sábado, 23 de diciembre de 2017

LA REMOLACHA, CHUNDA, CHUN.



      Como homenaje a aquellos arrancadores y peladoras de remolacha, cuelgo estás fotos para que vean cuán grande es la diferencia.

    Este maquinón de fabricación alemana tiene una potencia de 425 CV. Va pelando, arrancando, limpiando y cargándose seis filas de remolacha, en una enorme cesta en la que caben VEINTE toneladas, que se llenaba en cada vuelta.

    Todo el sistema, tan complejo, sobre todo el tren de arranque, es automático y gobernado por un ordenador que regula todo: profundidad, velocidad,... 

    Lleva dos pantallas en la cabina, isonorizada y climatizada, en las que se ve funcionamiento. Puesta en el corte, el operario puede dejar el volante que ella sola se autoguía. Carece de embrague. Todo va por botones. Tiene un pedal por si una emergencia. El motor se acelera o desacelera él solo, a petición del esfuerzo.

    Las ruedas trasera tienen un ancho de 1'20 mts. Las delanteras de un metro. Es articulada entre el tren de arranque y el cuerpo de la máquina.

   Ir viendo desde la cabina como entran las remolachas, a gorgollón, es una gozada, Ver la parva que se iba formando, ni les cuento. Puede que nos acerquemos a una cosecha record. Mérito de nuestros hijos y del técnico de Azucarera Española.




       Pueden pinchar en las fotos para verlas completas.

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