jueves, 10 de diciembre de 2020

UNA CARTA DE PABLO ROMÁN ALLENDE.

 


 

Agapito: Mira qué documento más curioso. Y de muestra lo antiguo de nuestra devoción a la Purísima.

 

Por otra parte, al final del documento número 107-1940 del Legajo 8

de la Parroquia de Santa María la Antigua - Parroquia de la Inmaculada

(Legajo 1º de La Purísima), y sin conocer exactamente los motivos,

el entonces Secretario del Ayuntamiento certifica que la costumbre de encender

la hoguera, poner luminarias en la víspera de la Purísima y hacer procesión

el mismo día 8, se remontan a muy antiguo

(hacia el año 1200, es decir, muchísimo antes del Voto de Villa).

El escrito oficial que expide el Secretario Municipal y que pretenden

magnificar dándole la forma de certificado, dice textualmente:

 

 

 

Don Mariano Huerga Cadenas, Secretario del Ayuntamiento de esta Villa de Villalpando, del que es Alcalde-Presidente, don Pablo Riaño Riaño.

 

CERTIFICO:

 

Que en el archivo de esta Corporación Municipal existe un legajo, libro de acuerdos tomados por la Corporación Municipal de esta Villa, que da principio en el año 1616 y termina en el de 1628, entre cuyos acuerdos se halla el tomado en la sala del Ayuntamiento el día siete de diciembre de mil seiscientos veintidós que dice así:

Al margen – Fiesta de María Concepción – Dentro - Item: Acordaron que se pregone y que esta noche “agan” “ogueras” y pongan luminarias a la fiesta de la Inmaculada Concepción por ser fiesta tan antigua de “a más” de cuatrocientos años que se guarda en esta Villa, y de mañana “bayan” a la procesión y limpien las calles so pena de ser multados”.

Concuerda con su original al que me remito. Y para que así conste a petición del señor Cura Ecónomo de la iglesia Parroquial de esta Villa y de orden del Señor Alcalde, pongo la presente que firmo y sello con el del Ayuntamiento en Villalpando a siete de octubre de mil novecientos cuarenta. Vº Bº El Alcalde – El Secretario – Es copia literal.

 

 

El comentario primero es mío.

Una abrazo Pablo.

 


Amigo Pablo:  ¡Cuántas añoranzas! Lástima que no ponga quién era el Cura Ecónomo. Posiblemente, un tal don Laurentino, a quien no conocí, que sustituyó a tu tío don Luis Calvo, muerto creo, el día de Nochebuena de 1939, según tengo escuchado a mi suegro. 

 

¡Cuántas añoranzas de la tradición pura, tal cual, de mi infancia y juventud!


Este año, entre la pandemia y la despoblación, (¿Quién iba a venir de Tapioles, si quedan cuatro? Concretamente, ahora en San Martín, quedan 17 personas. Por el estilo en Quintanilla y Prado) ni novena solemne, ni hoguera, ni procesión... Salí a la plaza por eso de ser el día de La Purísima. Podría haber entre las cuatro terrazas treinta o cuarenta personas.


Ni Reyes y tú, ni Félix y mi prima Pilar, ni Guelín, Chitín y Cael y sus respectivas. Y, para qué me voy a remontar más lejos: ni Angelines "la Tinaja"; ni Conchi, su sobrina, y el marido; ni Carmen la de Silvano, Ni mis cuñadas Carmela y Rosi, ni Cesáreo, ni sus hijas y nietos, ni mi cuñada Maruja Blanco..., ni don Tomás Osorio, ni don Primitivo y Nana,..; ni, ni, ni. Ya ves que voy mezclando. Estaban no hace tanto. Todos, y muchos más (nuestra hija en cabecera) están en mi recuerdo. Esto corre que se mata, de ahí lo bueno de recordar, que es revivir.


Tú ya no conociste, eras muy niño, cuando la hoguera era en la empedrada plaza. último año 1956.  Para aquellos niños de alrededor del cincuenta, tan carentes de sensaciones, salir a esperar a los tres carros que traían la leña de la dehesa, descargarla en la plaza, frente al Ayuntamiento, era una fiesta. Y allí pasábamos la tarde, trepando sobre los carrascos, disfrutando de los faroles que ponían en los balcones del Ayuntamiento... A cenar y a la hoguera...

 

Y ya el crepitar de los palos, el chisporroteo de la hojarasca, cuando Rupi y Miguel conseguían que aquello empezara a arder. Siempre la misma manía de traer la leña verde... Y los mozos saltaban la hoguera, cuando ya en brasas.


En los, por lo menos, veinte años siguientes, hasta que la asfaltaron, la hoguera se trasladó a San Nicolás, entre tú casa y la de Vicente, el herrero, más cerca de la de éste. Fui entonces de los mozos que la saltaban,...


Lo dejo, lo dejo, estoy llorando: que cada cual disfrute, o sufra, con sus recuerdos.


Me pongo en la mecedora  a escuchar música. ¡Lástima no esté en youtube el "Villalpando y su tierra gloriosa". Ya ni las monjas lo ponen por el altavoz, ya ni tocan la campana. Me consuelo con "Salve Madre". Con qué emoción lo cantaba en la Iglesia de las monjas.

2 comentarios:

Administrador dijo...


Te consuelo algo: Reyes y yo si fuimos a la misa de la Purísima.

Me llamó don Javier, el párroco y me dijo que le gustaría que fuera Reyes quien hiciera la ofrenda de este año ya que Tapioles lo había aplazado para el año que viene.

Así lo hizo Reyes y fue muy felicitada. Ya sabes que lee muy bien. AQUÍ EN Valladolid también la llaman siempre para esos menesteres.

Aparte de que es muy devota y le salió del alma, ya sabes que “las mantecas” son muy artistas.

Quizá te guste el texto.

Te lo mano.

Un abrazo.



INVOCACION A LA STMA. VIRGEN 2020

Dios te salve María, llena de gracia, Madre Inmaculada. Igual que hace cinco siglos, nos tienes a tus pies para renovar el testimonio de nuestro amor, y para elevar a ti nuestras plegarias. Somos tus hijos de esta Tierra de Villalpando, que desde 1466 te demuestra su afecto y su lealtad, pues estamos vinculados a ti con voto solemne. Y ya desde entonces te invocamos como nuestra patrona, patrona de esta tierra que lleva con justicia el nombre de “Tierra de la Inmaculada”.

Y tú eres nuestra Madre, a quien siempre acudimos en nuestras necesidades y en nuestras angustias, porque sabemos que nos escuchas e intercedes continuamente por nosotros.

Este año, por las actuales circunstancias, somos todos tus hijos, de los 13 pueblos, unidos, quienes te hacemos esta ofrenda e invocación. Estamos viviendo un momento duro, no sólo para nuestra tierra sino para toda la humanidad. Hemos visto mucho dolor y sufrimiento; hemos perdidos amigos y familiares; les hemos tenido que decir adiós en silencio, casi a escondidas, sin apenas oportunidad de despedirlos. Todos hemos vivido atemorizados y limitados, y aunque se atisba un posible final a la pandemia, aún quedan meses de penalidades antes de que esto acabe. Y nos preocupa, Señora, pensar cómo será todo después: nuestra salud física y psicológica, la economía, las relaciones familiares y sociales, el futuro de nuestros pueblos y ciudades.

Hay dos problemas que queremos poner especialmente en tus manos, Madre. El primero de ellos es la situación de nuestros ancianos. Han vivido todos estos meses un encierro necesario pero doloroso, privados del contacto con los seres queridos. En ellos se ha cebado especialmente la enfermedad. Te pedimos por ellos, para que su miedo y su aislamiento terminen, y puedan vivir los años de vida que les resten con la dignidad que merecen sus canas, como elementos valiosos, imprescindibles, de la sociedad.

Y también nos preocupan nuestros jóvenes, que han de enfrentarse a un mundo más hostil, con menos posibilidades de integración laboral, con un panorama de prosperidad menor que el que tuvimos los mayores. Sé su aliento para luchar con ánimo y para mantener la fe y la esperanza en medio de esta difícil circunstancia.

Premia, Señora, los desvelos del personal sanitario y de los demás servidores públicos en estos tiempos de pandemia, haznos a todos mirar con esperanza al futuro; acoge a nuestros difuntos en la mansión celestial, pues siempre te profesaron una honda devoción. Y concédenos poder seguir reuniéndonos, todos los pueblos hermanos de la tierra de Villalpando, congregándonos muchos años en paz y alegría, alrededor de tu venerado altar. Míranos con amor y bendícenos, pues acudimos confiados a ti, celestial princesa, Virgen sangrada, María. Amén.

Paisanos, decid conmigo:

¡VIVA LA PURÍSIMA!

¡VIVAN LOS TRECE PUEBLOS DEL VOTO!

¡VIVA VILLALPANDO Y SU TIERRA!

Administrador dijo...


Muchas gracias Pablo. ¡Como luego no os vi por la plaza..!