UN GRATO CORREO, y otras confidencias.

 

Begoña Rodriguez Merino	8:25 (hace 2 horas)
para mí

Estimado Agapito:

Ayer estuvo el Sr Mañueco visitando Medina y estuvo en la Residencia donde está Félix.

Disfrutó muchísimo.

También estuvo el Alcalde de Medina,Sr Guzmán,por quién entró él en la Residencia.

Hablé con Alberto, uno de los hijos de Félix y quedamos en qué cuando haga mejor clima,le llevará a Villalpando.

Ya te avisaremos.

Atentamente 

Begoña.

CONFIDENCIAS. Son días de reencuentros, de gratas gestiones con inmigrantes, de amables visitas. Ayer una especialmente grata, vino a traerme su novela, Ala de cuervo, con el prólogo ya impreso, Anabel Santos, la escritora de Santa Eufemia. Venían a visitar a su tío Eduardo Pumar en la residencia..

No voy a repetir el prólogo que colgué hace un mes, sí la nota que lo precede:

NOTA DE LA AUTORA.

    Tengo la inmensa fortuna de contar en mi segunda novela con el prólogo de un hombre que, más allá de su extensa trayectoria como historiador y escritor de costumbres terracampinas, es, ante todo, una magnífica persona.

    

    Gracias Agapito por confiar en mí y por enriquecer mi obra con tus evocadoras y elogiosas palabras. Los dejo con su maravilloso prólogo.

 

      COMENTARIO

       Ya le agradecí a Anabel, y vuelvo a hacerlo, el elogio que más me satisface: "es, ante todo, una magnífica persona". 

    Pido disculpas por transcribir el elogio; pero si ya a don Antonio Machado lo único que le importaba quedara de su memoria fue: "..., y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno", lo mismo le ocurre a servidor.

     Además es un acto de justa defensa. Bien es verdad me reconforta el aprecio que noto en la mayoría de los del pueblo de dentro y de fuera,  y comarca.  Pero claro: el llevar años siendo un referente ético y cultural, manteniendo una postura de libertad de expresión, de independencia ideológica, de  compromiso regeneracionista, choca con la minoría más ruin, si bien ahora ya carezco de noticias sobre difamaciones en cierta tertulia, pero persisten ciertas actitudes que no entiendo.

    Un ejemplo: Domingo de Ramos, terraza de Pedro; sentados en una mesa un matrimonio amigo de emigrantes y su hijo; los saludo, nos ponemos a charlar. En la mesa de al lado, sentados en otra mesa, una pareja relativamente joven; tres sillas vacías. Como me cansa estar de pie, pregunto si puedo coger una de esas sillas. Me dicen que no. Sigo de pie. Se pasan unos minutos. Nadie viene a ocupar las sillas vacías. Me vuelvo y les digo, al tiempo que cogía la silla: si viene alguien a ocuparla, la devuelvo. En la cerca de media hora que conversé con los amigos, hasta que fui a otra mesa con mi familia, nadie vino a ocupar esas sillas. No es más que un gesto, pasé del mal detalle. Sólo me queda la duda: ¿qué le he hecho al del mal detalle con quien nunca he tenido roce alguno, sino al contrario?

    Otro ejemplo de hace ya tiempo: me pongo a conversar, también en la barra de Pedro, con Moisés (Q.E.D.), a quien acompañaba un tipejo de Belver. En la banal conversación, sin venir a cuento, sin ton ni son, me salta el tío: -"pues a mi me han dicho que eres mala persona".

    Mi respuesta fue: -"Pues teniendo en cuenta quién te lo ha dicho, lo tomo como un elogio".

    Hace muchos años, también sin motivo, un empleado de banca casado con funcionaria, me zahirió dudando de mi nivel cultural para la conseguida plaza de funcionario docente. Ahí están, desde entonces, mis alumnos en Villanueva del Campo, en Alija del Infantado, en Villalpando hasta la jubilación.

    De siempre he tenido un afán didáctico. Ahí están mis libros, los relatos premiados, el "Diez para diez"... Ese "escéptico" y el difamador (sólo me quedaba uno que ya ha debido dejarlo)  deberían asomarse a este blog (los que sepan leer), a lo mejor algo aprendían, sobre los Comuneros o la guerra civil,. por ej.

    

    

     

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