lunes, 6 de agosto de 2012

ACTUALIDAD VILLALPANDINA, II.

     OBRAS DE LA PUERTA DE VILLA.

     Ya está restaurado el cubo del Norte. Ha quedado perfecto. Después de la queja sobre, a nuestro parecer, la inadecuada piedra que han utilizado en la reparación de la parte interior, ahora están utilizando piedra arenisca auténtica. En nada se diferencia lo parcheado de lo antiguo.

    Lo malo es que ahí va a quedar "la pasarela".

    URBANISMO.

     Se le quejaba el otro día un albañil a Félix de haber perdido un trabajo. Se trataba de tirar un tejado viejo, en una simple cochera o portalón, y sustituirlo por uno nuevo. Fue en la pasada legislatura. El concejal de obras les exigió un "proyecto de derribo", que iba a costar más que la obra, más el proyecto de construcción. El dueño, a la vista de ello, retejó el viejo tejado y desistió de la obra.

     Otro villalpandino allí presente, terraza del Burgos, quería hacer lo mismo. Félix le dijo que no se preocupara, que le bastaba con la licencia de obra. Veinte euros y ¡andando!.

     Era general la coincidencia en que así es como debe actuar el Ayuntamiento. No imponiendo exigencias, trabas y pegas, a las que tan dado es el Arquitecto Municipal, facilitando el progreso del pueblo. No es que cada quien haga lo que le dé en gana. Que todo el mundo, en lo esencial, se ajuste al PGOU, pero abriendo la mano en cuanto a la burocracia. ¿Alguien puede decirme qué necesidad hay, para tirar cualquier vieja edificación, de un proyecto de derribo?.

     Un nuevo coste, no pequeño, tiene el derribar: la gestión de los escombros. Hasta hace bien poco era gratis. Había, alrededor del pueblo, suficientes lagunas y hondonadas que rellenar. Colmatadas éstas se planteó el problema. Pienso que la mejor solución hubiera sido un acuerdo con la dueña del enorme hoyo existente en una parcela del Camino de Alafes, a quien con el relleno, dejándole capa de tierra arriba, incluso se le haría un favor. Han optado por acuerdo con una empresa  que ha montado un pequeño centro de recogida, desde donde los trasladan a la planta de reciclaje que posee en San Cristobal. Según "me han dicho", cobran nueve euros Tm., más no sé cuánto por viaje. Caro, caro resulta derribar.

      Auguro a esta planta de almacenamiento temporal escaso porvenir. La recogida y el traslado de los escombros de dos casas, grandes más bien, en la calle Zarandona, le ha dado trabajo para ocho o diez días. Ya me contarán las perspectivas de derribos y obras que existen en unos pueblos con más de la mitad de viviendas vacías.

       En la pared noroeste de la panera del Sindicato se han producido derrumbes parciales, filas enteras de ladrillos del socalce, que dejan al descubierto, lo endeble, por salitre, del adobe de la pared. No sé cuándo el Ayuntamiento ha de tomar una decisión sobre este ruinoso edificio.

LITERATURA:

      He leído con deleite, los relatos del libro "Vivencias, historias y costumbres", donde se publican los premiados en los certámenes de "Espigas".

       De los míos omito comentarios. Les recomiendo su lectura: "Llanto por uno y por mil campesinos", está escrito,  en recuerdo de Ángel Mazariegos, antes de llegar las ayudas de la PAC; "El coche de línea", sobre aquellos viajes que tanto daban de sí; y "El Jornalero", incluido en "Víctimas de la Guerra Civil"  Si alguien tiene interés podría colgarlos en el blog.

        De todos los relatos destaco tres que me encantan:

         "Vamos a pollos", escrito por Jerónimo Cantuche, actualmente secretario del Sindicato de Enfermería de UGT. Relata las andanzas de la cuadrilla de amigos, en su pueblo, Sanzoles me parece, entre las eras, los huertos y la caza a carreras de pollos de perdiz. Es autobiográfico. En la entrega del premio estaban amigos de la pandilla a los que nombra. Me maravilla la descripción de los parajes, los diálogos entre los muchachos, la viveza de las acciones relatadas. ¡Precioso!.

           "Relaciones internacionales", escrito por Lorenzo Delás Gómez agricultor de Villafáfila. Narra como estando arando, ya de noche, en invierno, por terminar la parcela, se le presentan una pareja de finlandeses, como "las patas", a pedirle auxilio por haber quedado tollada en el barro su caravana, con los que se entendió por señas. La narración de la peripecia no puede ser más amena. Utiliza la oración corta, el lenguaje coloquial, incluidos dichos y tacos, no groseros. ¡Simpático, simpático!.

           "La  última trilla", escrito por Marcelo Alcalá de Caso a quien, aún suponiendo de Castroverde, por los apellidos, el vocabulario y algún dato topográfico, no conozco. Ruego que alguien la haga llegar mi enhorabuena.

            Éste texto, por su hondura, por su carácter dramático, por su textura literaria, ha sido el más impactante. Un drama rural que sintoniza con un pueblo donde existió la tragedia.

          Cuando yo estaba con Cossio era el pueblo donde había más pleitos, del que más clientes tenía. Recuerdo a una anciana, yo casi niño, que pleiteaba con sus hijos. Luego a un hijo de aquella anciana que, cuando un nieto se puso a estudiar, él quería a toda costa que "estudiara pa Abogao".

         Mucha simpatía siento por "Castrum Viride", pueblo netamente terracampino. Muchas vivencias a él me unen. En su estación, a los 18 años, cargué vagones de trigo en sacos de 80 kilos, a mogollón. Más tarde fui Maestro, cuando había tres de niños y cinco maestras. Cargué muchos camiones de alfalfa. Tengo muchos amigos: el mecenas cultural Sarvelio Villar, el bigotes Grajal y sus hermanos; Ricardo Bausela, y su sobrino Jesús, Juan Ramón, Eleuterio, residente de "La Inmaculada", aunque no anciano. Lo eran Rufino y  Eduardo. Si bien, el más íntimo, por sus cualidades humanas, tan lleno de virtudes, es el eterno alcalde.

        Les recomiendo la lectura de "Vicencias, Historias y Costumbres", de las Comarcas "Campos-Pan" y Norte del Duero.

     
 
   

   

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Don Agapito.
He leído su comentario sobre el relato que escribí para el concurso de poesía y relatos
que la asociación “Espigas” convoca cada año.
Le he llamado Don Agapito porque Ud. fue mi maestro en Castroverde y tengo muy
buenos recuerdos de Ud. como docente, mejor dicho como maestro.
Quizás no se acuerde de mí, porque en su vida de maestro habrá lidiado con muchos
chavales traviesos, como lo era yo.
Le reitero las gracias y le envió un saludo.
Marcelo Alcalá

Agapito dijo...

Gracias Marcelo por tu mensaje. Me alegra haya llegado mi comentario a tus "oídos" y que seas visitante de mi blog.

Insisto en el elogio a tu relato. No es adulación, ya que no te recuerdo, si supuse eras de Castroverde (Alcalá y Bausela no falla). Lo he releído. Me conmovió.

Un saludo.