jueves, 12 de enero de 2017

PRESENTACIÓN.





                                                            EL LIBRO.

                Los quinientos ejemplares de “VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVIL EN VILLALPANDO”, se agotaron dentro del mismo año de su publicación, el 2.006.

                Con el paso del tiempo, dado que aquello es historia, no ha perdido interés para las nuevas generaciones. Debe ser por ello que, tanto a mí como a  Patricia, nos preguntan por ese libro, para adquirirlo. Ese es el motivo por el que decidimos reeditarlo.

                Ya metidos en harina, era necesario corregir algunos errores y aportar nuevos datos en  cuanto al editado. Y, ya de puestos, me pareció oportuno añadirle un nuevo capítulo, en el que cuento y comento el estallido social que se produjo en Villalpando, y en toda la “Tierra de Campos” en el año  1.904, importantes sucesos que no vienen en los libros de historia, ni de los que apenas existen noticias. Por ello nos ha parecido oportuno cambiarle el título, “LA OTDRA HISTORIA DE LA VILLA”;  y la portada: una foto de los abuelos y tres niñas vestidas de luto riguroso, que ya de por sí, describe aquella situación, aunque fuera ya en los años de la posguerra.

                Copia un fragmento de la introducción:


                                                    LA OTRA HISTORIA DE LA VILLA.
                                                              
                                                                INTRODUCCIÓN.


                No pretendo ni emular ni corregir lo escrito por  don Luis Calvo Lozano en su “Historia de la villa de Villalpando”, ni lo transcrito de él en el libro “Parroquias, Archivos y Cofradías”. La obra de don Luis es admirable. Denota su enorme capacidad intelectual y de trabajo en unos tiempos, hace cien años, en que ni existían medios de comunicación, en que ni siquiera sé si habría forma de desplazarse a León (pasó muchas horas en el archivo de la catedral) en diligencia (no se había construido el ferrocarril Rioseco-Palanquinos). Sé que a Simancas se trasladaba en una caballería. Estaba lejos de inventarse esta maravillosa herramienta de la informática…

                La obra de don Luis, sobre todo su relación de libros y legajos  de las ocho parroquias, es un filón de oro sin explotar para cualquier historiador, para cualquier estudiante universitario que desee investigar a fondo la vida en la villa, en cuántos eran y cómo vivían, la intrahistoria, en lo social, económico, demográfico…, a partir de los datos extraíbles de los “Libros de Tamías”, por ej.

                Ahora bien: en la obra del doctor Calvo Lozano existe un encumbramiento de lo religioso, sobre todo en sus aspectos formales, sin profundizar en si esa cierta teocracia se traducía en una sociedad más justa, menos calamitosa.

                Esa exaltación, continuada hasta nuestros días, de las “glorias” locales, ha contribuido a crear  errores, confusiones sobre nuestra historia, que han dado lugar a un “chauvinismo” aldeano. Imposible convencer a los forofos del “villalpandinismo” que ni fuimos “Intercatia”, ni tuvimos no sé cuántos miles de habitantes, ni siquiera un Ponce de León, un Diego de Ordax, un tratado de Villafáfila (¿para qué citar el de Tordesillas?) que llevarnos a la boca. ¡Bueno!: nos conformamos, que no es poco, con Diego de Torres Bollo. Pero, vamos: que no somos el ombligo del mundo, sino una de tantas  pequeñas villas desconocidas en España así que se pasa de Valladolid.

                De los libros sacramentales, de inscripciones de bautismo y defunción; de las relaciones (Libros de Tazmías) de los obligados a pagar el diezmo en cada parroquia, a falta de otros censos, se puede saber…
               
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                Este prólogo es un aviso de mi propósito: el afán pedagógico de dar a conocer lo desconocido, de luchar por la verdad, de atender a lo sustancial. Dado que evolucionado del patrioterismo local (quizá la exacerbación de los nacionalismos catalán y vasco, tan anacrónicos, me vacunaran de ello), no soy de los que se creen que lo nuestro es lo mejor, ni lo peor.
                Es útil, necesario el conocimiento histórico, sobre todo del más reciente, para superar los errores del pasado. Lo que cuento de Villalpando es común, está incardinado en la historia de España: “quien ve su villa, ve Sevilla”.

                Todos los males de la humanidad son consecuencia del triunfo de la maldad de los seres humanos, sobre la bondad, Y viceversa los logros, los bienes, el progreso.

                Aunque las cualidades, las aptitudes humanas vienen determinadas, en gran parte, por la herencia genética, la educación juega también un papel muy importante. De ahí que en este pequeño rincón del mundo, en esta pequeñísima área de influencia, este pequeño cronista, intente aportar su granito de trigo: “un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero”

                Mañana, s. D. q., creo por la tarde, llegarán  los libros y unos pocos carteles que pegaremos por ahí.


                Aunque solo sea por escuchar a alguien tan sencillo, docto y humano como Ángel Infestas, bien merece asistir a la presentación en la Biblioteca, el jueves próximo, día 19, de, “hoy en una semana”, como decimos en este pueblo.

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