domingo, 21 de diciembre de 2014

VOCABULARIO



Continuamos copiando, mutilando, injertando el trabajo de Luciano.

VOCABULARIO DE VILLALPANDO Y COMARCA RECOGIDO POR EL PROFESOR LUCIANO LÓPEZ GUTIÉRREZ.
T

TABA. Es el hueso, rótula, de la rodilla en las patas de corderos y ovejas. Se empleaba en un juego infantil de niñas, “jugar a las tabas”. Dícese también de persona tacaña.

TACTO. m. Se emplea en la expresión, “da tacto”, cuando el grano de las paneras en contacto con suelo y partes baja de la pared, si éstas tenían humedad adquiría un cierto mal olor: “No sé, pero me paice a mí que este ganau no come bien. Les estoy dando las arrebañaduras de la panera y debe tener algo tacto la cebada, porque no hacen más que latear en sin probarlo” (AE, p. 333).

TAINA. m. Se emplea este término en muchos juegos infantiles para aludir al lugar en el que no te puede atacar el adversario. Esta última acepción también la recoge RG.

TAJADA. Aparece en la locución no quitar una tajada, que se emplea para ponderar el gran parecido existente entre dos personas. Verifíquese su empleo en este texto de La lozana andaluza: “Pues mire vuestra merced que ella me dijo que quería bien a vuestra merced porque parecía a su agüelo, y no le quitaba tajada”.

TALEGA. f. Cesto de mimbre con dos asas que se usaba en las vendimias. Podía contener unos veinte kilos de uvas. Era portada, de cepa en cepa, por una mujer y un muchacho, el taleguero, cuando estaba llena, con ayuda de la mujer, éste la echaba el hombro y la llevaba a vaciar a los cestos. El DRAE señala que esta acepción es característica de León. Sin embargo, AT también la recoge como propia del este de Zamora.

TALINGUERA. f. Es una variante de talanquera. También se usa la frase hecha romper la talinguera, la cual se predica de las personas que son las primeras en atreverse a realizar una determinada acción.

TAMO. m. Pelusilla de suciedad que se forma debajo de las camas. Ligereza, velocidad excesiva producida por el miedo.

TANGANADA. f. Volumen, cantidad grande de algo.

TANQUE. m. Vaso de agua. El DRAE registra el término como propio de Asturias, Cantabria, Guipuzcoa, Rioja y Vizcaya. En efecto, GL da la siguiente definición: “Cacillo de porcelana o de latón que se coloca en el borde de las tinajas o en las herradas para sacar agua de ellas y beberla”. Sin embargo, GF también deja constancia de su uso en Toro.

TANTARANTÁN. m. Golpe violento que se da a alguien para derribarle o desplazarle.

TARABILLA. Adj. Personada alocada que no para en sitio cristiano.
TARDECICA. f. La puesta del sol, el crepúsculo. Compruébese tal acepción en el siguiente texto de El buscón de Quevedo: “Nosotros nos metimos en un coche, salimos a la tardecica, una hora antes del anochecer, y llegamos a la media noche poco más, a la siempre maldita venta de Viveros” (op. cit., p. 113). Su adversario Góngora también hace un uso idéntico del vocablo. “Y en la tardecica, / en nuestra plazuela, / jugaré yo al toro / y tú a las muñecas / con las dos hermanas / Juana y Madalena / y las dos primillas / Marica y La Tuerta”.

TARDÍO. m. Tierra sembrada en primavera: “Son los tardíos pequeñas siembras de primavera que pueden considerarse complementarias de toda buena explotación agrícola” (AE, p. 360). También se denomina tardío al periodo de tiempo que comprende aproximadamente los días que van desde san Miguel a san Martín: “en el estiaje, en los ardientes veranos , en los tardíos algunos años te secabas. Los labradores te limpiaban, recogían tu cieno para fertilizar sus tierras... Ya en el tardío, cuando comenzaba la otoñada, se celebraba en la iglesia de san Miguel la novena de La Virgen del Carmen” (AM, Crónicas..., p. 36 y 76).

TARJA. f. D.E. informa de que tarja aludía al sistema que se empleaba para llevar la cuenta del vino envasado cuando se vendía. Se medía con un recipiente de hojalata de medio cántaro. Cada medida que se ponía se marcaba en un aro de la cuba mediante una raya horizontal, y cuando se llegaba a la raya veinte se hacía una circunferencia que era la tarja.

TAROLADA. f. Solía referirse a cuando el carro iba muy cargado: “Llevaba una tarolada de estiércol…”

TARUSA. f. Juego consistente en poner un pivote de madera sobre el suelo en posición vertical, encima del mismo, la tarusa, se colocan las monedas en juego aportadas por cada jugador. Los participantes, tirando dos doblones, (círculos de hierro como de diez cms. de diámetro) desde una distancia como de 20 metros, si es a las claras, o a corta distancia, si es al escondite, cuando la tarusa se coloca detrás de algún obstáculo, han de derribar la tarusa, lo que se conoce como “hacer la cama”.

Quien lo consigue gana las monedas que queden más cerca del doblón que de la tarusa. De ahí que la táctica era hacer la cama con el primer doblón, y el segundo aproximarlo a las monedas.
“A la tarusa y los doblones jugábamos de mocitos y mozos. Sobre la tarusa se ponían en juego cartas, chapas, perras, pesetas y, en progresión con la edad, a veces, hasta duros, lo que eran entonces grandes sumas de dinero. Cuando se hacía la cama y la diferencia de distancia a las monedas, sueltas o en cadeneta, entre el doblón y la tarusa era dudosa, se medía con el cinto. Podía ocurrir que la discusión terminara a cintorazos. Se jugaba con la modalidad de derribar la tarusa con doblones desde lejos, como a unos veinte metros o más o la de tirar muy próxima la tarusa, pero escondida, al escondite” (AM, Charlas..., p. 105).

TELARERO. Aplícase a la persona acostumbrada a acumular telares. Encizañador, barullero, pendenciero. También deja constancia de esta última acepción DE.

TELARES. m. Suele emplearse en plural. Trastos: “La encontré en la panera de una casa junto a un montón de telares” (AE, op. cit., p. 59). En otros contextos, equivale a líos, pleitos. Por otra pare, la expresión estar hecho un telar se predica de las personas que tienen muchos achaques.

TELERA. f. Redil. Suele utilizarse siempre en plural: “No hace falta encerradero para ellas. Tampoco rediles ni teleras. Ellas saben que no han de moverse ni echar a andar”(Martín Calero, op. cit., p. 62).
TEMBLAR. intr. Se predica este verbo de las tierras de labor cuando se resienten por la humedad excesiva.

TEMPRANILLO. m. Uva blanca empleada para comer en fresco. Solía madurar a finales de agosto, como una semana después que el albillo, que era la primera. “Visitó, repetidas veces, el majuelo escogiendo las uvas tempranillas que iba colgando cuidadosamente de las vigas del cuarto alto, en el doble de la casa” (AE, p. 385). Actualmente se llama tempranillo a una uva tinta para vino. Creo es la misma a la que antes llamábamos “Tinta de Madrid”.

TENADA. f. Cobertizos hechos con sarmientos o leña: “Cada manojo , después de bajado de la tenada, era cortado con el hacha sobre el tajo en tres porciones por algún hombre de la casa” (AM, Crónicas..., p. 84). La palabra ya aparece en un documento de 1245 hallado en Sahagún: “Esta es la remembranza de las preseas que lega Martín Paris en el monasterio... dos pajares llenos de paja menuda, buena tenada de sarmientos, buen huerto poblado de coles y de puerros”. El padre Isla hace uso del vocablo en su conocida novela Fray Gerundio de Campazas, a la par que comenta que estamos ante una palabra característica de Tierra de Campos: “Se distinguía su casa entre todas las del lugar en ser la única que tenía tejas. Entrábase en ella por un gran corralón flanqueado de cobertizos, que llaman tenadas los naturales”. Señalaré, por último, que uno de los personajes que toman la voz en la obra de Miguel Delibes Castilla habla utiliza el vocablo con la acepción de ‘aprisco’: “Allí el animal come de capricho y tiene el pienso a mano, a un paso de la tenada, en abundancia, sin necesidad de buscarlo” (p. 110).

TENDAL. m. Cuerda donde se pone la ropa para secarse. GR da otra acepción ‘conjunto de ropa tendida’.

TERCERILLA. f. La sustancia que queda en el cedazo cuando se criba el salvado: “Unos engranes, con grandes dientes de roble, engarzados en aros del mejor acero de la época, trasmitían el movimiento a los imperfectos cedazos que, situados en el piso superior, separaban la blanca harina del salvado, tercerilla y cuarta” (AM, Crónicas..., p. 81). Para el DRAE tiene la acepción de ‘salvado, cáscara del grano’.

TERRENO BLANCO. m. Locución que se utiliza para referirse a las tierras especializadas para el cultivo de los cereales, sobre todo de trigo (L y G, AT)
TERRENO FUERTE. m. Terreno muy arcilloso, por lo que si no tiene buena sazón, se ara con dificultad.

TERRENO LIGERO. m. Tierras arenosas que se aran con facilidad. Obsérvese el empleo de esta locución en el libro Agricultura de Alonso de Herrera: “Y cuando las tierras recias se binan, las que son ligeras, si no han sido aradas, se pueden barbechar”.

TES. Apelativo que repetido sirve para llamar a las gallinas (L y G, JP, DE,GG).

TESO. m. Pequeña elevación del terreno. En Villalpando el más conocido es el “Teso de San Marcos”.

TETÓN. m. Bulto que se forma como consecuencia de un golpe o de la picadura de algún animal. GF lo recoge como sinónimo de chichón.

TIARRÓN. m. Hombre de gran fuerza y corpulencia física.

TÍO. m. Recibe este nombre el padrastro, es decir, aquel que se casa con una mujer, que ya ha tenido hijos en un matrimonio anterior en segundas nupcias. Análogamente la madrastra recibe el nombre de tía. GL señala que en las montañas de Santander se utilizan estos vocablos para referirse a los padrastros o a los suegros.

TIRILLAS. m. Se predica de la persona excesivamente delgada. Jijillas.

TIRONES. Aparece en la frase hecha ni a tres tirones, que se emplea para aludir a la resistencia tenaz que alguien opone para hacer algo.

TITIRITERA. f. Mujer frívola. Se emplea la expresión ir como una titiritera para indicar que alguna mujer lleva prendas de vestir demasiado atrevidas.

TITO. m. Hueso de las frutas. También se emplea como sinónimo de guisante. Muy probablemente AE lo utiliza con una acepción parecida a esta última en el siguiente texto: “Allí se dan cita los garbanzos suculentos, las ferruginosas lentejas, los guisantes cocederos, los titos burreños y las despreciadas almortas” (op. cit., 360).
TOBA. Voz que repetida sirve para llamar a los perros.

TOLÓN. Se dice de la persona alocada. RC, GR y SD recogen tolo ‘tonto’. Por su parte, JP da cuenta en Tierra de Campos de tolijo ‘mujer muy corretona’, y ML de tolonario ‘alocado, de poco fundamento’.

TOLLARSE. prnl. Ú.t.c.tr. Hundirse en un barrizal, de tal manera que salir de él se vuelve una tarea harto dificultosa. Al lugar donde eso ocurre se le llama “tollo” y atolladero. Tollar la simiente es sinónimo de taparla.

TORA. f. Cornamenta que se fabrica uniendo con un trozo de madera unos cuernos de toro o de chivo previamente vaciados. La utilizan los niños para jugar al toro: “Puede que por eso los niños aquí jugáramos y sigan jugando a los toros. Cansados de hacerlo con la tora (cuernos unidos por un palo) y de las burlas del señor Severo, al que, después del incidente del burro, habíamos cogido miedo, decidimos organizar una corrida seria” (AM, Memorias de un torero, p. 23). SL registra la locución tora de navajas y explica que sirve para aludir a un armazón con figura de toro, con navajas por cuernos, utilizado para jugar al toro.

TORERA. f. Mujer frívola.

TORNADERA. f. Instrumento de madera que usan los agricultores para dar vuelta a las mieses. Consiste en un mango que se ramifica en dos o cuatro dientes: “Un mal día ya no hubo más año siguiente. Como ya no había que comprar trillos ni tornaderas, la Feria fue languideciendo y deesapareció por asfixia municipal hace unos pocos años” (AM, Crónicas..., p. 29). También se da este nombre a un instrumento con varios ganchos de hierro que se engancha a la parte posterior del trillo para dar la vuelta a las mieses.

TORNAR. tr. Dar la vuelta a la trilla. También se emplea torna como sinónimo de vuelta: “La paja se iba cortando, las espigas desgranando, pero, por debajo, aún estaban enteras, había que darles la vuelta, había que dar la primera torna” AM, Crónicas..., p. 44).

TÓRNIGA. f. Era un juego que consistía en que uno de los participantes era rodeado con un círculo trazado en el suelo y desde allí tenía que lanzar una especie de cilindro rematado en dos pirámides con una paleta. Si los otros jugadores lograban atraparlo antes de que cayera al suelo el portador de la paleta perdía, y si llegaba a tocar el suelo disponía de tres oportunidades para golpear el cilindro con la paleta en uno de sus extremos y volearlo antes de que tocara el suelo con objeto de alejarlo lo más posible del círculo del que había partido. El resto de los jugadores tenía que arrojar con la mano el cilindro para introducirlo en el círculo donde se empezaba el juego, mientras que el jugador provisto de paleta procuraba golpearlo por el aire antes de que se metiera en el círculo para no perder: “Para no hacer prolijo este capítulo voy a omitir la descripción de otros juegos: a luz, la tórniga, el clavo, la llegada a meta con platillos con nombres de ciclistas” (AM, Charlas..., p. 107). También se emplea la frase hecha cambiar las tórnigas como equivalente a cambiar de chaqueta, traicionar.

TORO DEL ALBA. m. Originariamente era la vaca que se corría el día de la fiesta de san Roque,16 de agosto, poco después de romper el alba, aunque en la actualidad se ha extendido esta denominación al que se corre el día posterior a la Fiesta Mayor, ahora, desde hace bastantes años, también festivo. Es momento muy apreciado por los aficionados a encierros y capeas, pues la menor concurrencia de público permite el juego con las reses con menor embarazo del gentío. Asimismo, la presencia en la plaza de jóvenes trasnochadores y, en no pocas acasiones eufóricos por alguna copa de más, da lugar a algunos lances bastante jocosos (últimamente alguna vez teñidos de un cierto erotismo), aunque no exentos de peligro. La afición desmedida de los villalpandinos a los toros es proverbial (“el buen feo / y el buen toreo / en Villalpando nacieron”). Ello explica que los habitantes de la villa hayan destacado tanto en bríos, habilidad y fuerza para domeñar a las vacas bravas, como en agilidad y aplomo para burlar a los morlacos con vertiginosas carreras o con airosos y gallardos recortes, cuando no se han decidido a conducir artíscamente sus peligrosas embestidas con mantas, capas y muletas. Buen ejemplo de esto han sido, en las últimas decadas, el maestro Andrés Vázquez, y el banderillero Luis Miguel Villalpando. El primero de ellos, sin lugar a dudas, ha sido uno de los más importantes toreros de la segunda mitad del siglo XX, y ha demostrado con creces con la interpretación de las suertes más variadas, y ante los bureles de las más encastadas ganaderías, que el duende no solo habita en los cortijos y morunos patios de geranios, jazmines y albahacas, sino también en la Castilla de infinitas llanuras y casas de tapial y adobe. Y el segundo, a pesar del arte y valor que atesora, no ha podido, desgraciadamente, tomar la alternativa, por la falta de apoyos y la mala fortuna, aunque todavía nos sigue regalando con su magistral labor de torero de plata por las ferias más importantes de España y del mundo entero. Y la cantera sigue con toda la pujanza, porque actualmente, cuando escribo estas líneas, ya bien entrados en el tercer milenio, hay dos jóvenes villalpandinos que despuntan en la fiesta brava, y despiertan las esperanzas de sus vecinos: Jesús Granado y Antonio Boyano. Estos encierros y capeas en loor de san Roque se celebran desde el siglo XVIII, pero, según don Luis Calvo Lozano en su documentada Historia de la villa de Villalpando, en nuestra localidad se corrieron toros desde tiempos más remotos, pues hay constancia de que ya en el siglo XV se celebraban festejos de este jaez en honor de san Juan, y durante loas siglos XVI y XVII en honor de san Antonio de Padua.


TOROS. Se emplea en la locución hacer toros que es equivalente a hacer novillos: “Toda la documentación que el maestro llevaba era el cuaderno de matrícula con la relación de alumnos. Una hoja para cada mes y las casillas de alumnos y días para pasar lista y poner falta cuando el muchacho había ido a vendimiar , a cuidar las vacas o había hecho toros, algo muy frecuente” (AM, Crónicas..., p. 15).

TORTA. f. Pan redondo más fino que el normal.

TORTUJÓN. Retortujón. m. Espasmo intestinal que te produce la impresión de tener ganas de defecar. En último término, puede derivar de torquere, que se trasformó en torcere ‘torcer’ en el latín vulgar. Son varios los términos de esta misma familia que aluden a dolores abdominales. Así, en Villalpando se usa mucho torzón ‘cólico aparatoso y espasmódico propio del ganado caballar’. Obsérvese su uso por parte de AM: “Recordamos la yegua joven del señor Francisco “El Currero”, muerta de un torzón, de la que solo quedaron los huesos en El Barrero. Sus mazas de carne en fresco o en cecina mataron el hambre de algunas familias en unos días” (Crónicas..., p. 92).
TORVA. f. Remolino de viento que levanta polvo y otros materiales de poca consistencia: “Cuando las torvas de san Agustín sacaban paja de las eras a los caminos, se daban prisa las mujerucas en barrer y apañar toda la que podían” (AM, Crónicas..., p. 84). Compruébese su uso en Luis Mateo Díaz: “La cosa es que seguía haciendo bastante nieve y torva, porque el aire la arrastra y la gente no puede salir” (op. cit., p. 139). Parece derivar de turbare ‘enturbiar, agitar’. Si ello fuere así, nuestro vocablo estaría emparentado con torbellino, forma que proviene de turbo –inis ‘remolino’ a través de su diminutivo torbenino y como consecuencia de una disimilación. Asimismo, los términos antiguos turbión y turbón y el más moderno tolvanera ‘remolino’ también estarían relacionados con la palabra en cuestión.

TOSTA. f. Parte de las sopas que se queda más dura por encontrarse al fondo de la sartén o de la cazuela. Obsérvese su uso por parte de Merino Bravo: “Dentro de un rato cuando su madre hiciera la lumbre y después el desayuno, se levantaría en calzoncillos y en el fogón comería las sopas con tosta, en la cazuela de barro -cada uno tenía la suya- ya con solera en el fondo y se formaba la tosta sin pegarse” (op. cit., p. 113).También alude esta misma palabra al pan tostado, que sirve para tomar el chocolate o, partido en trozos más pequeños, para echar en los purés a manera de tropezones. GG recoge el término con la acepción de ‘tostada que se hace con la grasa de los torreznos’.

TRALLA. f. Látigo, pero se emplea en sentido figurado en locuciones como dar tralla ‘meter prisa’o haber tralla ‘haber jaleo’.

TRÁPALAS. f. Lío, confusión Dícese de persona barullera: “Es un trápalas”-

TRAQUIÑAR. tr. Traquetear, mover, menear o agitar una cosa (L y G, GC) Parece una variante de traquinar como consecuencia de la palatalización de la n por la i (traquiniar) hasta convertirse en ñ.

TRASERA. f. Puerta que da acceso al corral. Martín Calero hace una detallada descripción de la misma: “A todos estos edificios solamente se podía entrar por un amplio portillón de dos hojas y en una de ellas, la de servicio, que se decía de paso de hombre. Se les decía también traseras, dadas la ubicación de las mismas y estaban construidas de madera muy fuerte, bien acerrojadas y con mejores guardas, que daban acceso directo al gran corral de la alquería” (op. cit., p. 22).

TRASTORNAR. tr. Sufrir un accidente que consiste en que se vuelque el carro. AE utiliza la variante entornar: “Sí, Manolo, buenos días. Entornaron anoche en el Picón de Tocino; pero sin más consecuencias que el retraso correspondiente” (op. cit., p. 76). Puyol en su famoso glosario incluye este último término con la misma acepción. En este mismo sentido, GL recoge entornar ‘volcarse el carro’, entorne, entornadura ‘vuelco’, y cita refranes relacionados con estos vocablos: Después de entornar el carro, todo se vuelven cambreras y no entorna el carro por donde se rompe el eje, sino más adelante. Sin embargo, Pedro Älvarez Gómez emplea para este mismo concepto nuestro trastornar: “Le ayuda a sacar los carros de los tollos cuando se trastornan” (op. cit., p. 13). Y por su parte, Covarrubias ya recoge trastornar ‘volcar una vasija’, y en su glosa a la voz elefante se lee: “Y habiendo de pasar a nado algún río, echan delante los pequeñuelos, porque entrando los mayores no hagan represa del agua y los trastorne”.

TRIGOS. m. Campos sembrados, trigales. Agustín de Rojas en la inolvidable loa que hace a la comedia parece que emplea la palabra con esta acepción: “Viven contentos, duermen vestidos, caminan desnudos, comen hambrientos y espúlganse el verano entre los trigos, y en invierno no sienten con el frío piojos”. En cualquier caso, esta acepción es recogida clarísimamene por el Diccionario de Autoridades: “Usado en plural, se toma por lo mismo que sembrados”.

TRILLA. f. La mies extendida en la era en círculo y dispuesta para ser trillada. AT apunta que este término es característico de la zona este zamorana y de la Tierra de Campos vallisoletana y palentina. En cambio, por la Tierra del Vino para este mismo concepto se emplea la palabra parva.

TRILLIQUE. m. Persona encargada de trillar. Solía ser el más joven o el más anciano de la familia: “Si había algún muchacho o viejo para trillar, de trillique, los acarreadores se echaban la la siesta por la mañana hasta la hora de tornar, sobre las doce” (AM, Crónicas..., p. 44). El DRAE registra el vocablo como propio de la provincia de Salamanca.

TRIQUITRAQUE. m. Vaivén. Sin duda deriva de la primera acepción que registra el DRAE ‘ruido de golpes repetidos y desordenados’. Parece una creación onomatopéyica.

TROJA. f. Recipiente confeccionado con largas pajas de centeno ensambladas con mimbres finas cortadas longitudinalmente. Se utilizaba para guardar las cosechas de cereales y legumbres. Era estrecho por la boca y muy ancho de fondo.

TRULLO. Persona gruesa. También se puede aplicar a los animales, según se percibe en este texto de Delibes: “Los bichos estaban gordos y lustrosos como trullos” (Las perdices del domingo, p. 147).

TUSA. f. Paliza. Puede tener su origen en un sentido trasladado a partir del verbo tundir, que vale lo mismo que cortar el pelo a los paños, trasquilar. Estaría , por lo tanto, emparentado por su significado y por su descendencia etimológica con la palabra coloquial tunda. También se emplea en la expresión darse una tusa para aludir a que estás realizando un trabajo extenuante.

TUTO. m. Huevo (L y G, RG, DE, GG). Es voz infantil.

TRÚPITA. f. Juerga.






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