EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS ACERTÓ.
Me refiero a
rechazar la propuesta de la Ministra Yolanda Díaz para rebajar la jornada
laboral a 37’5 horas semanales. Defendió Pilar Alegría que con ello aumentaría
la felicidad de los trabajadores. Pues si la felicidad consiste en no trabajar,
en España existen 2.300.000 personas sumamente felices. Todas las que cobran el
Ingreso Mínimo Vital, SEISCIENTOS CINCUENTA Y OCHO EURAZOS al mes por persona,
sin dar palo al agua, poco menos que la pensión de un autónomo agrícola que
trabajo y cotizó toda su vida.
Antes de seguir
aclaro: como la confrontación política, de ideas, en España, en el mundo, algo
viejo, está llegando a la violencia, como siempre, intento convencer con
argumentos, razonando. Les pongo un ejemplo reciente: saben que mi trabajo,
“Quien ve su villa, ve Sevilla”, es un alegato contrala tergiversación
histórica sobre la guerra civil.
Vísperas de San Roque, vino un
amigo con tres acompañantes a comprar melones. Vieron el libro. Sintieron
curiosidad. Lo compraron. Me hicieron preguntas. Era al atardecer. Pasamos a
casa. Nos sentamos. La conferencia duro hora y media.
El pasado miércoles me llamó un
muchacho joven. Al margen de su trabajo está recopilando, datos, objetos,
recuerdos, información para una página Web sobre la guerra civil. Sarvelio
Villar le dio mi teléfono. Hablamos durante más de una hora. Otro rato dos días
después. Hemos intercambiado correos. Pasará el martes a por un libro.
Este chico, de la generación de mis
nietos, es uno de tantos veinteañeros que del conflicto tiene, o mejor, tenía,
la errónea idea que desde el “progresismo”, desde hace muchos años, se está
difundiendo. Desconocía pasajes esenciales de lo ocurrido en la contienda, y de
sus motivaciones. Éste, como la mayoría de los jóvenes, van perdiendo el
fanatismo, el sectarismo de sus padres, de sus abuelos, y están abiertos, sin
prejuicios, a recibir información.
Pues así, sobre este asunto
laboral, voy a seguir exponiendo razones.
1ª.- Una obviedad: no son sólo
trabajadores los asalariados, sino que lo son mucho más los autónomos. Es una
postura mucho más cómoda la de ser obrero, y si es funcionario o político, ni
les cuento, que la de ser empleador, como lo es uno de mis hijos: -Papá tú no
sabes cuánto esfuerzo, cuánta lucha, cuántas preocupaciones para poder pagar
cuatro nóminas y cuatro seguridades sociales al mes. Además de los impuestos
para pagar a los más de los dos millones de las paguitas.
2ª.- La mayor parte de los obreros
lo son de pequeñas empresas, motor de la economía de un país. El viernes por la
tarde desconecta, y los puentes, y las vacaciones. El patrón, el jefe, el
amo no puede permitirse tantos
descansos.
Pongamos el ejemplo de la
agricultura, donde la mayor parte de los trabajos son estacionales y urgentes.
La vendimia, horticultura, donde la mayoría de los trabajos son de recolección
manual y urgentes. Si y hay productos que no pagan el precio de los jornales
(sandías y melones en La Mancha, por ej.,), pues si además les quitan horas, ya
verán como van a pagar por una semana entera, más el porcentaje por vacaciones,
Seguridad Social, etc., trabajando cinco días y medio…; o en la recogida de
ajos, de pepinillos, de frutas…, dicen son explotaciones familiares, que ya no
van quedando, porque trabajaban todos los de la familia desde niños.
3ª.- Por suerte existen personas a
quienes su trabajo les realiza, les proporciona felicidad. Eso se da, volvemos
otra vez, al campo, en la moderna agricultura, donde los modernos tractores han
sustituido a las mulas, y las idem cosechadoras a la hoz, y al acarreo; pero
aún así largas temporadas durmiendo seis horas y trabajando dieciocho, cansan.
Lo normal es que el fruto de tanto
esfuerzo produzca beneficios. Hacienda mete la mano en el granero de las
hormigas para repartirlo entre las cigarras cerveceras. Eso a los de las
dieciocho horas les cabrea.
Divagando un poco: lo del beneficio
en la agricultura cerealista de la zona, ¡veremos tantos “Yondires” y “Fendes”
con GPS, tanto bañerón, cuando llegue la letra, con los granos al precio de
hace treinta años. ¿No se podrían aplicar aranceles a tantos barcos en los
puertos ofreciendo cereales de fuera?
CONCLUSIÓN: Tanta prestación
social, como realmente el trabajo físico escuece (-“Ganarás el pan con el sudor
de tu frente”) y para conseguir trabajos de alta especialización es necesario,
además de capacidad intelectual mucho esfuerzo, los y las más comodones/as
huyen de la hormigonera, de la uva, del tomate, del pimiento…; incluso del
camión y del tractor (que van escaseando los tractoristas), como el diablo de
la cruz.
Esta situación de incentivar, en
lugar del trabajo, la vagancia sólo puede conducir a la ruina material y moral
Ejemplos en el mundo haberlos haylos.
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