LA
LEGALIDAD.
Una de
las característica de la prepotencia, la dictadura y el caciquismo es intentar
revestir a sus arbitrariedades con visos de legalidad.
En la
desgraciada historia reciente de España hubo miles y miles de paripés de juicios
en los que se condenó a cárcel y a muerte a inocentes por el delito de defender
sus ideas políticas (aunque en algunos casos fueran totalitarias, no más que
las de los vencedores), basándose en la “legalidad” del dictador, en
las leyes por él dictadas. Por ej.: se les condenaba por sedición y rebelión
militar cuando ese era el delito de los condenadores.
En
carta que le publicaron en La Opinión, hace como dos meses, el teniente de
alcalde anterior decía que, en el conflicto del ayuntamiento contra mi persona por
lo de la tubería de riego en nuestras fincas del Camino de Valladolid, “iba a seguir luchando para que se cumpliera
la legalidad”, que consistía en la aberrración ("su legalidad") según acordaron cuando él mandaba, en intentar hacernos levantar más de 300 metros de tubería soterrada, en la mayoría de su
recorrido por nuestras fincas.
Y eso
lo decía cuando ya el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Zamora había
anulado, por improcedente, esa resolución municipal de la que fue el muñidor.
¿Qué
pretendía? ¿Seguir presionando a la Junta de Gobierno Local actuales y al
Secretario como cuando él dictaba para intentar otra cacicada, para seguir
dando guerra, para seguir intentando atropellar la ley?
La
verdad y la LEGALIDAD, la de justicia, se han abierto camino, que ya no es tiempo de dictadores.
“La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento
de Villalpando en sesión
celebrada el día 15 de septiembre de 2016, ha
adoptado, entre otros el siguiente acuerdo”:
Como son dos folios copio el
fragmento más significativo: “Conceder a
don Agapito Modroño Alonso y a don Jesús Modroño Riaño la autorización
solicitada para la instalación y soterramiento de tubería de PVC para riego
agrícola en las parcelas 998, 1076,1078, 1083 y 1928, del término, etc., y por el
tramo que discurre por la zona de dominio público del Camino de Valladolid
(cuneta y a un metro) y el que cruza éste, tal y como se recoge en el plano que
se adjunta”.
Y esta resolución está
apoyada en los preceptos legales que en
la misma se citan y que no hace al caso transcribir. Y es conforme a la
sentencia dictada por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Zamora.
Cierto que este Juzgado dice que
para soterrar una tubería en un camino público, he de obtener una autorización
del Ayuntamiento. Para eso insta a éste a retrotraer el procedimiento al
momento en que yo (24 nov. 2014) doy noticia por escrito de la obra, para que
me pida presente solicitud detallada y plano, como hice, y el ayuntamiento conceda la licencia o
autorización, que es lo ahora ocurrido.
Como he
explicado todo el conflicto por activa y por pasiva, no lo repito, sólo manifiesto que, como entonces estaban las
cosas bien me fie de la palabra de Félix, en nuestra casa, de que empezará la
obra que no había problema, puesto que ya había presentado escrito.
A la
prepotencia le molesta la libertad de expresión. Más por lo dicho, hasta
entonces, en el cerrado foro “villalpandinos” que en el blog, está voz crítica
resultaba molesta, de ahí el intento de acallarla. La obra tan conocida fue la ocasión para iniciar la persecución. Maneja a “un mandao”, primera denuncia, archivada, para iniciar la guerra. ¡Para qué repetir todos los penosos episodios..!
Lo más
reprobable fue utilizar el poder local para perseguir a un ciudadano, ("Antonio te va a hundir", escribió uno de sus acólitos) para
hacerle daño en lo moral (aquellos horribles anónimos de los afines) y en lo económico, para
saciar bajos instintos, para darle disgustazos. Lo de
tener que ir al Contencioso clama al
cielo.
En este
momento de colofón, de guerra terminada, de paz alcanzada (lo que quise haber
hecho mucho antes) deseo elogiar la actitud de los actuales concejales del PP,
también de Chema, y del Secretario, por lo que tiene de ejemplaridad cívica.
He de
reseñar en cambio actitudes viles: la de toda la anterior Corporación por
actuar tan al dictado del “ex”. El acuerdo de reprobación contra mi persona y la nota tan difamatoria que sacaron en La Opinión, debería sonrojarles. Ahora, cuando se ha descubierto que yo no mentía, deberían
pedirme disculpas; los de la anterior Junta de Gobierno Local que firman la
resolución de ordenar levantar la tubería enterrada que va por nuestra finca
(todavía lo del camino era discutible), pero la de nuestra finca;… los tres “socialistas”
de antes, quienes, al dictado del pepero, hasta se atreven a denunciarme, (Archivada. Yo, ¿qué les había hecho?) y a pedirme no sé cuánto en la
mediación para una ONG, con todo lo que yo le había dado al porcicultor cónyuge
(perdonen repita esto, pero es que más favores que le hice a este individuo pedigüeño es
imposible hacer, y cómo intentó pagármelo); la actuación del arquitecto, en
los primeros momentos, aunque luego rectificó…
Doy las
gracias a todos los amigos que me han apoyado en los momentos difíciles. He
tenido más de un hermano para llorar en su hombro. He recibido ánimos muy reconfortantes.
En
cuanto a la actuación de un veraneante mequetrefe pelotas: ¡Pues que se entere por si otra
vez ha de escoger entre la verdad y la pelota a quien mandaba!
Les
aseguro, por último, que repudio la jactancia, que no existe por mi parte. Dar
noticia, escribir todo lo anterior, después de todo lo sucedido, lo considero una necesidad cívica, un puro deber de justicia.
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