viernes, 18 de agosto de 2017

ASÍ VA LA FIESTA.


   Cierto que cada uno cuenta la feria según le va en ella. Desde mi punto de vista subjetivo les puedo asegurar que estoy viviendo unas fiestas tranquilas y felices, solo un día, el 16, he dejado de ir a la huerta. Estoy conviviendo mucho, que es lo que me encanta.

    Por otra parte, al escuchar en la radio y leer ahora la prensa, lo sucedido en Cataluña, se me quitan un poco las ganas de hablar de este pequeño pueblo, uno de tantos miles como pueblan la geografía española. Pero claro: este es nuestro universo. De ahí mi afición a informar del mismo.

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    TORO DE LA JUVENTUD: Impresionante. Ver de cerca un bicho así, un morlaco de más de cincuenta arrobas, imponía.  Como dentro del soportal no se veía, cometí, creo la temeridad, de andar por fuera, hasta que, después de la cogida, producida muy cerca de donde yo estaba, obedecí a una amiga, que, con razón, sentía miedo por mí, y volví al soportal.

    El ambiente de la plaza era espectacular, el de las grandes tardes, lleno hasta los balcones del ayuntamiento.

   El toro del cajón salió del cajón imponiendo, llenando la plaza de emoción, de miedo. Algunos muchachos se atrevían con algún corte lejano, pero ni una capa, hasta que lo citó Diego Luna y lo pegó unos capotazos de mucho mérito, que  ponerse delante de una fiera así, ya lo tiene. ¡Mira que me pareció ver a su abuelo Manolo aplaudir desde el cielo..! No era para menos: estaba honrando su  memoria, y la de Ángel Guaza, "El Nono", José Luis Lobato, Luis "Currero", Pedro Cepeda, Paquito Guardiola. los Villasante.. Estaba honrando el villalpandinismo taurino de siempre.

    Luego la cogida, al subir a la talanquera a un muchacho descendiente de Revellinos, de vacaciones en el pueblo. Cornalón impresionante a lo largo de la pierna izquierda. Según lo llevaban entre cuatro iba dejando un reguero de sangre por el soportal. Inmediatamente a Zamora. "Derecho a quirófano" dijo el médico.

    La verdad es que el toro de cajón, unos treinta y cinco minutos en la plaza, supo a poco. Puede que por prudencia lo retiraran más pronto.

   Unos veinte minutos tardó en aparecer otro novilla en la plaza, y lo hizo "el colorao, ojo perdiz", bravo, bravo, astifino que ya habíamos visto el quince por la tarde y que sabe latín.

    Se puso a torearlo un muchacho de Villafrechós,  a quien creo llaman "Yuspi", que quiere ser torero, y arte y valor no le faltan. Al tercer pase se fue a por él y lo cazó: cornada en el bajo tórax, rasgonazo largo parece ser no profundo. Llevaba ancha venda alrededor del tronco. Iba sereno y tranquilo. Se brindó a acompañarle la esposa de "Jose" Badás, éste es primo carnal de la madre del chico. Angelita, la madre de "Jose" es hermana de Emilia, abuela materna del muchacho.

    Todavía me dura el afecto con esa familia de los abuelos maternos Isaac Áres y Emilia Martín, Emilita, la madre, e Isacito.

    A éste lo trasladaron en ambulancia a Valladolid. Como nos quedamos sin ambulancias, por megafonía nos anunciaron que, por ese motivo, se suspendía el festejo. Pero no se suspendió, porque el "colorao" siguió en la plaza, enchulaó, dueño de la situación, más de una hora. Tuvieron que recurrir al vergonzoso tractor al que el bicho arremetía.

    El comentario general es, ¿para qué está el Director de Lidia? No le hemos visto un detalle. Estos años atrás, Diego, sin que le pagaran por ello, a punta de capote, sacaba los novillos de la plaza, como hacen los subalternos para poner a los toros en suerte. Eso, de inmediato, debió haber hecho ayer el "Director de Lidia".

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     El encierro de hace un rato:  como la suelta re retrasó media hora, llegué a tiempo. Precioso el espectáculo: Habría mil vehículos, apenas dos o tres tractores, y todos en dos filas, a mucha distancia entre sí, y del camión. Como todos quietos,ni un polvo. Saltó primero otro "colorao" como una bala, apenas podían seguirle los caballos; como a los dos minutos, otro negro igual de rápido.

    Me pasaron muy cerca. Cuando se disipó un poco la polvareda, y obtuve visibilidad, me marché a la huerta a por mercancía. A la vuelta, aún llegué a tiempo de ver como cargaron al negro cerca de Quintanilla del Olmo, cuando ya todos los caballos y la mayoría de los vehículos habían abandonado el "campo de batalla".  Le resulta muy difícil a este "mini" ayuntamiento encontrar colaboración.

    Creo que la justa discrepancia popular con la situación de gobierno en el pueblo (donde, como me acaban de decir en el encierro, manda un tipo a quien nadie puede ver)  no debería manifestarse obstaculizando el desarrollo de los festejos, como, según me cuentan, se impedía ayer tarde la salida del "ojo perdiz" de la plaza, o como pudiera ocurrir esta tarde.

   

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