en los frentes de batalla. Cada vez me alineo más con los de la "Tercera españa", Paul Prestón dixit, y Manuel Chaves Nogales.
Perdonen insista otra vez en mis "Víctimas de la guerra civil en Villalpando", o su reedición, (de este queda algún ejemplar donde Patricia) "La otra historia de la villa".
En esos libritos en los que hay mucha investigación histórica local, el hallazgo que mejor refleja la crispación y las necesidades en la vida del pueblo (y así en toda España) es la transcripción de las actas de los plenos que de marzo de 1936 al 18 de julio del mismo año, celebraron los miembros de la Junta Gestora Municipal de Izquierdas, nombrada nominalmente tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de aquel año, quien sustituyó al ayuntamiento elegido en las últimas elecciones.
Creo lo justo, si quieren adaptarse a la ley de "Desmemoria histórica", sería quitar las alusiones políticas en los símbolos y escudos, incluso en la leyenda de "Caídos por Dios y por España", que mi abuela era incapaz de escuchar todos los días en el parte de la radio, a cambio escribir los nombres de todos los muchachos que murieron en una guerra no deseada por la mayoría. Que fueron inocentes de todo los horrores cometidos en los dos bandos; y mucho más, en el de los vencedores acabada la contienda.
JUSTICIA: Que quiten el yugo y las flechas, si quieren, pero que dejen esa cruz (signo de paz) y escriban sus nombres como recuerdo de los muchachos del pueblo víctimas inocentes también de aquella cruel guerra. Vivimos muchos sobrinos de aquellos, que pedimos un respeto para ellos.
Eso creo que es un deber de JUSTICIA, que es justo recordar con objetividad lo ocurrido para que aquellos horrores no se repitan, y que queden pacíficos vestigios de aquel enfrentamiento.
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