martes, 15 de enero de 2008

Publicado en "La Voz de Benavente", sábado 12

CONSEJOS PARA EL BUEN GOBIERNO DE LOS PUEBLOS.

De todas las administraciones que nos gobiernan: nacional, regional, provincial, municipal, es ésta, la más cercana, de la que más directamente dependemos, la que, sobre todo en los problemas menudos, más directamente influye en nuestras vidas.
De ahí que, a la mayoría, nos interesa más el gobierno de nuestro pueblo o ciudad que el de la nación, incluso.
La elección de nuestros regidores, las disputas por el mando, crea enfrentamientos que, incluso en bastantes localidades se llega a las manos. Como se dice por ahí “la política ha endemoniado a los pueblos”. ¡Asómense a los foros de Internet, donde la gente larga desde el anonimato, y verán, verán!. De ahí que me permita la licencia de dar consejos. No sé si los actuales catecismos recogen esta “obra de caridad”: dar buen consejo al que lo ha de menester!. Por si alguien me acusa de meticón, me acojo al padre Astete, que me aprendí de niño.
Sólo van a ser tres.
El primero, auténtica perogrullada a primera vista, TRATAR A TODOS LOS VECINOS POR IGUAL.
Segundo: QUE LO COLECTIVO PRIVE SOBRE LO PRIVADO.
Tercero: DAR FACILIDADES.
Los dos primeros son tan obvios que no necesitan explicación. Es el tercero el que vamos a exponer con casos y ejemplos.
En muchas ocasiones los ayuntamientos más que para ayudar a los vecinos, parece que están para fastidiarlos. Vamos a fijarnos en el urbanismo que es lo más conflictivo.
Por supuesto que la norma es imprescindible, que si no sería el caos, pero sobre todo, si la norma viene de atrás, puede ser dura, excesiva, interpretable, o incluso irracional. De ahí que, cuando no haya perjuicio para un tercero, para la colectividad, debe aplicarse con flexibilidad, en beneficio del particular.
Ejemplos: unos paneles o placas térmicas solares para calentar agua, que apenas si se veían desde la estrecha calle, ¿qué impacto estético visual negativo producían?. ¿Sobre cuál?, ¿sobre las ruinas de al lado?. ¡Mal hecho ordenarlas retirar!. A nadie molestaban.
Un señor que reforma parte de unas dependencias interiores, anejas a su casa. Puede que la obra no sea menor. ¡Bueno!, pues que pague más tasa por ello, pero de ahí a exigirle un proyecto visado del Colegio de Arquitectos va un trecho.
Exigirles, como le ocurrió a mis hijos, un proyecto de derribo, para tirar un chamizo, gallinero corralero, de tapial y tobas.... ¡por favor!.
Con esto de los proyectos se pasan todos los ayuntamientos. Nadie va a construir una casa nueva sin ello. ¡Pero pequeñas reformas, y más si son interiores,.....¿para qué un proyecto?, ¿para qué tanta traba?. Para encarecer, y ahuyentar asentamientos. ¡Seguro que el cuarto de baño o la cocina nueva se van a caer si no tienen proyecto...!.
Ahí en la construcción, acometidas eléctricas, de agua, alcantarillado, licencias,... deben los ayuntamientos dar facilidades, a todos por igual, siempre que no se perjudique a terceros.
En cambio si deben actuar con firmeza cuando prime el bien general sobre el particular. Los ejemplos son fáciles: casas, corralones, tapias desplomadas amenazando ruina. En esos casos es necesaria la intervención urgente. Y más cuando la casa es ya una ruina, porque no se ponen de acuerdo los herederos, o porque ni se sabe quienes son éstos. ¡
Qué forma más fácil de conseguir terrenos para fines sociales. Lo han hecho en algunos pueblos: el ayuntamiento desescombra. Si aparece dueño le pasa la factura, si no: terreno Municipal donde poder construir viviendas sociales, y frenar la especulación. Esto la próxima semana.

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