Hoy a las tres, cuando volvía a casa del paseo con la bici, en la Plaza de las Angustias, esquina a la calle Angosta, veo una esquela distinta de las habituales. Me acerco: "TERESA GARCÍA ALONSO, falleció ayer en Zamora, etc. El funeral será hoy a las siete y media en la Iglesia de las Monjas". Fue el tema de conversación con Sari en la comida. Recuerdos y más recuerdos. Le llamo a Pablo. Tenemos que ir.
Y fuimos: las siete y media justas, la iglesia cerrada, nadie en la puerta. -¡A ver si están en el cementerio! Pa'llá los dos. Nada. Cerrado. Volvimos a las monjas. Nada. -Anda, acércate, con la bici, a ver la esquela: "Hoy viernes día 29" . Ayer pasé, por la mañana, veinte veces por allí y no había esquela. Ahora quiero aprovechar este medio para que alguien le haga llegar a Paco, su marido, a su cuñada Feli y a sus sobrinos nuestras condolencias, y la tristeza de no poderlos acompañar. Ahora me voy a desahogar trasladando aquí mis recuerdos, que sé que a la gente mayor del pueblo que está fuera le gusta.
Mi tío Demócrito era hijo del Sr. Julián García, labrador mediano cuya casa estaba en la calle Claveles, con corral y cabañal de frente. Desde hace muchos años es de Fabiola Sampedro y hermanos. A esa numerosa familia pertenecían el Sr. Eustaquio, padre de los de la cerámica, la mujer del Sr. Tomás Allende, la de Faustino Allende "Brina", tía Inés, la mujer de mi tío Matías, (matrimonio de hermanos cruzados) y algunos más que no recuerdo. Como casi todos los Garcías, era pequeñajo, aunque listo, listo. Falleció joven, cuando yo era niño.
Se casó con Josefa Alonso, la mayor de la dinastía de los maragatos, buena moza como todos.
La tienda de mi tío Demócrito en la calle Amargura (actualmente propiedad y, muy remozada, donde vive Elicio, construida hará cien años por un barbero, Bernardino "el Seco", que se hizo rico con los naipes) era de las que más negocio tenía en aquel poblachón tan poblado, cuando las cartillas del racionamiento, y después. Vendía aceite a granel. Poseía un medidor envasador desde el que iba el medio litrico de aceite a la zafra que las mujeres llevaban de casa; azúcar, arroz, escabeche de tino y latillas de sardinas...; siendo importante esta venta de "ultramarinos" lo fuerte suyo era la ferretería, herramientas y utillaje para la agricultora; puntas, dentales, rejas, vertederas para los arrados; tornaderas, purrideras, redes para el acarreo, sogas para ramales, trallas, varas de fresno. También, ¡cómo no!: caramelos.
Su hijo Julián, el mayor, era mi padrino, y si estaba en la puerta cuando yo pasaba de la escuela de las Hermanas, siempre me daba un caramelico.
Nuestros primos García Alonso, Julián, Mocri y Tere, emprendedores, fueron los ricos de la familia. Pioneros en la crianza de pollos, como tengo dicho al hablar de Eustaquio, En el año de 1962 construyeron la primera gasolinera que hubo en la comarca, cuando desde Tordesillas a Benavente, y desde Zamora a Rioseco, no había otra. Aquí, de toda la vida, existió el surtidor de la Cándida "la Zaurila", en el que sólo se despachaba gasolina.
Aquellos fueron los años en los que España experimentó el mayor desarrollo conocido. El campo se mecanizaba al galope. Los cupos del gasóleo con cada tractor. El enorme aumento del transporte por carretera... Estaba abierta día y noche. En los turnos de día había tres despachando. Venían a por gasóleo en bidones tractores desde Bustillo del Oro, por ej.
Cuando comenzó la competencia con más gasolineras y se acercaba el final de la concesión, la vendieron a buen precio. Compraron una bodega en Zamora, pisos. Se habían casado con dos chicas de la capital. Para allá se fueron ya con los niños grandicos.
Hoy, una hija de Mocri y Feli, Charo García, tan guapa como sus padres, farmacéutica, es titular de la farmacia de la calle Amargura en Zamora.
Julián y Mocri se marcharon antes de la cuenta, después de pasar por la desgracia de perder hijo e hija cada uno.
Tere, casada, algo mayor, con Paco, un tío simpático, ha disfrutado de placentera vida. No ha muchos meses le abordó a Pablo, mi hermano, en la cafetería del Hospital Provincial, donde iba con frecuencia:
-Pablito, ¿no me conoces? Por la voz: -Sí, Tere. Lo típico, el abrazo, alguna lágrima y, sentados en una mesa, mucho rato de larga conversación: cosas del pueblo, de las familias, de antes...
Los primos Alonso nos queremos mucho. Este cariño debe aumentar entre los que vamos quedando.
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Tere es la que está entre los dos muchachos, a la salida de la misa de boda de Eloy "Barril" y Conchita Sánchez. |
Contesto a tus interesantes comentarios en los dos medios por donde me han llegado. Estoy de acuerdo contigo sobre la importancia del libro para la historia de nuestro pueblo tanto en referencia a su participación en las Comunidades de Castilla como en la enorme cantidad de datos que nos ofrece sobre la estructura urbana y las relaciones sociales existentes.
Cuando recibí el primer manuscrito de Tomás López, comprobé que tenía en mis manos un documento excepcional y no paré hasta presentarlo en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca. Así lo consideraron también ahí y, tras someterlo a una evaluación rigurosa, decidieron publicarlo. Como esperamos presentar el libro en Villalpando, cuando la pandemia lo permita, habrá ocasión de comentar estas cosas y agradecer el trabajo y la generosidad de su autor.
En cuanto a la obra de don Luis Calvo, con frecuencia siento envidia por los documentos del archivo municipal que manejó y cuya desgraciada pérdida no dejo de lamentar. Hubiera sido muy interesante y enriquecedor contrastar ambas fuentes (los documentos del archivo y las actas del proceso), pero de momento debemos sólo tenemos las segundas, que afortunadamente gozan de la fiabilidad de los documentos judiciales.
Como detalle curioso, en el callejero de Urueña existe una Calle Marbana y la explica con estas palabras: “Marbán era apellido gallego que se asentó en Villalpando”. Según las actas del proceso también hubo Marbán en Tapioles.
Llevo varios días indagando la posible traición de Pedro Girón de Velasco y creo que haberla la hubo, pero no como la contó Antonio de Guevara en sus Epístolas familiares y que luego siguieron muchos cronistas oficiales. Fue un comportamiento mucho más complejo.
Sobre la ausencia de Bernardino de Valbuena en la batalla de Villalar, la única explicación que se me ocurre parte de las características de esa batalla. Al parecer, la situación de los comuneros en Torrelobatón se hacía insostenible y Padilla decidió trasladar el ejército a Toro. El ejército de los nobles estaba sobre aviso y, en cuanto los comuneros abandonaron ese castillo, les persiguieron con la caballería y les alcanzaron en Villalar… Bernardino y su gente debían permanecer en Villalpando pues había llegado el condestable a Medina de Rioseco con un ejército numeroso.
Lo dejaremos por hoy, pues ya hemos pasado un buen rato disfrutando con la historia de nuestro pueblo.
Un abrazo.
Para empezar: con un poco de suerte a lo mejor para el próximo San Roque se podría presentar el libro en Villalpando, aunque fuera ocupando butaca sí, butaca no, y todos con mascarilla.
Felicito tu actuación ante el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca,. El manuscrito merecía la pena.
Es aclaratoria tu información respecto de la utilización por don Luis Calvo del archivo municipal. Creo no fue el único que tuvo acceso al mismo.
Recuerdo, para nuestros posibles lectores, la solicitud que presentaron ante la Junta Gestora de Izquierdas, los vecinos de la Villalpando, Julio González García y Elías Sánchez Fernández. Tratado el asunto en el pleno celebrado el 21 de abril de 1936, la Junta acepta lo solicitado. Se trataba de cambiar el nombre de seis calles por el de otros tantos “hijos ilustres de la villa”: Francisco García de Villalpando, Luis de Villalpando, Diego de Valbuena, Hernándo de Villalpando. (A estos dos últimos los cita don Luis entre los comuneros ajusticiados). Luego nombran a otros dos, José Narván y García de Áres, los cuales no me suenan a comuneros. Será cuestión de buscarlos en las actas.
Este hecho me da pìe a pensar que el Sr. Julio, padre de “Poldo”. abuelo de un actual dirigente de IU-Podemos en Valladolid, y Elías, tio de Manuel el de Chencho, tuvieron acceso al mismo archivo. Bebieron de la misma fuente que don Luis. En esa fecha el manuscrito (nunca mejor dicho) del Párroco era prácticamente desconocido. No se editó hasta el año 1981, gracias a Carmen Allende. A cada uno lo suyo. Dicho lo cual, de acuerdo contigo, en que el dato fiable son las actas judiciales transcritas por Tomás López.
En cuanto a la posible traición de Pedro Girón de Velasco, Tomás lo analiza muy bien: en un primer momento el despecho de Girón motivaría su apoyo a la causa comunera. Pasados pocos meses, al comprobar como “la gente baxa” con su radicalidad, empezaba a ser el contingente más importante, diera marcha atrás, sobre todo después de lo de Villalar.
Estoy de acuerdo con la razón de que Bernardino no tomara parte en la batalla de Villalar. Este suceso de la guerra de las Comunidades Castellanas no es tan lineal como aprendimos de niños: batalla de Villalar y ajusticiamiento de Padilla, Bravo y Maldonado. Como casi todos los hechos históricos está mucho más lleno de sucesos y de complejidades. La desgracia fue que perdieran “los buenos”. Aunque nunca se sabe porque entre los seres humanos existe mucha imperfección; pienso, no obstante, que de haber triunfado la revolución comunera hubiera sido mucho mejor, hubiera cambiando la historia de España y de Europa; se hubieran evitado todas las subsiguientes guerras del Emperador que esquilmaron a nuestra Castilla.
Muchas gracias por tus aclaraciones.