lunes, 4 de septiembre de 2023

LLUEVE.

  Anoche bajó la lluvia del cielo al campo

el  añil y el sol abrasador de todo un verano

se tornó gris, plumbeo, con agua cargada en el Atlántico

derramada vivificadora sobre los resecos páramos:

sobre arcillas, limos y arenales con cantos;

sobre embrozados rastrojos

sobre barbechos terciados...

El aire de la mañana 

era un gozo respirarlo;

pugnaban los girasoles

con gatuñas, bledos y cardos,

con genijos, acederas, salsolas y verdolagas

intentando cada cual,

que se oliera su fragancia;

para enriquecer aún más,

la de la tierra mojada.

Nuestra estepa cerealista

comienza a quedar preñada;

germinarán las semillas 

por el viento esparramadas

broza, rebrote otoñal

que eliminará la arada.

Comienzo esperanzador

para una buena senara.

No hay comentarios: