Don
Miguel, Rector magnífico de la Universidad de Salamanca, repuesto en el cargo
por los sublevados, pues se había manifestado contra el caos de aquella II
República por la que tanto había luchado, presidía el acto patriótico del 12 de
octubre en un paraninfo repleto de camisas azules y de corrajes militares.
Había
decidido no hablar, “pues me conozco y me
voy a calentar”. Llevaba en el bolso de la chaqueta, una carta para doña
Carmen Polo, de la esposa de Atilano Coco, un
maestro de escuela regeneracionista y
Pastor Evangélico, prisionero por tales “crímenes”, pidiendo celemencia.
Ignominiosamente lo fusilaron. De nada sirvió la suplica del Catedrático.
En los discursos se vertieron descalificaciones con
las que no estaba de acuerdo. Ya tenía noticias de las atrocidades que en ambos
bandos se estaban cometiendo. Le dolían más las próximas, por afectar a
conocidos, incluso amigos. Pidió la palabra. Habló, y se lió. Como el pasaje es
de sobra conocido, no continúo.
Salvando todas las distancias, una vez que supe
conseguido mi objetivo, tras años de persecución, por parte de las fuerzas
vivas del pueblo, incluida una judicatura local, de limpieza de la vida política de mi pueblo.
Me dije: ¡Se acabó!
Conocidas bien tempranamente las candidaturas, mostré
cierto desacuerdo, que borré enseguida. Ahora, al poseer, de primera mano, elementos de juicio muy positivos de un
aspirante, por el bien de Villalpando,
no puedo callarme.
Dada la desafección de los mejores por la política,
ante tanto medrador como de ella se ha valido, el que personas, limpias,
nuevas, honestas y competentes, sacudiendo su comodidad, den el paso, es muy de
elogiar.
Supongamos un pueblo, dominado de siempre por el
caciquismo corrupto donde se produce el “cataclás”. Los partidos quieren
limpieza. El activista de turno presenta pruebas. Se acabó lo viejo. Nuevo
ciclo. Pues no debe colarse nada de lo viejo, y más si tuvo implicaciones en
irregularidades y en la persecución del inocente. En aras de la paz, prefiero
no entrar en detalles.
No me vale la escusa de la falta de tiempo. La labor de concejal de un ayuntamiento de 1.400 H. lleva poco. Los plenos, muy escasos, y comisiones pueden celebrarse acabada la jornada laboral, como toda la vida. Y si no tienen tiempo para acudir a plenos y comisiones, menos para reunirse toda la candidatura (los electos y los no) a tomar decisiones conjuntas.
Hubo un concejal en la legislatura 2.015-2.019 en el
PSOE, forastero, a quien no he llegado a conocer.
Como habrá gente dispuesta a minusvalorar mi opinión
(de los tres de la Puerta Villa, ni puto caso) les recuerdo, sin jactancia alguna, lo
decisivo de mi actuación en la vida política del pueblo, mi relación cordial
con la inmensa mayoría, y mi disposición a tender la mano a todo el mundo. Y
que, sin crispación, vivamos las próximas municipales
Abro esta bitácora a cualquier personas que desee
exponer sus ideas,
3 comentarios:
Es de sobra conocida la implicación de la segunda de lista en la licencia de obra menor para los "Cercados y Corraletas con le se construyó una plaza de tientas. Es de sobra conocido que fue una de los nueve que reprobaron en un pleno, y me difamaron en La Opinión.
Pudo en principio actuar sin saber lo que hacía, pero cuando vio el cariz que iban tomando los acontecimientos (denuncias, querellas, agresiones,...) debió desmarcarse.
Cuando he visto la foto en el periódico y lo de la RENOVACIÓN me he echado a reír.
https://www.elcomercio.es/oviedo/oviedo-san-mateo-apunala-espalda-policia-nacional-20190923101354-nt.html
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