miércoles, 30 de enero de 2008

MADRE CORAJE (I)

MADRE CORAJE. (I)

Se llama Crecencia Leiva, la conoció nuestro hijo David en su estancia en Buenos Aires.
Este artista, cuando todavía había mili, cumplió “la objeción de conciencia” ayudando al Padre Leoncio, en los hogares y las escuelas de “Fátima”.
Leoncio Herrero, hijo del señor Benigno, “el panadero de antes”, hermano de tía Lola, llegó joven, con casi dos metros, hace unos cincuenta años al gran Buenos Aires. Sobre un basurero, en el que rebuscando, subsistían cientos de niños, ha levantado la inmensa obra social, humanitaria, Cristiana, citada, en el inmenso suburbio de Villa Soldati, gueto de bloques colmena, donde la droga y la delincuencia campan a sus anchas, donde ni se atreve a entrar la policía ni los carteros.
Cres, Paraguaya de nacimiento, huérfana a los 9 años, fue recogida, para criada, como cenicienta, por la familia de un Coronel de la Dictadura de Stroner, quien tenía tres hijas de su misma parecida edad.
Se casa a los 26 años, emigran a la Argentina, tiene niña y niño. Su marido la abandona. Ella, en los años duros del corralito, trabajando de casa en casa, cría a sus hijos, y se ocupa de darles educación, para ello se traslada a Villa Soldati, para que los niños vayan a las Escuelas de Fátima.
David, sabiendo la vida perra de “Cres” allá, la animó a venir a España. Le dejó el teléfono de casa.
Habían pasado unos cinco años. Cojo el teléfono un día de nov. de 2005. Una voz argentina, agradable, pregunta por David Modroño. Me expone el motivo de la llamada: quiere venir a trabajar a España. Me ofrezco a ayudarla.
La ayuda dio resultado. El día 17 de febrero de 2006, llega a Cerecinos de Campos, con un abriguico raído, sandalias de verano y humildes gafas, a cuidar a un señor. Cuando la abrazamos, me pareció una cría, tiritaba de frío y de emoción.
En esa casa, tratada de maravilla, mandando las perricas para que sus hijos subsistieran, ha permanecido hasta julio pasado, cuando la “quimio”, a días, le hacía imposible mantenerse en pie.
El 21 de febrero de 2007, hubo de pasar por el quirófano para, como ella decía, “le metieran la cuchilla”, sin saber cuánto le iban a cortar. Al despertar de la anestesia, además de abrir los ojos y sonreírme, lo primero que hizo fue palparse la mama. Aun debajo de gasas y algodones, seguía ahí, volvió a sonreírme y dormir. El bultito no era maligno, estaba muy localizado, no había ramificaciones. Le hicieron, no obstante, una buena limpieza de ganglios hasta debajo de la axila, a los cuatro días la mandaron para casa. Allí, durante unos días, fue ella la cuidada, en lugar de la cuidadora.
Mujer maltratada por la vida, posee una entereza moral impresionante, pero en aquellos días grises del pre-operatorio la fortaleza se derribó: quería marchar a su casa, con sus hijos para morir al lado de ellos. Lloraba sobre mi hombro. Hube de enfadarme: “te ato a la pata de la cama”. “Tú aquí vas a sanar”.
Un día me dice que la amiga más íntima de su hija Silvana, desde niñas en Fátima, Carolina, quiere venir a España. Leo un anuncio de “Se Necesita Camarera. Bar Ideal”. Entro en contacto con Maxí, él y Conchi visitan a Cres en Cerecinos. El Miércoles Santo, llega Carol, el Jueves debuta como camarera, aprendiendo. Va a la procesión en busca de David. Se queda asustada al ver a tanta gente con “el rostro cubierto por una tela que les caía desde unos gorritos muy altos y puntiagudos, haciendo penitencia por sus pecados”. Cuando vio a los que iban descalzos me pregunto: -“y que pecadora es aquí la gente”, ¿esos habrán matado a su mamá?”. Eso con el peculiar acento de barrio porteño.
La acogida, el bondadoso, humano, familiar comportamiento de Conchi, Maxi, Toni y Sara, merecería un capítulo aparte. Como este ya va resultando largo, seguiremos con la historia de Cres, “Madre Coraje”, en el número II

2 comentarios:

Anónimo dijo...

buenas tardes!!!!
viendo fotos de mis veranos en Silos, solo recuerdo el nombre de un chico con el que coincidí varios años, y al que incluso visité en Villalpando quedandome en su casa unos diitas.
Como esto de internet nos tiene fichados a todos, he metido su nombre y llegado a este blog que me ha atrapado totalmente. Por alguna de las historias que he leido supongo que es ud el padre de David. Solo decirle que seguiré su blog y quisiera hacerle llegar un saludo a David de parte de aquella chica de Eibar con la que se carteó unos años.
anamoya28@hotmail.com
un saludo. Ana Moya (desde Eibar-Gipuzkoa)

Agapito dijo...

¡Muchas gracias Ana!: Efectivamente David es nuestro hijo, el que a mí más se parece. Sigue yendo a Silos y tocando en la tuna.
Puedes mandarle un correo a su dirección: dmodrono@telefonica.net.
Si quieres utilizar el correo postal vive en la misma dirección.
Un saludo.

A. Modroño.