Es un inciso en el trabajo sobre el futuro de Villalpando, me falta proponer posibles soluciones, y en el que "Quien ve su villa...", que pienso continuar.
Todavía hay misa en las Monjas. Creo quedan siete Clarisas, cinco muy viejecitas, y mujeres que van a misa. No muchas más de las que ven en la foto. Los domingos por la tarde, algún hombre, que lo hace por acompañar.
¡Cuánta virtud atesoran las siete señoras de la foto! Son, de izquierda a derecha: Milagros Mazariegos, la de "Quines", Enedina Pozo, esposa que fue de José de la Puente; Carmen Allende Vega, esposa de Cándido Sánchez; Sarita Riaño, hija de "Cobera", madre de nuestros cinco hijos; Lola, la de Abundio Gallego, y las dos Angelines, la hermana menor de Milagros, séptima de los de Segundo "Marcos", y Angelines, la menor del Sr. Cecilio Fernández, esposa que fue de Luis Núñez.
Ahora les copio una poesía para propiciar gratos, aunque añorantes, recuerdos.
Nazareno de mi pueblo de lagares y tenadas,
de trilliques y agosteros,
de hambre y de senaras.
Nazareno de emigrantes,
de gañanes oprimidos,
Nazareno de los de antes,
de aquellos hombres curtidos.
De viejicas enlutadas
que rezan los "Misereres",
de mujeres encorvadas
cuando respigan las mieses.
A hombro de cuatro mozos
por el campo tú salías
para implorarle a los cielos
que cesara la sequía.
A más de una madre vi
llorando en tu capilla,
pidiéndote la salud
para alguien de su familia.
Eran personas honradas,
sufridas y laboriosas
de austeridad contrastada
con aquella sobriedad
de la gente castellana.
Compartían escaseces,
se ayudaban mutuamente,
cuando daban su palabra,
no hacían falta más jueces
Detrás de ti, en procesión
te alumbraban con faroles,
más relucía el hachón
de sus buenos corazones.
En carroza engalanada
por las calles hoy desfilas,
pero flores y cornetas
¿no serán solo mentiras?
En medio de la abundancia
con que vivimos hoy día,
devuélvenos la honradez
de aquellas gentes sencillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario