viernes, 27 de octubre de 2023

METIDOS EN HARINA LITERARIA (II)

 

 

                          DON RICARDO MACÍAS PICAVEA.

 

No comparable literariamente con don Miguel Delibes, fue, sin embargo, persona de gran valía intelectual y moral. Hoy diríamos comprometida socialmente.

Fundó y dirigió el periódico “Libertad” de Valladolid, en el que exponía constantemente sus ideas regeneracionistas. Se ganaba la vida como profesor en el Instituto José Zorrilla. Aparte de otras publicaciones, su novela más importante se titula “Tierra de Campos”.

Militó en un partido republicano progresista. Criticó acerbamente  la situación política y social en el periodo de la restauración de una democracia irreal, en la que los votantes eran sólo figurantes, obedientes a los caciques. Quienes mandaban en España, turnándose, eran, en la cúspide de la pirámide, los dos caciques supremos: Cánovas y Sagasta. A partir de sus entramados caciquiles (gobernadores civiles, caciques comarcales y locales), metástasis que llegaba hasta el último rincón de la nación, manejaban las elecciones para turnarse en el poder; si bien, en algunos pueblos el enfrentamiento entre los dos caciques o poderosos de cada bando, era odioso y visceral.

A finales del siglo XIX y principios del XX, superado el romanticismo y, como reacción al mismo, surgen nuevas corrientes literarias: realismo, costumbrismo, naturalismo. Son infinidad los autores que las practican, si bien, unos pocos son los estudiados en los manuales literarios.

               En ese gusto por lo autóctono descuellan los grandes escritores regionalistas, diríamos: Palacios Valdés en Asturias, Pereda en Santander; Emilia Pardo Bazán (pionera del feminismo) en Galicia; Vicente Blasco Ibañez en Levante; Benito Pérez Galdós (aparte de los episodios nacionales) en Madrid; “Fernán Caballero”, doña Cecilia, en Andalucía; el primer Pío Baroja en Vascongadas; Felipe Trigo ( a ver si encuentro su novela “El médico rural”) en Extremadura; Concha Espina en maragatería…

            Aunque los del “noventa y ocho” la  aludían en poemas, Castilla, algunas de sus ciudades, los inspiraba, no existía una novela cuya trama abordara los problemas de nuestra región, hasta que don Ricardo publica “Tierra de Campos”, novela de poco éxito desde su publicación hasta nuestros días.

            A mí de lo único que me sonaba Macías Picavea era del nombre del canal que riega la vega del Sequillo, desde Rioseco hasta Villanueva de los Caballeros. Hace ya años tuve noticia suya. Busqué su novela. Como la biblioteca de Villalpando lleva cerrada desde el 28 de julio, me llegué a la de Benavente. Allí, sin lector alguno, sin estrenar, me la prestaron. Es una magnífica novela que les comentaré en próxima entrada.

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