martes, 4 de octubre de 2016

UN DEBER DE JUSTICIA.


     Desde la humildad de este blog se trata de reivindicar la memoria de MATEO CAÑIBANO DE CASO, fallecido anteayer en su pueblo, Villamayor de Campos, del que fue alcalde, a los 61 años de edad.

     Conversé con él largamente, en más de una ocasión. Huyendo de los tópicos elogios al difunto algo que tengo claro es que fue inteligente, trabajador y honrado. Un buen profesional autodidacta de la albañilería. Muy buen albañil.

     Que desde muy joven, ya en las primeras elecciones municipales de la democracia, año 1979 tuviera inquietudes, afán de participar en la gobernación de su pueblo,  cuando  todos los que anduvimos en  ese ajo teníamos afán altruista, no hace más que confirmar mi buen concepto de Mateo.

       Creo fue en la legislatura 1987-1991 cuando llegó a ser alcalde. Aunque no he conseguido conocer con detalle la causa por la que hubo de dejar la alcaldía, sino que simplemente recuerdo la versión que tuve de uno de sus adversarios políticos, tengo la certeza de que no hubo por su parte el menor aprovechamiento económico. He intentado informarme ahora pero nadie me ha precisado los detalles. De todos modos si esos terrenos municipales fueron pagados religiosamente a precio de mercado, como creo ocurrió, considero nada hay que objetar

       A él aquello le dolió profundamente. Se sintió víctima de una injusticia. Su reacción fue la de licenciarse en derecho, al margen de su trabajo de albañil, con el que ganaba el pan para su familia, puesto que carecía de otro patrimonio, para poder un día reivindicar su honradez.

       Superó las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años. Comenzó, a través de la UNED los estudios de derecho. Aprobó asignaturas y cursos. No pudo llegar a licenciarse. Un ictus u otro accidente cerebral vascular se lo impidió. Ello ocurrió hace dieciséis años

       Se fue recuperando y aquello no le incapacitó del todo, pero si para la albañilería y el estudio. Le concedieron media incapacidad laboral y media paga, compatible legalmente con trabajos más ligeros.

        Así trabajó un tiempo en la gasolinera del ALSA. Cuando el ayuntamiento de Villalpando encargó el mantenimiento de los jardines a Asprosub de Benavente, su Jefe, y amigo, Jesús Toranzo me preguntó por alguna persona que tuviera media jubilación para encargarle de ese trabajo. Me acordé de Mateo, a quien un día oí quejarse de que en la gasolinera trabajaba como los demás y cobraba medio sueldo.

       Recuerdo fui de ex profeso a su casa en Villamayor. Di a su mujer el móvil de Jesús y así trabajó en Asprosub hasta que las fuerzas le fueron fallando más.

       Del interés y cariño a su pueblo es una prueba su actividad como fundador, impulsor y presidente de la Asociación "Amigos de San Esteban", quienes consiguieron rehabilitar esa ruinosa iglesia y restaurar la joya de artesonado en carpintería de lo blanco.

       Me cuentan que, siendo su enfermedad irreversible, él lo sabía y lo aceptaba hasta con buen humor, que salía a jugar la partida e intentaba hacer vida social.

       Creo que Mateo se merece este recuerdo, al tiempo que deseo sepan su mujer y sus hijos que he sentido su pérdida.



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