sábado, 30 de abril de 2022

RECORDANDO A MIGUEL ALONSO ALONSO.

      Como este blog lo siguen los villalpandinos de la diáspora, si no digo "Cachulo", puede no sepan quién era. Con ese apelativo, posiblemente cariñoso familiar desde la infancia, le conocimos y tratamos siempre.

      Mantuve toda la vida con él una buena relación. En los últimos años, Merce y él, se trasladaron a vivir a Valladolid, con las hijas. Venían con frecuencia, si bien, en los últimos meses, ya le habíamos echado de menos a la hora del vino por la plaza, hasta que ayer me dieron la noticia que me entristeció.

      Aunque nacido el día de San Marcos del fatídico "treinta y seis", recién cumplidos los 86 no le recuerdo viejo, ni de cuerpo ni de mente.

      Un día, en el Ideal, nos metimos en profundidades: "Soy creyente, no tengo miedo a la muerte", me dijo. Hoy, el evangelio de la misa de su funeral, me confortó: "No puedo cantar ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en la mar..."

      Ahora, lo mejor que se me ocurre hacer en su recuerdo es copiar los versos que él dedicó a ese Nazareno:

Tengo un ramo de recuerdos

de la infancia y juventud,

temblor hacen en mis manos

y me guían con su luz.


Semana Santa villalpandina,

de sermones y oración,

de promesas y suspiros;

roto va mi corazón.


Olor a molletes y rosquillas

sonidos de pasos y tambor,

mirar de anciana en las esquinas,

llorar de niño en su candor.


La recia imagen esculpida,

de manos del hombre soñador,

sacó la semblanza más bella

del hombre amante y redentor.


Nazareno de vientos y de amores,

de campos, de mieses y de sol,

esperanza de pobres y de ricos

en el bello silencio de la procesión.


Nostalgia, fervor y lágrimas

al ir a besar tu mantón,

¡hechizo ante tu mirada!,

jamás sintiera tan honda sensación.


Jesús de la estepa castellana,

de Villalpando la honra, su blasón, 

notas encendidas de las musas,

bello concierto del alma en su canción.


Historia, tradición, vida,

de un pueblo haces el honor,

y de sus gentes murallas

de su fe, su sello, su bastión.

           MIGUEL ALONSO ALONSO.

2 comentarios:

Administrador dijo...

Blogger PIAB dijo...
Estimado Sr. Modroño,

Desde este altavoz de las crónicas villalpandinas, quiero agradecerle públicamente esta especie de elegía recordando a mi tío.

Cuando alguien me preguntaba, caminando por las calles de Villalpando "¿De quién eres?" Tenía que identificarme o con la familia de parte de madre o de padre y muchas veces contestaba... Soy sobrino de "Cachulo", en La Villa todos le conocían.

Aprovecho para felicitarle por este blog.

Pedro I. Alonso Barrios.

Administrador dijo...


Amigo Pedro, (nieto de Pedro "Manzano") también podría decir "sobrino". Tu madre, Rosa, y Sara, mi esposa, son primas carnales.
A la salida del funeral me quedé con ganas de saludarte. Ya no te vi. Si lo hice, y conversé un poco, con tu hermana.
No te puedes imaginar la emoción que me ha producido tu mensaje. Dudando si hacerlo o no, escribí el recuerdo a Cachulo, porque me salía del alma, porque fuimos buenos amigos, porque me entristeció su fallecimiento. Le pedí permiso a Merce y a sus hijas para poner "Cachulo".
Lo de dudar es porque recordando a todos (alguno se me pasa por no enterarme) los fallecidos, son muy escasos quienes tienen el detalle, como tú, de un pequeño agradecimiento. En cambio sí, por poner un apodo (nunca pongo los despectivos), hay gente que me pone mala cara o deja de hablarme.
Cachulo en Villalpando era conocido y querido. Eso se notaba en la buena clientela, yo uno de ellos, que tuvo su negocio. Fue Presidente de la Cámara Agraria e hizo buena gestión. La seleccionadora de cereal fue obra suya. Además: ni cobró una perra por el cargo, ni se quedó con un duro. Eso, en estos tiempos, es muy de valorar.
Dale un abrazo a tu madre de parte de su prima Sarita.