sábado, 19 de marzo de 2022

PLÉYADE DE ESCRITORES VILLALPANDINOS.

 


                              PLÉYADE DE ESCRITORES VILLALPANDINOS.

Cuando en 1993 publiqué mi primer librito, “Crónicas de ayer y de hoy desde un pueblo zamorano”, nada, salvo la excelente historia de don Luis Calvo Lozano, y un folleto de don Primitivo sobre el voto, había publicado por paisanos.

Me animó el de la editorial, Luis Jambrina, a imprimir mil ejemplares; saldría más barato. Como todavía no sabía manejar el ordenador, el manuscrito estaba a máquina, lo que encareció su edición. Sólo se vendió en la villa, librería de Ángeles Casado, pero fue suficiente. Daba gusto. Cada pocos días Angelines me pedía más ejemplares.

Del de “Charlas de fragua y solana”, editado por la Diputación (cuando todavía los del PP no se habían enfadado conmigo)  de Zamora y Semuret, también se agotó la edición. Así ha ocurrido con los siguientes, si bien del de “Aquellos pueblos”, editado por Patricia, hicimos pocas copias. Ha terminado por vender todas. De ahí que me animara a recopilar lo que me parece mejor de los relatos publicados y añadiera unos cuantos inéditos para publicar el actual, “De entre adobes y tapiales”. El que se estén vendiendo ejemplares, dada la “feroz” competencia local, es casi un milagro. En Villalpando, además del voto, los toreros, los feos, los quesos, Agrinza, el CPO, etc., tenemos un enorme plantel de escritores de calidad.

Comienzo por orden cronológico:

DON TOMÁS OSORIO BURÓN: “El voto inmaculista”, “Diego de Torres Bollo”, al alirón con PABLO ROMÁN ALLENDE, Archivos, parroquias y cofradías; Versos vivos, escrito por Luciano López García; otro de Versos de distintos autores villalpandinos.

ÁNGEL INFESTAS GIL. Profesor de Sociologia y vice-rector de la Universidad de Salamanca, es, jubilado, cuando empieza a escribir. Su obra, basada en hechos históricos, requiere mucha documentación, incluso viajes. Así crea “El retiro del templario”, Lucas Gil de Zamora, quien regresa a dirigir la Encomienda del Temple en la villa. Leerlo despacio, con regusto, es trasladarse al “Alpando” de finales del siglo XIII. Con pocos libros he disfrutado tanto.

En este momento está a punto de publicar otra novela histórica, fruto también de mucha investigación, de mucho estudio, para el que, aún, no tiene título, si bien la palabra “Comunero” y la palabra Villalpando, han de aparecer. Se trata de la biografía novelada de Bernardino de Valbuena.

LUCIANO LÓPEZ GUTIÉRREZ. Si en el caso de Infestas es la historia el trasfondo de sus libros, en el de “Lucianín”, lo es la literatura: “Esbozo para un vocabulario de la Tierra de Campos”, “Los mundos de Delibes”, “Amor y sexo en el siglo de Oro”, “En torno a las palabras de Delibes”, la correspondencia de éste con Francisco Umbral; Anatomía de la Semana Santa”, “Portentos y prodigios del Siglo de Oro…

FERNANDO CARTÓN SANCHO. Su madre, Milagros Sancho, compañera de Colegio, me sigue teniendo cariño. Éste, Licenciado en Derecho, inteligente, Procurador de los Tribunales, con mucho trabajo, y agricultor ha escrito, por afición, dos novelas. Son amenas, también con fondo histórico, fáciles de leer: “El náufrago de Castilla! y “La veleta nocturna”.

FÉLIX G. MODROÑO.- Un domingo, primeros de abril de 1965, paseando por la plaza, se acerca mi padre (yo vivía con los tíos), lleno de alegría y me da la noticia: -“Tu hermana (tenía 21 años) ha tenido un niño”.  ¡Qué alegría! Entramos en detalles y bromas.

Como ha nacido en Baracaldo, es vasco "pues". Puede llegar a ser jugador del “Atleti”, pelotari, cortador de troncos o incluso boxeador (por entonces Urtain estaba en el candelero). Pronto vimos que aquel niño, tan guapo (¡Qué alegría cada vez que venían por vacaciones!), apuntaba por otros caminos. Licenciado en derecho, alto empleado de banca, ha devenido en escritor prolífico, muy conocido, sobre todo en las vascongadas.

“La sangre de los crucificados”, “Muerte dulce”,  “Secretos del arenal”, “La ciudad de los ojos grises”, Sombras de agua”, La fuente de los siete valles”

EDUARDO FERNÁN-LÓPEZ, es hijo de Marcelino, de los Amadeos. Éste, desde hace no muchos años, cuando nos encontrábamos, me hablaba de su hijo. Por entonces estaba trabajando en su Máster para el doctorado sobre la figura del clérigo zamorano, Nicasio Gallego, uno de los redactores de la Constitución de las Cortes de Cádiz. Como cito de memoria, si algún error existe, admito corrección.

Cierto que su currículo es impresionante, Doctor en Historia Contemporánea, Licenciado en Historia del Arte, Miembro de un grupo de Estudios Históricos, etc, etc,; en la solapa de su novela pueden leerlo todo.

Su novela, ¡qué novela!: “La dentellada”. Con decirles que va por la cuarta edición. Tuvo el acierto de situar en Zamora una trama policial que mezcla con otras situaciones, “como la corrupción política local”. ¡Cómo no!

En la actualidad, aparte de otros trabajos, está escribiendo nueva novela, cuya acción transcurre en Buenos Aires. Por supuesto que, para ello, ha vivido en esa ciudad. Es un cosmopolita.

A mi edad, con tantas cicatrices en el alma (esa hija tan prometedora que se nos fue tan pronto, más las canalladas, superadas, de que he sido víctima), como ven, no siento celos ni rivalidad, sino al contrario: me alegro de que existan tantos preclaros “hijos del pueblo” con cuyos libros disfruto.


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