MIS DELITOS.

    Pues ahora resulta que yo también soy un delincuente, porque entro con el coche a la plaza.

   Lo hago, unas veces porque me viene bien, y todas como señal de rebeldía, de protesta. Hace unos años hubo un movimiento de los industriales perjudicados. Todos convenimos que cerrar la plaza a diario (que esto es un pueblo muerto) no produce más que inconvenientes  e incomodidades. Que está vacía, que no hay ni una rata, al menos algún coche la alegraría.

   Como la decisión municipal es tan absurda, resulta que entran todos los que quieren, y la guardia civil no multa.

   Lo más indignante es que entran los coches de las autoridades. Ayer había dos de la Junta de CyL. El Jeep del teniente alcalde está siempre aparcado en la esquina de Cañibano, que también es la plaza, y se ha saltado, como todos quienes entramos, la señal de dirección prohibida.

    Atentos al reportaje que voy a colgar. El primer coche de la foto es el del alcalde. Si pinchan verán la matrícula.

     ¿Qué pasa? ¿Qué en villa tan histórica quedan residuos del derecho de pernada, de privilegios, como en lo de las corraletas, para los que mandan?

    También me acusan de subir por la Puerta de Villa. Lo hice dos veces hace ya mucho tiempo. Ventaja de tener un coche pequeñito. Y lo hice por el mismo motivo: rebeldía, protesta contra una chirimbolada absurda, y contra una restauración, que critiqué en su día, y que el tiempo me ha dado la razón. Entendería, si acaso, la prohibición para camiones de gran tonelaje, pero para turismos es una bobada, que no se ha hecho ni el acueducto de Segovia.

      Repito las fotos que colgué en el mes de junio. Observen el estado de deterioro. ¿Ustedes creen que lo ha producido mi pobre "pandita"?

       Ese deterioro, ver los cachos de piedra por el suelo, es lo que todos quienes me babosean deberían criticar. Me dan asco.