viernes, 12 de enero de 2018

PLANTANDO PISTACHEROS.


 
     Estamos en el Camino de la Casa. La parcela es propiedad de la familia Fernández Vega, para que entiendan de los nietos de Cecilio "Piteras" y de Amós Vega, hijos de Feli y "Lorencito". Hace catorce hectáreas. Este año hemos plantado la mitad. Terminamos ayer. Ahí van las fotos.

   En la primera estamos: al fondo Ángel Boyano; la chica es su cuñada Carolina; el del verdugo es servidor; el de amarillo es Emilio Veledo, el tractorista que no necesita GPS.

    En la segunda, un primer plano de la plantadora, en fase de prueba. Le añadieron, detrás de la reja que abre, dos chapas para aporcar. La ruedas compactadoras las pusieron más atrás. También le añadieron los soportes para transportar la planta.

    Esta plantadora procede de una antigua que vino de Galicia y utilizábamos para plantas coles con raíz desnuda. Llevaba tres cuerpos, tres surcos, tres asientos, donde iban los plantadores colocando los plantones en las pinzas de unas ruletas que los dejaban  plantados. A continuación le poníamos la aspersión, y ya estaba. Luego, al salir de la escuela, me pasé el invierno llevando repollos a los Benavides, en Benavente. Plantamos tres hectáreas.

    A esa plantadora, en el año 1993, cuando empezamos a plantar pinos en Valdeconejo, le dejé un sólo cuerpo,  le quitamos la ruleta y la empleamos para plantar miles de pinos, más algún almendro y encinas. Entre lo nuestro y lo de terceros unas cuarenta hectáreas, a 1.200 plantas por Ha.

    Ahora, entre Álvaro Fernández Vega y Emilio Veledo  han hecho una adaptación para plantar plantón grande que deberían patentar. Vean como van plantando en la    tercera foto

    Yo me retiraba a mi tractor de  apoyo, en cuya pala cargábamos planta para llevar al otro extremo de la parcela, puesto que en la máquina no cabía toda la necesaria para la ida y vuelta.

    La plantación ha sido perfecta.

    La primera labor, a primeros de diciembre, casi seco, la hicieron con nuestra "combi" de chisel, discos, rodillo, clavada hasta....... (omito la expresión que utilizamos los labradores), lo dejamos en 40 cm., todo lo que podía el Jhon Deere, y el chisel sólo es de siete brazos. Aquello quedó bordado. Mucha tierra movida y ni un terrón.

   Sobre ahí, vino Mois con el GPS, aunque Emilio decía que a él no le hacía falta y realizó el marco de plantación, a siete metros entre líneas. Exactamente igual que un tablero de ajedrez.

    Sobre la línea de plantación, con un subsolador gigante, pasó un rejón, intentando darle una profundidad de un metro. Como es casi imposible, no lo consiguió del todo, pero sí de setenta a ochenta cms.

    Yo les insistía que era suficiente. Pues no quedó a gusto el Alvarito, porque los técnicos le decían que un metro.

    ¡Bueno!: pues a un rejón del subsolador nuestro le soldaron un empalme de unos treinta cms. Cogió Emilio y volvió a repasar lo subsolado por Mois, con el rulo colgao y el cuerpo del subsolador arrastro. Clavábamos una caña tutorial de bambú: hasta abajo. Poco le faltaba para el metro.

   Hecho lo cual, con ese lecho tan apropiado, comenzamos la plantación.

   Al tripuntal delantero del "Yondi", le habían puesto dos brazos con vertedera izquierda y derecha, que iba aporcando lo subsalado y haciendo cierto caballón. Detrás iba la plantadora "prototipo", y los dos operarios, en los cruces, a trebolillo, iban  hincando la planta en la abertura que la máquina abría y cerraba, ya con el protector.

    Una vez plantados, lo hemos hecho en dos tandas, para que la planta de raíz desnuda estuviera el menor tiempo posible fuera de la tierra, han ido pisando alrededor de la planta, y regando.

   Lo del riego otro invento del Álvaro. En la salida de una cisterna de purines de 7.000 litros, le adaptó cuatro mangueras, terminadas en un tubo rígido, que podía hincarse en el suelo, y su llave de paso. Cada una era portada por un operario. Servidor conducía: -¡Tira!, ¡Para!, ¡dale a la "toma"!

     Ayer terminamos. Una gozada. Como ya tienen excavado el pozo, ahora sólo falta la instalación de riego, con goteo y  energía fotovaltaica.

      Esperemos que la fuerte inversión, aunque a largo plazo, sea rentable y Villalpando, además de la villa de la Inmaculada puede pasar a convertirse en la de pistachos y almendras. Ya están construyendo la nave para la planta procesadora.  


No hay comentarios: