miércoles, 15 de septiembre de 2021

 

DON LUIS CALVO LOZANO Y LOS COMUNEROS.

    Don Luis, natural de Villamayor de Campos,  doctor en Teología, Licenciado en Derecho Canónico. Profesor durante cuatro años en el Seminario de Valderas y cinco en el de León, ejerció de Párroco en Villalpando desde principios del Siglo XX hasta su fallecimiento en diciembre de 1939. Existe, en su recuerdo, una lápida en la casa donde vivió, en la plaza de San Nicolás.

Hombre de gran talla intelectual y trabajador infatigable, dejó, en manuscrito, la “Historia de la villa de Villalpando”. Además un compendio de todas las Parroquias, Archivos (montones de legajos) y Cofradías habidas en la villa. Ese material fue mecanografiado y llevado a la imprenta por su sobrino nieto, Pablo Román Allende, y por don Tomás Osorio Burón.

Cuando, sobre 1920, don Luis “levanta acta” de toda la vida religiosa en el pueblo, estaban abiertas cinco iglesias, con su cura cada una; además otro cura de 90 años “ ofrecía diariamente el Santo Sacrificio de la Misa en el oratorio que la familia Mazo poseía en su casa”; otro, don Facundo era capellán del “Excelentísimo Conde de Superunda”, dueño de la dehesa, adonde decía misa los domingos. También era capellán de la cárcel del partido.

Se queja que, a pesar de todas las facilidades que tienen para ello, el cincuenta por ciento de los feligreses “no cumplen con Pascua”. Lo cual quiere decir que el otro cincuenta por ciento, mucho más las mujeres, si cumplían con Pascua. Era enorme la influencia y peso de la iglesia en la vida del pueblo. Si bien estaba produciéndose un cambio notable.

Cuando se refiere a los MATRIMONIOS,  lanza esta queja: “En la parroquia hay dos matrimonios civiles; para impedirlo se hicieron toda clase de gestiones posibles, y nada se consiguió. Quiera el cielo herir profundamente el corazón de estos amancebado”.

Cuando lo hace de la MORALIDAD, copio: “Ocurren en la parroquia grandes escándalos de niños no bautizados y de personas casadas civilmente. Además, desde este año, el socialismo se ha posesionado casi totalmente de la clase obrera, la cual, en su mayoría, ni se confiesa, ni oye misa los días festivos”.

Hablando de las OBRAS SOCIALES, entresaco: “Desgraciadamente hay también en esta parroquia el Centro Obrero Socialista, intitulado, “Casa del Pueblo” y a él pertenece la inmensa mayoría de la clase bracera, quienes viven alejados de la Iglesia y en continua lucha con los patronos.

Esperamos, con la gracia de Dios y la cooperación de todas las buenas personas, desbaratar los planes malvados de aquellos, y conducirlos por los caminos de la justicia y la religión”.

¡Bueno!: esa postura conservadora, de don Luis coincidía con la de la iglesia española en aquellos momentos. Hubo Papas que escribieron Encíclicas sobre la cuestión social, pero las izquierdas, Marx, Engels, etc., se posicionaron contra la religión desde un primer momento.

Es un detalle de honradez por parte de Pablo y de don Tomás, no ocultar estos comentarios que, vistos con los ojos de ahora, pueden suponer un cierto descrédito de don Luis. Afirmo que su talla intelectual y su honradez son innegables.

Escribo todo lo anterior para valorar mucho más la postura que don Luis tomó respecto de los Comuneros.

Hoy en día, después de todo lo investigado, descubierto, publicado, ya casi nadie tiene dudas de que el anhelo de justicia y libertad fue lo que motivó la rebeldía de las clases medías urbana de Toledo, Segovía, Valladolid, Toro, Zamora, etc., a las que al poco se fue uniendo la “gente más baxa”, contra el abuso, la prepotencia, el absolutismo de un rey impuesto y extranjero.

No siempre fue así. En su momento, los crónicas de la época criticaron al movimiento comunero y, durante dos siglos, pasaron al olvido. Apenas una cita de Cervantes en el Quijote y otra de Quevedo, más bien de signo despectivo. Y así hasta que un ilustrado Cadalso, en el XVIII, comienza a cuestionarse “la grandeza” del Imperio de los Austrias, empieza a mostrar simpatía por la causa comunera.   

Esa fue la mecha que prendió la llama de la rehabilitación de los comuneros. De repente, desde 1797 a 1821, se les convierte en “mártires de la libertad”, “símbolos de la lucha contra el despotismo”. Quintana le dedica una oda a Juan Padilla, y para los liberales son los precursores de la lucha de la libertad contra el absolutismo.

Los procuradores de las Cortes de Cadiz, para su Constitución de 1812, se inspiran en los “Capítulos de lo que ordenaban pedir los de la Junta”, redactados por los Procuradores comuneros durante la estancia de la Santa Junta en Tordesillas. Nos han dejado los comuneros un importante cuerpo documental, (parte descubierto recientemente, como las Actas contra el comunero villalpandindo Bernardino de Valbuena) que prueba su adelantada y, en el buen sentido del término, “revolucionaria” ideología política: “el reino por encima del rey”, el “poder radica en el pueblo”. Ellos, incluso, tomaban acuerdos en asambleas populares. Fue un embrión de democracia directa.

Pasado, con el aplastamiento de los liberales en 1823, ese fervor comunero, éstos volvieron a pasar al olvido.

Es ya, a finales del XIX, cuando Ángel Ganivet, Joaquín Costa, e incluso Unamuno (en esto se equivocaba), sin base documental, o sin consultarla, lanzan, sobre todo el primero en su “Idearium español”, una crítica severísima sobre el movimiento comunero.

Y en esas estábamos, cuando don Luis, sobre 1918, dedica un capítulo de su historia titulado “VILLALPANDO EN LA GUERRA DE LAS COMUNIDADES”. En él cuenta la retirada del ejército comunero (don Luis dice que desde Rioseco, fue desde Villabrágima) a Villalpando. Habla de la traición de don Pedro Girón. Elogia, como un timbre de gloria, que Villalpando fuera comunero. Cuenta como, después de Villalar, fueron degollados el alcalde, los alcaldes y el regidor. Por don Luis yo tuve las primeras noticias de este hecho histórico. Creo que lo contado es fruto de su investigación, posiblemente en el después incendiado, archivo municipal de la villa. O sea: don Luis a favor de las libertades y la justicia comuneras, o sea: menos “facha” de lo que alguien opinó anteayer en la plaza.

Posteriormente a que don Luis mostrara su entusiasmo por los comuneros, sale don Gregorio Marañón, sin haber leído la compilación de lo sucedido hecha por el historiador don Manuel Danvila, arremetiendo, nuevamente, contra los comuneros.

Don Luis se adelantó incluso a don Manuel Azaña, quien en 1930, en defensa de los comuneros, arremetió contra Ganivet.

Es por fin el historiador José Antonio Maravall, (padre del que después fue ministro de Educación con Felipe González, José Mª Maravall) quien en su libro publicado en 1963, “Las Comunidades de Castilla. Una primera revolución moderna”, fruto de años de trabajo e investigación, quien cuenta la verdad de todo lo ocurrido. En resumen: Padilla, Bravo, Maldonado, incluso el obispo Acuña y otros muchos nombres, conocidos y anónimos, fueron “Martires de la Libertad”.

BIBLIOGRAFÍA:

Archivos Parroquias y cofradías, Luis Calvo, Pablo Román, Tomás Osorio.

               Historia de la villa de Villalpando. Don Luis Calvo.

               Actas del proceso contra Bernardino de Valbuena, el comunero de Villalpando. Tomás López, prologado por Ángel Infestas.

               Memorias del Araduey. Blog de Ángel Infestas.

            Los comuneros. Joseph Pérez

            Juana de Castilla. María Teresa Álvarez.

La comunera de Castilla. Mª Teresa Álvarez.

 


4 comentarios:

Txina Villalpando dijo...

Tuve un profesor de historia cuando curse la FP en Benavente, nos decía que Carlos I de España, y V de Alemania (para resumir imperios y demás parafernalias), que había sido el mayor hijo de puta que había pisado nuestra tierra. Tema de impuestos, lanas de ovejas, telas de Flandes.......y demás historias de aquella época. Daba gusto oír aquel profesor, por cierto muy joven. Entonces cada vez que veo, que por pueblos de Valladolid hacen teatro, rememorando la visita de tal ilustre hijo de su madre a pueblos y villas, me preguntó que la ciudadanía nada sabe de los comuneros, ya que de saber todo aquello, en vez de homenajes, tiraría huevos al actor que representa al "señor". Habría que contar la verdad. Y la verdad fue, que ese "señor" jodió bien jodido a esta tierra.

Administrador dijo...


Pues claro hombre, pues claro. -Desde entonces ya Castilla / no se ha vuelto a levantar, ah, ah /siempre añorando una Junta, o esperando a un capitán.

Con el matrimonio de los Reyes Católicos, y la conquista de Granada se consigue la unidad, de lo que es actualmente España. Entonces era el reíno de Castilla, desde todo el Norte, hasta toda Andalucia, y el de Aragón.

Dentro del reíno de Castilla es en las ciudades más prosperas donde surge el movimiento comunero. Esta prosperidad era debida a la producción de lana. La actual "Tierra de Campos", cuando en toda la península vivían seis millones de habitantes, tenía una densidad de 26 habitantes por kilómetro cuadrado. Rioseco, por ej., tenía 13000 y pico; Toro más de 8.000; Villalpando, entonces andaba por los 2.000 y pico. En estas llanuras, gracias a las ovejas y al trigo, era donde más riqueza y población había de toda España.
Una de las peticiones de los comuneros es que la lana no fuera exportada a Flandes, sino que fuera lavada, cardada, hilada, tejida aquí, para que aquí quedara el valor añadido, abundantes industrias y puestos de trabajo.
Pues claro que el belfo Carlos fue "un hijo de puta". Si tuvo a su madre encerrada toda la vida.
No creo se le hagan tantos homenajes. Se hacen muchos más a los Comuneros.
¡Gracias por tu aportación!.

Administrador dijo...


ACLARACIÓN: El trabajo de Pablo Román no consistió en, solamente, mecanografiar algo que estuviera manuscrito de antemano, sino en ordenar, catalogar, transcribir y, por último, mecanografiar esa ingente cantidad de documentación manuscrita.

Administrador dijo...


En cuanto a otro de los seguidores del blog, FERNANDO GIL DE LA PUENTE, el de "Aniano", tiene tal afición por la historia de Villalpando, sobre todo en lo relacionado con los Condestables y los Comuneros, dedica tanto tiempo en esta inmensa fuente de información que es internet, a buscar datos exhaustivos hasta de los más mínimos detalles, lee tantas tesis doctorales, que es una pena que no enriquezca, con sus aportaciones, en forma de mensajes, mis trabajos.
En la barra del bar era tanto, tan interesante, y tan rápido como me lo contaba, que no me he quedado con todos los importantes detalles que me ha dado: la estancia de Carlos en la villa, lo de Felipe "el Hermoso", las noticias sobre casamientos...
Lo puesto que está el tío.