jueves, 23 de septiembre de 2021

PALABRAS CONSOLADORAS.

 

     Las que he escuchado a Marta Toranzo Cepeda: "Está ya gozando en la casa del Padre".  Sí: se refería a su hermano MIGUEL-ÁNGEL. En medio de tanto dolor, que comparto con ellos, la fe, la serenidad de Marta me resulta reconfortante.

    Cuando terminaba de escribir la entrada anterior, vino Pablo, entristecido, a darme la noticia. Me fui al tanatorio, allí no pude, al estrechar, las manos, los brazos, de los hermanos, evitar esa congoja que intento contener. Me siento en un rincón y dejo mojar de lágrimas la mascarilla. Es muy triste ver morir a quien has visto nacer.

    Miren: justo a cuatro o cinco metros del lugar donde ahora escribo, estaba la casa de "Los Curreros", donde nacieron los nueve hijos de Tomás Toranzo Rodríguez y de Matilde Cepeda Lucas. Más tarde vivieron, no de frente, sino al lado, pared por medio, en la casa de la esquina, Silera-La Fuente, de la Srª Petra, Allí, no habría cumplido los sesenta, falleció Matilde. Una mujer santa. Sí, sí: que ella me vio nacer a mí y nos criamos juntos. La hermana, única, de los famosos "Perules",  como les conocían en media provincia y parte de la de Valladolid, toreros Pedro y Luis, fue una mujer santa.

   Les doy un detalle del cariño que siempre sentí por Tomás, Matilde, por sus hijos. Les "vi" nacer. El mayor, Tomás, nació un 18 de julio de 1955. Su hermano Miguel-Ángel, el ahora fallecido, el mismo día del año siguiente. Como ese matrimonio fue modélico, algo copiamos Sara y servidor de ellos. Nuestros hijos Jesús y David, también se llevan un año justo. Todavía, Tomás y Matilde, tuvieron a la octava, Marta, cuatro días antes que nosotros a Gracia, nuestra primogénita. Y cuando nuestro segundo, Jesús, más o menos, vino la novena, nuestra vecina Pilar, y David al año, Belén a los tres. Miren qué cuadrilla de amiguitos, en la calle Silera, en el "Rincón de las Monjas", en casa de Carmen y Nana.

   Sé que estas intimidades son más propias de un coloquio privado y oral, que lanzadas al viento del "internet". Me atrevo a hacerlo, tan personales y subjetivas, por la complicidad que espero de los lectores. Miren cómo no me va a entristecer el fallecimiento de Miguel-Ángel Toranzo Cepeda. Miren si no es consoladora la actitud de Marta, la amiguita, y siguen siéndolo, de mi hija Gracia.

   

   

1 comentario:

Administrador dijo...


Impresionante, estremecedora mañana la vivida junto a los Toranzos. Unos cuantos minutos antes de sacar el féretro, todos, hechos una piña, tras la cristalera, despidiendo al hermano.

La comitiva hasta la iglesia en impresionante silencio. Emocionante la ceremonia religiosa, participando hermanos y sobrinos en la liturgia: Marta leyó la Epístola; Tomás encabezó al grupo de sobrinos que dirigieron el, "Te lo pedimos Señor". ¡Qué fervoroso villalpandinismo..!: al final el Himno a La Purísima. Todas las vivencias religiosas de mi vida salieron a flote, ¡cuánto recuerdo! ¡cuánta emoción!

Ese himno fue compuesto por un Sacerdote de Prado, Cañibano creo se apellidaba, para la fiesta de la Coronación de la Purísima, que fue un 13 de junio de 1954. Creo fue ese año la boda de Tomás y Matilde.

¡Y cuando los hermanos y sobrinos cogen el féretro, rodean la iglesia y se lo muestran al Nazareno..! Así, a hombros lo han llevado hasta el cementerio. Antes de entrar, Paco, un compañero de Miguel Ángel, en el Foro Taurino de Zamora, interpretó con la corneta una marcha fúnebre que hizo temblar a los cipreses...

¡Dios mío, Dios mío..!: Hoy, justamente hoy, hace nueve años que se nos fue Belén. ¿Cuál es el misterio? ¿Cuál la esencia de los seres humanos?