martes, 24 de noviembre de 2020

NO ME QUEDA MÁS REMEDIO : ADVERTENCIA-

 

                                     NO ME QUEDA MÁS REMEDIO: ADVIERTO.

               Los acontecimientos, que vienen de atrás, me obligan, a mi pesar, a volver a ensillar a Rocinante, no para alancear a ovejas, sino para dar a conocer unos hechos verdaderos, que deben tener consecuencias.

            Por las cartas de mis tíos durante la guerra, por todo lo leído, conocido y escrito sobre ella, me traslado al drama que vivió mi familia. Cuando viene Casimiro, el alguacil cojo, a darles la noticia de la muerte de mi tío Gil-Agapito, mi abuela se desmaya y ya queda enferma del corazón. A esa tragedia se une el que, en ese momento, los otros tres hermanos, también estaban en la guerra, y del pueblo, diciembre del “treinta y seis”, ya se habían llevado a unos cuarenta hombres (unos al paredón del cementerio de Zamora, y otros a la cárcel, durante cinco años) y tres mujeres, dos, madre e hija; de esos, varios correligionarios de mi padre y abuelo, habían ya fusilado a unos cuantos.

            Puede que de niño, conviviendo con la abuela, me marcara el recuerdo constante por el hijo muerto. Por eso, puede que bien pronto, me empezara a preocupar por las causas del conflicto. También en mis genes (mi abuelo, mi padre comprometidos políticamente por la regeneración, por la justicia) podemos buscar el motivo de mi compromiso con lo justo.

            Justo, de justicia, además de por caridad, fue mi información a los búlgaros sobre la situación legal de la desocupada casa, que fue de Domicio Redondo, si bien la decisión de ocuparla,  muy gustosamente, la tomaron ellos. Ellos entraron, y ahí siguen, el dos de septiembre hizo un año.

            Mi error fue acudir a la llamada de Aneliya a las cuatro de la tarde, cuando ya había dos grupos enfrentados: los próximos al de las llaves y los búlgaros, fue la forma de implicarme en el conflicto. Aunque también quizá, si no voy, me hubieran implicado igual y sin posibilidad de defensa.

            Varias causas motivaron mi ayuda a quien yo consideraba entonces, pobre y buena gente: mi amistad con Sofia, la madre y abuela del clan, con quien mi amigo Elicio Sánchez, estaba, y creo siga, encantado; también mi compasión por ese matrimonio, los cuatro hijos y a punto de dos nietos, quienes vivían en ese momento en Villaveza del Agua.

            No obré a lo tonto. Antes, mi abogado, me había indicado el art. del Código Penal o Civil, que exime de cualquier responsabilidad a quien se apropia o utiliza cualquier bien que no tenga dueño, y, por supuesto, menos responsabilidad habría de tener quien no disfruta del bien, ocupado  en este caso.

La casa que fue de Domicio, ni tenía, ni tiene dueño. Va para cinco años que falleció éste. Miren si en ese tiempo, de haber herederos posibles, no podían haber arreglado ya lo de la herencia. Prueba de que el primo, que tenía las llaves, y cobraba renta  (de quien quería pagarle) por cocheras y almacén, no pagaba el IBI ni las Tasas Municipales, incluida el agua. Pocas esperanza de herencia tendría cuando estaba dando lugar a un posible embargo.

Yo era de sobra consciente que la tal ocupación iba a caer muy mal entre las gentes  asociales de  pueblo tan de derechas. ¡Amigo!: hasta los sociatas de toda la vida criticaron el hecho. En esto de lo mío, mío “tos” de VOX. 

Con lo que no contaba es que el Jefe del Puesto de la Guardia Civil, por aquel entonces, me tuviera tantas ganas (y todo por una pequeña y civilizada controversia en Facebook). Tampoco contaba con que el  “regidor”, regido, aprovechara la ocasión para, intrigando, y en compañía del otro “preside procesiones”, viniese a por mí con la boca abierta. Tampoco contaba con la denuncia  del usufructuario de unos bienes que no son suyos: cocheras, almacén y patio para una peña.

Aquella tarde del follón el matrimonio de búlgaros y servidor, presentamos en el Cuartel de la Guardia Civil la declaración cuyo final transcribo a continuación

 Novena;  Que Agapito Modroño lo único que ha hecho ha sido ayudarnos en las gestiones del pago de los recibos del qgua corriente, en Caja Rural, cargando dicho importe de su cartilla, para evitar el corte del agua.

Décimo: Que si fuere necesario y puesto que ya poseen la carta de pago, Radoslav y Anelia están dispuesto a pagar la deuda del IBI.

Duodécimo: Que Agapito ni les ha hecho contrato de arrendamiento, ni les ha cobrado la más mínima cantidad, sino al contrio.

Duodécimo: Que si algún día esa herencia estuviere arreglada y aparecidos propietarios, Radosla y Anelia, les pagarían la renta que convinieren, de acuerdo con el valor catastral de dicha vivienda.

       Y para que conste lo firmamos en Villalpando a dos de septiembre de dos mil diecinueve.


                     Firmado: Radoslav Ivov; Anelia Emilova Ruseva,   Agapito Modroño.


Aquella tarde de los hechos,  el "regidor", llama a Sofia; le promete una casa del Ayuntamiento y manda a La Opinión una versión de lo sucedido en la que ya se me echa a mí la culpa.

A su vez el Jefe del Puesto, a los dos días, llama al cuartel al  matrimonio de búlgaros y al hijo mayor, quienes, ante la presión del "pulizia", ladrados por la madre, se desdicen de esa primera declaración, cuyo final he transcrito, y me echan a mí la culpa de todo.

El Jefe del Puesto busca e investiga lo habido y lo de por haber:  Diputación, Aquona, residencia de Villanueva del Campo para saber cómo estaba Pedro, el mudo; conferencia a Francia para hablar con una sobrina del mismo, etc.  Con todo redacta un informe atestado, en que no sólo se limita a transcribir declaraciones, sino que va añadiendo elementos de juicio contra mi persona, por lo que, según él, resulto culpable.

Su argumento principal es que "mi motivación en los sucesos es la de MI AFÁN DE PROTAGONISMO, (cuando se quiere descalificar a alguien que destaca, y no existen argumentos en su contra, se recurre al manido argumento del "afán de protagonismo". ¡Dios mío! ¡qué libre estoy de ese pecado, al menos en este caso)  para así salir en la prensa y tener qué contar en este blog. Por ello he utilizado a los pobres búlgaros para hacerles cometer un presunto delito; con tal de yo figurar no he dudado en "perjudicarles".


 ¡Joder !si fueran así todos los delitos: ayudar  (insisto en que la decisión la tomaron ellos, que no les obligué a entrar en la casa) a que habiten vivienda más gratis que si fuera propia, porque no pagan ni el IBI.

Como consecuencia de ese atestado, el Juzgado de Instrucción de Villalpando me llama a declarar  el día 18/11/2019, como imputado en querella interpuesta por las personas que verán en la "Cédula de Citación" que transcribo a continuación.





Como no consigo que salga con más nitidez la cédula de citación fotografiada arriba, les copio quiénes eran los "DENUNCIANTES/ QUERELLANTES"

FÉLIX GONZÁLEZ ÁRES, ANASTASIO GONZÁLEZ BLANCO,  ANELIYA EMILOVA RUSEVA, RADOSLAV IVOV IGNATOZ, MARIYAN ZHIVROV IVANOV

DENUNCIADO: AGAPITO MODROÑO ALONSO.

Una hora veinte minutos duró mi declaración, acompañado de Marco Antonio Furones. El trato recibido por parte de la Juez, impecable, legal, correcto, afable.
Instruidas un montón de diligencias, en las que ya los búlgaros pasaron también a ser denunciados, el pasado día 16 de Noviembre de 2.020, un año después, por la pandemia, de mi primera declaración, el Juzgado de Instrucción de Villalpando, ha dictado AUTO ARCHIVANDO LAS DILIGENCIAS en cuanto al posible delito de usurpación de bienes inmuebles. 

Al  ex-Jefe del Puesto de la Guardia Civil, a quien, aunque haya de contar esto, no le guardo rencor, porque tuvo la humildad de, no hace tanto, llamarme;  unos meses después de aquella aberración, se fue de Villalpando
 
El regidor después de todas las que ha, y me ha, preparado, estando tan en precario, y con los dossier que poseo, "., y sin hacer nada positivo para un pueblo que va cada vez a menos, debería también  irse. ¡Claro!: como incumplen la Ley de Transparencia y no sabemos cuánto gana, puede que por eso se aferre al sillón con toda la indignidad del mundo, gracias a la ayuda de quien tapó el presunto delito de mentir en un bando sobre la potabilidad del agua de consumo, por ej., 

 Aviso a quienes lo están sosteniendo. Miren como se me ha hecho justicia, en litigios gordos anteriores, víctima de la persecución que por ser honesto he padecido ( intento de jodernos el riego,  agua contaminada, tentadero; Tribunal de lo Contencioso Administrativo, Audiencia Provincial de Zamora, Tribunal Supremo...). Pero si yo el año pasado,  después de conseguida la candidatura y tres concejales limpios para Ciudadanos, me estaba ya quieto. 

    Esto de los búlgaros ha sido gordo. Encima de que ayudo a aumentar el padrón con seis vecinos más y con una acción completamente altruista.

 ¿A son de qué, hasta en el   AUTO DE ARCHIVO, sigue figurando Félix González Áres como denunciante? ¿Por qué ese afán de aniquilarme cuando, además, me lo debe todo?  ¿Puede un pueblo decente tener tales regidor y regente?

Aquí no avisaré más. Si no hay movimiento en la Corporación, pasaré a la acción, siempre dentro de lo justo y legal.