APRENDAMOS DEL PASADO.
En
agosto de 1936 clamaba así Indalecio Prieto contra los asesinatos perpetrados
por sus correligionarios, como venganza por los que se producían en la otra
zona: -“Oídme bien: ¡no los imitéis! ¡No los imitéis! Superadlos con vuestra
conducta moral! Superadlos con vuestra generosidad! Yo no os pido que perdáis
vigor en la lucha, ardor en la pelea. Pido pechos duros para el combate… pechos
de acero; pero corazones sensibles, capaces de estremecerse ante el dolor
humano y de ser albergue de piedad, tierno sentimiento sin el que se pierde lo más esencial de la
naturaleza humana”.
Nuestros
antepasados no tan lejanos, el mal llegó hasta nuestros días, fueron víctimas
de descomunales errores históricos, de la desgracia de reyes, incompetentes en
algunos casos, y en otros, además de torpes, malvados; la desgracia de recaer
todo el poder en un personaje, como el Fernando VII, que reunía todos los
defectos de las malas personas: torpeza y egoísmo. No quiero repetir los
conocidos males del convulso siglo XIX, cuando las naciones vecinas progresaban
en libertades, derechos humanos, justicia social, riqueza, bienestar,
democracia.
En
el XX la situación socio-económica de España era insostenible. Ante aquella
sociedad tan pobre e injusta eclosionaron con fuerza corrientes de pensamiento,
movimientos políticos antagónicos que, fijándose ya en los modelos de fuera, se
decantaban por unos u otros: el comunismo de los soviets, al anarquismo, el
fascismo de Hitler y Mussulini; las
democracias liberales con sus variantes de democracia cristiana, social
democracia, liberalismo…
Ya
a la altura de 1930, lo mejor de la intelectualidad del momento, reunidos en
San Sebastián, se confabularon para derribar a la monarquía, imperfectamente
parlamentaria, a la que achacaban el atraso de España, y establecer una república.
Como
lo que estaba en juego era un nuevo modelo social, las propuestas eran muy
diversas. De acuerdos con ellas surgieron multitud de partidos políticos, desde
la extrema derecha a la extrema izquierda: F.E, Tradicionalistas, JONS, Acción
Popular, Agrarios, Partido Radical Republicano, P.R.R. Socialista. Izquierda
Republicana, PSOE. PCE, Anarquistas, POUM, PNV, ERC y otra multitud de partidos
regionalistas. En las cortes de 1933, cito de memoria, había diputados de más
de 30 partidos, aunque los de derechas se hubieran unido en la CEDA.
En
Villalpando tenían afiliados o simpatizantes , incluso cierta organización, los
dos de derechas; Agrarios y Acción Popular; los cuatro de izquierdas tenían
estatutos, sedes, pagaban cuotas, organizaban actos, incluso huelgas, tenían
mucha actividad PSOE, PCE, FAI-CNT, PRRS.
De aquí que,
al referirse a ellos en común, en toda España, se empleara el término “las
derechas” y “las izquierdas”, (los centristas acabaron siendo engullidos por
las unas y las otras).
Aunque
en la guerra civil acabaran imponiéndose los más radicales en cada bando, tanto
entre las derechas, y más entre las izquierdas existían enormes diferencias ideológicas.
Izquierda Republica, partido de Azaña, PRRS, de Marcelino Domingo y un sector
del PSOE, entre otros regionalistas, no eran marxistas ni revolucionarios. No
aspiraban a implantar la dictadura del proletariado. Eran lo que hoy
llamaríamos social-demócratas.
Los
moderados Indalecio Prieto, Besteiro, Fernando de los Ríos…, hombres éticos,
ilustrados, buenas personas pertenecían a la tendencia social demócrata. De ahí
que se manifestaran contra los horrores que los comités, los grupos
incontrolados de milicianos, (armados
por el gobierno de la república para contener a los fascistas) comenzaron a
cometer desde el 19 de julio. También, bien pronto, comenzaron en esta
provincia los de signo contrario.
Saltemos
hasta nuestros días: fracasado el marxismo como modelo socio político,
derribado el muro de Berlín, se ha visto que el modelo de liberalismo económico
social, de libertades, de respeto a los
derechos humanos; el modelo de las democracias occidentales, es el que
posibilita las sociedades del bienestar. Es el modelo deseado por los partidos
de centro derecha y de centro izquierda de entonces.
Ahora
bien: como ocurre con todo lo humano, dado que somos una especie formada por
individuos heterogéneos, desde los más o
menos generosos, nobles, éticos, altruistas, inteligentes… hasta los más o
menos, avaros, soberbios, ególatras,
cainitas, mediocres, malas personas, ocurre que cualquier modelo organizativo
tiende a degradarse, si no se revisan los valores morales en que se asienta.
Así
el actual neoliberalismo se ha cargado de grasa, ha echado adiposidades:
enormes desequilibrios económicos, fruto de la absurda avaricia, entre ricos y
pobres, fruto, en otros casos, más grave, de la corrupción. Todo ello amparado
por los paraísos fiscales. Lo anterior, y otras causas han generado la actual
crisis de paro, de pobreza, incluso cierta miseria, para individuos y familias.
Ello
ha dado lugar en España al movimiento ciudadano del 15-M, derivado en la nueva
izquierda de “Podemos”; también a otro nuevo partido de centro, “Ciudadanos”, ambos saludados con
mucha esperanza por mi parte.
Con
ambos comparto su afán regeneracionista de cambio, de justicia social ( bastaría con
evitar el fraude fiscal para dar a quien lo necesite). No comparto el neo
izquierdismo de “Podemos” con sus clichés: antisistema, antiliberalismo,
antiatlantismo, antisemitismo; cierta comprensión con el terrorismo del EI
(echan la culpa a occidente del fanatismo musulmán), sus alianzas con los
proetarras de Bildu, y comprensión por tanto, de aquella barbarie (“de la que
tenía la culpa Franco”); su odio a la derecha, su deseo totalitario de “empoderamiento
popular”; de jugar con las cartas democráticas, y “cuando ganemos la partida, rompemos la baraja”, frase por mi oída.
Los
tuits, o como se diga, de Guillermo Zapata, son la punta del iceberg del magma
ideológico, anteriormente descrito, que bulle en “los círculos”, y supone un
peligro para la convivencia en paz.
Por
suerte, en estas nuevas, actuales izquierdas, también hay “Prietos”, “Besteiros”, “de los Ríos”, “Azañas”,…:
un montón en el PSOE, desde González a Nicolás Redondo, pasando por Carmona, a
quien escuché pediría la dimisión de “Guille”; y está su socia Carmena, tan
templada, serena, tan llena de buenas intenciones. Aplaudo lo haya apartado de “Cultura”.
Esperemos
no se repita la historia y sean los radicales quienes impongan su criterio.
Por
esta regeneración hemos de trabajar cada uno en nuestra circunstancia,
buscando la paz. Hija de la justicia.
Siendo generosos, sabiendo, incluso, perder.
Así
lo estoy intentando en mi conflicto con el Ayuntamiento. Para ello he propuesto
la permuta de esa parcelita municipal, 57 áreas, (Pinos de Quesada) de pésima
calidad como secano, incrustada en medio de nuestro regadío, dando a cambio una
parcela nuestra en “Las Ribaltas” de buena calidad (quien conoce el término
sabe la diferencia) que mide 1´45 has. El valor de la nuestra en el mercado
sería unas cinco veces superior.
Esa
es una propuesta de paz, en beneficio de todos. Nos ahorraríamos disgustos y
gastos (aunque los del Ayuntamiento no lo sean de bolsillo particular) con la
que el municipio, además, saldría ganando.
Si,
después de solicitarlo ayer por escrito, ahora lo hago público es, utilizando
una democracia directa, participativa, crear un estado de opinión favorable,
que venza resistencias, en favor de lo
razonable, de lo justo.
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