viernes, 17 de abril de 2020

NO BAJAR LA GUARDIA.


     Después de que ayer llevaran a una anciana al Hospital de Benavente, con síntomas sin confirmar aún si positivo, y el día anterior a otra señora más joven a Zamora, debemos adoptar más precauciones, el bicho anda por el pueblo, y es demasiada la gente que sale a diario, y sin mascarilla, más la que viene de los pueblos. Ayer llena de coches la Plazuela de las Angustias. Hoy han llegado las mascarillas a la farmacia. Son de un solo uso. Menos es nada. Esta señora trasladada ayer lleva años sin salir de su casa. Si sale positivo es que se lo han llevado las cuidadoras, únicas que allí entran desde el Decreto de Alarma.

     Como es tiempo de lecturas vamos a continuar con los resúmenes de las biografías:

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Indalecio Prieto - Wikipedia, la enciclopedia libre



     INDALECIO PRIETO:
     Pocos políticos españoles sacrificaron tanto su vida por la causa de la democracia como Indalecio Prieto.
     Nació en Oviedo el 30 de abril de l883. Hijo de un funcionario del Ayuntamiento de posición desahogada, pero que tenía 59 años. Viudo se había casado con la criada, Constancia Tuero de 26 años. a los cinco meses nació Indalecio.
    Cuando tenía cinco años murió su padre. Su madre y los tres niños quedaron en la calle. Después de unas cuantas desgracias económicas en Oviedo, se trasladaron a Bilbao. Allí Indalecio, desde muy niño, empezó a ganarse la vida, vendiendo cerillas, periódicos, abanicos, novelas por entregas y, ya un poco mayor, formando parte de los coros de las zarzuelas.
   Como no tenían dinero para pagar la escuela asistió a clases nocturnas que daban un Centro Protestantes.
    Autodidacta por ávido lector,  de los periódicos que vendía, espectador de mítines, de huelgas, de luchas en las calles, pronto tomó conciencia de justicia social. Con 14 años se afilio al Centro Obrero del PSOE en Bilbao. Entre tanto, siguiendo con sus lecturas en libros de esa Casa del Pueblo, fue ascendiendo en el escalafón periodístico. Llegó a ser corresponsal, cuando el desastre de Anual, de los periódicos más prestigiosos de Madrid.
    Su ascenso político fue fulgurante, largo de narrar. Ya desde 1912, junto con Besteiro (quien había heredado la Presidencia del PSOE del fundador) y Largo Caballero, ocupó la cúspide del partido.
   Por aquel entonces, las personas que entraban en política, lo hacían de forma totalmente altruista, por anhelo de arreglar todo aquello, que estaba tan mal, sin afán de lucro en forma de sueldos, prebendas.
   Indalecio Prieto se declaraba a sí mismo como liberal, "soy socialista a fuer de liberal", dijo. Hoy podríamos decir social-demócrata. Por ello se opuso en 1921 a que el PSOE se integrara en la III Internacional, aunque ello supusiera una escisión que dio lugar a la creación del Partido Comunista Español.
    Incluso, de acuerdo con Largo Caballero como Jefe de la UGT, apoyó, en los primeros años, la Dictadura de Primo de Rivera, pues vieron en ella una posible forma de acabar con el desorden y la corrupción. También para ganar fuerza frente al anarco-sindicalismo de la CNT. Ese apoyo a la dictadura lo vieron bien los ugetistas de Villalpando. En "La otra historia de la Villa" transcribo una intervención en el Ayuntamiento del Sr. Antonio Sacristán, Jefe de la UGT y el socialismo local, en la que elogia al "Directorio Militar".
    Al pacto de San Sebastían, 17 de agosto de 1930, que venimos citando, donde se reunieron Azaña, Lerroux, Maura, etc., asistió a título personal, pues el PSOE no estaba por la labor de una república burguesa. Y el PCE y la FAI-CNT, ni les cuento. Después consiguió que el PSOE se uniera al proyecto de la República.
   Por su lealtad al partido, en ocasiones, actuó en contra de sus convicciones. Por ejemplo, cuando ayudó a importar y distribuir armas entre los mineros que irían en octubre del 34 a la huelga revolucionaria.
   Accedió, también un poco a regañadientes, a incluir a los comunistas en el Frente Popular que ganó las elecciones en febrero del 36. También fue uno de los que empujó a Azaña a firmar la entrega de armas a los obreros, 19 de julio de 1936, cuando la sublevación militar.
   Fue varias veces ministro. En la guerra trabajó incansablemente.Consiguió poner cierto orden, sobre todo en las tropas milicianas que defendían Madrid. Éste, de ganar la guerra, hubiera formado parte de la minoría que se hubiera opuesto a la implantación en España de la dictadura de proletariado.
   Durante todo su largo exilio, no paró de trabajar a fin de derrocar a Franco, y que a España volviera la democracia. Intento vano. No estaba entonces el horno español para bollos democráticos. No obstante su labor de ayuda, también en lo económico, a los exilados españoles fue importante. No fue una vida vana la suya.
 

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