viernes, 22 de marzo de 2019

AYER VOLVÍ A LA ESCUELA.




                              ESCUELA DE ALCALDES EN RIOSECO.

          Me invitan sin serlo. Son unas jornadas, la de ayer fue la tercera, que, organizadas por la Consejería de Fomento, se vienen desarrollando en distintos pueblos de la Comunidad. Su objetivo es la sostenibilidad de los pequeños municipios, o sea: todos, salvo las ciudades, de CyL

          Los vínculos entre mi villa y el pueblo de las cuatro catedrales, son ancestrales. En enero de 1521, cuando Pedro Girón al mando de los Comuneros,  tenía cercada la ciudad, con toda la realeza dentro. “inexplicablemente”, se retiró a los aposentos de su tío Íñigo de Velasco en Villalpando.

          Damos un salto, sería a finales del XIX: mi abuela me contaba que su padre llevaba la seis cargas de la senara, cuesta de Almenara por medio, en el carro a Rioseco, que estaba a casi siete leguas de nuestro pueblo, para embarcarlo en el canal. Eso, su dársena, puerto y playa sin arena, mucho más grande que nuestra laguna de la Comendadora, la primera vez, de niño, cuando me llevaron en el camión con el equipo de fútbol, me ayudó a imaginar el mar.

          Después, como labrador, mucho trato, muchas relaciones: el “peine”, dedos, cuchillas, el remolque, la sembradora…; rejas, vertederas, dentales; el cosquilder, la nave…; Morán, Úrbón, Pablo Granado, Caramazana… Y no hace tanto, durante unos años, mi hijo Jesús y su auto-escuela Campos en la plaza.

          Si Rioseco, tan lleno de arte, su calle Mayor, me transporta a otros tiempos, ni les cuento su casino de tan altos techos como copete, donde nos reunimos. Dos sentimientos se me entremezclaron: la imagen de esos hombres del “casino provinciano”, los señoritos, los terratenientes de casonas y labranzas de más de tres pares de mulas, que ni siquiera verían a “Carancha” recibir un día, la burguesía industrial y del comercio; y el precioso recuerdo de aquellos bailes con la flor y nata de las chicas de la buena sociedad riosecana, cuando los cardados, el “can, can” y los boleros de Lucho Gatica. Bien entrajado (con el único que tenía) y encorbatado, tuve ocasión de degustar esa miel, invitado por un amigo que estuvo aquí en el banco… Y no había vuelto a aquel, a este salón de baile, en el que, hasta los radiadores son lujosos. ¡Qué habrá sido de aquella “muñequita linda” que, en un contoneo “pecaminoso” movía sus caderas al son del “Negro Zubón”..!

          Ayer, en el salón de baile del casino, no había orquestina con vocalista, ni jóvenes cuerpos, trémulos al enlazarse y emocionarse al ritmo, de “a la luz de la luna, de la noche callada, llama el indio a su amada, con tristeza y dolor. Lirio Azul de mi vida…”; estaba lleno de alcaldes/esas, algún que otro concejal, de los desperdigados pueblos de la ancha Castilla, y León; coordinados por funcionarios de la Junta. Sobre todo un tal Pencho, quien más mandaba, y marcaba los tiempos.

          Perdonen divague, débil a la imperiosidad de tanto recuerdo como pugna por saltar a la pantalla. Ya voy al “consonante”.

          Se trataba de, formados grupos de trabajo, discutir sobre la posible solución a distintas situaciones, que nos daban, en distintos pueblos, siendo común el problema despoblacional. Eso fue después del café. Antes, David Esteban, el alcalde, joven, guapo, inteligente y honrado (No adulo. Es que quedamos amigos. En el paseo en barco, puede que, con mis historias, abusara de su bondad), nos expuso el proyecto premiado: “Medina de Rioseco la ciudad de los senderos que se transforman”. No intentaré, ni siquiera resumir tan interesante exposición de hora y media. Puede se lo cuenten en otro artículo de “La Mar…”

          Lo de los proyectos: al final, cuando el Secretario de cada grupo había defendido las propuestas, vi una cosa clara: el problema de la despoblación es general en toda la Comunidad, no se pueden buscar soluciones para cada pueblo, luego la respuesta ha de ser conjunta. Así lo expuse, con el permiso del “Pencho”.

          Resumo: contra despoblación, repoblación. Pensemos en hispanos. Hay un problema de fondo en toda España: la falta de nacimientos. Si no fuera por los inmigrantes y el turismo, hasta las grandes ciudades perderían población. En la mayoría de los pueblos, salvo los pardales, ya no queda ni quien procree.

          Primer paso: crear un banco de viviendas con todas la desocupadas y habitables que ocuparían estos inmigrantes o españoles que ante la oferta de casa gratis, se trasladaran de la ciudad a los pueblos.

          ¿De qué vivirían? No me cabe exponer posibles subsistencias, y en los pueblos se vive con menos que en las capitales.

          Hice caer en la cuenta que el abandono rural no es sólo por falta de trabajo, qué también, sino porque la gente prefiere vivir en la capital. Hay abundantes ejemplos: los pueblos de majuelos y bodegas, Toro, Rueda, Cigales, los de la Ribera y Vega Sicilia…, existen muchos más puestos de trabajo, de trabajadores, que habitantes tienen esos pueblos; los de Campos” donde ni siquiera viven en ellos los labradores cerealistas y forrajeros; el mismo Rioseco, fábricas con más de setecientos obreros en total, una joya de población con todos los servicios, incluidos los de ocio, ¡pues no! Muchos a Valladolid. Sigue perdiendo población.

          Y no digamos la sangría de todos los funcionarios y empleados que se trasladan a diario a las cabeceras de comarca desde las capitales más próximas…

          Por eso: desde el Gobierno Regional impulsar, encauzar un “Plan de Repoblación”, con gentes de buena conducta, son la mayoría de los inmigrantes. Unas pocas familias con niños en cada pueblo, que ocupen tanta buena casa cerrada, para evitar que se mueran del todo. Y no sería poco.
                                    

         

      Paseando por el canal de Castilla, con el alcalde de Rioseco.

1 comentario:

Administrador dijo...


A propósito de alcaldes creo conveniente informar que el de aquí sigue siendo investigado, según me ha dicho la autoridad competente que lleva el caso, pronto tendré información escrito, por si fuera punible el hecho de publicar un bando levantado la restricción del consumo de agua potable, sin tener, sino todo lo contrario, la orden del Servicio Territorial de Sanidad.