miércoles, 16 de diciembre de 2020

VISITA DE UN TÉCNICO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL.



     Ayer, sobre la una, en flamante "todo terreno" mono volumen blanco, vino un técnico de la Diputación Provincial a ver los daños producidos en la "limpieza" de cunetas de la carretera de Quintanilla del Monte en nuestras parcelas (todas en una pieza) lindantes con dicha carretera.

Ahí va la primera foto, para empezar:

 



Ese es el corte del acceso desde la carretera al camino de servidumbre que va hasta la laguna del Barrero. Ahora ha salido mejor que en la foto anterior. Cierto que no había alcantarilla, sino un vado. Como tanto la carretera como el camino son públicos, son las administraciones competentes quienes deberían y deben construir la correspondiente alcantarilla de entrada.

El técnico me dijo que eso era competencia del Ayuntamiento. Que lo solicitara. Como ya lo tengo solicitado ante la Diputación, si de ella no es la competencia, que se lo ordene al Ayuntamiento. 

Sacó algunas fotos de arbolitos tronchados y de los montones de tierra dentro de nuestra parcela. Pocas y con desgana. Por eso repito aquí las más significativas para comparar.



Ese es el mazacote de hormigón que sustentaba a una señal de tráfico, arrancado de su sitio, en el borde exterior de la cuneta, y dejado en nuestra parcela. El ribazo de tierra que ven está sobre el interior de la lindera.

Insistió que, según las normas de la Diputación, en todas las fincas, debe quedar un ancho de tres metros, a contar desde el borde de la cuneta, sin ocupar ni por árboles ni por construcciones. Le respondí que, según la normativa del MOPT son DOS METROS, desde el borde del arcén.

-Mi re usted, como ya he mandado escrito a la Diputación con las normas, no vamos a discutirlo usted y yo ahora.
-De todos los modos vayamos al comienzo de esta carretera, cuando parte de la general vieja y verá usted la distancia a la calzada que hay en todas las fincas, solares, (antiguas eras) construcciones (verjas, viviendas y naves). A ver dónde están los tres metros que usted dice desde el borde exterior de la cuneta, donde existe; ya desaparecida en lo construido.

Conocí esa carretera de cantos y tierra, cuando iba totalmente por fuera del pueblo: eras a un lado y al otro, el tejar de Cipriano Hernando, la laguna del Palomar de frente,  y un herrenal de "Timba" antes del cruce con San Francisco, donde ahora hay una nave  de cerdos desocupada hace muchos años. Dejada atrás la laguna "Redonda a la izquierda giraba, y gira a la derecha, con más eras al lado izquierdo, hasta donde está ahora el polideportivo. A la derecha, desde donde partía la calle de San Francisco, eran ya herrenales. En el del cruce, propiedad de Luis Mazo, había estado el convento de San Francisco, citado en las actas del juicio del comunero villalpandino Bernardino de Valbuena. Mediado el siglo XX, el señorito con más sentido de lo social que había en el pueblo, Luis Mazo, construyó viviendas, tan escasas y pobres en la villa, para obreros.

De todo lo construido las edificaciones que a mayor distancia están de la calzada son las naves de Cándido Sánchez Vega y el edifico del Atlanta. Todo lo demás construido posteriormente, se ajusta más o menos a la legalidad, entonces vigente, pero nada de a tres metros desde el borde de la cuneta, salvo los modernos chalets que esos sí que están a la distancia como Dios manda.

La cuneta tiene distinto ancho a lo largo del recorrido de dicha carretera, pero, sin duda, donde más ancha, es en el tramo final de la linde con nuestro terreno, como muestro en la foto. Ahí ha sido, precisamente donde han tronchado los arbolitos y metido la tierra en la parcela. Vean si no.


 
Ahí los árboles están, no a dos metros del arcén, como marca la ley,  (se supone que en carreteras donde no exista cuneta, como vemos en la "Vuelta" por zonas boscosas, donde están al borde de la calzada, y esas carreteras locales como ésta, son un túnel entre la vegetación),están digo, a seis metros del borde del arcén, sin peligro alguno para el tráfico.

Comparecen la distancia entre arcén y finca nuestra, con la de la siguiente foto:




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Ahora les muestro la limpieza hecha también, sobre el comienzo del camino transversal desde su entronque con la carretera, en el ángulo de nuestro terreno.




A pesar de que, como me dijo el técnico, las limpiezas de las cunetas de los caminos, que son municipales, es competencia del Ayuntamiento,  la limpieza que ven, en unos diez metros (otra cosa son los montones de tierra en la parcela) por la Diputación, me parece bien. ¡Que no hicieron la del otro lado? Allá cada cual. Eso lleva muchos años así y todo el mundo lo sabe. Tampoco  corre tanta agua por ahí,  ni quiero causar perjuicios ni disgustos a nadie.

Sí, en cambio, dada la buena labor de limpieza y arreglo de caminos agrícolas que está realizando el Ayuntamiento, debería exigir a los dueños de las parcelas, sobre todo en cunetas por las que  corre mucha agua, como las del Camino de la Casa, antes de llegar a la dehesa, que las entradas a las parcelas sin alcantarilla, y que hacen de presa en la cuneta, haciendo que el agua salte y erosione el camino donde hace cuesta, como en el que cito de la Casa, debería exigir, digo, que construyeran alcantarillas. Pueden observar las construidas por nuestros hijos de acceso a la parcela de la granja siniestrada, (esperemos pronto reconstruida)  tanto desde el camino agrícola, como desde el de orilla  a la autovía: tubos, hormigón, rebordes en un ancho de veinte metros.

¡Bueno!: pues que el técnico me dijo, aunque en principio echó la culpa a la empresa que ha realizado la obra, que informaría a la Diputación por si procedía indemnización.

Le respondí no busco dinero, sino que construyan el acceso al camino de servidumbre, y que me den, del vivero, tantos arbolitos como han tronchado.  

Hace cuatro días, en el ribazo dejado dentro de nuestra parcela, ya he sembrado veinte almendras, en diez hoyitos. Parece que, todavía, algo puedo, así, que si Dios quiere, seguiré con la labor a raticos.  Ahora ya con almendra, no plantón, las cuales no necesitan hoyas tan grandes. Los tronchados nacieron así, de una almendra.

     Ya he puesto  hinchar, en remojo, un kilo de "marconas" que le he comprado a A.A.E., la empresa en la que participa Jesús Toranzo. Esas plantaciones de pistacheros y almendros, los dichos de los Toranzos, los de Dani (farmacéutico don Danial Arranz) y los de los Fernández Vega, son una hermosura. Empiezan ya a cambiar el paisaje. A ver si mañana, aunque no sea ahora el momento más bonito, son árboles de hoja caduca, les cuelgo una foto.