viernes, 22 de junio de 2018

SE VENDE.



          CONTRA DESPOBLACIÓN, VIVIENDAS GRATIS.   


Se habla mucho de este problema, a mí me da pena ver cómo se van arroñando tejados, y luego el adobe y el tapial de nuestros pueblos terracampinos, al quedar trancadas para siempre tantas casonas solariegas, casas de labranza o, incluso, otras más humildes pero aprovechables.

Es imposible volver a aquellos pueblos tan vivos, cuando la mitad de la población española vivía en municipios de menos de 5.000 h.; aldeas llenas de niños con escuelas y maestros, iglesias con Cura, bautizos, novenas y funerales; médicos que amortiguaban penas, bailes, fiestas, mulas, barbechos, sementeras ,veranos; majuelos, eras, bodegas, palomares, paneras, cuadras, pajares…; pero si es posible fijar unas pocas familias en cada pueblo para que éstos nos quedan abandonados del todo. Algunos están ya dando “las bocadas”.

Tenemos un recurso muy a mano que estamos dejando perder: VIVIENDAS. Lo expuse en la Mesa Redonda celebrada en mi pueblo, ante el Vice de la Junta, y otras  autoridades. La situación está pidiendo a gritos una intervención de las Administraciones: Gobierno Autonómico, Diputaciones, Ayuntamientos. Se trataría de crear parques de viviendas en cada pueblo que ofrecer gratuitamente a quienes quisieran habitarlas de forma permanente. La vivienda gratis sería ya un aliciente para un, aunque fuera pequeño, asentamiento de población rural., y más cómo se están poniendo los alquileres en las grandes ciudades. En una pareja, el sueldo de uno es para pagar renta o hipoteca.

¿Cómo crear este parque? Distingamos según la situación demográfica de cada pueblo. En todos, en general, aplicando un fuerte gravamen del IBI a las viviendas y solares desocupados de forma permanente que anime a sus dueños a venderlas o regalarlas.

En las aldeas, que son muchas, donde quedan menos de cien habitantes, no existe la más mínima demanda. Las que se cerraron hace veinte, treinta años (que a lo mejor entonces pudieron venderse) ya se han caído, ya carecen de valor alguno. ¿Para qué sus dueños han seguido pagando contribución y tasas? ¿Qué tienen ahora? ¿No hubiera sido mejor regalarlas en aquel momento? Pues ese es el futuro que le espera a las que se siguen cerrando. Deben sus dueños mentalizarse que ganarían más regalándolas. Ya sé que dada la insolidaridad terruñera, los herederos se todo eso se planteen: para regalarla que quede ahí. Pero si les achucharan con la contribución, ¡ya veríamos!

¡Sí, ya sé!: el problema es encontrar a quien regalársela. Pues muy sencillo: al  Ayuntamiento, a la Diputación, a la Junta, para que éstos las pusieran a disposición de inmigrantes que quisieran ocuparlas.

En los pueblos donde hay algo más de población, que disminuye cada año a pasos agigantados, en los que, no obstante, existe  una, aunque escasa, demanda, frente a una enorme oferta, todavía las viviendas pueden tener algo de valor, pero muy lejos de lo que piden los propietarios. Si es que los Ayuntamientos deberían acordar medidas correctoras contra este  “sinsentido”, que frena la llegada de habitantes, y perjudica hasta a los mismos propietarios, porque nunca van a conseguir esos precios, ni mucho menos, y sus casas, sobre todo las de construcción antigua, todavía aprovechables, acabaran cayéndose, como ya está ocurriendo. Ya hay alguna, donde hasta el “Se Vende”, colgado hace doce o veinte años,  está oxidado, o apenas queda el muro del que cuelga. Hubo algún caso excepcional de quien pagó gusto y gana, pero eso ya pasó a la historia.

Si no se hace lo que propongo, ¿quién va a ocupar tanta hermosa casa vacía, pisos incluso, como hay en mi pueblo?

Un buen aumento del IBI, y la exigencia de limpiar ruinas o expropiarlas, y ya verán como los absentistas se animan a vender y/o regalar.   Todavía quedan jubilados, sé de algunos, que si encontraran casa para entrar por quince o veinte mil euros, volverían a esta villa cabecera de comarca. Si el Ayuntamiento actuara, ya verían cómo se comprarían viviendas medias habitables, o incluso grandes, desde veinte a treinta mil euros. Que nadie sueñe con precios más altos.

En próximo capítulo indicaremos de dónde sacarían dinero las administraciones para mantener ese parque de viviendas gratuitas, y posibles puestos de empleo a los posibles inmigrantes.


              

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