jueves, 23 de agosto de 2018

ESTO VA QUE SE MATA.



     Les confieso que ante tanto sufrimiento, ante tanto deceso me invade la melancolía, cierto desapego del mundanal ruido, el "¿merece la pena tanto afán?; los versos de Machado, las Coplas de Jorge Manrique pugnan por apoderarse de mi mente, y me quiero agarrar a los  del castellano cuando, después de narrar la fugacidad del tiempo, dice: "Este mundo es el camino    para el otro que es morada /  sin pesar...y eso deseo para los tres hombres que acaban de irse.

     Anteayer, Eustaquio Garcia Pérez, tenía 87 años y no le han faltado, en su casa,  ni cuidados, ni cariños, de su esposa, más joven ni de los cinco hijos, dos conviviendo con ellos en la casa familiar. Pertenecía a la Cofradía del Cristo de la Pasión. ¡Ojalá le haya servido de algo!

    Ahora mismo está en el tanatorio el cuerpo sin vida de José Antonio Revuelta Garea, un buen hombre que, después de haber pasado su vida trabajando a diario, no ha llegado a cobrar la jubilación. Era natural de Villalobos, aunque, por ser su esposa de Villar de Fallaves, vivió siempre en este pueblo. Un honrado pastor que sacó a su familia, tres chicas y  Toñín, (a quien recuerdo con cariño del colegio) a base del duro pastoreo diario, todos los días del año. Es el padre de Valentina, una muy buena chica, esposa del electricista  "Jose" Caramazana.

    De Mariano Nevado, ahora de cuerpo presente, escribiría y no pararía. Para empezar: su mujer es Tomasa González, una de las tres niñas, nietas de "Tarines" y de "Pajalargas", que se quedaron sin madre con muy pocos años. Curtidas en ese sufrimiento poseen una entereza admirable. Tomasa ha sido el bálsamo en la larga y penosa enfermedad de Mariano.

    Se conocieron y vivieron en Madrid. Ella nunca perdió el apego del pueblo y a él, hombre de ciudad, le encantaba. Por eso, así que se jubiló, con unos años de adelanto, (fue Conserje y chico para todo en el Ministerio de Agricultura) volvió al pueblo para comprar una casa de labranza, y transformarla, dejarla preciosa: vivienda, corral, talleres, para cuando regresaran su mujer y su hijo.

    Cuando lo hicieron, éste, el chico, instaló un taller de carpintería del aluminio,  en ello trabaja, y él de ceramista, como afición. Tiene mérito: familia que regresa al pueblo y aquí hacen su vida.

     He de decir de Mariano, y al principio fui uno de tantos, que las gentes de Villalpando no sé si han lo han valorado como se merece. Servidor ahora quiere hacerlo. Es mi pequeño homenaje, puede que tardío, si bien en vida ya fui su amigo.

     Primero su enorme valor cívico demostrado como Presidente del Coto de Caza "Los Llanos". Lo actualizó, revitalizó, dio vida. Hay que poseer un gran altruismo para lidiar contra tanta dificultad: incomprensión, zancadillas, intereses particulares... Actualizó el censo de propietarios de terrenos y la superficie a pagar a cada uno, a base de pedirles las solicitudes de la PAC. Fuimos los primeros en darle copia. Ahí lo empecé a conocer. 

      Viajes a Zamora, reuniones, desvelos, impertinencias, juicios por los conejos, voces... Y todos los gastos de su bolsillo. Creo, si no hubiera sido por él, el coto habría desaparecido.

      Además de esos valores humanos, Mariano fue un artista. Ahí están sus magníficos murales cerámicos, que requieren el dominio del arte del dibujo y de la técnica de la impresión sobre mosaico: el mural del polideportivo dedicado a Chema Martínez; el del padre Leoncio; el de la "Rinconada de la Gloria"...; escudos heráldicos de familiares y amigos, ni sé cuántas piezas componen su colección de vajilla decorada...

      Se ha muerto sin ver colocados en la fachada del Ayuntamiento dos, encargados por el alcalde, murales de metro sesenta de alto por noventa de ancho. En uno el escudo de la villa, en otro el de la Comunidad. Tiene también sin terminar otro  dedicado a Andrés Vázquez, que le fue sugerido hace años para su fallido primer intento de  homenaje.

     Este hombre se merece que su trabajo mural local terminado no  quede ahí, olvidado en su taller.

        Este hombre se merece pasar de la "Rinconada de la Gloria", a la otra sin rincones.

     
    


La niña al lado del abuelo, el Sr. Esteban "Pajalarga", es Tomasa.

2 comentarios:

Administrador dijo...

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dom., 26 ago. 17:19 (hace 2 días)
para yo


Agapito. Muchas gracias por todo lo q escribes sobre Mariano. Se fue sin ver colocados los escudos en la fachada del ayuntamiento, esa era su ilusión, por desgracia no pudo ser. Te envío un abrazo muy fuerte. T.G.M
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Administrador dijo...


¡Gracias a vosotros, a toda vuestra familia, por todas las muestras de amistad que tenéis conmigo. Dejar justa semblanza de Mariano era pura justicia. Un poco de consuelo es que ahí quede su recuerdo. Lo de los escudos clama al cielo. Al menos os los deberían pagar.

Otro abrazo muy fuerte para ti. A.M.A.