SOBRE EL CONFLICTO DE LA CARRETERA, A MODO DE COLOFÓN.

                 

 Cuando creé este medio de comunicación, algo que es legal y puede hacer cualquier ciudadano, me propuse informar, entretener divulgando cultura y cosas del pueblo, que es la forma de demostrar mi amor al mismo, e intentar formar en valores cívicos. Esa ha sido siempre mi trayectoria vital: el amor a la verdad. Desde ese presupuesto me vengo pronunciando en este absurdo y evitable conflicto, olvidándome de las afinidades o desavenencias políticas.

Cuando se ha perpetrado el error, conocidos los falaces argumentos a favor del cambio de nombre de la Ctª de Madrid por el de Avnd. Andrés Vázquez, creo conveniente hacer las siguientes

                  C O N S I D E R A C I O N E S.

Primera: Está muy claro que estoy muy a favor del homenaje al torero, pero bien, con consenso, sin crear disputas. ¡Ya me contarán si lo sucedido crea un ambiente favorable al agasajo!  No sé si todavía sería posible dar marcha atrás, para que todo el pueblo, sin agraviados, se sumara al mismo.

Segunda:  No es de recibo que el único argumento empleado en el pleno  sea el de que a los industriales y vecinos se les causa un perjuicio muy pequeño.

Informado en internet y por industriales que son de mi completa confianza, sé sí les causa, no sólo molestias, sino mucho perjuicio, que alguno llega a cifrar en cinco mil euros.

Tercero: Ese argumento de la falta de perjuicio, además de falaz, es absurdo. Lo convincente sería exponer cuál es el enorme beneficio que se le proporciona a Andrés con su nombre en la carretera, para que haya de estar por encima de los intereses de los afectados y no se tengan en cuenta sus razones en forma de alegaciones y doscientas firmas, aunque parece ser que no todas son de vecinos de la carretera.

Cuarto:  El argumento de los afines a Andrés, que no de Rosana:: que como consecuencia de la  Ley de Recuperación de la Memoria Histórica, se le ha cambiado el nombre a miles de calles en España, tampoco nos vale en este caso.

Ese cambio de calles es por Ley, que parte  de las Cortes del Estado, no por acuerdos municipales. Aún así (entren en internet y verán) ha habido un montón de protestas, de reclamaciones, y hasta de recursos. Además es evidente que no existe paralelismo entre el “Generalísimo” y la “Ctª de Madrid a la Coruña.

Quinto: Siguiendo con los leídos argumentos no me vale me digan que si a “Chema Martínez” le dedicaron el polideportivo y al padre Leoncio Herrero el parque de “la Casilla”, por qué se ha de hacer de menos al torero. ¿Quién se opuso, a quién ha perjudicado el agasajo al atleta y al cura? ¿Quién quiere hacer de menos a Andrés?

Sexto: Lo de decir que al igual que el Ayuntamiento no hizo caso de las no sé cuántas firmas para que se abriera la plaza, pues ahora tampoco se hace caso a las doscientas de la carretera y punto. ¡Sí señor!: con un par. Es como justificar una pulmonía porque es peor un  cáncer.

Séptimo: Sí en cambio tienen razón en el argumento de la molestia de “ir todos los días a por agua al caño y nadie se queja. ¡Bueno!: todos los días para las casas, no. Y sí nos quejamos. De todos los modos ese problema es mucho más serio que el del callejero. 

Octavo: Aparte de los perjuicios en cuanto al montón de trámites y costes que conlleva el cambio de nombre para los industriales, existe otro desde el punto de vista comercial: los negocios de la carretera son hostales y talleres. Para quien venga de fuera es mucho más fácil encontrar, identificar el Restaurante "Master" o  Atlanta, por ej., en la Ctª Madrid-Coruña que en la "Avenida Andrés Vázquez". No me vale lo de Cerecinos: Baltasar Lobo nació en esa vía, en la que no sé si queda un bar.

Por último: lo de proyectar mala imagen hacia el exterior, ésta no es provocada por  unos ciudadanos cívicos que de forma pacífica, civilizada (asistieron al pleno sin armar escándalo, sin rechistar) piden una solución que a nadie perjudique.

        Mala imagen se da cuando, encima,  acusan (no los concejales de la oposición)  a quienes defienden sus justos intereses, sin intentar perjudicar a nadie, de actuar " con malas intenciones e influencias políticas", pura falsedad. 

La protesta ha nacido de los perjudicados, cuyo apoliticismo local es absoluto. A nadie obedecen, ni nadie los maneja, aunque la intervención de una exconcejala, también afectada, haya podido darles excusa para le errónea acusación.

Nuestro consuelo es que, con su permiso y porque así lo siento, nos queda Jesús Toranzo. También, aunque ahora discrepemos un poco, ( y creo que por su bien) sigo confiando en "las chicas"

Aclaro que todo lo anterior es una crítica política que nada tiene que ver con lo personal.