viernes, 30 de marzo de 2012

NOTICIARIO LOCAL- SEMANA DE PASIÓN.

Salgo del funeral por Sor Clara. Una monjica menuda, de carita fina, siempre sonriente. Antes de llegar las más jóvenes de Salamanca, tocaba el armonio. He hablado con familiares. Son de una aldea de por encima de Villamañán, donde empieza a ondularse la meseta, tierra pobre de viñas, patatas y centeno. Allá, en su pueblo, en su casa de familia numerosa, se llamaba Magdalena Martínez Casado.

Entró en este convento hace 66 años, cuando tenía 16. Sólo una vez, parece ser que por un motivo de enfermedad, estuvo en la casa paterna. Ni cuando se murieron padres, ni hermanos. Una cuñada lloraba muy desconsolada porque no le había podido siquiera ni dar un beso.

En la posguerra aquellos, estos pueblos y aldeas poblados de familias numerosas, con un peso muy fuerte de la religión, nutrían seminarios y conventos. Me parece, y me dicen los familiares, que ha sido feliz. Espero, deseo que aún más, lo siga siendo.

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Esta tarde será el funeral y entierro de Antonio Prieto Suena. Me dio la noticia Sara esta mañana y me puse triste. No quise seguir oyendo la radio, en el desayuno. Preferí hablar con ella de Antonio, recordando las peripecias de su vida. De cómo un accidente laboral, de muy joven, lo marcó para siempre. Nos llevábamos muy bien. Antonio era un hombre inteligente, sufrido, resignado, de muy buen caracter, siempre dispuesto a la sonrisa. Es protagonista, sin nombrarlo, de alguno de mis relatos. Uno de mis informantes de la perra vida en aquellos años, de aquellas familias que intentaban sacarle al Raso algo de comida. Jamás lo vi enfadado, ni soltar una grosería o una blasfemia.

Sepan sus familiares que comparto con ellos su dolor.

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Como la cosa va a desgracias, bien que lo siento, anteayer se le quemó la casa, con todo lo que había dentro, a Avelina, "La Huesito" y Ventura, de los "Cachurres". No saben el origen del incendio. Al llegar de su habitual paseo y abrir la puerta les dio la tafonada de humo y calor. Intento entrar a salvar algo y se quemó una mano. Se han quedado con lo puesto. Parece ser que el tejado y la estructura no están dañados, por lo que se podrá recuperar.

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La última: Hace unos días Antonio Pérez Allende se cayó desde el tejado de una nave, al romperse una uralita de esas transparentes, que pisó, y cayó al suelo, en el interior de la misma, de una altura de más de siete metros. El milagro, del que todos nos alegrámos, es que está vivo, que su vida no corre peligro, aunque las fracturas son serías, si bien no afectando a partes vitales. Parece ser que la médula espinal está integra. El coxis, bien se suelda. Él es un hombre vital, lleno de salud. Todos deseamos que se recupere.

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Y por terminar con un poco de buen sabor de boca, contarles que ya está en el mercado el disco de "La Maquila". Suena muy bien; y que "el hombre del tiempo da agua pa el domingo". ¿Será por eso de Santos mojados, Ramos enchapazados?. ¡Dios lo quiera!.

5 comentarios:

Fernando Mazariegos Manrique dijo...

Buenas a todos y todas

Hoy no voy a poder ir a Villalpando,para acompañar a la familia de un grandisimo compañero de mi padre.En casa nunca oi un comentario negativo hacia Antonio,y por supuesto hacia ningun trabajador de la "pequeña" gasolinera.Ahora que yo trabajo con mucha gente,me doy cuenta del compañerismo que han tenido en esa empresa,eran de caracter muy distinto,uno gruñon,otro mas fiestero,otro mas joven,otro mas....da igual,eran compañeros y es lo que vale.Tendrian sus voces,sus historias,pero tenian un valor muy valorado,y mas en esos tiempos.Antonio era muy agradable y siempre tenia consejos buenos,yo siempre decia "joder no tengo bastante con las charlas de mi padre,que viene este ahora y me dice lo mismo",cosas de la edad,que te das cuenta con el paso del tiempo (ahora se las pego yo a mis primos pequeños).Siempre con la bici,por culpa de esa cicatriz que nunca se le curo.Gracias y espero ver Igancia y a Jose Antonio estos dias.

Perez es un tio fuerte,y para San Roque sacaremos algo de punta a la caida,recuperate y ya sabes que las vacas sin ti no son lo mismo.

El fuego se comio cosas que tendran su valor economico,sentimental,pero ya se sabe,no se lamenta daños personales,que realmente son los unicos que no se reponen,y si la casa no sufre daños letales,pues mejor que mejor.


De sor Clara si que oi de ella,pero la verdad no recuerdo su cara.¿Cuantas hermanas quedan en el convento?

Saludos para todos todas

Agapito dijo...

¡Qué gratificantes tus comentarios Fernando!. ¡Cómo me complace que recuerdes con cariño a Antonio, a todos los de aquella entrañable gasolinera...!. No tenían ni un roce. Eran todos una familia, desde Julián hasta Alejandro. Pequeña sí, pero con mucho movimiento durante muchos años. Allí siempre había alguien repostando. Yo sé que Antonio sólo pedia la baja cuando ya no podía más, cuando tenía el pie en carne viva. Tengo muchos recuerdos de tertulias allí, en tardes de invierno, cuando había menos jaleo. O por las mañanas muy temprano, ya al final, con Antonio.

Compré una Vespa en el año 64 para ir de Maestro a Cerecinos, (no creas que venía a comer, para ahorrar gasolina). Me costaba 25 pts llenar el depósito, 5 litros más el cuarto de aceite. Tío Pablo, casi siempre, de escurriduras, me tenía guardado un litrico o así.

Comparto tu opinión y tus deseos sobre Pérez.

En cuanto a la casica quemada, eso le decía yo esta mañana a Avelina, pero el desconsuelo y el palo para este matrimonio de jubilados, gente muy humilde de toda la vida, es gordo. De golpe se me ocurre una idea: si esta Semana Santa, cada Cofrade y cada espectador pusiera 5 euros, les haríamos felices.

Sor Clara era pequeña, menudita. de carita agradable, con la nariz muy fina. Son todas más santas, más buenicas. Prefiero no echar la cuenta de las que quedan, pocas. No sé: nueve, diez, ocho. Con la de millones, millones y millones que han invertido en ese caserón.

Pienso que deberían abrir las puertas, acoger, aunque fuera transitoriamente a mujeres con necesidades, ya que ellas poco a poco no van a ser capaces de realizar el trabajo que tienen: confección y las "formas". La huerta hace años que está abandonada. Y menos mal que ahora Claudio, suegro de tu primo "Dadito", está allí de jordinero y hortelano gratuito. Le trajimos hará un par de años, una motoazada de Benavente.

Da gusto hablar de gente buena.

Anónimo dijo...

Sor Clara cumpliria los 81 este año; por lo tanto si estuvo 66 años eso quiere decir que entró en al Convento con 14 años. Saludos

Agapito dijo...

Hablé con distintos familiares. Al final, quien me lo dejo todo muy claro fue el hermano que más venía por aquí. Tenía 16 años cuando entró. Ahora tenía 82. Son naturales de un pueblecito que se llama San Esteban de Villavaldunciel, o algo así. Es el tercer pueblo por una carreterilla provincial que parte de Villamañán, a la izquierda según vamos. En esa carretera está el cementerio de Villamañán. El primer pueblo se llama Villacé, He pasado por allí con el tractor, yendo hasta Chozas de Arriba o de Abajo a por una trailla, cerca ya de la Virgen del Camino. También cuando llevé a Luis "El Pradeño" a la residencia de la que se escapaba en Ardoncino. Todo eso muy cerca, hacía el oeste, de León.

Agapito dijo...

Quien la animó a venir a este convento fue el Cura que andaba por esos pueblos, D. Lino Rodríguez, que era de Quintanilla del Olmo.