Así que vienen unos días buenos en marzo, ya me entran las ganas de empezar con el melonar.
Siempre pensando la forma de trabajar menos para combatir la broza, se me ocurrió la feliz idea del acolchado, como ven parcialmente en las fotos.
Extendimos doce tiras de noventa centímetros de ancho, que cortamos a los cuarenta metros.
Viendo el calorcico que comprobaba al meter mano bajo la colcha, me animé a sembrar con semilla directamente en el suelo.
Con el espetón pinchaba un agujero (menor que el de la foto), depositaba ocho o diez pipas y poníamos un vaso de plástico boca abajo.
Si consigo que me nazcan a finales marzo, primeros abril, para San Roque tenemos sandías. La idea era buena. El melón necesita una temperatura del suelo de, al menos 15º. Con el acolchado y el vaso, cuando había sol, conseguíamos esos 15 º.
¡Bueno!: cambia el tiempo, se pone a llover y a hacer frío. Pasan dos, tres semanas. Vamos por allí, y ni una plántula. Escarbo, busco y me encuentro, cuando mucho, con alguna cáscara, también de calabaza. Y pillo al bicho. De 600 agujeros encontramos seis o siete nacidos.
Pues a comprar planta y replantar. Eso a finales de abril primeros de mayo, todavía. Seis medías mañanas de faena. Plantita, chorrito de agua, y vasito boca abajo encima, ocupando el agujero hecho en el acolchado.
Vuelta la lluvia y el frío. Nos faltaban fila y media. Esperamos. El pasado martes compré otras cincuenta planta de melón. Mucho más grandes y con mayor cepellón que las primeras. Éstas han salvado gracias a los vasos. Pero ya ven la diferencia las plantadas el martes, con la buena temperatura de ayer, da gusto verlas.
En las fotos se ve la diferencia. Ayer con garrafas y regadera, fuimos quitando los vasos y regando a todas. Están vivas, pero hoy ya hace más fresco. Para los cereales, fenómeno. ¡Que esto es la estepa cerealista, forrajera y girasolera! Y las curcubitáceas son muy frioleras.
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A propósito de cereales. Vean las fotos echas ayer y hoy por la mañana. Y les explico.
Esta es de una parcela sembrada de trigo en ecológico. No sé si merecerá la pena meter la cosechadora. El pasado año estuvo de barbecho.
Uno de tantos trigazos como se ven por ahí. El año pasado dio a 1.100 kilos Ha. de girasoles. No tiene "mineral" en exceso. Herbicida solo para hoja ancha, con el que se aplicó un bio estimulante. Laboreo, alzado, en muy buena sazón, con el cultivador.
Las dos fotos anteriores son de cebadones como nunca se habían visto. Tengo la suerte de disfrutar con lo ajeno. La foto de la cebada más oscura es de los Hnos Suena, en la carretera de Zamora. En 2.023 le metieron una impresionante tunda de estiércol. El año pasado estuvo de veza, impresionante, pero, dejada para grano, se aplastó al suelo y quedó allí la mayoría.
Este girasol está en la carretera de Quintanilla del Monte. Hemos tenido este año mucho problema con las nascencias, sobre todo en las siembras tempranas. Un bicho o un pájaro se ha jalado casi todas, o todas, las plántulas. Álvaro ha tenido que resembrar 7 Has. Va a dejar sin sembrar una parcela de 3 Has. orilla de la autovía, por culpa de los conejos.
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