viernes, 30 de octubre de 2015

miércoles, 28 de octubre de 2015

DE AURORA BOREAL.


       Y no les da vergüenza a los políticos provinciales y locales salir en su hoja parroquial, La Opinión, del PP, prometiendo sobre la sanidad lo que no van a cumplir.

           Me refiero al Centro de Salud y a su Zona Básica de Villalpando.
       
          A pesar de ser, como todo el pueblo, uno de los usuarios que sufre las deficiencias de la escasez de personal, me he estado callando. He tenido un respeto hacia estos gobernantes que ellos no tienen conmigo, (¡si ustedes supieran!) pero, por el bien general y  para contrarrestar la intoxicación de la mencionada "hoja parroquial", es necesario hablar.

              Para empezar: el problema no es por parte de los sanitarios, que son ejemplares, sino de la Administración.

               No es sólo el hecho de que vayan a suprimir otra plaza de médico y de enfermera en la Zona, es, sería necesario que hubiese a disposición del Centro otro médico que supliera las ausencias.

          . Mientras se cubría o no una de las plazas estuvimos bastante tiempo con un solo médico; cuando un facultativo pasa 24 horas seguidas de guardia tiene derecho a descansar al día siguiente; también puede faltar por enfermedad, por motivos familiares, por cualquier causa justa. Así ocurre con cierta frecuencia. En esos casos un solo médico atiende a todo el personal, y se forman las colas y las esperas.

                Les cuento mi experiencia de la pasada semana: fui el viernes anterior, sobre las once y media de la mañana, a apuntarme para recetas. Mi médico gozaba del justo descanso después de una guardia. El otro a las diez y media ya había terminado. Vuelva el martes. Ese día hube de salir de viaje; los miércoles tampoco hacen recetas. Gracias a que el Farmacéutico, D. Daniel Arranz nos da la medicina sin receta, cuando la tenemos volvemos con ella, otro viaje.

                  El jueves 22, dediqué la mañana al funeral de Paquita y a las recetas. Aquello estaba hasta arriba. Menos mal que la larga espera, hubo quien dos horas, la amenizamos con tertulia, sin respetar el cartel de silencio. Parece ser que el único médico, hubo, además de consulta y recetas, de atender una urgencia.

                  La labor burocrática de rellenar recetas, dado que la mayoría vamos siendo "mayores" (quien no para la "prosta" es pa la tensión o el colesterol por el tocinarro que comíamos antes, todos tomamos pastillas)  es lo que más tiempo lleva. Para enfermería las esperas son muy cortas. Ahora, en la campaña de vacunación contra la gripe, al menos en mi caso, fue "llegar y besar el santo".

                     ¡Pues coño!: en lugar de gastar tiempo en propaganda electoral que implanten la receta electrónica, ya en uso en otras comunidades.

                     Esta situación viene de muy atrás, y empeoró al suprimir un médico y una enfermera. En los veranos, cuando se duplica la población, hubo días en el Centro de Salud de auténtico colapso. Las autoridades municipales ocupadas en organizar corridas y perseguir al disidente, ni puto caso del problema. Hubo de ser la iniciativa ciudadana, otro Modroño y sus compañeros de la Asociación, quienes promovieron, con éxito, una recogida de firmas que mandaron a la Gerencia de Atención Primaria

                     Además, una recién creada plataforma cívica provincial en Defensa de la Sanidad en el medio rural, viene, nos da una charla, se empieza a gestar una Agrupación en la Comarca, para el día 6 próximo, a las ocho de la tarde hay convocada reunión en las antiguas "Escuelas" y, amigo, ¡qué vienen elecciones! ¡Pues a salir en la "Hoja Parroquial" el Castro y el González "prometiendo"!      

                    ¿Que no van a suprimir plaza médica alguna? Pues casi seguro, gracias a nuestra movida, pero mejor si lo quitan del BOCYL

                      Lo de los 15.000 euros, incluidos en los presupuestos de la Junta del 2.016, para la construcción del Centro de Salud en Villalpando...¡cómo tendrán cara! De la "casta"  y "la castilla", en su inmoralidad, (tengo muchos motivos para quejarme)se puede esperar cualquier cosa,

             Para empezar: ¡puñetera falta hace un nuevo Centro de Salud en Villalpando! Que atiendan bien el que tenemos que con ese nos llega. Han cerrado, no sé por qué, la sala de espera, y no pasa nada.

               Además, no les da pudor explicar cómo tiran nuestro dinero: según el Castro esos 15.000 euros son para reformar actualizando un proyecto que está ahí desde ni se sabe cuando. Ese proyecto que costaría una pasta, ya no sirve. Me pregunto si la Junta no tiene arquitectos que realicen proyectos dentro de su nómina.

                Y, puede que se gasten esos 15.000 euros en papeles para nada, pues: ¿Los millones que cuesta esa obra?, ¿cuándo los presupuestan? ¿Cuándo la ejecutan? ¡Está bueno el patio!, cómo para meter ladrillo en una comarca que se muere.

                 No ha habido previsión de futuro en las obras en los pueblos: ¿para qué tantas escuelas nuevas si no hay niños? ¿Para que frontones, el de Cotanes, por ej., si no hay jóvenes ¿Para qué ese mamotreto de edificio judicial, si hubieran, como estuvieron a punto, de cerrar el Juzgado? ¿Para qué los 500.000 eurazos de la plaza si parece un mausoleo? ¿Para semiarruinar a los negocios de la misma? ¿Para qué esa obra de Santo Domingo si está  el edificio del ex "Miguel Cervantes", en parte desocupado, e igual el de la esquina? ¿No hubiera sido mejor reparar viviendas de maestros,  haber reparado esa casa para vivienda que poder ceder a inmigrantes, refugiados o nativos que pudieran asentarse en el pueblo?

                 ¿No hubiera sido mejor invertir en actividad productiva (les puedo dar ideas) para crear algún puesto de trabajo que no ocupen prejubilados?

                      Pero, ¿no ven como se muere a chorros una comarca en la que, además, parte de la su economía es sumergida o presumergida?
               

                  

lunes, 26 de octubre de 2015



                               A MODO DE PEQUEÑAS MEMORIAS. (IV)

            Perdonen una pequeña digresión, y dado que a mí me calumnian, antes de entrar en el detalle de como yo nunca a nadie he calumniado, quiero rebatir una   asquerosa reciente llegada a mis oídos. ¡Cómo será posible esa vileza meapilas de baja estofa!

            Cuando he hablado de mis obras de caridad he omitido bastantes, entre ellas pequeños detalles recientes, que no vienen al caso. Estos los hago a cambio de amistad, sencillamente.

            Desde agosto a mis vecinas las Clarisas no le han faltado sandías y melones. Y lo hago con tal cariño que la insidia dicha a mi ayudante, necesita una aclaración.

            Hace ocho o diez días llenamos la furgonetilla con los últimos melones aprovechables, muchos de invierno, y aún sin madurar. Llamé a las Clarisas y les dejé eso, “una buena tarolada”. Quisimos llevárselos hasta la despensa.

            “Uno”, solo uno, pasó y lo vio. En lugar de pensar que estaba haciendo una buena obra, pensó que estaba haciendo negocio, y le fue con el cuento al amiguete.

            Así, el “amiguete”, de parecida catadura moral e intelectual, a los pocos días, le dijo a mi ayudante: -“Buena tarolada de melones le estabais descargando el otro día a las monjas. Buena clientela  tiene Agapito en la vecindad”.

            Mi ayudante le contesto:  -¡Sí, pero Agapito se los regala, no como lo que tú vendías a la residencia!

              Lo anterior entronca muy bien con el chismorreo, las indirectas insidiosas, la hipocresía, el individualismo; en general, falta de valores cívicos, de principios éticos descritos por Macías Picavea en su novela “Tierra de Campos”. Aunque hayan pasado más de cien años, sobre todo en bastantes hombres tomavinos  de cierta edad, que en lugar de saberes van acumulando maldades, perduran esas actitudes.

            Pero claro, son otros los tiempos en que “Manuel Bermejo” intentó redimir a Valdecastro y acabó  “crucificado”. Ahora son más las personas que se informan, que leen, que aman y buscan la verdad, para ellas escribo. Los otros, los cortos de conocimientos y largos de malicia, en su ignorancia son irrecuperables. Llegando a mis oídos sus murmuraciones comprendan es justo este desahogo. Son los mismos personajes, mal endémico, que describía don Ricardo Macías.

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            Y, ¡por fin el consonante de que jamás he mentido ni calumniado, en los tiempos de Carmen, ni ahora! De todos los trapos sucios tengo documentación.
           
            Después de que el “regidor”, en “La Opinión” fecha 7/Feb./ 2015  no dudara en calificar de “falta de ética, honestidad y cúmulo de falsedades” las afirmaciones de Modroño en el blog. Después que justificara denuncia por calumnias, tengo derecho a utilizar este medio para insistir en demostrar lo contrario, en demostrar mi total inocencia.

            No he calumniado en el blog cuando informé de una presunta ilegalidad en la obra realizada en la “Dehesa el Encinar” por Ángel Boyano de Paz. Nunca hice afirmaciones contundentes, siempre hable de PRESUNTAS. He contado hechos ciertos.  Pueden repasar las entradas de los meses de enero y febrero, en las que me ratifico totalmente, y recuerdo resumiendo:

a).- Según informe sellado, Registro de salida nº 122, 29/ene./2015, del ayuntamiento de Villalpando, que obra en mi poder, la licencia concedida,  lo fue como “obra menor” para LA CONSTRUCCIÓN DE CERCADOS Y CORRALETAS para el manejo del ganado bravo en la dehesa El Encinar, y que por lo tanto no necesitaba proyecto.

b).- Que lo construido es UNA PLAZA DE TIENTAS, (busquen en internet la foto de la placa del día de la inauguración: PLAZA DE TIENTAS…, lo pone la placa, pero si lo digo yo “soy malo”)  con sus correspondientes burladeros, chiqueros, pasadizos, por encima... Aunque no hubiere más, en eso considero una presunta ilegalidad: solicitud de licencia para una cosa, y construir otra.

c).- Cuando pedí la anterior información al Ayuntamiento, pregunté si se había, con la solicitud, acompañado proyecto y “DEMÁS REQUISITOS LEGALES”.

d).- Los requisitos legales, aún en el caso de que se suponga obra menor, los prescribe  el Art. 99, Ley 5/1.999 de 8 de abril: “Las solicitudes se acompañarán de la documentación necesaria para valorarlas, que se determinará reglamentariamente”.

e).- Con la solicitud de esa obra presentada con fecha 12 de julio de 2.011 por D. Ángel Boyano de Paz, NO SE ACOMPAÑÓ NI UN SOLO PAPEL. Como consta en el informe municipal citado en el punto a)., y en la declaración del Secretario en el Juzgado de Instrucción.

            Cuando menos es preceptiva una memoria de actuación, para que el Arquitecto valore si es obra mayor o menor, y croquis de situación, en el caso de obra nueva. Si hay algo presentado cuatro y pico años más tarde, como prueba falsa, no sirve.

f).- No hubo en su momento  informe escrito del arquitecto. Sí lo hubo a posteriori, el 17 de marzo de 2.015, a petición de Urbanismo. En él sigue sin referirse a plaza de tientas. En lugar de Cercados y Corraletas, se refiere en el mismo a "RECINTOS VALLADOS", ignorando el significado que da la RAE: lo vallado es lo cerrado con vallas, no con muros, como en este caso. Tampoco precisa la altura de dichos muros, ni indica el grosor, diámetro, dimensiones de los mismos

g).- Tampoco he mentido al decir que el acuerdo de concesión de la susodicha licencia fue tomado por UNANIMIDAD DE LOS MIEMBROS  que  componían la Junta Local.
      Eran estos, según certifica el Secretario D. Luis Miguel Berzosa Saez: “Que la Junta Local del Ayuntamiento de Villalpando está integrada por el Sr. Alcalde, D. Félix González Áres, que la preside, y por los Srs. Concejales D. Antonio Boyano Martínez, Dª María Eugenia Vidal Sinde y Dª Maria Luz Martín Ortega”.

       De ambos extremos, poseo sendas certificaciones. Escritos con registro de salida nº  387, Ayuntamiento de Villalpando,19/mar/2015.

            A mi edad, con tantas cornadas y experiencia, no me tiro a la piscina sin verla rebosar por los desagües. De todo lo afirmado, como ven, tengo papeles.

              Y, claro: exigiendo este ayuntamiento, este arquitecto proyecto hasta para derribar un chamizo, que se construya un plaza de tientas por parte de la familia del Teniente de Alcalde del PP, en aquel momento, con una licencia de 20 euros, me parece es censurable. Actuando así me veo honrando la memoria de los regeneracionistas de todos los tiempos en unos en que ello es necesario. Me veo entroncando con la actuación de los maestros comprometidos por la justicia, la igualdad, la cultura, el progreso en los tiempos de la II República.

            Puede que otro día, s.D.q. les hable de los Luis Cid, del honrado Antolín, de Casto Lorenzo, del “carmencismo” (también de su parte positiva, que la hubo), del Maillo, sobrino del Cid y heredero de sus mañas, quien tanto sale en la tele ¿Éste es la regeneración del PP?

          Todo ello guarda relación con el caso que nos ocupa. En CyL, (Consejería de Fomento, por ej.) en Villalpando  (¿Quieres a Juana por esposa?. Al no haber otra cosa...) sigue mandando el PP. .  Gran paragüas, aunque ya con piteras, bajo el cual algunos, todavía, se sienten protegidos en sus presuntas ilegalidades. Pero cuidadín con el de la coleta y su padre.

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            Me voy al funeral de Saturnino Infestas Sinde. “Nino” el Bayón. Tenía 92 años. Padre de María Luisa Infestas Riaño. Era un hombre bueno de la estirpe de los honrados campesinos, nada que ver con los descritos anteriormente.

                La pasada semana falleció Paquita Méndez Alonso, a los 82 años. Buena gente también esa familia de Paco Méndez, albañil de toda la vida y hombre religioso sincero.

            Y la anterior uno de los antiguos pastores de toda la vida: Antonino Herrero Andrés a los 92 años.

            Descansen todos en paz.
               


domingo, 25 de octubre de 2015



                                                  A MODO DE PEQUEÑAS MEMORIAS. (III)
               
No quedaría completa esta pequeña biografía sin referirme a mi labor humanitaria de buen samaritano.

Cierto que el Evangelio dice lo de que “no se entere tu mano izquierda…”, pero a esa se contrapone, “las palabras mueven, el ejemplo arrastra”. También la de “por sus hechos los conoceréis”.

Fui caritativo y bondadoso desde niño, quizá porque en nuestra casa ninguno de los muchos mendigos que llamaban a la puerta se iba con cruel “el Dios le ampare”. Por pudor no cito actuaciones de entonces. Después, con Sara, la caridad hecha persona, resultaban más fáciles esas obras.

Hemos ayudado a ganaderos en mala situación, perdonándolos rentas e, incluso, el último pago de cierta mercancía; a inmigrantes, aparte de lo mucho a las argentino paragüayas, le quité el frío al boliviano  de Valdés,  vendíamos alfalfa al prestado; pagó todo. Lástima tuviera que regresar, era una joya aquel hombre. Con la ayuda de Belén, entonces en el Hospital Central de la Cruz Roja en Madrid, fue tratado y curado por el mejor especialista un niño con graves problemas de asma; el porcicultor de los huerticos estuvo más de dos años abusando de mi bondad, cierto que tenía el detalle de regalarnos un cerdito de vez en cuando. ¡Lástima!, qué pena cómo su mujer me lo ha pagado.

Estoy siempre dispuesto al favor. Cierto que, en la mayoría de los casos somos correspondidos, tengo unos cuantos tan buenos amigos que con ellos se puede aplicar la canción de Serrat.

Y, sin con los extraños me he portado, me porto así, ¡qué decir con los familiares más próximos..!, con mi hermana.  Nos profesábamos un cariño tan fraternal…, era tal alegría cuando venían en vacaciones con los niños pequeños…, cuando decidieron construir la casa, (ahí estuve) volver al pueblo en la jubilación, en las celebraciones familiares, ¡qué cenas de Navidad!, qué juergas en la peña por San Roque.., cuánta ayuda, qué unidos en las desgracias…  Omito muchos recuerdos dolorosos por no ponerme melodramático, por respetar su memoria.

En este abrirles las ventanas de mi alma, saltándome lo establecido del ocultamiento en las relaciones entre las gentes del pueblo, he de reconocer también mis defectos. Hay uno principal: soy temperamental. A veces no me he podido contener ante la necedad, la maldad, la maledicencia.

Existe un borrón en mi biografía, aunque ocurrió en la transición, cuando era joven, ante las descalificaciones a persona querida, cuando llegaba la democracia y “se podía hablar”, le largue un puñetazo al interlocutor que le causó grave daño. Nunca me he sentido tan mal. Lo pagamos. Me he arrepentido mil veces.

Aquello me produjo trauma. Desde entonces me inhibo o huyo ante la violencia, ante las agresiones verbales y físicas de que he sido víctima por ser ético, por luchar contra la corrupción: matonismo, tan pueblerino, del que se jactan los autores, como si eso les diera la razón moral. Yo soy un cobarde. (Anda que a lo largo de mi vida no he dado muestras de valentía cívica) Los jueces ya se han encargado, en los casos más flagrantes, cuando ha habido testigos honestos,  de condenar a los agresores.

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Puede que por los genes, por la sociedad de penurias en que me crié, por todas las miserias humana que viví en casa de Cossio, por las dificultades económicas familiares, por las tempranas lecturas (La Barraca, de Blasco Íbañez, Edmundo de Amicis, Gabriel y Galán… Gironella),  bien pronto, como el campesino del llanto de Ramón J. Sender, tuve inquietud por todo lo social.

Ante aquella, entonces doliente, emigración masiva de los años sesenta, pensábamos qué se podría hacer. En el regadío veíamos una esperanza. En el grupo de “El Tobo” algo nos movimos para que nos llegara el canal del pantano de Riaño.

 Éste, Luciano López, Pablo Fernández, “Balastrera”,  y servidor, con 22 años fuimos los promotores de la Concentración Parcelaría. Yo redacté la solicitud, cuya fotocopia con todas las firmas (me la dio D. Eustaquio Villar, el ingeniero que la hizo, muchos años después) conservo.

Ya por entonces tenía noticia de los regeneracionistas de finales del XIX. Me interesé por saber quién había sido ese Macías Picavea que nominaba al canal de Rioseco. Por él llegué a Costa, a Ganivet.

Fueron las voces que empezaron a clamar, a buscar soluciones en la situación de aquella España paupérrima en lo económico, en lo moral, en lo político. Después me di cuenta, salvando todas las distancias, en la coincidencia de mi actuación con esas ideas regeneradoras.
     
En el próximo capítulo (s.D.q)  demostraré como jamás he mentido, jamás a nadie he calumniado ni  pública ni personalmente.      





viernes, 23 de octubre de 2015



                                      A MODO DE PEQUEÑAS MEMORIAS (III)

            En las memorias y biografías (género que me encanta), es legítimo que el autor, al contar su vida, exponga percepciones positivas de sí mismo, sin que, por ello, se le pueda acusar de vanidad o autoelogio.

            Por las pinceladas de mi biografía expuestas anteriormente, se ve como, por las circunstancias y la necesidad, hube de compatibilizar el trabajo en la escuela con la purridera, el tractor, pacas, tubos, azada... Ello creó sobre mi persona un cierto prejuicio anticultural que los hechos deben desmentir.

            La muestra más actual de ello es esta bitácora, donde pueden buscar alguno de los relatos que han obtenido premios en certámenes literarios; ensayos de investigación y reflexión histórica, el trabajo sobre la II República, por ej. La publicación de cinco, aunque sean, libritos. El primer premio, aparte de los seis de Espigas (mañana se entregarán aquí  los de este año) del Círculo de Zamora, por un ensayo sobre “Ideas y Proyectos”. El "Diez para uno de los diez"...

            Aparte de mi formación inicial autodidáctica en gran parte, y a salto de mata, a lo largo de mi vida no he dejado de leer, de reflexionar, de observar, de escuchar; de cultivarme. Y ahora más, por tener todo el tiempo y esta grandiosa herramienta de internet, la  enciclopedia universal llamada Wikipedia, que nos pone a clik de ratón todos los saberes del mundo.

            En el siguiente capítulo iremos al consonante de por qué referente ético, para lo que habré de contar algunos hechos, sin entrar a degüello en el pasado (eso quizá en una novela), pero sí recordando la piedra en la que no deberíamos volver a tropezar, y…, no sé, no sé.   

            

jueves, 22 de octubre de 2015

A MODO DE PEQUEÑAS MEMORIAS (II)



                                     

                La etapa aquella de la “Escuela de Villa”, duró sólo dos cursos. Mi padre me sacó y me puso a dar clase con “Las Hermanas”. Llegó Sor Consuelo, una vasca de Azpeitia , muy culta. Me enseñó contabilidad y mecanografía, bagaje con el que conseguí mi primer empleo a los 13 años: mecanógrafo y recadero con el Abogado D. Manuel Cossío Berrios.

            El sueldo eran 125 pts al mes. Así, como un año, hasta que decidió con mi padre que mejor que el sueldo sería pagarme las clases con algún maestro, y luego en una academia que se abrió en casa de “Victorina la Pascualona”;comprarme los libros, matricularme en el José Zorrilla de Valladolid y examinarme por libre, para ir estudiando el bachillerato.  Entonces no había instituto en el pueblo. Después, del mismo modo, Magisterio. Todo eso después de las ocho horas en la oficina, los recados y atender la calefacción de carbón. A las seis y media, menos los domingos, sonaba el despertador todos los días.

            Dejé a don Manuel Cossio cuando me faltaban algunas asignaturas, la música, una de ellas, que ya iría aprobando, para trabajar de aguardientero.

            Era el negocio de los Hnos. Modroño, del que vivían tres familias. Había sido boyante hasta finales de los cincuenta, en que fueron vendiéndose las uvas, desapareciendo las viñas. Llegó un momento que uno de mis tíos, y su familia, hubo de emigrar a Madrid. Mi padre su puso a trabajar de guarda nocturno de las máquinas que dragaban el río a raíz de las inundaciones de principios de 1962.

            Con la alquitara, la bodega y los majuelos, se quedaron tío y tía solteros con los que vivía.  Él, aunque joven todavía, enfermo. La guerra le machacó los bronquios y el corazón. Todavía por los pueblos quedaba alguna viña, se hacía vino para el gasto. Se había cerrado la otra aguardientería, pero alguien tenía que sacar el orujo por las bodegas y a mí me tocó.

 Así el primer año, con un carro y un macho, conseguí llenar un pilo, al siguente, ya con un remolque, el burreño y una regüica, llené dos. Durante ocho campañas seguidas, ayudado por dos muchachillos, arrebañé el orujo de San Esteban, Cerecinos, Villarín (cuando ya tuvimos un tractorillo), Cañizo, San Martín, Villárdiga, Cotanes… Villalpando. De eso vivíamos. Así sostuvimos esta casa entre la Silera y los Corralones.

Entre tanto acabé magisterio, pasadas las vendimias y la destilación del orujo, pedía escuela. Ejercía, a temporadas al principio, como interino, preparaba las oposiciones, y adoraba a mi novia preciosa.

Una neumonía (moto en día frío después de una paliza de pelota en Castrogonzalo) impidió pudiera presentarme al tercer ejercicio, el de trámite, de unas oposiciones que ya tenía sacadas. Aquello dejó un poco tocadas mis neuronas, pero  seguimos luchando. 

               Y formamos una familia:  peregrinaje por escuelas, con los primeros niños; el tractorillo, las cuatro tierras; palizas cargando camiones de alfalfa. Por fin, cuando pude presentarme de nuevo, las oposiciones aprobadas, cinco hijos; diez cursos en Villanueva del Campo… Ahí dejamos mi currículo profesional.

La ternura de la esposa, los hijos, el calor del hogar, muchos amigos, y juergas sanas... Y adversidades, dificultades en las que  Sara ha sido, es el apoyo, el cayado imprescindible.

(continuará s.D.q)

            ¡

domingo, 18 de octubre de 2015

A MODO DE PEQUEÑAS MEMORIAS.



                                                NO ES FÁCIL… (I)
            Intentar ser un referente ético  y cultural en la vida del pueblo. “Casi nadie es profeta en su tierra”.

            Antes de continuar con la  “Otra Historia de Villalpando”, permítanme transmitirles unas reflexiones y unas vivencias personales a modo de pequeña biografía,  a las que, tantos años de lucha, creo me dan derecho.

            No se trata de vanagloriarme, pues no sé si hay mérito en ello. ¡Qué le voy a hacer si me parieron así! Si, como decimos aquí, he actuado porque no “me llevaba el genio”; “si he hablado por no reventar”, si nunca he sabido “nadar y guardar la ropa”, “tirar la piedra y esconder la mano”, “picar los bueyes por debajo del carro”… ¡Qué le voy a hacer si nunca lo injusto me ha resultado indiferente!

            Cuando, después de pasar por “Las Hermanas”, a los ocho años hube de ir a la “Escuela de Villa”, como ya sabía leer, escribir y las cuatro reglas, me pusieron en la escuela de D. Benigno, que era el tercer grado, de los cuatro que entonces había y se correspondía con muchachos de diez a doce años; al cuarto y último,  con D. Eloy, iban los de 13 y 14, aproximadamente. Entonces no había cursos, ni notas, ni libros de escolaridad, ni nada. Se agrupaba a los muchachos según sus saberes.  En aquella jungla de muchachos azuzados por las necesidades, sometidos por la vara de los maestros, ser de los que se sabían la lección, era peligroso, cuando si, además, eras el más pequeño.

            Para mi desgracia, a los pantalones de pana de diario, una tía buena modista en Barcelona, huésped una temporada en “nuestra casa” (ésta, la de mis abuelos) le puso unas culeras (remiendo en la parte trasera), circulares, en lugar  de cuadradas como casi todos llevaban (desgastábamos la culera bajando en tobogán desde arriba de las bodegas apoyadas tras al garaje de Rufino, casa de los Chabolos, corral donde están los pisos del torero…). Aquellas culeras circulares fueron mi suplicio. Cuando salíamos al recreo siempre algún grandón cruel me daba la patada de rabona, diciendo: -“toma culo balón”.

            Allí ya se apuntaban las personalidades de cada uno, que se fueron confirmando a lo largo de la vida.  Ahora, cuando veo  la disimulada maldad de alguno, recuerdo actuaciones de cuando niños. Aunque divague, antes de ir a los “consonantes”, perdonen les cuente una.

            Un día de invierno, que no había escuela, mi abuela, considerando ya era mayorcito, tendría nueve años,  me dio la tarusa y los doblones que había hecho mi tío Agapito, para salir a jugar con ellos.

            Mi abuela María, quien me criaba, veneraba todos los recuerdos del hijo matado, a los veinticinco años, en  la guerra. Me rogó que tuviera mucho cuidado con ellos. Tenían grabadas sus iniciales. La A en uno, la M en el otro, y una espiga en el reverso. Poseer entonces cualquier juguete, cualquier objeto no era fácil.

            Me presento en el Paseo de Venus con esos doblones para niños (los había mayores para mozos y hombres) y enseguida se organizó la partida, en el paseo de los curas (extremo izquierda junto a las tapias de la huerta de la señora Petra, hoy Centro Médico y cuartel) poniendo en juego cartas viejas de baraja en la tarusa. Uno de los contendientes tiró el doblón en la tierra ajardinada, entre rosales y malezas, y desapareció. Los más amigos y piadosos lo buscaban conmigo. Quién lo tiró hacía como si buscaba y al rato salta: -¡Aquí está!. Mi alegría se transformaba en tristeza al verle reír diciendo: -marchó volando. Seguimos la búsqueda angustiosa hasta que al rato repitió la broma y se marchó para casa. Yo regresé con el doblón de la A, la tarusa y enorme llanto. Cada vez que busco algo, me acuerdo siempre de aquel dañino ¡aquí está!

            Con los años me hice fuerte en lo físico y en lo intelectual. No sé si por esas experiencias, por el ambiente familiar y religioso que respiraba, con el convento de las monjas tan cerca, a cuya iglesia mi abuela llevaba, y quedaba dormido en el reclinatorio, según me contaba Carmen, la de mi tío Paco, por los genes, aprendí bien pronto a amar el bien y odiar el mal, a ser caritativo, justo y peleón.
         
   (continuará s. D. q.)
           
           
           



viernes, 16 de octubre de 2015

BALADA DE OTOÑO


                      Llueve, 
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve...


     Fue toda la noche del domingo al lunes. Lo venían anunciando los hombres y las mujeres del tiempo que nos metían prisas en acabar siembras.

     Tardaba la luz del amanecer en entrar en mi cuarto. Me asomo a la calle. Llovía cántaros, el cielo estaba "cerrao, cerrao". Con qué fruición vuelvo al tálamo pensando que llueve sobre los ocres tejados que nos cobijan, sobre las naves que guardan granos, maquinaría, semillas, ovejas...;, llueve sobre las parcelas que, por los pelos, se han terminado de sembrar justo antes de las primeras gotas; llueve sobre los bosques, pinares de Valdeconejo, de Tremesao, del Majadal de los Toros, del raso en general, sobre los restos de la antigua inmensa taraza del sotobosque de encina, llueve sobre las besanas del Tesoro, Tardecena, la Villalbina. Culolobo, Cabezalomba, Las Urnias, Vagacedo, el Ardero, Canillas, Conejo, La Lorenzana, el Zaguazal, Alafes,  la Galochina, los Lastros...; llueve.

     -La lluvia es un prodigio, un milagro de la naturaleza, millones y millones de toneladas que vienen por el aire para vivificar a nuestros llanos campos sedientos. Quienes vivimos en los pueblos, más o menos ligados al campo y al ganado, sentimos esa bendición.

       Después de tan caluroso verano, a mediados de septiembre nos llegó un anticipo de treinta litros. Ello facilitó se pudieran ya ir haciendo labores, algunos arriesgados sembraron colza, y acertaron, si bien, con tanta sequía, ese tempero se perdió pronto; a primeros de octubre otros veintisiete; con ellos los alfalfares, algunos rastrojos y las tempranas siembras de veza y colza, comenzaron a reverdecer el paisaje; las tierras cogieron el tempero justo para, con siembra directa o mínimo laboreo, sembrar a placer.

      En esas estábamos cuando vuelve a ponerse de abajo, vuelve templado benefactor ábrego a traernos tan  preñadas nubes: doce o catorce horas seguidas lloviendo, cuarenta litrazos de los que las tierras no dejan una gota para regatos y lagunas. No pasa nada: martes, miércoles de oreo y ayer ya andaban los tractores por lo ligero. Mis hijos tiraron abono, y hoy ya están sembrando trigo. En la semana anterior habían terminado veza y alfalfa.

     A los de mi generación alejados del pueblo les informo que nada tienen que ver estas sementeras de las grandes máquinas, las grandes parcelas y muy pocos labradores, con aquellas de las mulas, los cachos de tierras, el burro con la simiente, miles de gañanes y sembradores de romanza.

      El barbecho y la vertedera prácticamente han desaparecido, salvo en algún pueblo más rutinero. Fuimos de los pioneros en la rotación y la diversificación de cultivos, que ahora ha impuesto la PAC. Sobre los rastrojos de los cereales (trigo, cebada, avena, centeno, triticale), sembranos, unos con mínimo laboreo, otros con siembra directa, veza, guisantes, colza, girasoles. La producción de forrajes, exportables en miles de toneladas, va siendo importante

     Para la siembra directa son necesarias unas sembradoras de fuertes brazos, unas con estrechitas rejas, otras con discos que, sin labrar, ni preparar, van hendiendo, haciendo unas rayitas en el suelo, donde depositan las semillas. Las hay, desde las más sencillas de fuertes brazos y chasis,  cajón al efecto con caída de la semilla por su peso y tres metros de corte, hasta maquinonas de seis metros de corte, neumáticas, plegables, sofisticada y que valen un pastón.

    Salvo en las explotaciones muy grandes, muchos de estos modernos aperos no son asequibles ni rentables en explotaciones medianas. Algunos, venciendo el individualismo, ya empezamos a compartir máquinas que se usan pocos días cada año. Así optimizamos recursos. Por ej.: estos enormes remolques bañera de ahora de 13 a 20 Tm. Si en la mayoría de las labranzas se usan cuatro días al año. Miren si no es fácil tener uno para dos. También compartimos un rulo y nos intercambiamos una sembradora directa de cereal legumbre con otra neumática monograno reconstruida para girasol, maíz, garbanzos...

      Todo es cuestión de buena voluntad.

       Ahora ya, como el campo tiene la barriga llena, lo que necesitamos es, con perdón de embalses y acuiferos (para esos que llueva y nieve en las montañas) que en, incluso meses, no tararear la balada de Serrat.

      

      

domingo, 11 de octubre de 2015

BATIBURRILLO.



       El pasado día 5 asistí al acto en el que Carlos Pedrero, exlocutor de la SER, y Jerónimo Cantuche, Sanitario, Sindicalista de UGT, nos hablaron de la despoblación y de la sanidad en el mundo rural, respectivamente.

     Lo de Pedrero fue una soflama, a la que pretendió dar rigor histórico, echando la culpa del éxodo rural a una planificación del neoliberalismo y del capitalismo, a "quienes les interesa vaciar totalmente el campo (para dedicarlo a coto de caza para los ricos) y que la población se aglomere en grandes megápolis". ¿...?

    "Todo este mal comenzó  con Franco, que sacó a la gente de los pueblos para llevarla a las ciudades". Y así un montón de simplezas más.

      La masiva emigración, en los años "sesenta", para los que la vivimos, fue tan triste como inevitable. ¿Qué progreso, qué nivel de bienestar se podía conseguir en un país sin industrias, sin infraestructuras, con una sanidad y educación muy precarias, cuando el 60 % de la población activa trabajaba en el sector primario, y no producía alimentos para el resto?

      Como vivía tanta gente en los pueblos, aunque marchara la mitad, todavía los pueblos siguieron vivos. El lugar de las mulas,  en cuadras y corrales, de los que pudieron comprar tractor, lo ocuparon vacas de leche, cerdas. Siguieron las ovejas, en cabañales y en nuevas naves. Otros construyeron naves de pollos, pero la mayoría de los hijos de los de esa generación, que ya pudieron estudiar, siguieron emigrando. La agricultura, y la ganadería,.antes de la PAC, se puso casi imposible. Se incentivó el abandono de las vaquerías. Se fueron concentrando las explotaciones agropecuarias, tecnificando, modernizando. De aquel  60% de labradores, autónomos y asalariados, y ganaderos
hemos pasado al 5 o 6%. Muchos de los cuales, dados los modernos medios, ni siquiera ya viven en los pueblos.

   Esa es la causa principal de la despoblación.

   Por supuesto que se pudo, se puede, se debe intentar no dejar morir a tantas aldeas, aunque el enfermo está muy grave.

    Ese tejido productivo de pequeñas, y ya medias, explotaciones ganaderas de bovino, porcino, pollos, en los años setenta, ochenta, debió haberse intentado mantener, no haberlo asfixiado. Estas macroexplotaciones de dos mil vacas de leche, de cinco mil cerdas madres, de cincuenta mil pollos, son una mostruosidad desde el punto de vista social y ecológico.

   La última reforma de la PAC debió excluir de las ayudas a todo aquel que no trabaje la tierra, aunque sea a tiempo parcial. Debió incentivar la residencia en los pueblos. En la plaza de funcionario para trabajar en las cabecera de comarcas rurales, además de un horario obligatorio se debía incluir la residencia.

  Sigo insistiendo que las casas vacías de los pueblos pueden y deben ser el cobijo de refugiados, inmigrantes, nacionales que nunca van a encontrar trabajo pero sí una renta con la que subsistirán mejor en cualquier, incluso, aldea.

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    En cuanto a las carencias en la Sanidad rural, sobre todo en verano, (estos días he andado por el Centro de Salud y, ya con los dos médicos y las enfermeras correspondientes, existe un buen servicio) que nos expuso Cantuche, las conocemos de sobra. Es justo reivindicar no apliquen más recortes y nos quiten sanitarios en esta Zona de Salud. Lo triste es que estos ayuntamiento peperos no sean los primeros, ni los últimos, en esta reivindicación. Fue un ciudadano particular quien, por su cuenta, en agosto pasado promovió una recogida de firmas, con bastante éxito, que mandó a la Conserjería, al SACyL,

    De esa reunión del pasado lunes, salió el acuerdo de constituir una Agrupación ciudadana en Defensa de la Sanidaden la Zona Básica de Salud de Villalpando.

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    Les contaría, ¡anda que no tengo qué contar!, pero no quiero cansarles, ni cansarme, ni revolver la pesca. Es mejor la prudencia.

    Sí, en cambio manifestar, a pesar de ciertas deficiencias en los servicios, (lo de correos otra vergüenza haber dejado llevar la oficina central de aquí, con la reducción de horario y prestación al público aquí sin rechistar) lo bien que se vive, y se respira, sobre todo después de estas benditas lluvias otoñales y cuando no llega el tufo de los purines, soportables) en los pueblos.

     Sabiendo, viendo tanta imagen de atrocidades, a las que no quiero acostumbrarme (lo de ayer en Ankara es puro y duro terror, los niños captados por los fanáticos islamistas; la historia de la adolescente rumana obligada a prostituirse, que logra escaparse de un prostíbulo de Valladolid, busca refugio en unos compatriotas que la vuelven a entregar a los explotadores sexuales, etc.) pienso qué tranquilos vivimos en los pueblos.

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      La pasada semana, a la edad de 59 años, falleció en Palencia Juan Jesús. Era el esposo de Mª Jesús, hija de Emilio Méndez y de Filo. Padre de Samuel. Reciban todos mis condolencias.
   

domingo, 4 de octubre de 2015

ACTUALIDAD LOCAL.


    Empezamos dando noticia la pasada semana del fallecimiento de Teodora González Novoa, a los 94 años. Había sido la esposa de Benigno Gil, "Beninín" y madre de Teodoro y de Jacinto Gil González. Descanse en paz.

   Desde ya bastantes años, niños y mayores, hemos perdido la capacidad de admiración, de sorpresa al estar saturados de información con imágenes de tanto acontecimiento, de tanta tragedia como a diario sucede en la tierra. También de tanta relación entre altos y bajos, de sernos todos los rostros familiares.

    Les pongo ejemplos de cuando los pueblos vivían tan encerrados en sí mismo, aislados, sin apenas medios de comunicación, salvo algún escaso periódico. Le oí contar a mi tía Petra, nacida en 1906, el gran acontecimiento que supuso en el pueblo la llegada y actuación, en la iglesia de Santa María, en los años "veinte", de la coral zamorana del maestro Haedo.

   Para qué les voy a contar qué enorme acontecimiento la coronación de la virgen en el año 1954, que vino el nuncio Antoniutti, ni sé cuántos obispos y gobernadores civiles, la "Scola Cantorum" de la Catedral de León, más una centuria del Frente de Juventudes, que formó el pasillo, entre el gentío en la plaza, para que las autoridades fueran del ayuntamiento al altar, instalado delante del Comercio Grande.

    Cuando era noticia la llegada de los titiriteros o de los gitanos cada primeros de mes, la visita del gobernador civil, con aquel uniforme blanco, camisa azul y corbata negra, era un acontecimiento. Lo mismo en las visitas pastores del Obispo D. Eduardo, en su Mercedes,  vestido de púrpura.

   Está en las hemerotecas lo que supuso un revulsivo para la clase obreras la visita, a principios del siglo XX del fundador del PSOE, Pablo Iglesias Posse. En los años de la II República el político de más lustre que nos visitó, fue Ángel Galarza Gago. Dice mi padre que, una vez, pasó Dolores Ibarruri, y paró por donde la era del "Triguero", y se dirigió al grupo de comunistas enfervorecidos.

   Anoche estuvo en nuestro pueblo, Javier Iglesias, el padre del lider de Podemos.

   ¡Bueno!: ya sé que no es como para preparar un alboroto, pero de eso a que en el contra-mitin, en el que él no pio, fuéramos otra señora y yo los únicos residentes en el pueblo (había más de los que no están todo el año) que asistimos, existe una diferencia.

   Vinieron de Zamora, de Toro, y algunos  otros desconocidos. Precioso ver a  tres generaciones de Caramazanas, con el nieto tan majo. Me alegré de asistir para reencontrarme y reconciliarme con quienes comparto el afán ético. Recordé los deliciosas horas en los "Tres Árboles" en el verano de 2.014. Comprobé con agrado como no estaban los más radicales, los antisistema con los que mantuve el debate ideológico. Percibo como, pasados esos meses de euforia tras las europeas empiezan a poner más los pies en el suelo, a evolucionar hacia la social democracia, sin perder su acento de cambios y reformas en este edificio de la economía de mercado.

    Conversé con Javier Iglesias, Inspector de Trabajo en Zamora, de cuestiones laborales. Me confirmó cómo es un fraude, con el que intentan acabar, que jubilados o pre, no es que ayuden, que echen una mano a su hijo labrador o ganadero, sino que sean ellos, en la práctica, los labradores y ganaderos que van a la nave o con el tractor todos los días, todo el día. Otra cosa es, a ratos, cultivar un huerto, algo fomentado por los gobiernos, y recomendado por los médicos como terapia para mayores.

      Vendría muy bien que los de Podemos, en esto y en más. hicieran auténtica limpieza. Hay casos de auténtico escándalo

    ANUNCIO: Mañana, día 5, a las 12, en el "Miguel Cervantes", acto en defensa de la Sanidad Pública. No le hagamos el feo a Carlos Pedrero y a Jerónimo Cantuche ("rival" literario de servidor), dos altruistas defensores de los pueblos.


sábado, 3 de octubre de 2015


                                  LA OTRA HISTORIA DE VILLALPANDO. (V)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Como por fin, pasados dos meses de haberlo solicitado, he tenido acceso al libro de actas municipales desde el 1902 al 1906, continuamos.

                No existe, en las mismas, alusión alguna a los sucesos de las algarroberas que nos describe Álvarez Buylla. Únicamente hay un acuerdo plenario del 2 de abril de 1903 en el que, “para atender la petición de trabajo y jornal de la clase obrera, tan necesitada, se acuerda, en los presupuestos una partida de 1.049 pts. para realizar trabajos en las tapias del cementerio”. Con ello se podrían dar dieciocho días de jornal a 40 obreros.

                Es alcalde en ese momento Pío Alarma Candamio. La primera referencia   escrita que tenemos de este señor es del 21 de septiembre de 1879, cuando inscribe en el Registro Civil a una sobrina suya, Matea Luna Alarma. Por aquel entonces era teniente de infantería. Sus padres eran de Valderas. Desde niño he tenido referencias de este Pío Alarma, fue, de forma intermitente, muchos años alcalde, y de buen recuerdo. Como siempre vivió en la villa, calle Zarandona, suponemos se licenciaría del ejército. También que fuera padre tardío, ya que conocimos a una hija, quien pasó  el final de su vida, no mucho tiempo, en esta Residencia. Otro de sus hijos murió combatiendo en la División Azul.  

                Al año siguiente ya es alcalde Baldomero López, a quien suponemos padre de Dª María López, casa de la calle Zarandona donde tuvo la tienda Amparo de Anta. No he investigado cuál sería el sistema de elección de alcaldes y concejales.  De un acta a otra cambian  muchos nombres, sin que haya una aclaración. Hay plenos a los que asisten doce o trece hombres, unos como concejales y otros como asociados. También convocatorias en que no se celebran los plenos por falta de quorum.

                Además de los dichos, los nombres que más se repiten son los de Máximo Cañibano, (abuelo de los actuales Cañibano);  Mariano Rodríguez, (“El Triguero”, suegro de D. Tomás Toranzo,  abuelo de los Toranzo y de los Ortega Rodríguez) ; Ezequiel Baltero, dueño del tejar que existió junto a “la Fuente”;  Vicente Conejo, dueño de la casona de la plaza de Santa María. Aunque los citados pertenecían a la clase pudiente no eran de los más señoritos terratenientes. De las dos “casas” más grandes, Ángel Mazo Linacero en la plaza Mayor y Teodoro Núñez en la calle Real, nadie aparece.

                Nos encontramos con otros hombres, por los apellidos, fáciles de localizar: Benigno Caramazana (bisabuelo de los actuales “Beni”, Isidoro, etc.); Macario Alejos, seguro padre del Sr. Alejandro “el Sombrero”, bisabuelo, por tanto de “Jandrito” y Luis; un Crisanto Méndez, abuelo de Emilio Méndez; Crescencio Fernández, abuelo de “Chencho”, el herrero, etc…

                Me resultó muy grato encontrar la firma de Pedro Chimeno Margallo (entonces, los que sabían, firmaban con su nombre y apellido bien clarito, no con un garabato como ahora). Tenemos su foto matrimonial en casa; es uno de mis bisabuelos, abuelo de los Boyanos, Modroños, Martín,  Espinacos; Chimeno. Aún le quedan varios nietos en España, y uno en la Argentina, mi padrino de boda, Waldino Chimeno Modroño, el menor de los nueve descendientes del hijo mayor de Pedro, Primitivo, y María Modroño. Perdonen estas disquisiciones familias, que abrevio. Era un pequeño labrador trabajador hasta anciano, de tierras en renta.

     Quiero citar también, aunque sólo la encontré en un acta, la firma de Ricardo Rico, empleado, natural de Fuentes de Ropel y vecino de Villalpando, por ser abuelo de José Ricardo Rico Palencia, nacido en buena cuna villalpandina en 1915; uno de los escasos supervivientes  del “campo de trabajo” de Güssen, del complejo de Mautausen. Más datos en “Víctimas de la guerra civil en Villalpando”.                                                                                                                
               
                Aparte de los citados más pudientes, el resto de ediles y asociados pertenecían a la entonces clase media: pequeños labradores, algún herrero, albañil, comerciante…, pero ni un jornalero todavía.

                Se nota en las actas la penuria económica y la desigualdad social que asolaban al 
municipio, en el que la clase jornalera, sobre todo los hombres, dejaba de confiar en la “otra vida”, mientras mal vivían en ésta, cuando las limosnas de las “obras pías” eclesiales no llegaban para remediar tanta miseria.

                En el próximo capítulo la reacción de los trabajadores ante esta situación.
                                          
           
               
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