jueves, 27 de noviembre de 2014

ESTOS PUEBLOS.



EL MUNDO RURAL DEJADO DE LA MANO DE DIOS.


Cada vez que se reúnen políticos y agentes sociales, todos urbanitas, para tratar del problema de la despoblación rural, me cabreo. Pero si ellos no hacen nada por evitarlo, sino al contrario.

Hará como diez años obtuve el primer premio de un concurso convocado por el “Círculo de Zamora”, titulado: “Proyectos e ideas para revitalizar la provincia de Zamora”, el segundo premio fue para el sociólogo catedrático de la Universidad de Salamanca, Juan Manuel del Barrio, a quien llaman a todos estos foros y mesas redondas, y no le vetan en La Opinión. Puede que por ser menos incómodo que yo.

En ese ensayo expuse propuestas, no llevadas a cabo, que ahora reitero en resumen. Puede que las consideren drásticas, pero cuando el enfermo está grave hay que aplicar cirugía.

AYUDAS DE LA PAC. Su finalidad, en teoría, es mantener vivo el mundo rural. En la práctica están sirviendo para todo lo contrario, para que los ricos de cada pueblo, excepto Villalpando, hayan tenido ingresos suficientes para comprar piso y vivir en la ciudad. Se debería rebajar las cuantías a los grandes perceptores, y propiciar pequeñas y medianas explotaciones cuyos titulares vivieran en los pueblos.

FUNCIONARIOS Y EMPLEADOS. Obligatoriedad de residir, o al menos censarse, en la localidad a la que deben su puesto de trabajo.

ATENCIÓN A LOS MAYORES: Crear una bolsa de trabajo, podría ser función de los CEAS, que garantizara el cuidado a mayores en sus domicilios.

SERVICIOS. Que estos, el educativo, el sanitario, el postal,,, fueran eficientes.

Del primero, nada que objetar: guardería, infantil, primaria, una maravilla. Supongo también el buen funcionamiento de la Secundaria, que conozco menos.

No podemos decir lo mismo del sanitario y el postal.

Desde hace meses existe mucho descontento, justificado, entre los usuarios sobre el funcionamiento del Centro de Salud. He tardado mucho tiempo en saltar, esperando a ver si alguien daba la cara en lugar de criticar tanto por detrás.

PRIMERO Y FUNDAMENTAL: Ni hay descontento, ni va mi crítica contra los sanitarios que en el mismo trabajan, salvo algún subalterno/a, son eficientes, amables y víctimas, de una situación de la que no son responsables.

Conseguir recetas es una odisea: un día vas a pedirla, a los dos días has de ir a recogerla. A la una y media en punto. Si te descuidas por otra ocupación, por ej., volver al día siguiente. Si es viernes, volver el lunes. Entre tanto, si se te han acabado las pastillas que has de tomar a diario, pues vas a la farmacia. Tenemos la suerte de Dani y Antonio que se merecen un homenaje. Su amabilidad suple la desatención del Centro Médico. Cuando, por fin, consigues las recetas, vuelta a la farmacia a llevarlas.

Ayer, una muy amable médico, quien me solucionó el problema de las recetas, me contó la situación: de las dos plazas de médico que hay en Villalpando, una está sin cubrir. Al quedar vacante, fue adjudicada a un señor que, acogiéndose a no sé qué derecho, no ha tomado posesión. Y así, desde hace varios meses estamos sólo con un médico titular, quien ha de asumir una doble carga de trabajo.

Existe una interina, María Jesús, la amable chica que me atendió, cuyo cometido es suplir ausencias a que los médicos tienes derecho. Por ej., al justo descanso después del día en que han de estar 24 horas seguidas de guardia.

Parece ser que, también, han recortado a un administrativo. En esta situación hacen lo que pueden. Lo que es urgentes es exigir de la Consejería de Sanidad que contraten y manden médico, de la forma que sea, a cubrir esa plaza que tiene dotación.

No obstante lo anterior, las recetas, una vez hechas, deberíamos poder ir a recogerlas, como antes, a cualquier hora de la jornada de trabajo del Centro.

CORREOS. Resulta que de toda la vida esta oficina de Correos de Villalpando era de cabecera de comarca. Aquí llegaba la correspondencia de todos los pueblos de la misma. Aquí se hacía el reparto y cada cartero distribuía la de su pueblo.

Llegaban las sacas en los coches de línea. Todas las tardes, noches en invierno, Ángel Caramazana, la recogía y llevaba a correos. El Jefe de la Oficina y carteros la clasificaban. Podíamos la gente ir a correos a buscar la carta o el paquete que esperábamos, sobre las ocho y media de la tarde.

Luego, como había un cartero de toda la vida, el Sr. Teófilo, y conocía a todo el mundo, llegaban puntuales, las abundantes cartas, incluso periódicos, a cada destino. Después hubo dos carteros, su hijo “Tite” y el ligón Nolberto; un salmantino viudo joven, apuesto, educado, exdivisionario, capricho de la soltería femenina del pueblo. Una maravilla de servicio.

Les cuento un detalles de lo bien que funcionaba correos en aquellos tiempos: era ya tarde, el estanco, donde vendían los sellos, cerrado; yo había de remitir una carta a Sara, pasaba muchas temporadas en Madrid, con su hermana Lola; ante esa emergencia, no se me ocurrió otra cosa que escribir en el sobre, con letra menuda, en el lugar donde habría de ir el franqueo, “Nolberto, pon el sello”. Como a lo mejor estaba el buzón lleno, nadie cayó en la cuenta; la carta llegó, tal cual, a su destino, Avnd. del Manzanares, 7º. C.

Desde hace unos años esta oficina ha perdido su cabecera. Ahora toda la correspondencia, creo que de “Valles”, “Campos-Pan”, llega a la oficina de Benavente. Desde ahí se hace la distribución. En la oficina de aquí ha quedado una sola funcionaria, amable y eficiente quien no puede suplir los defectos del servicio.

Desde Benavente salen los carteros/as repartidores, cuatro vienen a Villalpando que, cambian cada poco. Los pueblos son un poco de lío para el reparto: números cambiados, casas que no tienen, calles raras. Desconocen a la gente. Vienen de prisa y corriendo deseando acabar. A nuestra casa llega todos los días mucha correspondencia. Podrían aprenderse los apellidos. Muchas cartas llegan al número anterior, el 1. Ahora es el 3. Menos mal que Jaime se encarga de dárnoslas.

Los vecinos de Villalpando nos hemos hecho carteros colaboradores. A veces le doy cartas a Agapito Herrero, a Teófilo Bariego, a Amelio Alonso…, y al revés.

Cuando llegan certificados, muy frecuentes, ni les cuento. Suena el timbre. Si tardamos en aparecer el cartero deja el aviso en el buzón. Lo cojo y voy a correos. No me pueden dar la carta certificada porque la tiene el cartero y se la ha llevado con él a Benavente, puesto que cuando acaba de repartir no pasa por esta oficina. Entonces, se ha de volver al día siguiente, en que, por la mañana, deja en la oficina los certificados no entregados.

Esto ya lo teníamos solucionado con Glorita, que por ser del pueblo conocer a la gente, daba gusto. Esperemos vuelva pronto a prestar servicio.

Creo que las autoridades locales deberían tomar cartas, nunca mejor dicho, y recetas, en el asunto.


7 comentarios:

pepe dijo...

Hola
Sigo frecuentemente este blog, pero es la primera vez q intervengo. Me gustaría hacer dos comentarios
Respecto de correos, comentar q en la actualidad hay empresas de mensajería, notificaciones y paqueteria más eficientes y baratos q la propia correos. Además con la universalización del fax, internet, redes sociales, correo electrónico etce quien va recibir una carta? Del banco? Si ya te envían mensajes la móvil, incluso hay correspondencia por internet. Futuro gris para correos por no decir otro color más oscuro.
Las personas q trabajan en villalpando q no están empadronados, hay algunos q residen, pocos la verdad, en total unas 50 o 60, no se q utilización de los servicios públicos harán, pero no será mucha, pero q te obliguen a empadronarse o residir es dictatorial.
Por otro lado obvias a las personas de villalpando q residen en el pueblo que trabajan fuera, en benavente, toro, zamora,...unos pocos, esos municipios querrán q se empadronen allí, no.
Por no hablar de las persona q residen y trabajan fuera y q siguen empadronados en villalpando años y años, estos son muchos más. También hay unos pocs jubilados q también están empadronados y residen en la capital.
En resumen son más las gallinas que tendrían q salir de las que entran, por lo menos un tanto,
Lo q es indudable q necesitamos medidas y q se busquen soluciones a la despoblación q vivimos en nuesta tierra
Un saludo

Administrador dijo...


¡Gracias Pepe por tu comentario!

Sé que es controvertido lo de la obligación de, al menos, empadronarse a los funcionarios. Lo que sí es seguro es que el absentismo de los mismos le hace mucho daño al pueblo. Si todos hiciéramos lo mismo no existiría el pueblo que a ellos les da el puesto de trabajo.

En cuanto a correos todavía circula mucha publicidad, cartas comerciales, de bancos; cartas de las administraciones, multas, etc. también envío de dinero de inmigrantes... Dado el aumento de compras por internet está empezando a funcionar muy bien el servicio de paquetería, hasta 30 kilos de peso.

Voy con frecuencia a correos de Villalpando y casi siempre hay alguien.

Esa medida de estimular la residencia de funcionarios y empleados, ya evitaría bastante despoblación en las cabeceras de comarca. Otras medidas se me ocurren para fijar algunas familias en estas aldeas que se mueren.

Un saludo.

Unknown dijo...

Si quereis saber porque Correos está como está y porque los carteros tienen tanta prisa, puede que yo se el ideoneo para contestar.
En cuanto a las empresas de memsajeria y sus servicios también puedo comentaros unas cuantas cosas.
A alguien puede ser que le interese que Correos no funcione. Como decia el gran Gila "alguien a matado a alguien"
¿Como puede ser que una empresa con beneficos haya destruido mas de 6000 puestos de trabajo y los últimos 5 años? y ya se habla de la perdida de otros 14000 puestos.
Es bueno leer e informarse.
Os dejo un post por si os interesa: http://blogs.publico.es/tomar-partido/2014/11/28/van-a-por-correos-defendamos-lo-de-todos/
Saludos.

Administrador dijo...


¡Gracias José Manuel por tu información!

Anónimo dijo...

Y yo hago una reflexión: ¿Qué hay de malo en que desaparezcan cientos de aldeas deshabitadas? Dicen que cada mayo trae sus flores, y esta superpoblación de pueblos quedó sentenciada cuando apareció el primer tractor. Me explico, hace poco más medio siglo, mi abuelo había de vivir en el pueblo porque por ejemplo, para arar 2 cuartas mañana tenía que salir de casa a la salida del sol, para llegar a la tierra cuando se hubiera deshecho la helada y dejarla a media tarde, para estar a la lumbre a la metida del sol. Así todo el adviento, para preparar la sementera de las lentejas.
Pues bien, como Usted bien sabe, hoy con un tractor de "medio pelo" se aran 10 ha en un día y con lo poco que hiela por cierto, se puede arracar a media noche porque no hay más de dos dedos de tierra helada.
En verano, más impresionante si cabe, ver a la máquina comerse ha y ha sin

Administrador dijo...


Pues hay de malo el desaprovechamiento de recursos, como he expuesto en otra entrada: viviendas que podrían ocupar quienes no tienen para pagar el piso en la ciudad, y cobran un salario social; huertos, y granjas ecológicas en que podrían convertirse esos corrales y herrenales; bodegas, en que podrían cultivarse champiñones; palomares, que se van arroñando; agua y aire limpios; arboledas, que suministrarían calefacción con muy poco trabajo.

Hay de malo que se perderían auténticas obras de arte como existen en las iglesias terracampinas, por ej. Es mala la desertificación.

Claro que no se puede volver a un 70 % de población rural como existía antes de la mecanización del campo. Pero no es, o no debería ser, la agricultura cerealista de secano la única actividad. Está también la ganadería. En los pueblos en que hay ovejas hay familias, como ocurre en Quintanilla del Monte, en Villafrechós. También en Villalpando unas treinta familias viven del ganado lanar.

Lo que no es bueno, ni siquiera desde el punto de vista ecológico, es el hacinamiento en las ciudades y unos campos desérticos.

La humanidad ha de buscar sistemas de vida más eficientes y sostenibles, si quiere no cargarse el planeta.

Por ejemplo: esas macroexplotaciones ganaderas de porcino, de pollos, de vacas... están creando ya muchos problemas medioambiantales. Mejor hubiera sido no destruir tanta mediana o pequeña explotación dispersa por toda la geografía.

Por ej.: esas enormes megápolis se están haciendo insostenibles por problemas de agua, de aire. Para transportar alimentos para esos millones de seres se esquilman millones de toneladas de combustibles fósiles. El planeta agradecería que se consumieran los alimentos más cerca de donde se producen.

¡Bueno!: es mi visión ruralista de ecologista práctico.

Anónimo dijo...

Tiene que haber pueblos, hombre!yo he vivido en ciudad y en pueblo, y desde luego me quedo con la vida del pueblo.