jueves, 7 de abril de 2022

MÁS REFLEXIONES SOBRE EL ENSAYO DE JUAN MANUEL DE PRADA.

 

     Discrepo de su afirmación de que exista una persona o congregación llamada Dinero quien, de una forma planificada, tome decisiones para conseguir unas masas humanas  homogéneas,"cretinizadas", más o menos una humanidad como la descrita por Aldous Huxley en su novela, "Un mundo féliz" en la que se ha eliminado a la familia, la diversidad cultural, el arte, la religión, la filosofía, el amor.

    Existen grandes fortunas en el mundo, basta asomarse a la lista Forbes; existen poderosas multinacionales, pero son, aparte de los vínculos comerciales, independientes entre sí. No existe esa organización uniforme y concreta, a la que de Prada llama el señor Dinero, cuyo objetivo consiste en conseguir una sociedad similar a la descrita en la novela citada.

   Les confieso no siento la menor envidia por esos ricos. El camino de Villalobos nos iguala a todos. Tampoco los critico cuando sus fortunas son fruto del talento y del trabajo, y si cumplen con sus obligaciones fiscales. Incluso existe filantropía en muchos de ellos. Sí que critico los excesos del capitalismo cuando, para evadir impuestos, se refugia en los paraísos fiscales; también cuando sus excesivas ganancias repercuten en escaseces para los ciudadanos, como está ocurriendo ahora con las eléctricas (Iberdrola, Endesa,.., 3.900 millones de ganancias la 1ª en 2.021).

   Es evidente que en nuestras sociedades se están perdiendo valores morales, humanos, ello, unido a unas leyes bastantes laxas, traen como consecuencia que los malvados puedan cometer los crímenes que vemos a diario. El hedonismo, el culto al sexo, evitando la procreación, nos van a conducir al suicidio demográfico. Urge regular, facilitar la llegada de inmigrantes hispanos que sean buena gente. Los conozco, de todo hay.

   Afirma Juan Manuel que la causa de todos los males sociales actuales radica en la pérdida de la fe divina, en el olvido de Dios. ¡Bueno..? ¿Era mejor la sociedad del Siglo de Oro español, cuando el poder y el peso de la religión, incluida la Inquisición, eran tan fuertes? Nos basta con leer la novela picaresca para ver cuánta pobreza, cuánta desigualdad social. Los catolicísimos Carlos I y Felipe II (quienes parece ser eran hombres de fe) actuaban en Cristiano derroochando el oro y la plata que llegaban del nuevo mundo para combatir al protestantismo en Europa?

    Siglo XX. Una de las dos Españas era Católica, la otra anticlerical. Esa, además de la política-económica, fue una de las causas de la guerra civil.

   Les hablo del nacional-catolicismo que viví de niño y joven. Entonces sí. Aunque el 80% de los hombres no fuera a misa los domingos, ni cumpliera con Pascua Florida, la religión, los preceptos católicos, influía en nuestras vidas, sobre todo en la de niños y jóvenes. Aunque con toda la hipocresía, las imperfecciones de aquella sociedad, la moralidad pública evitaba las tragedias tan numerosas ahora. Comparen la población reclusa de 1.960 (cuando apenas si quedaba algún preso político), con la actual. Además, a base de austeridad y trabajo, conseguimos el mayor desarrollo económico y social jamás conocido. Los vínculos familiares eran fuertes. Dudo que la promiscuidad sexual actual, tanto juntarse y separarse, proporcione mayor estabilidad emocional que en la de aquellos matrimonios indisolubles de entonces.

    No obstante lo anterior, discrepo con de Prada. ¡Hombre!: si todos los occidentales cumpliéramos los Diez Mandamientos, ¡qué bien, todo resuelto! Pero eso nunca ha ocurrido, las tendencias humanas de nacimiento de muchos individuos lo impiden, y quien nace bueno, con religión o sin ella, lo será toda la vida.

   Los grandes pensadores de principios del siglo XX en la organización política y social de las naciones, veían la solución a unas más perfectas sociedades. Yo le diría a Unamuno, a Ortega, a Marañón, a Álvaro Albornoz, a Marcelino Domingo, a Besteiro, a Niceto, a Maura... que no, que con la instauración de una república no van arreglarse, de golpe, todos los problemas de España. Que es, sobre todo, cuestión individual educativa. La educación en valores para sacar lo que haya de bueno en cada individuo.

   Por último: a juzgar por los millones de españoles/as que participan, como cofrades ("cofradas") y espectadores en la Semana Santa, parece no estar generalizada la pérdida de la fe divina. ¿O es que no todos son creyentes? Si es así, si no creen en todo eso que se representa (esas impresionantes tallas), y lo suyo no es más que un folclore, un paripé, entonces es peor. Son unos sinvergüenzas.

    De todos los modos mi visión de las actuales sociedades europeas (lo de Rusia, Hungría, es otra cosa), no es tan pesimista como la de Prada.

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