miércoles, 17 de abril de 2024

QUIEN VE SU VILLA... (VI)

                                                      

               Tuvo mala suerte la II República. A los graves problemas estructurales que de siempre venía padeciendo España, se unió la crisis económica mundial a causa de la gran depresión del “veintinueve”. El Gobierno Provisional intento remediar la situación por el paro, sin cobertura económica; en aquella primavera del “treinta y uno”, sobre todo en Andalucía y Extremadura la situación era de hambruna y auténtica explotación. Poco consiguió.

               La barquita republicana zozobraba en aquel mar de intereses contrapuestos, de viscerales confrontaciones ideológicas; una de ellas, y no menor, fue la cuestión religiosa. Azaña, gran intelectual y persona de buenas intenciones, se equivocó en la redacción de una Constitución beligerante con la Iglesia Católica. Ya, en mayo del “treinta y uno”, un encontronazo en Madrid en que, parece ser, hubo un muerto de izquierdas, fue el pretexto para incendiar en toda España unos veinticuatro edificios religiosos. Niceto Alcalá Zamora, católico practicante,  dimitió de su cargo de Presidente en desacuerdo con el Art. 26 de la CE, tan anticlerical, aunque lo volvió a retomar.

               Ya en los años “veinte”, se quejaba don Luis Calvo de que la ideología marxista estaba, en Villalpando, apartando de la iglesia a la clase obrera; que se estaban produciendo matrimonios por lo civil e, incluso, quedaban niños sin bautizar, y los inscribían en el Registro Civil con nombres no cristianos: Armonía, Fraternidad, Arístides...   Con la república llegaron los incidentes. Decían las nuevas leyes que las procesiones, al ser consideradas manifestaciones públicas, deberían obtener permiso gubernativo para su celebración. ¡Tú veras!:  permiso para la procesión de la Purísima…; debió ser al pasar por la plaza, un grupo de mujeres obreras se plantó delante de las andas; las portadoras dejaron a la Virgen en el suelo y anduvieron a la greña…

               Otra vez, también mujeres, salieron a tirar cantos al “Santísimo”, en la procesión del Corpus.

               Contado directamente por los protagonistas, a los pocos niños de la Calle Olleros que iban a misa, al pasar por la Puerta de Villa, otros niños les apedreaban…

 

               Las buenas intenciones, los proyectos e inclusive la positiva gestión realizada desde el poder, durante el bienio reformista, por el Gabinete presidido por D. Manuel Azaña, chocaron con la coyuntura económica adversa (larga crisis económica de 1929), las convulsiones sociales: huelgas, paros, manifestaciones; la legitimidad de la republica que cuestionaban los grupos extremistas: monarquismo, falangismo, catolicismo combativo, en el extremo derecho y en el izquierdo, cenetismo y comunismo. Y, además, como aditamento, el nacionalismo Catalán y Vasco, insatisfechos con la vía pactada del Estatuto.

            Esto en el plano nacional. Fuera de nuestras fronteras el imparable ascenso de Hitler y del Comunismo  Soviético, arrosiaban más la hoguera interior”

Ante esta situación a don Niceto no le quedó otro remedio que convocar nuevas elecciones generales, para el 19 de Nov. de 1933.

El advenimiento de la república de forma inesperada en 1931 descolocó, desorientó y asustó a las fuerzas conservadoras. Además, muchas gentes de ideología de centro derecha en lo social y económico, eran sinceramente partidarias de la república, como ruptura que acabara con todos los vicios del viejo régimen , y como esperanza del triunfo real de la soberanía popular

El panorama había cambiado en 1933. Las fuerzas de derechas se habían organizado, y reorganizado de cara a estas elecciones, “cada oveja con su pareja”. Se deshizo aquella amalgama artificial de la Conjunción Republicano Socialista: Agrarios, Acción Popular, Republicanos Conservadores se unieron para concurrir juntos en lo que llamaron “Coalición antimarxista”, y después CEDA (“Confederación Española de Derechas Autónomas”).

Votaron, por primera vez, las mujeres. Nuestro censo había aumentado más del doble, 1.526 votantes (las mujeres, que entonces no fumaban, vivían más). La participación fue menor, 66’5 %, a causa de la abstención de los anarquistas, y, a pesar de que un obrero villalpandino, (un valiente, le resultó muy difícil al partido encontrar candidatos, porque los patrones no les darían trabajo), Salvador Luna Alarma, quien lo pagó con su vida, encabezaba la candidatura provincial por el PCE. En Villalpando, después del de la capital, se había creado el primer “radio comunista” de la provincia.

Pues aquí, como en el resto de España, aunque no con tanta diferencia, ganaron las derechas, la Coalición Antimarxista, con el 61% de los votos escrutados. A las izquierdas les perjudicó su desunión.        

Si con un gobierno, en el que predominaba el centro izquierda, la conflictividad social fue grande, con el de centro derecha, presidido por Alejandro Lerroux, apoyado por la CEDA, pueden imaginarse. El episodio sobresaliente: la huelga revolucionaria de octubre del “treinta y cuatro”, aunque sólo prendiera en Asturias.

¿Qué ocurrió aquí en aquel “treinta y cuatro”?. Vayamos a la hemeroteca, para contar lo más significativo, aparte de otros muchos rifirrafes.

 

“El Heraldo de Zamora, fecha 2 de junio de 1934, extraemos la noticia: “Los sucesos de Villalpando”. En la huelga de unos días antes, los tres “mozos de año” de la "Viuda de Candidín"  habían ido a la arada, si bien al Raso, para “no dar incienso”, no provocar. Un grupo de jornaleros anarquistas fueron a por ellos (dos eran muy jóvenes y el otro casi viejo) y les infirieron humillantes vejaciones.

Aquel 1º de junio, día del Corpus, recién anochecido, ardía la hoguera de la octava de Santa María. Toda la juventud del pueblo allí se congregaba para bailar al son del organillo y beber limonada, que regalaba el mayordomo. Fue la ocasión aprovechada por los hermanos de uno de los vejados para ajustar cuentas con los autores. Salieron a ellos, cuando iban para casa en el arrabal. Malhirieron a dos, por el sobreviviente, Marcelino Caramazana Fernández de 23 años ingresado en el Hospital de la Encarnación en Zamora, sabemos que el otro agredido, y muerto a las pocas horas, Francisco Gallego, “El Tano” era el Presidente de la CNT en Villalpando, cuyo carnet le fue encontrado entre su ropa. Así se desmintió la noticia, publicada en un primer momento de ser comunista, cuando en realidad era anarquista. Este es uno de los muchos testimonios de la pujanza de la CNT en la villa”.

            Omito nombres; viven sobrinos, nietos, incluso hijas, hijo de aquellos, entonces, muy jóvenes, “mozos” de la “Viuda”, aunque no autores de la agresión.

            Sí un curioso dato familiar: aquel día 2 de junio, Octava de Santa María, se casaron, con 18 años, mi tía Coral Alonso, con mi tío José Mazariegos, “China”, de 23 años, a quienes recuerdo con enorme cariño.

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