WALDINO
CHIMENO MODROÑO. “TITO”. (I)
Era primo
doble de mi padre, Mateo Modroño Chimeno. El menor de los diez hijos de
Primitivo Chimeno Luna y María Modroño Maestre.
Mi abuelo
Goyo Modroño Maestre, emigró a la Argentina el año 1909 o 1910, dejó aquí a su joven esposa, María
Chimeno Luna con dos niños, Petra (mi tía madre, quien murió en esta su casa) y
Mateo, mi padre. A no más del año, los reclamó. El abuelo Pedro Chimeno
Margallo, llevó a los niños, a su hija María y el baúl en el carro al tren a Benavente,
para coger el vapor en Vigo, cruzar al Atlántico, fondear la costa de América del Sur,
desembarcar en Buenos Aires, cruzar en ferrocarril el inmenso país, hasta el
otro extremo, bajarse en San Rafael y, en carreta llegar a las tierras, que el
estado le había dado a mi abuelo, y refugiarse en la cabaña que él había
construido en el inmenso paraje conocido como Ramacaída y Cañadeseca, en la
provincia de Mendoza.
Al recordar las penalidades de aquel viaje:
trenes de tercera, barcos de tercera atestados de emigrantes… a una madre de 28
años con niña de 4 y niño de 2, me pongo a llorar. Son seres tan queridos,
siento tanta compasión… Creo que en el puerto de Buenos Aires ya los esperaba
el joven y fornido esposo y padre, mi abuelo Goyo.
Fueron los
años en que la filoxera, el aumento demográfico, la falta de industrias
empujaron a la emigración a miles y miles de castellanos y leoneses.
Mi abuelo,
al ver que allí existían abundantes medios para subsistir, que ya los italianos
habían ido plantando viñas, llamó a varios de sus hermanos. Por supuesto que
mediante cartas, recibidas al mes de escritas.
Aparte de los otros Modroños que, como él, allí no perduraron, nos fijamos en el matrimonio formado
por Primitivo Chimeno y Maria Modroño, hermano y hermana, respectivamente de
mis abuelos Goyo Modroño y María Chimeno.
Primitivo
era el mayor de los hijos de Pedro Chimeno Margallo, natural de Villárdiga, y
Narcisa Luna Alonso, de Villalpando. Había tenido otro hermano, llamado Mateo,
quien falleció víctima de la tuberculosis que se desarrolló en el Semintario de
Valderas, poco antes de cantar misa. Era compañero y amigo del famoso cura D.
Cayo Riaño.
El resto
eran hermanas, por este orden de edad: Canuta, esposa de Camilo Boyano, madre
de la numerosa familia de “los Camilos” Boyano Chimeno; María, mi abuela, madre
de los Modroño Chimeno; Eugenia, vivió
siempre en Zamora, madre de los Martín Chimeno, uno de ellos, Casimiro, muy
conocido por haber desempeñado importante cargo en Sindicatos, vive Visita, la
hija menor de ésta, en la residencia de aquí, tiene más de 90 años; la menor fue
Josefa, esposa de Ciriaco Espinaco; madre de los Espinaco Chimeno, entre ellos el famoso Domingo "Muralla"; de esta
numerosa cuadrilla de los Espinaco Chimeno, viven Ulpiano, a punto de cumplir
los cien, en Sevilla, Pedro en Vizcaya, Pepita en Zamora y Ángel quien reparte
sus paseos entre Sevilla y Villalpando.
Primitivo y
María, que vivían en la dehesa, él de encargado del Conde de Superunda, cuando
emigraron ya llevaron cuatro niñas/os, allá tuvieron otros seis. El menor de
éstos, “Waldino”, el ahora fallecido, quien, el día de San Marcos, cumpliría 95
años.
No puedo
acabar con todos estos parentescos, que pueden resultar tan aburridos para
jóvenes y extraños como entrañables para la numerosa descendencia de todas las
familias citadas, sin explicar lo siguiente:
Primitivo,
antes de casarse con la Modroño, había
enviudado muy joven de su primera y más joven esposa, una muchacha de
Villárdiga, preciosa, según contaban los viejos. Murió al dar a luz a su hija
Patrocinio. A la niña la criaron los abuelos maternos, hasta el año o así, en que se hicieron cargo de ella los paternos. No la llevaron Primitivo y María a la Argentina sino que quedó aquí, (aquí, aquí: en el lugar en el que ahora escribo se asentaba la antigua casa de aquellos abuelos, bisabuelos míos, de los que luzco su foto enmarcada en el portal de casa) y vivió con ellos, Pedro y Narcisa, hasta su boda.
Ésta, bella también, contrajo nupcias con Francisco Gutiérrez, mi tío Paco, el carretero. Ellos fueron los padres de Remigio, Carmen, Don Primitivo el cura, Pacucho y Nana. Por tanto este Waldino, era medio hermano de la madre de los anteriores, con una gran diferencia de edad, en casa de los cuales, ya de último, su mujer, Rosita y él, pasaron largas temporadas.
Ésta, bella también, contrajo nupcias con Francisco Gutiérrez, mi tío Paco, el carretero. Ellos fueron los padres de Remigio, Carmen, Don Primitivo el cura, Pacucho y Nana. Por tanto este Waldino, era medio hermano de la madre de los anteriores, con una gran diferencia de edad, en casa de los cuales, ya de último, su mujer, Rosita y él, pasaron largas temporadas.
Después de
esta ración de parentescos, les prometo que el resto de la historia será
distinta.
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