lunes, 22 de febrero de 2021

COPIADO DE FACEBOOK.

 LA TERCERA ESPAÑA

"Soy hija de España que se pintó las manos de blanco y se echó a la calle cuando un etarra descerrajó un tiro en la nuca a Miguel Ángel Blanco. La que recibió con los brazos abiertos una democracia y luchó cuarenta años por la libertad y la palabra.
Esa «tercera España» que está harta de las otras dos, las de los extremos, que casi siempre se tocan.
Más allá de la violencia, siento pena por quienes han salido a la calle a defender a un delincuente de medio pelo y regresaron a casa pensando que eran garantes de la justicia y la libertad. Hijos de la manipulación y la mentira, justicieros de la nada"

Respuesta de acuerdo y matización al mensaje de una internauta que está en Facebook, pero que, sin su permiso, no quiero trasladarlo aquí.

 Coincido contigo en el elogio al texto de Ana Pedrero, hija de Antonio Pedrero, autor del mural de San Nicolás, sobre el voto. Coincido con ella en una idea fuerza, en un sentimiento que empecé a experimentar antes de que Paul Preston escribiera un libro sobre las tres Españas: en no identificarme ni con la España del Frente Popular, ni con la España de la sublevación; ni con los rojos, ni con los azules; ni con los que votan PSOE o PP a piñón fijo, a pesar de la corrupción, en determinados momentos, de los unos y los otros.
Sabes que he investigado, que conozco al dedillo la historia de Villalpando desde finales del XIX para acá, que es la misma que la historia de España.
Sabes con que piedad he recordado a las víctimas  y reprobado la crueldad del uno y el otro bando. Ahora estoy releyendo el libro de Manuel Chaves Nogales, “A sangre y a fuego”: “Héroes, bestias y mártires de España”.
La guerra civil Española fue consecuencia de la pobreza y de la injusticia social. Había poco y encima estaba mal repartido. Unos en el modelo soviético veían la solución, otros en el fascismo italiano y alemán. Los centristas, los moderados quienes defendían el modelo de las democracias europeas (Azaña, Besteiro, Alcalá Zamora, Maura, Lerroux, Gregorio Marañón, Ortega y Gasset, Unamuno, Clara Campoamor, Concha Espina…) fueron desbordados por quienes tiraban de la cuerda por el uno y por el otro extremo. No eran ricos todos los de derechas, predominaba la clase media, la mayoría pasando también necesidades) de labradores que trabajaban sus tierras, aunque en la recolección tuvieran que coger algún obrero; comerciantes, profesionales de los oficios,etc. 
   También ideológicamente influía un montón la cuestión religiosa.
    En las guerras surge lo peor de la condición humana. Somos muy distintos en cuanto a sentimientos, desde los crueles a los bondadosos. De ahí lo de “héroes, bestias y mártires”. Son muchísimos los testimonios de primera mano que poseo de lo sucedido entonces. Hace unos días, en la historia de “El Serio”, he colgado fragmentos estremecedores de la carta a su hermano de un injusto prisionero, quien por ser de izquierdas, muere en la cárcel, y del otro hermano que pasa en ella seis años. Aquello fue mostruoso. Ambos eran anarquistas, ideología con el comunismo predominantes entonces.
Superados los “ismos” (fascismo, comunismo, aunque quedan el nacionalismo) no identificarse ni con un extremismo ni con el otro, eso es pertenecer a la “Tercera España” con la que se identifica Ana Pedrero.
Pues claro que como tú dices, “debemos unirnos todos y salir con las manos limpias…” Sí, pero unirnos en aceptar lo bueno y reprobar lo malo.
Alude Ana Pedrero a Miguel-Ángel Blanco. Recuerdo como viví todos los detalles de esos días; pero recuerdo también a Gregorio Ordoñez, al matrimonio Becerril de Sevilla, todos del PP, a tantos. Y, mientras estos daban la vida bastantes compañeros llenaban la cartera. 
Y recuerdo a Ernes Lluch,, a Múgica y a Isaías Carrasco. Ambos del PSOE. Al abuelo de Isaías Carrasco, en Morales de Toro, lo asesinaron los de derechas, y al nieto lo asesinan los de extrema izquierda.
Ahora es el momento de volverse apuntar a la “Tercera España”, de reprobar lo reprobable, de huir de los extremos, tengamos más o menos simpatía con sus líderes.
Es inadmisable el vandalismo de los “niñatos” que destruyen por destruir, sin que tengan una idea constructiva. Pero igual de criticable es que los socios del gobierno, Pablo Echenique, y algunos catalanes, por ej., los apoyen.
Está cierto sector de la izquierda venga a recordar la guerra civil, intentando olvidar la espíritu de reconciliación de la "Transición", tergiversándola (apoyo se recuperen huesos y se recuerde a las víctimas, yo lo hice con las de este pueblo, aunque nos costara parte de una herencia), pero nada dice la izquierda de toda la barbarie de ETA, mucho más reciente. Y lo más triste: que estén gobernando con el apoyo de los pro etarras, de los que mataron a Miguel Ángel Blanco. Ver a la Idoia esa me revuelve el estómago. Encima cobrando una pasta gansa de los presupuestos nacionales.
De la corrupción política, que devino en crisis económica, nació un extremismo de izquierdas, Podemos. Contra ellos y el nacionalismo ha nacido otro extremismo de derechas, VOX.
Vuelve a ser necesaria una “Tercera España”. Ahora, cuando ya no se cuestiona el modelo socio económico: (economía liberal social de mercado); ni el político: (democracia de sufragio universal), las banderas a enarbolar son las de la justicia y la honradez. La revolución pendiente es la de la ética.
Ahora lo que hace falta es que los partidos políticos, para saber a quien votar, se limpien y regeneren del todo.
Perdona hija tan largo sermón. ¡Cómo ya no está don Primitivo..!
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