En servidumbre de entrada desde Ctª Quintanilla a la laguna del Barrero. Primera vuelta y llena la tolva.
Desde la cabina. Daba gusto ver como iba entrando la mies "a gorgollón".
Atasque en la cinta transportadora del corte. Dos buenos profesionales, maquinista y tractorista, lo solucionan.
El chorro. Siega, atropeo, morenas, acarreo, trillar, aparvar; limpiar, envasar, costaleo...; fatigas, durmiendo en la era, sin el descanso del sueño, de la Feria a la Virgen de los Pastores; torbas, polvo picante de la cebada. Cien cargas, la cosecha de labranza grande. Lo mismo que lleva ese remolque.
Todo eso está condensado en el chorro. Diez remolques en seis horas.
El año no ha podido venir mejor. Luego los rendimientos dependen de los nutrientes del suelo. según la fertilidad de los mismos y de los aportes y prácticas del agricultor. Ellos aminoran la diferencia antes existentes entere las tierras buenas y las malas. Era impensable en arena coger a 4.000 kilos Ha.
Tampoco hay que engañarse: con la misma fertilización hay parcelas en las Ribaltas, herederos de la familia Allende Ortega, que creo van a salir a 7.000 kilos.
Por ahí andarán parcelas buenas en Villamayor, en la Maya de Quintanilla, en Santa Eufemia, en Villafrechós.
Insisto en la importancia de cuidar la vida en los suelos: aumentar la materia orgánica, evitar el agresivo barbecho, la vertedera; la época y la buena sazón en las labores. Fertilizantes NPK que contengan azufre, calcio, y resto de micronutrientes.
La incorporación de bacterias y bioestimulantes, es buena práctica. En la foto vemos las roderas de la aplicación de herbicida de hoja ancha (no se había aplicado el de otoño), junto con bacterías y bioestimulante. La fertilización a la salida del invierno, con NPK de una sola aplicación, fue de 300 kilos/Ha.
Me alegra dar estas noticias que creo buenas para todos.
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