miércoles, 20 de abril de 2016

RANAS.


   Ya conocen ustedes el dicho de cuando llueve mucho: -"Nos vamos a volver ranas". Claro que, entre la sequía de la primavera pasada y las inundaciones de ahora, esto es preferible.

   Enlazando esta situación con las desinformaciones, dichos no ciertos del todo y mentiras que nos envuelven, resulta que hasta algunos refranes no son ciertos del todo. Por ej.; -"Nunca por mucho llover es mal año". ¡Bueno! Sí que por mucho llover es peor que si no lloviera tanto.

    Ocurre con  frecuencia, sobre todo cuando el exceso de lluvia es en invierno. Se producen encharcamientos en los suelos endorreicos que pudren las plantas, escurrentías con lavado de nutrientes, erosiones, que son perjudiciales.

     Lo malo es cuando las inexactitudes, las mentiras se dicen desde una "cátedra", como presencié la pasada semana en una charla sobre "cultivos ecológicos".

     He de decir que prefiero los alimentos de esta naturaleza, al tiempo que les afirmo que con agricultura totalmente ecológica nos moriríamos de hambre. Todavía, en un trozo pequeño de huerto, en tierra fértil, y con ganas de doblar el lomo contra la broza, se pueden comer tomates y melones ecológicos, (como fueron los míos del 2.015, a base de zoleta) pero en las hectáreas y hectáreas de cultivos extensivos, lo siento mucho, sin fertilizantes y herbicidas no hay cosechas.

   El "experto" conferenciante gallego (que ni zorra idea) para llegar a sus conclusiones sobre la rentabilidad de estos cultivos, se basaba en datos inciertos, en tópicos que se están acuñando, por más que los mostrara en gráficos proyectados sobre la pared.

   Que, como consecuencia del calentamiento global, y del cambio climático, en los últimos diez años han disminuido las lluvias. Referido a nuestra región, ¡mentira! Además: con temperaturas más altas existe mayor evaporación del agua de los mares y, por tanto, más lluvias. Y se quedaba tan pancho, cuando en lo que va de abril llevamos 175 mm., cuando los ríos anegan vengas y cortan carreteras, cuando los embalses sueltan millones de metros cúbicos. Cuando en lo que va de año agrícola, desde finales de septiembre andamos por los 500 mm. O sea: si hubiera quedado todo el agua caída sobre la superficie del suelo, alcanzaría medio metro de espesor.

   El problema de nuestra región en cuanto a precipitaciones, a lo largo de diez años, no es de escasez, sino de irregularidad con unas diferencias anuales enormes.Contra el borreguismo tener buena memoria, que Dios nos la conserve, es un poco triste.

    Me remonto al año 1962, dos de enero, la mayor inundación conocida en el Valderaduey y otros ríos. 1971,  pasados un otoño e invierno secos, abundantes lluvias en primavera, buena cosecha. Fue seca la primavera del 75, año en que hice el sondeo. Vendí la alfalfa cara. El 81 y 82 fueron muy secos, cosechas casi nulas. La primavera del 88 fue la más lluviosa conocida hasta entonces. No dejó de llover hasta julio. Alguien puede recordar lo que llovió un día de junio en el entierro de Rafa Alejos. La traca final fue la mayor tormenta por mi conocida el 27 de julio. Encontré refugio dentro del "127", a la abrigada de la nave de "Los Chisteras". Aquel verano otoño se produjo la mayor epidemia de topillos. 1993: cuando en abril se secaban los campos, bien nacidos por las lluvias de otoño, llegó a tiempo el milagro del agua. Llevaba varios días prometiendo, y dando agua los del tiempo. Por fin, puede que un domingo, estaba en  "la finca". Por la dehesa se levantaban "los burros", cada vez más plomizos. Se cerró. Miré al cielo. Imploré. Al poco se lió a llover, llover..¡Qué bendición!

    Marcha atrás desde ahora. Primavera pasada: muy seca. 2014, por exceso de lluvias perdida de cosecha, sobre todo en los terrenos ligeros y muy llanos; 2013: primavera lluviosa, sin estos excesos. Cosechón.

  En la última década han sido más abundantes que escasas las precipitaciones. Los acuíferos por aquí, no sobre explotados, están hasta arriba.

   Por si la memoria me traicionaba, lo consulto en internet. Así es, en efecto.

   Luego dice el "experto" (patrocinado por la Diputación) que las producciones medias de cereal a lo largo de diez años son de 1.500 kilos/Ha. En nuestra comarca burocrática denominada "Campos-Pan", las administraciones fijan esas producciones en 2.500 Kg/ha. La media en 2.013 rondó los 4.000.

    Además incurría en el error de pensar que las cosechas sólo son de cebada, cuando cada vez más se diversifica: trigo, cebada, avena, centeno, legumbres, forrajes... Eso que ven tan bonito amarillo, un espectáculo, basta con que se asomen a la puerta de villa, es colza. Y si nos deja sembrarlos, verán qué campos de girasoles tendremos este verano. Luego en según qué pueblos, y no lejos de aquí, donde hay regadíos, las cosechas de maíz y de remolacha son impresionantes.

   Mucho me tuve que morder la lengua, cosa rara en mí, forestador amante de los árboles, cuando afirmó el conferenciante que cada vez habría más incendios forestales y, por ello, menos superficie arbolada. Estuve a punto de saltarle: -¡Qué pasa que van a incentivar a los pirómanos en lugar de perseguirlos y acabar con los incendios...?

     Los asistentes, que llenaban la sala, eran todos "ecologistas" de subvención. Seguro estoy que ni uno había plantado un árbol en su vida. Eran todos, o jubilatas, de ciudad la mayoría, o domingueros con unas tierras en el pueblo que las ponen en ecológico para chupar la jugosa subvención.

     En el descanso, cuando a uno le hablé de los pinares del Raso de Villalpando, me contradecía de forma insistente, asegurando que el Raso era de Belver... Era ya lo que me faltaba por oír. Resulta que las 1.700 has de la Mancomunidad, que las veintidós has., plantadas por nuestra familia, y los cientos de los demás, están en Belver...

     Este sabio es un urbanita de manos finas, cebadito y cazaprimas que ya en la charla "grafiada" había soltado unas cuantas típicas topicadas, eslóganes de la progresía: que si Mosanto, que si Bayer, que si Fertibería, que si las multinacionales en general..., mientras él chupa subvenciones de la UE por no producir.

    Todavía si estercolara a carro, desparramara a purridera y escardara a zoleta, podría hablar de ecología.

      Como se pueden imaginar a la hora del recreo, a gusto, me largué de aquella farsa. Llegué todavía a tiempo de sembrar por la mañana unas cuantas almendras, disfrutando en el viaje de las colzas que jalonan la carretera de Zamora.

      Atentos que voy a contarles las novedades de la PAC.

    

 







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