PACTO DE ESTADO CONTRA EL CAMBIO
CLIMÁTICO.
Suponiendo que del maremágnum de incendios forestales tenga totalmente la
culpa el cambio climático producido por la contaminación atmosférica, ¿qué
puede hacer un país como el nuestro, a pesar de las ocurrencias de Pedro
Sánchez, cuando los españoles somos un ciento sesenta y cuatroava parte de la
población total del planeta? En números redondos, cincuenta millones de habitantes de España contra los
ocho mil doscientos millones de toda
la humanidad.
Mejor sería que la ONU, iniciativa
que podría llevar España, promoviera a nivel mundial una campaña contra la
contaminación. Es cuestión de educación ciudadana. Atajar el mal en su raíz: el excesivo consumismo. Desciendo a
señalar hábitos de consumo en los países desarrollados que si todos los humanos
practicaran el planeta llegaría a colapsar.
De boquilla todos somos tan
ecologistas como incoherentes. Empiezo a señalar vicios:
-Consumir agua embotellada, que no
es mejor que la del grifo, y genera millones de toneladas de residuos,
plásticos.
-Desperdicio de alimentos,
toneladas, en toda España se van a los contenedores de basura. Pan, por ej. ;
hemos de comer el del día, si sobra se tira. No digo lo tiramos porque en mi
casa ni un gramo. Hay medios modernos para conservarlo de un día para otro, y
antiguos, como hacer sopas o rallarlo para cocinar.
-No veo a niño, joven o, incluso
persona mayor, que no se cambie de ato a diario, y con una postura a la
lavadora.
-Excesiva higiene. Miren lo que
dice la IA: “La higiene excesiva no es buena, ya que puede aumentar la probabilidad
de padecer enfermedades autoinmunes y alérgicas al limitar la exposición del
sistema inmunitario a patógenos beneficiosos”.
Esto,
por experiencia y sentido común, yo lo sabía. ¿Qué higiene tuvimos de niños y
jóvenes los que hemos llegado a mayores? La pozaleta en verano, de tarde en
tarde, y la palangana a diario. Aparte de los baños en la Comendadora y el
Valderaduey. Al secarnos al aire nuestro cuerpo quedaba recubierto de fina
pátina barrosa. Parece ser que ello era terapéutico. Ahora se practican
remedios contra mancaduras aplicando arcilla.
La
enorme cantidad de alergias, antes desconocidas, se debe a esta excesiva
higiene en la infancia.
-¿Hay
necesidad, salvo después de una sudada, de la ducha diaria, sobre todo en
invierno, mojando toallas difíciles de secar? Creo que con lavarse en el bidet
las partes pubendas, aparte de cara y manos cada poco, éstas antes de las
comidas, por supuesto, es suficiente.
-El
afán de viajar. ¿Qué creen supone de ahorro de CO2 a la atmósfera los coches
eléctricos, comparados con los millones de toneladas que lanzan a la atmósfera
todos los aviones, incluido el Falcon de Sánchez? Es un desbarajuste fijar la
residencia, incluso a cientos de kilómetros del lugar del trabajo.
Es
necesario señalar la enorme disminución de la contaminación atmosférica
producida en España: hemos eliminado la siderurgia, las centrales térmicas, las
calefacciones de carbón…, todo ello altamente contaminante. Madrid en invierno
estaba cubierto de una boina de humo de las calefacciones , sobre todo, y el
tráfico. ¿Qué contarles de la ría bilbaína? A mis hermanos, en Baracaldo, la
ropa si la tendían al aire, se ponía algo negra. El problema son los países en vías de
desarrollo. Si bien la corriente mundial contra la contaminación del aire, del
suelo, del agua, va en aumento. El problema es que la vida de los humanos, más
si somos consumistas, inevitablemente contamina.
Sánchez
debería proponer unas medidas más urgentes, baratas y drásticas: VIGILAR con
drones, satélites, Guardas Forestales y Cíviles, etc. a los pirómanos. El
noventa por ciento de los incendios, intencionados o por negligencias ,tiene su
origen en los seres humanos. Aumentar las penas a los terroristas ecológicos.
A
aquella situación “idílica” de la Sanabria, Carballeda, Aliste, Cabrera, las
Hurdes… llenas de gente y de miseria, que limpiaban los montes, no vamos a
volver.
La
mayoría de lo quemado este verano son urces, escobas, helechos, matorral en su
mayoría, en terreno montañoso, de difícil orografía. También pastos. A esos
montes de la alta Sanabria, cuando lleguen las lluvias todo eso brotará de
nuevo, pero a los peñascos de más arriba, miles de hectáreas despobladas, no
llegaran ni vacas, ni cabras, ni ovejas. Les sobrarán pastos mucho más abajo.
Aquella ganadería autóctona igual que los miles de campesinos alimentados con
berzas, patatas, pan de centeno, un marrano para todo el año, llenos de
carencias y enfermedades endémicas, no volverán.
En
las pocas tierricas, en las cortinas de alrededor de las aldeas con las que mal
subsistían, ya no quedan mujericas de negro que las labren. Se llenaron de
maleza. Ahí es donde es necesario actuar para que el fuego no llegue a las
desoladas aldeas con cuatro moradores cada una.
¡El cambio
climático culpable de los incendios! ¡Qué no hombre: la despoblación y lo
pirómanos!
En la sequía del 2.023 le echábamos
la culpa al cambio climático. Y de las abundantes lluvias en 2.020, 2.024 y
2.025, ¿también tiene la culpa el susodicho cambio? O sea: ¿es conveniente
llueva menos, o no llueva, para que no exista en los peñascales esa frondosidad
del matorral y hierbajos que se prenda en verano?
Reconozco soy persona dada a ver
los positivo, además reivindico nuestra actuación familiar de forestadores ecologistas
prácticos (cuarenta mil pinitos con nuestras manos, ahora pinos verdes
Lorquianos), pues entonces, en la maravillosa primavera pasada pensaba ¿lloverá
tanto por el denostado cambio?
¡Pues quién sabe!: si hace más
calor en la tierra y en los océanos, la séptimo décima parte de la superficie
terrestre, habrá más evaporación, y por tanto, más lluvias…
De todos los modos consumamos
menos.
Esto lo conocí yo en la Semana Santa de 1960 en San Martín de Castañeda. La foto es de 1978. Ayer por la mañana.
La señá María, "la Patiusca". Santiago de la Requejada, 1978.