jueves, 11 de enero de 2018

CHARO Y LA CUCA.

                                   Pinchen en foto para verla más grande. 



.. . . . . . . . . ."austeros los placeres,
raigadas las creencias,
sabroso el pan, reparador el sueño,
fácil el bien y pura la conciencia.

¡Qué deseos al alma

tenía de ser buena
y como se llenaba de ternura
cuando Dios le decía que lo era!"



     
      Comienzo con el anterior fragmento del "Ama" de Gabriel y Galán, que tan bien refleja mi estado de ánimo.
    Largo y reparador mi sueño, llego a la cocina, levanto la persiana. Los tejados escarchados, el sol apunta tras el edificio "Peralta", el cielo raso. 

     Tranquilo desayuno mientras escucho la radio. Pedaleo cuarenta minutos en la estática, que no se pincha con los abrojos, también con RNE en la oreja. Aún sudoroso escaneo, me pongo a escribir. 



    

       Lo dejo para ir a la compra, no hay leche en casa, y a la nave a ver cargar un trailer de pacas de forraje a mi hijo Álvaro.



Como recordar es volver a vivir, espero divertirme y divertirles, comentando la foto.



(Continúo) Me reclamaron los pistacheros para ir de tractorista tres horas. No se molesten en denunciarme por trabajar estando jubilado. No cobro. Que miren a ver si no es remunerado el trabajo de jubilatas o pre que llevan a diario labranzas, ganaderías y yerros..

        



        LA FOTO: Está hecha en el corral de casa, delante de la puerta de la "fábrica" del aguardiente. Sería el año 1950. La preciosa chica es Charo Modroño, hija de un primo de mi padre que se llamaba Eugenio Modroño González, quien por aquel entonces, regaló una túnica a Jesús Nazareno.




    Por aquellos años era propietario de una droguería en la calle Independencia, esquina a Uría, en Oviedo. 



      Asturias en la posguerra, gracias al carbón, era una región rica, comparativamente. Esta familia de Eugenio y Oliva, su esposa, marchaban muy bien. Charo era la mayor. la seguían Menchu,  igual de guapa, Genín y otra tardia, más pequeña, que ya no vino por aquí, creo recordar le llamaban "Mabelín".



     De todos los Modroños aguardienteros, el único que quedó en Villalpando, fue mi abuelo Goyo. Cartón lo cita, amable y oportunamente en su magnífica novela.



      Siendo yo niño, a esta casa de los Modroños venían, cada poco parientes de Asturias, de Madrid, de Zamora. Mi tía Ascensión Paniagua, hermana del Celedonio de la foto del Sagrado Corazón, que había sido la mujer de Manuel Modroño, incluso muerta mi abuela, (mi abuelo mucho antes) cuñada suya, pasaba los inviernos en nuestra casa, atendida por mi tía Petra, que era una santa, incluso estando yo ya casado. 
    
      Charo, Menchu y Geñín, por separado, pasaban largas temporadas en esta casa. También su madre, Oliva. Como eran tan pudientes, Cruz "Sinforiano", agradecía sus estancias. Les hacía de encargo "tocinillos de cielo" y "borrachos". Degusté aquellas delicias de niño, cuando el azúcar era un lujo. 



             LA YEGÜA. Pues ya lo ven. No era una percherona. Carecía de "pedigrí", pero era más lista que el hambre. Se la había comprado mi tío David, para hacer de burra (llevarle todo febrero y marzo a podar majuelos, engancharla a la noria, ir a por cargas de  alfalfa, de uvas....) a dos hermanos solterones de Cotanes que no sé si se llamaban Pedro y Pablo. Sí que a uno de ellos, por ser quinto de mi suegro, rubio y parecido a él, le llamaban el Cobera de Cotanes. Me parece que se apellidaban Domínguez.



       Uno de éstos, ya muy mayor, abandonó la soltería contrayendo nupcias por la iglesia y como Dios manda, con una mujer mucho más joven. Aún poseía virilidad para engendras niño y niña. Ésta es la actual mujer de Juanito Mazariegos, madre de los "Mois", tan trabajadores como buenos amigos.



       A la yegüica, dada su listeza, le pusimos por nombre "La Cuca". Los de Cotanes le dijeron a mi tío que era una santa y que se llamaba Canela.



          ¿Canela?,  en rama: abría todas las puertas donde hubiera comida, incluso aunque estuvieran cerradas con llave de esas gordas de antes. Con los dientes conseguía girarla.



             En la noria, aunque le tapábamos los ojos, yo creo que nos olía. Cuando nos alejábamos un poco, se paraba.



              Al día siguiente de comprarla la llevó mi tío a la poda en los majuelos de "Los Amorosos", ya saben, junto a los Pinos de Quesada. Finca de "las acenorias" después, del litigio, y de los pimientos ahora. Clavó una estaca, añadió un cacho soga al ramal, pa que pudiera pastar en lo perdido. Cuando se quiso dar cuenta la Cuca trotaba camino de Cotanes. Poseía una especial habilidad para quitarse la cabezada. Le tocó ir a buscarla donde "los Pablos".



          La única forma de que no se escapara era sujetándola a la estaca con una cadena bien ajustada a la muñeca de cualquier mano.



            Como esto se está alargando, y lo de la Cuca promete, mañana, s.D.q., será la próxima entrega.

     



        

       

       





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias!

Me he emocionado leyendo. Yo soy hijo de Menchu, sobrino de Charo y nieto de Eugenio y Oliva. Ya no están entre nosotros.

Continúan viviendo en Oviedo Genín y Mabelín.

Un abrazo.

Administrador dijo...



Tu mensaje era uno de los atrasados en el buzón que no había abierto. Me alegra disfrutes con estos recuerdos. Ya sé que Menchu, tan guapa, se nos fue pronto.

Administrador dijo...


En Oviedo vive nuestra hija mayor. Se llama Gracia Modroño.